viernes, 14 de febrero de 2014

El cristiano es “enviado” y anuncia el Evangelio “con alegría”. Lamentándose no se hace un favor al Señor. El Papa el viernes en Santa Marta


El cristiano no se detiene, camina siempre más allá de las dificultades. Lo afirmó el Papa Francisco en la Misa de esta mañana en la Casa de Santa Marta. En la fiesta de los Santos Patronos de Europa, Cirilo y Metodio, el Pontífice se concentró en la identidad del discípulo. El Evangelio, advirtió, se anuncia con alegría, lamentándose no se hace un favor al Señor. Y puso en guardia sobre las tentaciones de hacerse lobo entre los lobos.

¿Cómo debe ser un discípulo de Jesús? El Papa se inspiró en las figuras de Cirilo y Metodio para detenerse en la identidad del cristiano. Y comentando la primera Lectura tomada de los Hechos de los Apóstoles subrayó que el cristiano es “enviado”. El Señor envía a sus discípulos, les pide ir adelante. “Y esto – observó – significa que el cristiano es un discípulo del Señor que camina, que va siempre adelante”:

“No se puede pensar en un cristiano inmóvil: un cristiano que se detiene está enfermo, sufre alguna enfermedad en su identidad cristiana, tiene alguna enfermedad en aquella identidad. El cristiano es discípulo para caminar, para avanzar. Al final lo hemos escuchado en el Salmo, la despedida del Señor: ‘Vayan por todo el mundo y proclamen el Evangelio’. Vayan. Caminen. Esto: una primera actitud de la identidad cristiana es caminar, y caminar también si hay dificultades, ir más allá de las dificultades”.

Esto, agregó, es lo que sucedió con Pablo en Antioquia de Pisidia, “donde había dificultades con la comunidad judía”. Jesús, recordó el Obispo de Roma, “exhorta a ir a los cruces de los caminos” y a invitar a “todos, buenos y malos”. Así dice el Evangelio, reiteró: “¡También a los malos! Todos”. El cristiano, por lo tanto, “camina” y “si hay dificultades, va más allá, para anunciar que el Reino de Dios está cerca”. Un segundo aspecto de la identidad del cristiano, continuó, “es que el cristiano debe permanecer siempre cordero”. El cristiano, repitió, “es un cordero, y debe conservar esta identidad”. El Señor nos envía “como corderos en medio de los lobos”. Pero, se preguntó el Papa, alguien podría proponer usar la “fuerza contra ellos”. Pensemos en David, y de esta forma observó, “cuando debía luchar contra el filisteo: querían vestirlo con todas las armaduras de Saúl y no podía moverse”. Así, explicó Francisco, “no era el mismo, no era el humilde, no era el simple David. Al final, él tomó solo la honda y venció la batalla”:

“Como corderos… No volverse lobos… Porque, a veces, la tentación nos hace pensar: ‘Esto es difícil, estos lobos son astutos y yo seré más astuto que ellos, ¿eh?’. Cordero. No tonto, sino cordero. Cordero. Con la astucia cristiana, pero cordero siempre. Porque si tú eres cordero, Él te defiende. Pero si tú te sientes fuerte como el lobo, Él no te defiende, te deja solo, y los lobos te comerán inmediatamente. Como cordero”.

El tercer aspecto de esta identidad, dijo, es el “estilo del cristiano” que es “la alegría”. Los cristianos, afirmó, “son personas que exultan porque conocen al Señor y llevan consigo al Señor”. Y advirtió que “no se puede caminar como cristiano sin alegría, no se puede caminar como cordero sin gozo”. También “en los problemas, también en las dificultades, también en los propios errores y pecados – insistió – está la alegría de Jesús que perdona y ayuda siempre”. El Evangelio entonces “debe ir adelante, llevado por estos corderos enviados por el Señor que camina, con alegría”:

“Aquellos cristianos que tienen un tiempo de adagio-lamentoso, que viven siempre así, quejándose de todo, tristes, no le hacen un favor ni al Señor ni a la Iglesia… Éste no es el estilo del discípulo. San Agustín dice a los cristianos: ‘¡Anda, va adelante, canta y camina!’. Con alegría: y ese es el estilo del cristiano. Anunciar el Evangelio con alegría. Y el Señor lo hace todo. En cambio, la excesiva tristeza, esta excesiva tristeza, también la amargura nos lleva a vivir un, por así decirlo, cristianismo sin Cristo: la Cruz vacía a los cristianos que están ante el Sepulcro llorando, como la Magdalena, pero sin la alegría de haber encontrado al Resucitado”. (RC-RV)

«LA PALABRA DE DIOS, FUENTE INAGOTABLE DE VIDA» SAN EFRÉN.

Reflexión Espiritual: 

Del comentario de san Efrén, diácono, sobre el Diatésaron


¿Quién hay capaz, Señor, de penetrar con su mente una sola de tus frases? Como el sediento que bebe de la fuente, mucho más es lo que dejamos que lo que tomamos. Porque la palabra del Señor presenta muy diversos aspectos, según la diversa capacidad de los que la estudian. El Señor pintó con multiplicidad de colores su palabra, para que todo el que la estudie pueda ver en ella lo que más le plazca. Escondió en su palabra variedad de tesoros, para que cada uno de nosotros pudiera enriquecerse en cualquiera de los puntos en que concentrara su reflexión.

La palabra de Dios es el árbol de vida que te ofrece el fruto bendito desde cualquiera de sus lados, como aquella roca que se abrió en el desierto y manó de todos lados una bebida espiritual. Comieron -dice el Apóstol- el mismo alimento espiritual y bebieron la misma bebida espiritual.

Aquel, pues, que llegue a alcanzar alguna parte del tesoro de esta palabra no crea que en ella se halla solamente lo que él ha hallado, sino que ha de pensar que, de las muchas cosas que hay en ella, esto es lo único que ha podido alcanzar. [...] Lo que, por tu debilidad, no puedes recibir en un determinado momento lo podrás recibir en otra ocasión, si perseveras. Ni te esfuerces avaramente por tomar de un solo sorbo lo que no puede ser sorbido de una vez, ni desistas por pereza de lo que puedes ir tomando poco a poco.
Fuente: News.va