martes, 28 de agosto de 2012

Carta de san Pablo a los Tesalonicenses 1


Pablo, Silvano y Timoteo a los tesalonicenses que forman la Iglesia de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.


Os deseamos la gracia y la paz de Dios Padre y del Señor Jesucristo.

Es deber nuestro dar continuas gracias a Dios por vosotros, hermanos; y es justo, pues vuestra fe crece vigorosamente, y vuestro amor, de cada uno por todos y de todos por cada uno, sigue aumentando.

Esto hace que nos mostremos orgullosos de vosotros ante las Iglesias de Dios, viendo que vuestra fe permanece constante en medio de todas las persecuciones y luchas que sostenéis.
Así se pone a la vista la justa sentencia de Dios, que pretende concederos su reino, por el cual bien que padecéis.

Nuestro Dios os considere dignos de vuestra vocación, para que con su fuerza os permita cumplir buenos deseos y la tarea de la fe; para que así Jesús, nuestro Señor, sea glorificado en vosotros, y vosotros en él, según la gracia de Dios y del Señor Jesucristo.

Estas palabras de Pablo debemos reflexionarlas con profundidad  todos los cristianos, ya que formamos parte de comunidades que seguimos a Cristo y  pertenecemos a la Iglesia católica.

¿Nuestra fe crece vigorosamente?. ¿Procuramos formarnos?. Cuánto más conozcamos a Jesús, más lo amaremos y más amaremos al Padre.

¿Nuestro amor de cada uno por todos y de todos por cada uno, existe?. Y si existe, ¿procuramos que vaya aumentando cada día?. O por lo contrario, vamos cada uno por nuestro lado y nos limitamos a "cumplir" con nuestras obligaciones dominicales.

¿Damos la paz a nuestros hermanos en la eucaristía, y después cuando los vemos por la calle pasamos de ellos?.  ¿Procuramos ayudar a los componentes de nuestra comunidad?. ¿Nos acercamos a ellos cuando los vemos tristes?.

¿Pablo daría gracias a Dios por nosotros?. Y sobre todo, ¿estamos traicionando a Jesús?.

Ahora no soportamos persecuciones como en tiempos de Pablo, pero sí que en algunas ocasiones no nos comprenden como quisiéramos, ¿ permanecemos firmes en nuestra fe y la defendemos?, o ¿procuramos no implicarnos y pasar desapercibidos?.

Ojalá que nuestras respuestas sean consecuentes con el amor que Dios nos tiene y si tenemos algún fallo, ya que somos humanos, intentemos cada vez más responder al amor de Dios y ser dignos de entrar en su Reino. 
H. Carmen

La falsedad es la marca del diablo. Benedicto XVI


VATICANO, 26 Ago. 12 / 10:05 am (ACI/EWTN Noticias).- En sus palabras previas al rezo del Ángelus, junto a los fieles reunidos en su residencia de Castel Gandolfo, el Papa Benedicto XVI recordó la traición de Judas, que permaneció no por amor sino por venganza, y cuya culpa más grave “fue la falsedad, que es la marca del diablo”.


El Santo Padre señaló que “Judas habría podido irse, como hicieron muchos discípulos; es más, habría debido irse, si hubiese sido honesto. En cambio permanece con Jesús. Permanece no por fe, no por amor, sino con el propósito secreto de vengarse del Maestro. ¿Por qué? Porque Judas se sentía traicionado por Jesús, y decide a su vez traicionarlo”.


“Judas era un zelote, y quería un Mesías vencedor, que guiase una revuelta contra los Romanos. Pero Jesús había desilusionado estas expectativas. El problema es que Judas no se fue, y su culpa más grave fue la falsedad, que es la marca del diablo”.

El Papa indicó que por eso Jesús dijo a los doce apóstoles que “¡uno de ustedes es un diablo!”.

Benedicto XVI señaló que en el Evangelio de hoy indica que muchos seguidores de Jesús se alejaron de Él y dejaron de acompañarlo “porque no creyeron en las palabras de Jesús que decía: Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente”.

“Para ellos esta revelación permanecía incomprensible, porque la entendían solo en sentido material, mientras en aquellas palabras estaba preanunciado el misterio pascual de Jesús, en el que Él se ha donado a si mismo para la salvación del mundo”.

El Santo Padre recordó que Jesús luego se dirige a los apóstoles y les pregunta si ellos también quieren irse y, “como en otros casos, es Pedro quien responde en nombre de los Doce: ‘Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de Vida eterna. Nosotros hemos creído y sabemos que eres el Santo de Dios’”.

Al concluir, el Santo Padre pidió a la Virgen María que “nos ayude a creer en Jesús, como San Pedro, y a ser siempre sinceros con Él y con todos”.

Etiquetas: Benedicto XVI, Vaticano

LA VUELTA DEL DESCANSO



Jesús gracias por mis vacaciones en este tiempo tú has ocupado un sitio muy importante.

Antes de ir a la playa pasaba por la capilla y hablaba contigo, era la fuerza que me hacía rodar durante todo el día.

Meditaba junto al mar escuchando y miraba a todos en ocasiones sentia tristeza al oir hablar cosas no gratas de la Iglesia que somos todos, me hacia reflexionar cual ha de ser mi comportamiento ante todo y todos , hay que ser sal proyectar la luz de Cristo ante el mundo para que le conozcan los que no le buscan y se manifieste ante los que no preguntan por Él.

Hoy te pido por los alejados los que desearian conocerte y tener esperanza para que sus vidas sean más alegres y no tengan tanta tristeza ante los altos y bajos de su vida, imprégnalos de tu amor para que salgan del desánimo y vean que Tú muerte y resurección es el camino de la salvación.

Isabel