lunes, 31 de agosto de 2015

Las migajas de los perros


Punta del iceberg de esa muralla nueva que levanta Europa para que no entren los pobres"

 Estamos siendo hombres de muy poca fe ante el grito de una humanidad desnuda, herida, sangrante y gritando
¿Por qué no damos el mismo trato a los inmigrantes que a este perrito que viajó con nosotros en el avión de Belgrado a Frankfurt? Han muerto más de setenta inmigrantes en camión frigorífico, también había niños. Para pasar la misma frontera que este perrito que nos acompañó en el avión con trato especial normalizado.
Desde que lo vi en el areopuerto, con el trato exquisito de los trabajadores, recordando alcampamento de inmigrantes que había visto en el parque de la estación de tren de Belgrado, le vengo dando vueltas en mi interior.
Me recordó al texto evangélico en el que una extranjera se acerca a Jesús a pedirle que cure a su hijo - que le deje entrar en su ámbito de curación y salvación-, El le responde una frase muy fuerte, excluyente desde la identidad pronunciada de los israelitas: "no está bien echar el pan de los hijos a los perros".
La mujer, sin embargo, le transformó su mente llegando a su corazón, porque Jesús también sabía escuchar al Padre en los extranjeros débiles, al decirle: "También los perritos se alimentan con las migajas que caen de las mesas de sus amos".
La reacción de Jesús fue humana, justa, compasiva, acogedora y de reconocimiento: "nunca vi a alguien con tanta fe, con tanta fuerza de sentido y de justicia en medio de la realidad y tan luchadora por la causa de la verdad".
En este caso es mucho más duro, porque el texto tendría que decir algo así como: "no está bien que echemos a los hijos, a la humanidad, el cuidado de los perros... que son nuestros".
Esta mañana al levantarme con la noticia de los setenta muertos en el camión frigorífico,punta del iceberg de esa muralla nueva que se está levantando en Europa para que no entren los pobres y los débiles, no puedo por menos que querer recomponer esta perícopa, a ver cómo suena y cómo llega a mi corazón para transformar más mi pensamiento, y hacerlo más universal, compasivo, solidario y, lo que es más importante, justo y humano.
No hay duda que la perícopa está abierta y sangrante en todos los periódicos, el grito del Papa no está teniendo límites...¿qué falta para que entre en nuestro interior y nos mueva? La verdad que estamos siendo hombres de muy poca fe ante el grito de una humanidad desnuda, herida, sangrante y gritando¡
José Moreno


José Ignacio Calleja: "¿Dónde están los europeos del derecho a la vida?"

"No puede consentirlo el pueblo soberano sin perder a jirones su dignida
 Mientras que Turquía o el Líbano acogen a millones de refugiados, España ha aceptado en lo que va de año a 130
 No sé por dónde empezar, amigos,... veo esas fotos de niños "sirios" ahogados en las playas griegas e italianas, o aterrados junto a una valla de cuchillas afiladas, pienso en ellos, en sus padres... me pongo en su lugar mirando el rostro de los hijos de mi casa... y no sé cómo seguir.
No puedo ir a esa comida de familia, a esa compra en rebajas, a esa playa, a esa fiesta, a ese viaje, a ese bautizo... no puedo guardar para mí ese dinero ahorrado... no puedo ensimismarme en esa novela, en esa oración de la tarde, en esa visita cultural... y no sé cómo seguir.
¿De qué sirve la fe..., o la ética humanista, si no nos movilizan en esta causa, hasta "y dejándolo todo, le siguieron"? Tiene que reaccionar la iglesia mucho más. No puede seguir de vacaciones nadie con alguna responsabilidad en ella. No puede pasar de puntillas una clase política en Europa que sólo mira por su reelección temprana.
No puede consentirlo el pueblo soberano sin perder a jirones su dignidad. Asco de patrias y naciones, sí, que al cabo sirven ante todo para asegurar lo nuestro.
Mientras que Turquía o el Líbano acogen a millones de refugiados, España ha aceptado en lo que va de año a 130, según datos de Médicos sin Frontera. Estos niños, estas víctimas, son la primera ideología social y la primera ortodoxia religiosa.
La Iglesia tiene que decirlo a tiempo y a destiempo. Francisco debe hacer todavía más. Y nosotros vamos a recuperar el aliento y extender esto por doquier, vamos a movilizar las conciencias y la mano de los ciudadanos... hay ONGs haciendo mucho "in situ", pero los Gobiernos y los "pueblos de Europa" no reaccionan todavía.
Vamos a movilizarnos boca a boca, mano con mano, hasta conseguir que la Europa política y económica dé una salida digna a estas personas. Ellas somos ya nosotros y nuestros niños. ¡Ponte en su lugar! No es una opción, es una necesidad de tu corazón de persona.

Me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres... Ningún profeta es bien mirado en su tierra

Lectura del santo evangelio según san Lucas 4, 16-30
En aquel tiempo, fue Jesús a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el libro del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito:
«El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos la vista; para dar libertad a los oprimidos, para anunciar el año de gracia del Señor.»
Y, enrollando el libro, lo devolvió al que le ayudaba y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él. Y él se puso a decirles: -«Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír.»
Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de sus labios. Y decían: -«¿No es éste el hijo de José?»
Y Jesús les dijo: -«Sin duda me recitaréis aquel refrán: "Médico, cúrate a ti mismo”; haz también aquí en tu tierra lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaún.»
Y añadió: - «Os aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra. Os garantizo que en Israel habla muchas viudas en tiempos de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, más que a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos habla en Israel en tiempos de] profeta Elíseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado, más que Naamán, el sirio.»
Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba su pueblo, con intención de despeñarlo.
Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba.

Palabra del Señor

domingo, 30 de agosto de 2015

"Impedir estos crímenes contra los migrantes", apremiante llamamiento del Papa


El Papa Francisco, después de rezar el Ángelus del quinto domingo de agosto, con varios miles de fieles y peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro recordó que ayer en Harissa, en el Líbano, fue proclamado Beato el Obispo siro-católico Flaviano Michele Melki, mártir en el contexto de una terrible persecución contra los cristianos. Él fue defensor incansable de los derechos de su pueblo, exhortándolos a permanecer fieles en la fe. También hoy, dijo el Obispo de Roma, en Oriente Medio y en otras partes del mundo, los cristianos son perseguidos. La beatificación de este Obispo mártir infunda en ellos consolación, valentía y esperanza.
Ante la dramática situación humanitaria de los migrantes, que en “los días pasados numerosos de ellos perdieron la vida en los terribles viajes”, el Sucesor de Pedro realizó un apremiante llamamiento para “colaborar con eficacia para impedir estos crímenes, que ofenden a la entera familia humana”. Junto al Cardenal Schönborn y a toda la Iglesia en Austria, el Papa se unió en oración por las víctimas en este país, encomendándolos a la misericordia divina.
Después de rezar a la Madre de Dios, el Santo Padre saludó a los fieles que se habían dado cita en la Plaza de San Pedro con motivo del Ángelus dominical del 30 de agosto. En esta ocasión, el Pontífice, dirigiéndose a los queridos hermanos y hermanas, saludó cordialmente a todos los peregrinos, tanto a los romanos como a los procedentes de varios países, y de modo especial a los scouts de Lisboa y a los fieles de Zara (Croacia). El Obispo de Roma también saludó a los Peregrinos de Verona y Bagnolo de Nogarole; a los jóvenes de la diócesis de Vicenza, de Rovato y a los de la parroquia San Galdino en Milán, a los niños de Salzano y Arconate.
“A todos – dijo Francisco – les deseó un feliz domingo. Y por favor, ¡no se olviden de rezar por mí! ¡Buen almuerzo y hasta la vista!
(Renato Martinez - Radio Vaticana)


Papa: superar la crisis ecológica que vive la humanidad, oración, reflexión, colaboración y acción

Como cristianos queremos ofrecer nuestra contribución para superar la crisis ecológica que está viviendo la humanidad», reiteró el Papa Francisco, invitando a la Liturgia de la Palabra que presidirá, en la I Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, instituida por él mismo, con el anhelo de impulsar la conversión ecológica y el ecumenismo. Invitación que el Obispo de Roma pronunció en la última audiencia general de agosto, la número cien de su Pontificado:
«El próximo martes, 1º de septiembre, se celebrará la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación. En comunión de oración con nuestros hermanos ortodoxos y con todas las personas de buena voluntad, queremos ofrecer nuestra contribución a la superación de la crisis ecológica que está viviendo la humanidad.
En todo el mundo, las diversas realidades eclesiales locales han programado oportunas iniciativas de oración y de reflexión, para hacer que esa Jornada sea un momento fuerte también con vistas a la asunción de estilos de vida coherentes.
Con los obispos, sacerdotes, personas consagradas y fieles laicos de la Curia romana, nos encontraremos en la Basílica de San Pedro a las 17.00 para la Liturgia de la Palabra, a la que desde ahora invito a participar a los romanos, a los peregrinos y a cuantos lo deseen».
En su carta a los Cardenales Turkson y Koch, presidentes respectivamente de los Pontificios Consejos Justicia y Paz y para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, fechada en la Fiesta de la Transfiguración del Señor, de 2015, el Papa Bergoglio escribe:
«Debemos ante todo extraer de nuestro rico patrimonio espiritual las motivaciones que alimentan la pasión por el cuidado de la creación, recordando siempre que, para los creyentes en Jesucristo, Verbo de Dios hecho hombre por nosotros, «la espiritualidad no está desconectada del propio cuerpo, ni de la naturaleza o de las realidades de este mundo, sino que vive con ellas y en ellas, en comunión con todo lo que nos rodea» (cf. Carta Enc. Laudato si’, 216).
Con su Encíclica Alabado seas, hace hincapié en que la crisis ecológica nos llama a una «profunda conversión espiritual». Y que los cristianos estamos llamados a una «conversión ecológica», que implica dejar brotar todas las consecuencias del encuentro con Jesucristo en las relaciones con el mundo que nos rodea (ibíd., 217). De hecho, «vivir la vocación de ser protectores de la obra de Dios es parte esencial de una existencia virtuosa, no consiste en algo opcional ni en un aspecto secundario de la experiencia cristiana» (ibíd.).
Por lo que el Santo Padre anhela que la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación ofrezca «a cada creyente y a las comunidades una valiosa oportunidad de renovar la adhesión personal a la propia vocación de custodios de la creación, elevando a Dios unaacción de gracias por la maravillosa obra que Él ha confiado a nuestro cuidado, invocando suayuda para la protección de la creación y su misericordia por los pecados cometidos contra el mundo en el que vivimos».
(CdM – RV)

“Sin un corazón purificado, no se pueden tener manos verdaderamente limpias”, el Papa en el Ángelus


Queridos  hermanos  hermanas, buenos dias

El Evangelio de este domingo presenta una disputa entre Jesús y algunos fariseos y escribas. La discusión se refiere al valor de la «tradición de los antepasados» (Mc 7,3) que Jesús, refiriéndose al profeta Isaías, define «preceptos de hombres» (v. 7) y que jamás deben tomar el lugar del «mandamiento de Dios» (v. 8). Las antiguas prescripciones en cuestión comprendían no sólo los preceptos de Dios revelados a Moisés, sino una serie de dictámenes que especificaban las indicaciones de la ley mosaica. Los interlocutores aplicaban tales normas de manera más bien escrupulosa y las presentaban como expresión de auténtica religiosidad. Por lo tanto, recriminan a Jesús y a sus discípulos la transgresión de aquellas, de manera particular las que se referían a la purificación exterior del cuerpo (cfr v. 5).  La respuesta de Jesús tiene la fuerza de un pronunciamento profético: «Ustedes dejan de lado el mandamiento de Dios, por seguir la tradición de los hombres» (v. 8).  Son palabras que nos colman de admiración por nuestro Maestro: sentimos que en Él está la verdad y que su sabiduría nos libra de los prejuicios.
Pero ¡atención! Con estas palabras, Jesús quiere poner en guardia también a nosotros, hoy, del considerar que la observancia exterior de la ley sea suficiente para ser buenos cristianos. Como en ese entonces para los fariseos, existe también para nosotros el peligro de creernos en lo correcto, o peor, mejores de los otros por el sólo hecho de observar las reglas, las usanzas, también si no amamos al prójimo, somos duros de corazón, somos soberbios y orgullosos. La observancia literal de los preceptos es algo estéril si no cambia el corazón y no se traduce en actitudes concretas: abrirse al encuentro con Dios y a su Palabra, buscar la justicia y  la paz, socorrer a los pobres, a los débiles,  a los oprimidos. Todos sabemos: en nuestras comunidades, en nuestras parroquias, en nuestros barrios, cuánto daño hacen a la Iglesia y son motivo de escándalo, aquellas personas que se profesan tan católicas y van a menudo a la iglesia, pero después, en su vida cotidiana descuidan a la familia, hablan mal de los demás, etc.  Esto es lo que Jesús condena porque es un antitestimonio cristiano
Continuando con su exortación, Jesús focaliza la atención sobre un aspecto más profundo y afirma: «Ninguna cosa externa que entra en el hombre puede mancharlo; lo que lo hace impuro es aquello que sale del hombre» (v. 15). De esta manera subraya el primado de la interioridad, el primado del “corazón”:  no son las cosas exteriores las que nos hacen o no santos, sino el corazón que expresa nuestras intenciones, nuestras elecciones y el deseo de hacerlo todo por amor de Dios. Las actitudes exteriores son la consecuencia de lo que hemos decidido en el corazón. No al revés. Con actitudes exteriores. Si el corazón no cambia, no somos buenos cristianos. La frontera entre el bien y el mal no pasa fuera de nosotros sino más bien dentro de nosotros, podemos preguntarnos: ¿dónde está mi corazón?  Jesús decía: “tu tesoro está donde está tu corazón”. ¿Cúal es mi tesoro? ¿Es Jesús y su doctrina?  Entonces el corazón es bueno.  O el tesoro ¿es otra cosa? Por lo tanto, es el corazón el que debe ser purificado y debe convertirse. Sin un corazón purificado, no se pueden tener manos verdaderamente limpias y labios que pronuncian palabras sinceras de amor - todo tiene un doblez, una doble vida-, labios que pronuncian palabras de misericordia, de perdón. Esto lo puede hacer solamente el corazón sincero y purificado.
Pidamos al Señor, por intercesión de la Virgen Santa, darnos un corazón puro, libre de toda hipocresía. Este es el adjetivo que Jesús da a los fariseos:  “hipócritas”, porque dicen una cosa y hacen otra. Un corazón libre de hipocresía,  para que seamos capaces de vivir según el espíritu de la ley y alcanzar su finalidad, que es el amor.Traducción del italiano: Raúl Cabrera - Radio Vaticano

La influencia de san Agustín en santa Teresa

El espíritu agustiniano y la lectura de las Confesiones de San Agustín influyeron, sin duda, en Santa Teresa suscitando poderosamente en ella dos de las llamadas ‘conversiones’ de la Santa. En el presente estudio intentamos esclarecer en qué sentido se puede hablar de influencia. Teresa ingresa como educanda interna seglar en el monasterio de las religiosas agustinas Ntra. Señora Santa María de Gracia, en Ávila.
Reside en él durante año y medio. Tenía entonces dieciséis años. Andaba con “niñerías nonada buenas” y había descuidado la religiosidad de la infancia. En aquel entorno agustiniano Teresa recupera su vida de piedad, pero no lo hace desde la espiritualidad agustiniana, sino desde ella misma y hacia la que ella siempre fue, animada, evidentemente, por el ejemplo de las religiosas.
En 1554, a los 39 años, conmocionada por una imagen del Cristo muy llagado lee, ocasionalmente, lasConfesiones de San Agustín. La conmovieron hondamente y decide entregarse enteramente a Dios, aunque en aquel momento no lo consiguiera plenamente. Agustín fue un poderoso y eficaz estímulo que movilizó definitivamente la vida de Teresa, pero no in fluyó doctrinalmente en ella, ni siquiera en la búsqueda de Dios en el interior del hombre, tema crucial y esencial en ambos. Teresa no es discípula de Agustín.

Coinciden sorprendentemente en la utilización de la imagen para pasar a la visión directa de Dios. Agustín lo hace, con la ayuda sobrenatural, contemplando el ser del hombre como imagen viva de Dios que vive incesante e inconscientemente a Dios. Teresa, por su parte, a través principalmente de imágenes de escenas de la vida de Jesucristo, revividas en su interior como algo que está sucediendo actualmente al mismo Jesucristo, pasa, con la gracia divina, a la experiencia directa de Dios. Es lo que nos proponemos mostrar en este estudio

sábado, 29 de agosto de 2015

RETORNO

(Dt 4, 1-4.6-8; Sal 14; Sant 1, 17-18,21-22.27; Mc 7, 1-8.14-15.21.23)
Este domingo, el calendario marca una fecha muy significativa para muchos, el fin de sus vacaciones. Cabe que se instale en el ánimo la tentación de la tristeza, al tener que comenzar de nuevo las tareas costosas, en unos casos, o en otros, la inseguridad laboral. Se le suele llamar “síndrome postvacacional”, y a él hay que enfrentarse como hoy nos aconseja la Palabra.
Los textos litúrgicos reiteran la llamada a escuchar. Así lo encontramos en la primera lectura - “Ahora, Israel, escucha los mandatos y decretos que yo os mando cumplir. Así viviréis y entraréis a tomar posesión de la tierra que el Señor, Dios de vuestros padres, os va a dar” (Dt 4, 1-2)-, y en el Evangelio: “Escuchad y entended todos: Nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre” (Mc 7, 15).
Es posible que asalte a la mente el aturdimiento por todo lo que hay que preparar al comenzar el curso, y domine el nerviosismo, y hasta el desajuste emocional, que se puede manifestar en irritabilidad, impaciencia o descontrol de carácter. Paradójicamente, a pesar de haber tenido un tiempo de descanso, si no se está advertido, se es víctima del cambio brusco que supone pasar de los espacios naturales a los urbanos; de jornadas sin horario, a tener que madrugar para fichar en el trabajo; de la convivencia amiga, a tener que soportar relaciones laborales difíciles. Y nos sorprendemos con sentimientos que afloran de manera descontrolada y pueden dañar la convivencia.
De alguna forma, cabría glosar la pregunta que se hace el salmista: “Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?” (Sal 14), y decir: “Señor, quien puede retornar con paz y comenzar con sosiego la tarea, la vida familiar, el regreso a casa?” Y el mismo salmo indica las actitudes de honradez, justicia, respeto, generosidad.
En las circunstancias descritas, la enseñanza del apóstol Santiago parece oportuna: “Aceptad dócilmente la palabra que ha sido plantada y es capaz de salvaros. Llevadla a la práctica y no os limitéis a escucharla, engañándoos a vosotros mismos” (Sant 1, 21-22).
¡Ánimo! No sucumbas en la introversión, tienes ante ti un tiempo nuevo para imprimir el sello de tu bien hacer, y desarrollar los mejores dones, las obras buenas de que eres capaz. Combate todo lo que pueda estorbar la vida de familia. Vigila el corazón. El evangelista señala lo que cabe albergar dentro, si no se vigila: “Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los malos propósitos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, injusticias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad”.
¡Feliz comienzo de curso!
Ángel Moreno de Buenafuente.

No aferrarnos a tradiciones humanas

Hay que "actualizar el proyecto del reino de Dios en la sociedad contemporánea.

Sería también hoy un grave error que la Iglesia quedara prisionera de tradiciones humanas de nuestros antepasados.

No sabemos cuándo ni dónde ocurrió el enfrentamiento. Al evangelista solo le interesa evocar la atmósfera en la que se mueve Jesús, rodeado de maestros de la ley, observantes escrupulosos de las tradiciones, que se resisten ciegamente a la novedad que el Profeta del amor quiere introducir en sus vidas.

Los fariseos observan indignados que sus discípulos comen con manos impuras. No lo pueden tolerar: «¿Por qué tus discípulos no siguen las tradiciones de los mayores?». Aunque hablan de los discípulos, el ataque va dirigido a Jesús. Tienen razón. Es Jesús el que está rompiendo esa obediencia ciega a las tradiciones al crear en torno suyo un «espacio de libertad» donde lo decisivo es el amor.
Aquel grupo de maestros religiosos no ha entendido nada del reino de Dios que Jesús les está anunciando. En su corazón no reina Dios. Siguen reinando la ley, las normas, los usos y las costumbres marcadas por las tradiciones. Para ellos lo importante es observar lo establecido por «los mayores». No piensan en el bien de las personas. No les preocupa «buscar el reino de Dios y su justicia».
El error es grave. Por eso, Jesús les responde con palabras duras: «Vosotros dejáis de lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres».
Los doctores hablan con veneración de «tradición de los mayores» y le atribuyen autoridad divina. Pero Jesús la califica de «tradición humana». No hay que confundir jamás la voluntad de Dios con lo que es fruto de los hombres.
Sería también hoy un grave error que la Iglesia quedara prisionera de tradiciones humanas de nuestros antepasados, cuando todo nos está llamando a una conversión profunda a Jesucristo, nuestro único Maestro y Señor. Lo que nos ha de preocupar no es conservar intacto el pasado, sino hacer posible el nacimiento de una Iglesia y de unas comunidades cristianas capaces de reproducir con fidelidad el Evangelio y de actualizar el proyecto del reino de Dios en la sociedad contemporánea.
Nuestra responsabilidad primera no es repetir el pasado, sino hacer posible en nuestros días la acogida de Jesucristo, sin ocultarlo ni oscurecerlo con tradiciones humanas, por muy venerables que nos puedan parecer.
José Antonio Pagola

Nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre

 Lectura del santo evangelio según san Marcos 7, 1-8. 14-15. 21-23
En aquel tiempo, se acercó a Jesús un grupo de fariseos con algunos escribas de Jerusalén, y vieron que algunos discípulos comían con manos impuras, es decir, sin lavarse las manos.
(Los fariseos, como los demás judíos, no comen sin lavarse antes las manos restregando bien, aferrándose a la tradición de sus mayores, y, al volver de la plaza, no comen sin lavarse antes, y se aferran a otras muchas tradiciones, de lavar vasos, jarras y ollas.)
Según eso, los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús:
- « ¿Por qué comen tus discípulos con manos impuras y no siguen la tradición de los mayores?»
Él les contestó:
- «Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito: "Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos." Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres.»
Entonces llamó de nuevo a la gente y les dijo:
- «Escuchad y entended todos: Nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre. Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los malos propósitos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, injusticias, -fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro.»

Palabra del Señor.

Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan, el Bautista



Lectura del santo evangelio según san Marcos 6, 17-29
En aquel tiempo, Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel, encadenado.
El motivo era que Herodes se había casado con Herodías, mujer de su hermano Filipo, y Juan le decía que no le era lícito tener la mujer de su hermano.
Herodías aborrecia a Juan y quería quitarlo de en medio; no acababa de conseguirlo, porque Herodes respetaba a Juan, sabiendo que era un hombre honrado y santo, y lo defendía. Cuando lo escuchaba, quedaba desconcertado, y lo escuchaba con gusto.
La ocasión llegó cuando Herodes, por su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea.
La hija de Herodías entró y danzó, gustando mucho a Herodes y a los convidados. El rey le dijo a la joven:
-«Pídeme lo que quieras, que te lo doy.»
Y le juró:
-«Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino.»
Ella salió a preguntarle a su madre:
-«¿Qué le pido?»
La madre le contestó:
-«La cabeza de Juan, el Bautista.»
Entró ella en seguida, a toda prisa, se acercó al rey y le pidió:
-«Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan, el Bautista.»
El rey se puso muy triste; pero, por el juramento y los convidados, no quiso desairarla. En seguida le mandó a un verdugo que trajese la cabeza de Juan. Fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una bandeja y se la entregó a la joven; la joven se la entregó a su madre.
Al enterarse sus discípulos, fueron a recoger el cadáver y lo enterraron.
Palabra del Señor.


viernes, 28 de agosto de 2015

El papa sigue con "viva preocupación" el "éxodo bíblico" de los inmigrantes

Pide ser "más generosos y más cercanos a las familias pobres"

El papa Francisco sigue "con viva preocupación" el problema de la crisis migratoria y "el éxodo bíblico" que afecta a miles de personas y sus familias que buscan en Europa un futuro mejor, informó hoy Radio Vaticana.
"El papa Francisco sigue con viva preocupación el drama que afecta a miles de personas que huyen de sus tierras. Se trata de un éxodo bíblico que obliga a familias enteras a arriesgar su vida en busca de un futuro lejos de la guerra, del hambre y de cualquier tipo de violencia", indicó el portal de noticias vaticano.
Recordó además el mensaje publicado hoy en el perfil oficial del papa Francisco en Twitter, en el que pide a Dios ayuda "para ser más generosos y siempre más cercanos a las familias pobres".
La Central Operativa de la Guardia Costera en Italia informó del rescate de 1.430 inmigrantes y de la recuperación de dos cadáveres en diversas operaciones desplegadas en las últimas horas en el Mediterráneo. (RD/Agencias)

Porque no muero

"Vivo sin vivir en mí Y tan alta vida espero Que muero porque no muero".

Del disco Clásicos in versos (Saga, 89)de El silbo vulnerado. Música: Luisfelipe Alegre. Canta Carmen Orte. Carátula: Germán Díez 


La oración: el amor es el que habla

Esta frase del libro de la vida de Santa Teresa nos ayuda a comprender lo que es la oración. Ella encuentra en Toledo a un Padre dominico conocido que no ve desde hace mucho tiempo. Le cuenta bajo secreto de confesión todo lo que le pasa a su alma y las penas sufridas por la reforma del Carmelo.
 El religioso la escucha, la consuela y le pide que no deje de pedir por él. Teresa, agradecida, confía al Señor el alma de este sacerdote. Ella va al lugar a donde solía orar y allí se queda "muy recogida, con un estilo "abovado" que muchas veces, sin saber lo que digo, trato". Y añade: "que es el amor que habla" (Libro de la Vida, 34, 8).

 Orar es dejar que hable el amor. ¡Cuántas veces le tenemos miedo al amor, no dejamos que el amor hable! Sino que preferimos que hable sólo nuestra razón o nuestra mera capacidad humana de entender las cosas. Muchas veces reprimimos el amor como si fuera muestra de debilidad como si también en la oración tuviéramos que demostrar los fuertes e inteligentes que somos. Sin embargo la oración, sin dejar impedirnos usar nuestro entendimiento, es el momento explayar el corazón, y de dejar que el Amor divino nos inunde y nos queme con sus rayos. En una sociedad más racionalista y secularizada, nos da vergüenza de liberar la parte más noble de nosotros mismos, nuestra capacidad de amar y ser amados. Y vivimos como mutilados, no respirando a pleno pulmón, caminando sólo al ritmo que nos permite nuestras convenciones humanas o nuestro miedo de amar demasiado.

 Orar, "es el amor que habla". Santa Teresa cuenta que, dejando al religioso, comenzó a hablar con Dios con toda sencillez, como ella solía hacer, dejando que el amor hablase. No sólo el amor que su alma nutría hacia Dios, sino también "comprendiendo el amor que Dios le tiene a ella". La oración usa un lenguaje de amor. Y el lenguaje de amor es especial, es único, tiene su lógica, su gramática y su sintaxis. Lo entienden los que aman. Basta un gesto, una mirada, un movimiento, una sonrisa. Dejemos que el amor hable en nosotros. Dejemos que el Amor nos hable. Dejémonos conducir por el Espíritu Santo que es la persona de la Trinidad que es el Amor del Padre al Hijo y del Hijo al Padre.

Cuando aprendamos el lenguaje del amor que nos enseña el Espíritu Santo, lenguaje hecho de sencillez y espontaneidad, que cualquiera que tenga un corazón puede aprender, entonces comprenderemos que la oración no es sino un ejercicio de amor, es una expresión de amor, es un grito de amor, es una súplica de amor.


La mística Teresa continua diciendo que el Amor que Dios tiene al alma hace que ésta se olvide de sí y "le parece está en Él". Nada la separa de Él. La sencillez del amor logra el mejor estado de unión. Entonces el alma orante "habla desatinos". Comienza a usar el lenguaje más elevado y puro, el lenguaje del amor, porque, como diría San Juan de la Cruz, "ya sólo en amar es mi ejercicio" (Cántico Espiritual, 95).

Autor: P. Pedro Barrajón

Con los refugiados sirios o iraquíes. Cardenal Rodríguez Maradiaga

Querido amigo:
Escapan de una matanza que amenaza la vida de su hijo pequeño. Hicieron un largo viaje desde su casa hasta un lugar seguro, pero un lugar de exilio, lejos de todo lo que conocían.
Como los refugiados sirios o iraquíes hoy —como la gente que escapa del conflicto en Sudán del Sur y la República Democrática del Congo —lo primero que necesitaba la Sagrada Familia era comida. Durante su difícil travesía y en su incierta vida lejos de casa, alguien se acercó a ellos. Alguien les ayudo a encontrar su pan de cada día.
Los refugiados viven hoy en la confusa espiral del exilio—cada día tienen que hacer frente a nuevas costumbres, nuevas dificultades. Para muchos, ya les resultaba difícil ganarse la vida incluso en su propio país. Por eso, en un sitio nuevo, sin contactos, luchan duramente por encontrar un trabajo. Porque de alguna manera deben encontrar un modo para dar de comer a sus hijos.
Caritas llega a familias que lo han perdido todo – hogares, medios de sustento, pertenencias. En todo el mundo, Caritas distribuye alimentos tras una emergencia y luego trabaja, con las personas, para ayudarlas a ayudarse a sí mismas.
Recientemente, en el Líbano, el personal de Caritas llevó comida a un campamento de refugiados, cerca de la frontera con Siria, devastada por la guerra. Muchos refugiados sirios, se deciden al final a desplazarse a pie a ciudades como Beirut. Recientemente, un programa de Caritas ayudó a las mujeres refugiadas a desarrollar una mini-empresa para preparar y vender platos de su cocina tradicional.
Por supuesto, Caritas también ayuda a las familias que, aunque se vieron obligadas a huir de sus hogares, se enfrentan cotidianamente a la pobreza extrema y el hambre. Por eso,en Beirut, las mujeres libanesas también forman parte del programa ayuda alimentaria.
Asegurarse de que los padres pueden alimentar a sus hijos es un objetivo clave para Caritas “Una sóla familia humana, alimentos para todos” es el tema de la campaña contra el hambre, lanzada por el Papa Francisco, en diciembre de 2013. Dicha iniciativa, de 18 meses de duración, es una ocasión para que el personal de Caritas y sus simpatizantes, de todo el mundo, se centren en lo que funciona para detener el hambre, y cómo podemos llegar a las familias más necesitadas y hambrientas, como la Sagrada Familia.
Durante todo este año, ha sido conmovedor ver la dedicación y creatividad del personal de Caritas, en su lucha contra el hambre. Entre los programas especiales de la campaña, podemos incluir proyectos de semillas, en Brasil, de capacitación agrícola, en Tailandia, comidas para niños de la calle, en África oriental, los bancos de alimentos, en Europa, y otros muchos.

La Sagrada Familia es nuestra familia. Así como usted habría ayudado a esa familia asustada, hace más de 2000 años, ahora está intentando ayudar a familias necesitadas de hoy, a través de su apoyo de Caritas. “Una sola familia humana” ya es realidad, hagamos que “alimentos para todos” también lo sea.
Cardenal Rodríguez Maradiaga

«¡No abandonemos Tierra Santa!

El custodio de Tierra Santa, fray Pierbattista Pizzaballa hace un llamado a los fieles 

Desde hace tiempo, sobre todo a causa del miedo generado por las guerras en Oriente Medio y los atentados perpetrados por los grupos fundamentalistas que han golpeado incluso a los países de Occidente, las peregrinaciones a Tierra Santa han disminuido drásticamente. Se estima que, solo desde Italia, en el último año han caído más del 40 por ciento. A pesar de alguna tímida señal de reanudación, el temor a acercarse a esta Tierra bendita sigue siendo grande. Sabiendo interpretar la voz de las distintas comunidades cristianas que viven en Israel y Palestina, quisiera deciros: «No abandonéis a la Tierra Santa". No existe motivo razonable para no organizar una peregrinación a los Santos Lugares. La seguridad en los santuarios y en las zonas frecuentadas por los peregrinos está garantizada, y nosotros, los cristianos, necesitamos más que nunca de la presencia y apoyo de los peregrinos que se acercan hasta aquí en oración de todas las partes del mundo.
Vivir como cristianos en Tierra Santa significa tener una vocación particular y universal. Aquí la Iglesia latina se compone esencialmente de tres grupos: las comunidades de cristianos árabes locales, el antiguo grupo de palestinos que representan la presencia cristiana tradicional en estos lugares; la quehilá de lengua hebrea, una iglesia nueva, en fermento, que aglutina con sus propias especificidades a evangelistas, judíos mesiánicos y católicos y que celebra la liturgia en lengua hebrea; la comunidad internacional, que comprende a muchos trabajadores extranjeros, sobre todo filipinos, hispanoamericanos e indios, que residen establemente en Tierra Santa, y algunos otros grupos de distinta procedencia que, por múltiples razones y distintos motivos, transcurren aquí períodos más o menos largos. Junto a la Iglesia latina viven y operan otras importantes realidades cristianas, entre las que destaca la Iglesia greco-ortodoxa, la Iglesia armenia y la copta. Incluso dentro del mundo católico existen grupos con ritos distintos del latino.
Jerusalén y los Santos Lugares cristianos han sido hasta hoy un signo fundamental de la fe, testimonio de la vida, muerte y resurrección de Jesús que, precisamente aquí, realmente se han cumplido. Todos los cristianos, incluso los más alejados, miran a Tierra Santa para encontrar en estos signos sus propias raíces y el sentido auténtico de su misión en todo el mundo. En Tierra Santa se puede leer la vida de Jesús, escuela de Evangelio. Aquí se puede aprender a mirar, escuchar, meditar y saborear el silencio para alcanzar el significado profundo y misterioso de su paso. El ambiente que enmarca su estancia entre nosotros evoca lugares, costumbres, colores y perfumes; los mismos que Jesús conoció cuando se reveló al mundo.
En Tierra Santa los cristianos han sido siempre minoría, una presencia exigua pero de corazón ardiente, y jamás han desaparecido. Están llamados a dar un alto testimonio de fe, a ser una presencia viva, enamorada de su propia historia y de sus propias ideas, a no temer los cambios y los encuentros con la diversidad, sino a estar abiertos, serenos, libres, positivos y, al mismo tiempo, claros, enraizados en su propio sentido de identidad y pertenencia, caminando hacia el futuro, activos en la custodia de los Santos Lugares, que son depositarios de la tradición y la memoria de toda la cristiandad.
Precisamente para salvaguardar esta presencia (y si es posible reforzarla) invito una vez más a todas las diócesis, parroquias y movimientos a no abandonarnos, es más, a trabajar para que la peregrinación a Tierra Santa sea un testimonio de paz y diálogo. Estoy convencido de que este llamamiento será acogido por muchos fieles que aman Tierra Santa, y que pronto por las calles que Jesús recorrió pueda nuevamente crecer la presencia de quien se pone en camino para encontrarse con Aquél que vino para nuestra salvación.
Fray Pierbattista Pizzaballa - Custodio de Tierra Santa

De la carta de san Agustín , obispo, a Proba

Quizá me preguntes aún por qué razón dijo el Apóstol que no sabemos pedir lo que nos conviene, siendo así que podemos pensar que tanto el mismo Pablo como aquellos a quienes él se dirigía conocían la oración dominical.

Porque el Apóstol experimentó seguramente su incapacidad de orar como conviene, por eso quiso manifestarnos su ignorancia; en efecto, cuando, en medio de la sublimidad de sus revelaciones, le fue dado el aguijón de su carne, el ángel de Satanás que lo apaleaba, desconociendo la manera conveniente de orar, Pablo pidió tres veces al Señor que lo librara de esta aflicción. Y oyó la respuesta de Dios y el porqué no se realizaba ni era conveniente que se realizase lo que pedía un hombre tan santo: Te basta mi gracia: la fuerza se realiza en la debilidad.

Ciertamente, en aquellas tribulaciones que pueden ocasionarnos provecho o daño no sabemos cómo debemos orar; pues como dichas tribulaciones nos resultan duras y molestas y van contra nuestra débil naturaleza, todos coincidimos naturalmente en pedir que se alejen de nosotros. 

Pero, por el amor que nuestro Dios y Señor nos tiene, no debemos pensar que si no aparta de nosotros aquellos contratiempos es porque nos olvida; sino más bien, por la paciente tolerancia de estos males, esperemos obtener bienes mayores, y así la fuerza se realiza en la debilidad. 

Esto, en efecto, fue escrito para que nadie se enorgullezca si, cuando pide con impaciencia, es escuchado en aquello que no le conviene, y para que nadie decaiga ni desespere de la misericordia divina si su oración no es escuchada en aquello que pidió y que, posiblemente, o bien le sería causa de un mal mayor o bien ocasión de que, engreído por la prosperidad, corriera el riesgo de perderse. En tales casos, ciertamente, no sabemos pedir lo que nos conviene.

Por tanto, si algo acontece en contra de lo que hemos pedido, tolerémoslo con paciencia y demos gracias a Dios por todo, sin dudar en lo más mínimo de que lo más conveniente para nosotros es lo que acaece según la voluntad de Dios y no según la nuestra. De ello nos dio ejemplo aquel divino Mediador, el cual dijo en su pasión: Padre, si es posible, que pase y se aleje de mi ese cáliz, pero, con perfecta abnegación de la voluntad humana que recibió al hacerse hombre, añadió inmediatamente: Pero no se haga lo que yo quiero, sino lo que tú quieres. Por lo cual, entendemos perfectamente que por la obediencia de uno todos se convertirán en justos.


¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!


Lectura del santo evangelio según san Mateo 25, 1-13
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:
-«Se parecerá el reino de los cielos a diez doncellas que tomaron sus lámparas y salieron a esperar al esposo.
Cinco de ellas eran necias y cinco eran sensatas.
Las necias, al tomar las lámparas, se dejaron el aceite; en cambio, las sensatas se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas.
El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron.
A medianoche se oyó una voz: - ¨¡ Que llega el esposo, salid a recibirlo!
Entonces se despertaron todas aquellas doncellas y se pusieron a preparar sus lámparas.
Y las necias dijeron a las sensatas: - "Dadnos un poco de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas."
Pero las sensatas contestaron: -"Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis."
Mientras iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta.
Más tarde llegaron también las otras doncellas, diciendo: - "Señor, señor, ábrenos."
Pero él respondió: - "Os lo aseguro: no os conozco."
Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora.»
Palabra del Señor.