Buenos días Señor, hoy no me he levantado muy animada, a veces las noches con sus sueños nos trastornan el alma y nos despertamos con el corazón dolorido. Pero levantamos los ojos hacia ti, te contamos nuestras dudas y problemas, te damos gracias por el nuevo día y poco a poco la alegría vuelve a nuestro corazón.
Te damos gracias por la familia, por los amigos, los compañeros, las personas que nos quieren y queremos. Todos ellos son un regalo que Tú nos has dado y te doy infinitas gracias, porque sé que no todo el mundo tiene la misma suerte.
Ellos nos ayudan cuando la vida no nos va muy bien, pero en el fondo de mi alma, en el fondo, sólo te tengo a Ti Señor, sólo Tú eres capaz de darme la paz que necesito, sólo Tú reconfortas de verdad mi alma, sólo Tú me das razones para ver que la vida merece la pena vivirla, sólo Tú haces que te vea en mis hermanos. Gracias Señor
H. de Carmen