lunes, 16 de noviembre de 2015

¿Peligra el Jubileo de la Misericordia por la amenaza terrorista?

El portavoz y director de la Sala de Prensa del Vaticano, el P. Federico Lombardi, señaló que en estos días de violencia terrorista y a pesar de que Roma ha sido amenazada en varias ocasiones por los terroristas, “no es momento de renunciar al Jubileo o de tener miedo” sino que “tenemos más necesidad de él que nunca”.
En declaraciones a Radio Vaticana, el sacerdote afirmó que el próximo Año de la Misericordia que comenzará el 8 de diciembre, Solemnidad de la Inmaculada Concepción, y concluirá el 20 de noviembre de 2016, Solemnidad de Cristo Rey del Universo, “debemos vivirlo con sabiduría, pero también con valentía y con entusiasmo espiritual, continuando mirando adelante con esperanza a pesar de los ataques del odio”.
“Por eso diría que el Jubileo de la Misericordia se hace todavía más necesario. Un mensaje de misericordia, es decir, del amor de Dios que tiene como consecuencia también el amor recíproco y la reconciliación. Es exactamente la respuesta que se necesita dar en tiempos de tentación de desconfianza”.
“En estos días tristes por la rabia de una violencia homicida loca y horrible, muchos se preguntan cómo reaccionar. Algunos se preguntan cómo vivir la espera del Jubileo. ¡Atención! Estos asesinos poseídos de un odio insensato se llaman terroristas porque quieren infundir terror”.
“Si nos dejamos asustar, habrán logrado ya un primer objetivo. Es una razón más para resistir con decisión y con valentía a la tentación del miedo”.
El sacerdote afirma que “naturalmente se necesita ser prudentes y no irresponsables, tomar las precauciones que sean razonables, pero debemos continuar construyendo paz y confianza recíproca”.
También recordó que “Juan Pablo II decía que el mensaje de la misericordia ha sido la gran respuesta de Dios y de los creyentes en el tiempo oscuro y horrible de la segunda guerra mundial, de las masacres realizadas por los totalitarismos, de la difusión del odio entre los pueblos y las personas”.
“También hoy, cuando el Papa Francisco habla de la tercera guerra mundial a trozos, es necesario el mensaje de la misericordia para ser capaces de reconciliación, de construir puentes, a pesar de todo, de tener el coraje del amor”.
El Papa Francisco, añadió, nos guía y nos invita a tener confianza en el Espíritu del Señor que nos acompaña”.
A su vez, el P. Federico Lombardi, al comentar los atentados terroristas de ayer en París, comentó que el odio “es absurdo”. “El odio homicida es algo que no tiene explicación, es la negación de la racionalidad, de la humanidad”.
En una breve conferencia de prensa, el P. Lombardi señaló que estos hechos podrían ser “la consecuencia de profundas heridas, de una visión completamente equivocada de la realidad y de la relación con las personas” pero “no hay una explicación racional del odio y del homicidio. Es la negación de la humanidad”.
En su opinión, los ataques perpetrados ayer en París no se pueden considerar un ataque al catolicismo, sino “un ataque a la humanidad en general”. “París es una ciudad moderna, que no es por definición católica, sino que es una de las grandes ciudades seculares del mundo de hoy, por tanto es un ataque a la humanidad, a la convivencia entre los hombres, a la paz de toda la comunidad humana”.
Preguntado si se van a elevar las medidas de seguridad en el Vaticano, el P. Lombardi afirmó que este es un tema del que no puede hablar él y que hay que dejárselo a las autoridades competentes.
ACI/Alvaro de Juana


El cuadro 'Y el almendro floreció' (muerte de santa Teresa en brazos de la beata Ana de San Bartolomé), expuesto en la Almudena


Con motivo del V Centenario del nacimiento de santa Teresa de Jesús, a lo largo del 2015 y 2016 el cuadro de Isabel Guerra Y el almendro Floreció , que refleja la muerte de la Santa en brazos de la beata Ana de San Bartolomé y que habitualmente está expuesto en la catedral primada de Toledo, está itinerando por carmelos, museos y catedrales. Desde la semana pasada se encuentra expuesto en la catedral de la Almudena, donde permanecerá hasta finales de mes.
Reseña de la obra, por Belén Yuste y Sonnia L. Rivas-Caballero
«Con la obra titulada Y el almendro floreció la insigne artista y académica Isabel Guerra, miembro del Comité de Honor de la Asociación Amigos de Ana de San Bartolomé, ha querido contribuir a la difusión de quien fue compañera inseparable de santa Teresa de Jesús: la beata Ana de San Bartolomé. Esta insigne carmelita fue fundadora de Carmelos en Francia y Flandes y amiga y consejera de la infanta Isabel Clara Eugenia, hija de Felipe II y gobernadora de los Países Bajos.
El óleo, de grandes dimensiones (1,40 x 2,20 cm.), recrea el momento cumbre en la vida de Ana de San Bartolomé y se convirtió en su gran referente: la muerte de santa Teresa en sus brazos. La escena está basada en los testimonios de los procesos de canonización de Teresa de Jesús y en la Autobiografía de Ana de San Bartolomé, que desvelan hechos extraordinarios que sucedieron aquel anochecer del 4 de octubre de 1582, en el Carmelo de Alba de Tormes, y la visión que extasió a la Beata y ella describió en su relato: “Y el día que murió estuvo desde la mañana sin poder hablar; y a la tarde me dijo el padre que estaba con ella que me fuese a comer algo. Y en yéndome, no sosegaba la Santa, sino mirando a un cabo y a otro. Y díjola el padre si me quería, y por señas dijo que sí, y llamáronme. Y viniendo, que me vio, se rió; y me mostró tanta gracia y amor, que me tomó con sus manos y puso en mis brazos su cabeza y, allí la tuve abrazada hasta que expiró, estando yo más muerta que la misma Santa, que ella estaba tan encendida en el amor de su Esposo, que parecía no veía la hora de salir del cuerpo para gozarle. Y como el Señor es tan bueno y veía mi poca paciencia para llevar esta cruz, se me mostró con toda la majestad y compañía de los bienaventurados sobre los pies de su cama, que venían por su alma. Estuvo un credo esta vista gloriosísima, de manera que tuvo tiempo de mudar mi pena y sentimiento en una gran resignación y pedir perdón al Señor y decirle: “Señor, si Vuesa Majestad me la quisiera dejar para mi consuelo, os pidiera, ahora que he visto su gloria, que no la dejéis un momento acá”. Y con esto expiró y se fue esta dichosa alma a gozar de Dios como una paloma”.
Esa visión consoladora extasió a la Beata, cuyo rostro encendido concentró todas las miradas, mientras el espíritu de la Santa partía a la morada celestial. Así lo declaró la sobrina de la Santa, también llamada Teresa de Jesús, con quien Ana de San Bartolomé compartió el secreto de su misteriosa luz: “Reverberaba exteriormente con tanta claridad en el rostro, que otras religiosas, echándolo de ver y no sabiendo la causa, se embebían en mirarla a ella más que a la santa Madre...En expirando, que fue como un sueño suavísimo, desapareció esta visión y Ana de San Bartolomé volvió en sí”.
Las crónicas también aluden a otros hechos extraordinarios que sucedieron aquella noche: el florecimiento de un almendro seco, el indescriptible aroma que desprendía el cuerpo inerte de Teresa y la tersura que recuperó su rostro: “También vio esta testigo y otras religiosas a la mañana siguiente que un arbolillo seco y que nunca había llevado fruto, que estaba en un campecillo que caía delante de la celda donde la dicha madre Teresa de Jesús estaba muerta, estaba cubierto de flor y blanco como la nieve; lo cual pareció cosa milagrosa, lo uno por ser a cinco de octubre, que es el rigor del invierno; lo otro, porque el dicho arbolillo estaba seco y nunca había llevado flor, ni de allí adelante la llevó”.
“El cuerpo quedó blanco, el rostro hermoso a manera de cristal; todos sus miembros flexibles y no se echaban de ver en la Santa las arrugas que por su edad tenía...fue tanto el olor que salió de su cuerpo, que las religiosas que estaban en la celda, por no poder sufrir la grande fragancia de olor abrieron la puerta y la ventana”.
Algunas personas intentaron definir ese olor en sus declaraciones: “Nunca pudo atinar a lo que olía, porque el olor era tan suave y penetrante y confortativo, que le pareció que el estoraque y benjuí, algalia, y almizcle y ámbar se quedan muy atrás”.
Sucesos extraordinarios que enmarcaron la muerte de una mujer excepcional que, cuarenta años después, el 12 de marzo de 1622, fue proclamada santa.
Isabel Guerra ha querido inmortalizar en su obra dos instantes de dos vidas: el entrañable momento en que Teresa de Jesús, sintiendo que se acercaba al final de su vida, quiso esperar la muerte cobijada entre los brazos de Ana de San Bartolomé, su fiel compañera de tantas fatigas en este mundo; y el preciso instante en que la Beata tuvo la visión de la gloria que esperaba a Teresa de Jesús mientras ésta partía serenamente al soñado encuentro con su Amado que tanto había pregonado en los versos de su famoso poema Vivo sin vivir en mí.
La artista, interpretando los relatos de las crónicas, arropa la escena bajo un almendro que da título a la obra y adquiere un protagonismo lleno de significado: su tronco seco y oscuro florece iluminando el rostro de la Beata y sus flores blancas se desvanecen sutilmente hacia la celosía de la ventana de la humilde celda representando el vuelo del alma de Teresa de Jesús a la morada celestial. Así, un almendro seco florecido abraza toda la escena y se convierte en símbolo de muerte como florecimiento de Vida».


Homilía del Papa: La mundanidad lleva al pensamiento único. No subastemos la identidad cristiana

El pensamiento único, el humanismo que toma el lugar del hombre verdadero, Jesús, destruye la identidad cristiana. No subastemos nuestro documento de identidad. Fue la exhortación del Papa Francisco en su homilía de la Misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta.

La primera lectura del día, tomada del primer Libro de los Macabeos, se refiere a “la raíz perversa” que había surgido en aquellos días: el rey helenista Antíoco Epífanes había impuesto las usanzas paganas en Israel, al “pueblo elegido”, es decir a la “Iglesia de aquel momento”.

El Papa Bergoglio comentó “la imagen de la raíz que está debajo de la tierra”. La “fenomenología de la raíz” es ésta: “No se ve, parece que no hace mal, pero después crece y se muestra, hace ver la propia realidad”. “Era una raíz razonable” que impulsaba a algunos israelitas a aliarse con las naciones cercanas para ser protegidos: “¿Por qué tantas diferencias? ¿Por qué desde que nos hemos separado de ellos hemos padecido tantos males? Vayamos con ellos, somos iguales”.

Mundanidad, apostasía y persecución

El Pontífice explicó esta lectura con tres palabras: “Mundanidad, apostasía y persecución”. La mundanidad es hacer lo que hace el mundo. Es decir: “Subastemos nuestro documento de identidad; somos todos iguales”. Así muchos israelitas “renegaron la fe y se alejaron de la Santa Alianza”. Y lo “que parecía tan razonable – ‘somos como todos, somos normales’ – se convirtió en destrucción”:
“Después el rey prescribió para todo su reino que todos formaran un solo pueblo – el pensamiento único; la mundanidad – y que cada uno abandonara sus propias usanzas. Todos los pueblos se adecuaron a las órdenes del rey; también muchos israelitas aceptaron su culto: sacrificaron a los ídolos y profanaron el sábado. La apostasía. Es decir, la mundanidad te lleva al pensamiento único y a la apostasía. No son permitidas, no nos son permitidas las diferencias: todos iguales. Y en la historia de la Iglesia, en la historia, hemos visto, pienso en un caso, en la fiesta religiosa a la que se le ha cambiado el nombre – la Navidad del Señor tiene otro nombre – para borrar la identidad”.

El humanismo de hoy destruye la identidad cristiana


En Israel fueron quemados los libros de la ley “y si alguno no obedecía a la ley, la sentencia del rey era la codena a muerte”. He aquí “la persecución”, que comenzó con una “raíz venenosa”. “Siempre me ha llamado la atención  – afirmó el Papa – que el Señor, en la Última Cena, en aquella larga oración, rezara por la unidad de los suyos y pidiera al Padre que los liberara de todo espíritu del mundo, de toda mundanidad, porque la mundanidad destruye la identidad; la mundanidad lleva al pensamiento único”:
“Comienza por una raíz, pequeña, y termina en la abominación de la desolación, en la persecución. Éste es el engaño de la mundanidad, y por esto Jesús pedía al Padre, en aquella cena: ‘Padre, no te pido que los quites del mundo, sino que los custodies del mundo’, de esta mentalidad, de este humanismo, que viene a tomar el lugar del hombre verdadero, Jesucristo, que viene a quitarnos la identidad cristiana y nos conduce al pensamiento único: ‘Todos hacen así, ¿por qué nosotros no?’. Esto, de estos tiempos, nos debe hacer pensar: ¿cómo es mi identidad? ¿Es cristiana o mundana? ¿O me digo cristiano porque de niño he sido bautizado o he nacido en un país cristiano, donde todos son cristianos? La mundanidad que entra lentamente, crece, se justifica y contagia: crece como aquella raíz, se justifica – ‘pero, hagamos como toda la gente, no somos tan diferentes’ – busca siempre una justificación, y al final contagia, y tantos males vienen de allí”.

Estar atentos a las raíces venenosas que crecen y contagian

El Papa Francisco concluyó recordando que “la liturgia, en estos últimos días del año litúrgico” nos exhorta a estar atentos a las “raíces venenosas” que “nos alejan del Señor”:
“Y pidamos al Señor por la Iglesia, para que el Señor la custodie de toda forma de mundanidad. Que la Iglesia tenga siempre la identidad dispuesta por Jesucristo; que todos nosotros tengamos la identidad que hemos recibido en el bautismo, y que esta identidad  de querer ser como todos, por motivos de ‘normalidad’, no sea descartada. Que el Señor nos de la gracia de mantener y custodiar nuestra identidad cristiana contra el espíritu de la mundanidad que siempre crece, se justifica y contagia”.
(María Fernanda Bernasconi - RV).

El Vaticano reclama que los musulmanes "deben formar parte de la solución" para luchar contra el terrorismo

Lombardi: "Los ataques de París son absurdos y están fundados en el odio incontrolado"
 En un mundo afligido por la violencia es el momento justo para lanzar una ofensiva de la misericordia. Es comprensible que tras los ataques existan sentimientos de venganza, pero deben ser combatidos
El secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, ha subrayado la necesidad de una alianza con los musulmanes, que "deben formar parte de la solución" para luchar contra "el mal del terrorismo", en una entrevista con el periódico católico La Croix.
El número dos del Vaticano ha afirmado que ante los ataques terroristas de París, es necesario una "movilización general de Francia, Europa y del mundo entero, una movilización de todas las medidas de seguridad, de las fuerzas de policía y de los servicios de inteligencia para erradicar el mal del terrorismo".
"En un mundo afligido por la violencia es el momento justo para lanzar una ofensiva de la misericordia. Es comprensible que tras los ataques existan sentimientos de venganza, pero deben ser combatidos. El Papa quiere que el Jubileo sirva a las personas para encontrarse, entender y superar su odio", ha explicado.
Por su parte, el portavoz vaticano, Federico Lombardi, ha pedido que no se ceda a la "estrategia horrible y humana del terrorismo", al tiempo que ha afirmado que los ataques de París son "absurdos y están fundados en el odio y en una violencia incontrolada".
"Ser débiles ante este ataque de violencia que se llama terrorismo --llamado así porque quiere difundir el terror-- quiere decir ceder y dar la razón a todos los que usan esta esta estrategia horrible e inhumana", ha declarado el director de Radio Vaticano a la televisión de la Conferencia Episcopal Italiana, TV 2000.

Además, ha pedido coraje, prudencia y sabiduría para la lucha contra el terrorismo fundamentalista. "Debemos ser valientes, constantes, prudentes y sabios, pero tenemos que continuar recorriendo nuestro camino con nuestros principios. Sabemos que el diálogo y el amor son difíciles de poner en juego en este contexto humano e histórico, pero es el momento de dar testimonio", ha referido.
Sobre el próximo viaje que emprenderá el Papa a África, del 25 al 30 de noviembre, Lombardi ha explicado que Francisco ha querido "hablar de la misericordia y del amor de Dios también a los pueblos africanos además de en Roma". "De aquí ha nacido la idea de comenzar el Jubileo en África. Es un anticipo para un continente que tiene mucha necesidad", ha agregado Lombardi.

"El año de la misericordia es un mensaje fundamental de este pontificado. Es un mensaje de paz que se necesita urgentemente sobre todo para abordar y revertir estos tiempos de conflicto, de guerra y de odio. La verdadera y única respuesta digna de la humanidad es la del amor, la del diálogo, la de la comprensión y, como dice el Papa, la del encuentro", ha concluido.

Emotivo funeral en Notre Dame por las víctimas de la masacre de París.Osoro presidirá una misa en la catedral de La Almudena este miércoles a las 20 horas

El arzobispo de París, André Vingt-Trois, ofició ayer una misa en la catedral de Notre Dame en homenaje a las víctimas del atentado que el viernes pasado costó la vida de al menos 132 personas en la capital francesa.
Las campanas del templo comenzaron a sonar a las 18.15 horas (17.15 GMT) durante quince minutos en los que la plaza de Notre Dame estaba llena de gente que se acercó a dar aliento a los familiares de las víctimas. En los alrededores de la catedral, el silencio y algunas velas y flores acompañaron el acto, aunque la intervención del dispositivo de seguridad recordó pronto que toda manifestación está prohibida con motivo del estado de emergencia decretado por el Gobierno.
Los asistentes mostraron su "apoyo sincero" a las familias de las víctimas. "No tenemos miedo y por eso estamos aquí", declaró la parisina Malzac Michelle. Natalie Lacroix, también parisina, destacó que ese homenaje popular tiene más valor que los que puedan rendir las autoridades.
"Los que estamos aquí fuera somos personas que sinceramente queremos rendir homenaje a los fallecidos y los que están en primer plano son políticos muchas veces responsables de todo", lamentó. "Llevo dos días viviendo en un estado de 'shock', yo sí tengo miedo y profunda tristeza, pero hay que levantarse como le digo a mi gente", añadió. La misa en la catedral de Notre Dame es uno de los numerosos actos de homenaje que se suceden estos días en la capital francesa, tras la tragedia.
Velas, flores, mensajes y cánticos han ocupado los principales lugares de los atentados terroristas del pasado viernes en París, con gente que se congregó de forma improvisada pese a que las autoridades han prohibido las manifestaciones hasta el próximo jueves.
"Hay que demostrar que la vida es más fuerte, que París está de pie. No hay que dejar que el miedo gane, porque es entonces cuando dejas de vivir", dijo Ludovic Mouly, uno de los muchos ciudadanos que se acercaron hasta allí para dejar una vela o simplemente transmitir su apoyo con su presencia.
El lema 'Fluctuat Nec Mergitur' (oscila pero no se hunde), que figura en el escudo de París, pintado bajo un fondo negro en un cartel de una de las esquinas de la plaza por un colectivo de Street Art, resumía el sentir de la población.
Pero a diferencia de los atentados de enero, que afectaron también a una agente de policía y a un supermercado judío y se vieron como un ataque contra varios símbolos de la sociedad francesa, como la libertad de expresión, las fuerzas del orden y la religión, estos últimos han hecho mella personal.
"Te sientes atacada directamente, como parisina y como francesa", explica Camille Divay, de 27 años de edad, ante una oleada de atentados que se cobró al menos 132 muertos y cientos de heridos, y que golpearon dos barrios de moda en la capital y una conocida sala de conciertos.
Los mensajes colocados en los altares improvisados oscilaban entre el pesimismo ("La humanidad desaparece"), la valentía ("Ni miedo ni odio"), la solidaridad con las víctimas ("Una oración por nuestros amigos") y la constatación de que los autores del ataque, reivindicado por el Estado Islámico, "no son musulmanes, sino terroristas".
"Han querido meter miedo a los franceses, que nos retiremos del combate, desestabilizar el país", añade Carole, de 50 años de edad, que no puede evitar tener la duda de que, quizá, la vigilancia de las fuerzas del orden no fue suficiente.
En el bar Le Carillon y el restaurante Petite Cambodge, uno de los primeros escenarios de la masacre, el único cordón de seguridad que quedaba hoy era el reservado por los equipos de televisión llegados para grabar esa solidaridad ciudadana. Como en la plaza de la República y en la sala de conciertos Bataclan, la más afectada, con al menos 89 de los muertos, la gente se agrupaba "por necesidad", decían algunos, porque quedarse en casa querría decir que "han ganado".
"Salimos en enero, salimos ahora y volveríamos a salir", apunta Mouly, acompañado de su mujer y sus dos hijos. Reflejo de la tensión entre los ciudadanos, no obstante, fue la estampida humana que hubo esta tarde poco después, cuando cientos de personas salieron corriendo de la plaza aterrorizada por una circunstancia aún no aclarada y buscó refugio en cafés y calles colindantes.
Pero pese al estado de emergencia decretado por las autoridades ante la magnitud de lo sucedido el viernes, algunos como Carole insisten que aunque se incrementen las medidas de seguridad, no hay que limitar la libertad. Sería, concluye, "dar un paso atrás".
Por su parte, la catedral de La Almudena de Madrid acogerá este miércoles, a las ocho de la tarde, un funeral por los ataques terroristas de París, presidido por monseñor Osoro. El arzobispo de Madrid señala en una nota la "sangre dolor y luto" de "la ciudad hermana de Madrid", al tiempo que "condenamos el uso blasfemo de Dios como excusa para la barbarie y convocamos a la comunidad católica y a cuantos quieran unirse a la celebración de la Eucaristía en la catedral de Santa María la Real de la Almudena el próximo miércoles, 18 de noviembre, a las 20:00 horas, para pedir al Dios de la vida y de la paz por el eterno descanso de las personas fallecidas, la pronta recuperación de las heridos, el fin de los actos fratricidas, la conversión de los asesinos, el cese de la violencia y el odio, para que la paz y la justicia se hagan presentes en todos los lugares de la tierra".

Finalmente, la iglesia de San Antón, gestionada por Mensjaeros de la Paz, ha abierto un libro de condolencias y ha pedido a la ciudadanía que encientda una vela "en memoria de los fallecidos, de los heridos y sus familias".

José I. Glez. Faus: "Esos monstruos del 13N ¿no habrán sido producidos por el sueño de nuestra razón económica?"

"Los emigrantes no vienen a quitarnos lo nuestro sino a recuperar lo que es suyo"

"Habrá que hacer justicia, por supuesto. Pero sin que llamemos justicia al placer de hacer daño"

Escribo estas reflexiones sobre todo para mí mismo: por necesidad de serenarme ante la barbarie del atentado del viernes en París. Temo que muchos no las acepten. Pediría que intenten reflexionarlas antes de condenarlas.

1.- Hay al menos una cosa en la que todos estaremos de acuerdo: los autores de semejante salvajada son unos verdaderos monstruos. Agrava esta constatación el que no se trata de seis o siete monstruos excepcionales sino de decenas o centenas de miles; y sin duda más monstruosos los organizadores que los pobres ejecutores.

2.- Pero no es eso todo lo que cabe decir: porque todos los seres humanos somos capaces de lo peor y de lo mejor: podemos llegar a ser santos pero también podemos llegar a ser monstruos. Y entonces, queda la pregunta: ¿cómo estos muchachos han podido llegar a semejantes niveles de inhumanidad? Al intentar comprenderlo me encuentro con los siguientes datos:
3.- El profeta Isaías dejó escrito que "la paz es fruto de la justicia". Parece lógico entonces que el fruto de un mundo tan injusto como el nuestro y donde las diferencias entre los seres humanos son escalofriantes, haya de ser, necesariamente, la guerra y la violencia.

4.- Todo ser humano muerto antes de tiempo violentamente, es una tragedia que debe ser llorada. Y no cabe establecer aquí unos muertos de primera clase (que son los nuestros), y otros muertos sin importancia que no merecen ni un día de luto.

5.- Hablando de monstruos, recuerdo un célebre cuadro de Goya: "el sueño de la razón produce monstruos". Esos monstruos del 13N ¿no habrán sido producidos, en parte al menos, por el sueño de nuestra razón económica? ¿Por esa razón del máximo beneficio, del mínimo salario, de nuestra monstruosa "reforma" laboral, de las jubilaciones de 3 millones para los banqueros, del saqueo del tercer mundo, del lujo, el despilfarro y la ostentación como motores de la economía, del acaparamiento del petróleo y del armamento cada vez mayor, para defensa de ese todo desorden?... ¿Son esos en realidad nuestros verdaderos valores, o los otros a los que apelamos para justificarnos? No cabe olvidar que, en la historia, cuando las cosas se han torcido y no se enderezan a tiempo, acaban llevando a situaciones insolubles, o cuya solución sólo puede venir de un cambio radical de rumbo que sólo puede hacerse poco a poco y a largo plazo.


José Ignacio González Faus

SEÑOR, CONFÍO EN TUS MANDAMIENTOS


Del salmo 119: 

Dame vida, Señor, para que observe tus decretos

Tú fuiste bueno con tu servidor,
de acuerdo con tu palabra, Señor.
Enséñame la discreción y la sabiduría,
porque confío en tus mandamientos.


Dame vida, Señor, para que observe tus decretos

Antes de ser afligido, estaba descarriado;
pero ahora cumplo tu palabra.
Tú eres bueno y haces el bien:
enséñame tus mandamientos.


Dame vida, Señor, para que observe tus decretos

Los orgullosos traman engaños contra mí:
pero yo observo tus preceptos.
Ellos tienen el corazón endurecido,
yo, en cambio, me regocijo en tu ley.


Dame vida, Señor, para que observe tus decretos

Me hizo bien sufrir la humillación,
porque así aprendí tus preceptos.
Para mí vale más la ley de tus labios
que todo el oro y la plata.



Dame vida, Señor, para que observe tus decretos

De News.va

¿Qué quieres que haga por ti? Señor, que vea otra vez.

Lectura del santo evangelio según san Lucas 18, 35-43
En aquel tiempo, cuando se acercaba Jesús a Jericó, había un ciego sentado al borde del camino, pidiendo limosna.
Al oír que pasaba gente, preguntaba qué era aquello; y le explicaron: -«Pasa Jesús Nazareno.»
Entonces gritó: -«¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!»
Los que iban delante le regañaban para que se callara, pero él gritaba más fuerte: -«¡Hijo de David, ten compasión de mi!»
Jesús se paró y mandó que se lo trajeran.
Cuando estuvo cerca, le preguntó: -«¿Qué quieres que haga por ti?»
Él dijo: -«Señor, que vea otra vez.»
Jesús le contestó: -«Recobra la vista, tu fe te ha curado.»
En seguida recobró la vista y lo siguió glorificando a Dios. Y todo el pueblo, al ver esto, alababa a Dios.
Palabra del Señor