lunes, 18 de junio de 2012

SED DE DIOS


En nuestra vida tenemos muchas actividades, vamos a trabajar, nos divertimos, salimos con los amigos. Quizás para algunas personas esto es suficiente, creen llevar una vida feliz y satisfactoria. Quizá ellos se conforman con la diversión, el tener cada vez más dinero y el tener  cada vez más poder.

Pero a los que hemos tenido una relación con Dios, a los que Dios nos ha llamado y nos ha dicho : "¡Ven, soy el camino, la verdad y la vida!", y le hemos contestado ¡Voy, Señor!, todo esto nos es insuficiente, necesitamos algo más, necesitamos a Dios en nuestra vida, anhelamos la compañía de nuestro Señor.

Tener sed de Dios es estar esperándolo en todo momento , oír o leer su palabra, tener una relación de intimidad con ÉL, recibirlo en la Eucaristía, confiar en  Él, consultarle nuestras dudas,  confiar en sus designios. Cuando tenemos sed de Dios cada día le necesitamos más y nuestro amor a Él es mayor cada dÍa.

La relación de plenitud que se tiene en la relación con Dios es incomparable con otras relaciones y es muy difícil de describir.

H. de Carmen