sábado, 27 de agosto de 2016

Francisco: "La Iglesia tiene una deuda de gratitud hacia Benedicto XVI"


«Para la Iglesia la presencia de un Papa emérito además de uno en funciones es una novedad. Y puesto que se aman es una novedad bella». Así escribe el Papa Francisco prologando el libro «Servidor de Dios y de la humanidad. La biografía de Benedicto XVI», a la venta a partir del 30 de agosto. El autor de la obra, editada por Mondadori, es Elio Guerriero.
«El anuncio del amor misericordioso de Dios para con el mundo» es el objetivo del servicio a la Iglesia, que lo acomuna a su predecesor, señala el Papa Francisco, que escribe también, en el prefacio de la biografía del Papa Ratzinger, que los «profundos lazos espirituales» y el «amor recíproco» que lo enlazan a Benedicto XVI son «expresión evidente» de la «continuidad del ministerio petrino, sin interrupción, como eslabones de una misma cadena».
El Papa Francisco asegura que con su predecesor ha podido «experimentar, no sólo reverencia y obediencia, sino también cordial cercanía espiritual, alegría al rezar juntos, fraternidad sincera, comprensión y amistad.Así como disponibilidad para aconsejar».
«Algo que el pueblo de Dios ha comprendido todas las veces que el Papa emérito, acogiendo mi invitación ha aparecido en público y lo he podido abrazar delante de todos, con la alegría y los aplausos sinceros e intensos de los numerosos presentes», escribe también Francisco, que pone de relieve que para él la presencia discreta y la oración por la Iglesia de Benedicto XVI son un apoyo y un aliento continuo.
Haciendo hincapié en que «todos en la Iglesia tenemos una gran deuda de gratitud hacia Joseph Ratzinger-Benedicto XVI, por la profundidad y equilibrio de su pensamiento teológico, vivido siempre al servicio de la Iglesia», el Papa Francisco destaca como «fundamental» el aporte de su fe y cultura para un magisterio capaz de «responder a las expectativas de nuestro tiempo». Así como su «valentía y determinación» al afrontar situaciones difíciles han indicado el camino para hacerlo con humildad y verdad, en espíritu de renovación y purificación.

 Por su parte, el Papa emérito reitera su obediencia incondicional a su sucesor, con sus sentimientos de profunda comunión y amistad, junto con su gratitud a la Providencia por la elección del Papa argentino, después de dos pontífices de Europa central, destacando la universalidad de la Iglesia católica. Con la cordialidad recibida de parte del Papa Francisco, desde el primer momento de su elección que prosigue con el don de«una relación maravillosamente paterna y fraterna», Benedicto XVI señala con profunda gratitud que la benevolencia humana que le brinda es una gracia particular en esta última fase de su vida. Y asegura sus oraciones por su sucesor, para que, a su vez, el Señor le haga sentir cada día su benevolencia.
Habiendo «experimentado en pleno los límites de su resistencia física», después de su viaje a Méjico y a Cuba, en 2012, y su incapacidad de afrontar nuevo vuelos intercontinentales, por los problemas del huso horario, ante la celebración de la JMJ de Río de Janeiro en julio de 2013 - evento «en el que la presencia física del Papa era indispensable» - Benedicto XVI cuenta que presentó su oración a Dios, confiando en la amistad de Jesús y en la Madre de Dios y de la esperanza, y que sintió serenidad al decidir su renuncia.
«Me hubiera tenido que preocupar - explica - si no hubiera estado convencido de ser un simple y humilde trabajador de la viña del Señor»... «La Iglesia está guiada por el Señor y por lo tanto podía poner en sus manos el mandato que él me había encomendado el día de mi elección».
El Papa emérito asegura haber recibido tantas consolaciones espirituales, así como numerosísimas expresiones de afecto y oración, que todavía le siguen llegando.
 Religión Digital

Las iglesias españolas tienen «bajo» riesgo de sufrir daños por terremoto

El nivel de peligro por terremotos en España es pequeño. La última vez que el patrimonio religioso se vio afectado por un seísmo fue en mayo de 2011, cuando seis iglesias del casco histórico de Lorca quedaron gravemente afectadas por los terremotos que asolaron la ciudad
La Iglesia española estima «bajo» el riesgo de que su patrimonio pueda sufrir las consecuencias de un seísmo porque el nivel de peligro por terremotos en el país es pequeño, según han confirmado a Europa Press fuentes episcopales tras el temblor que ha sacudido el centro de Italia dejando 267 muertos, 387 heridos y asolando edificaciones, algunas de valor histórico y religioso.
En cualquier caso, las mismas fuentes recuerdan que son «tragedias difíciles de prevenir» y que la Iglesia está «muy interesada» en conservar y mantener el patrimonio que el pueblo cristiano ha ido construyendo en España a lo largo de los siglos.
En mayo de 2011, seis iglesias del casco histórico de Lorca quedaron gravemente afectadas por los terremotos que asolaron la ciudad, especialmente, la Iglesia de Santiago, la más emblemática, a cuya reconstrucción ayudó la Conferencia Episcopal.
La Iglesia cuenta en España con 3.168 bienes culturales y 616 santuarios, entre ellos, Covadonga, la Basílica del Pilar, Montserrat, El Rocío o Torreciudad.
Además, de los 44 bienes declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, 22 cuentan con una presencia de las entidades de la Iglesia, en forma de propiedad, como las catedrales de Burgos, Sevilla y Toledo; por el origen, como el Camino de Santiago; o por la presencia de numerosas iglesias o conventos, como Ávila o Santiago de Compostela.
En 2014, último año del que se disponen datos, las diócesis destinaron 50,3 millones de euros a proyectos de conservación y rehabilitación de este patrimonio que, según un informe de la Conferencia Episcopal Española, tiene un impacto anual de 22.620 millones de euros en el Producto Interior Bruto (PIB) español.
Europa press/Alfa y Omega

27 de agosto: santa Mónica, viuda, madre de Agustín de Hipona


Ejemplo de madres santas y también intercesora de esposas y madres en apuros.
Conocemos los datos biográficos exclusivamente por el testimonio escrito de su hijo en lasConfesiones y en Diálogos. Se sabe que nació en Tagaste, ciudad de Numidia –actual Argelia– en el norte de África, en torno al año 332.
Sus padres eran cristianos y la posición económica era de desahogo en la casa. Una criada fuerte y honesta la cuidó durante su niñez, colaborando plenamente con las directrices de los padres; le inculcó capacidad para el sacrificio, le enseñó el valor de la austeridad y le hizo ver la necesidad de adquirir una piedad a toda prueba, ayudándola igual con el ejemplo que con las palabras; fueron elementos espirituales valiosísimos que le harían mucha falta en el futuro de su vida, como casada y, luego, como viuda. Contrajo matrimonio con Patricio, que era pagano; sin muchos bienes de fortuna, se ganaba la vida como empleado del municipio; sus frecuentes enfados casi siempre terminaban en estallidos de cólera y también era mujeriego. Basta con estos dos rasgos para hacerse una idea de los sufrimientos de Mónica, tan extraña a semejantes situaciones por lo delicado de su educación. Pero supo tratarlo con dulzura, sin perder la calma, con buen humor, afinando el tacto y midiendo los gestos y palabras, hasta conseguir que cambiara su conducta. Su suegra, que igualmente era pagana, tampoco la miró con buenos ojos al principio del matrimonio por prestar oídos a los comentarios irónicos y maldicientes que los criados hacían contra la nuera; pero también cambió. Entre las amistades de Mónica llegaron a comentar sus amigas, con asombro y admiración, el cambio que se estaba produciendo en su casa.
Tuvieron tres hijos. El mayor, Agustín, que nació en el año 354 y fue inscrito enseguida en el catecumenado, paso previo y necesario al bautismo; pero, por la costumbre entonces vigente, se dilató hasta su mayoría de edad, con consecuencias nada favorables para el chico, que se vio envuelto en graves desórdenes morales. Le seguía Navigio, que vivió siempre en la casa paterna hasta que se casó. Luego venía la hija, que llegó a regir un monasterio cuando enviudó. El cabeza de familia, Patricio, falleció alrededor del año 371, ya convertido al cristianismo y esto fue alegría para Mónica, pero su quebradero de cabeza permanente eran los derroteros por donde caminaba su hijo Agustín, que la hicieron llorar mucho; ella hacía lo que estaba en su mano y no podía hacer más: orar, esperar en Dios y dar el oportuno consejo cuando Agustín estaba dispuesto a recibirlo.
Hubiera querido que su hijo no se marchara a Roma; no lo consiguió y a Italia lo acompaña encontrándose con él en Milán, cuando ya Agustín ha tomado contacto con el obispo Ambrosio y comienza a entusiasmarse con la fe cristiana, en donde empieza a ver que está la verdad. También se incorpora a los sermones del santo obispo que tanto cambio estaban produciendo en el alma de su hijo. Una vez que se produjo la conversión y recibió el bautismo, decidieron madre e hijo el regreso a la patria; pero los planes humanos no siempre aciertan con los de Dios, y en Ostia muere Mónica el año 387, conversando cosas sobre el Cielo, cuando contaba cincuenta y seis años, con la plena sensación de haber cumplido («mis esperanzas en este mundo ya se han cumplido») su encargo.
Pidió ser enterrada allí mismo y Agustín cumplió su voluntad.
El culto a la santa empezó en la Iglesia en tiempo tardío, cuando el canónigo regular Gualtero traslada sus restos a Arrouaise, en Francia, en el siglo XII; hoy descansan en Roma en la iglesia de San Agustín.
Quizá no sea vano dar ánimos desde este santoral a ese numeroso y anónimo club de madres creyentes, disperso por el universo mundo, que van amasando en su interior cada día preocupaciones similares a las de santa Mónica por tantos y tan grandes problemas familiares. Quizá sea el momento de animarlas a ser pacientes, que Dios tiene sus horas para los maridos tozudos, descreídos o descaminados. Quizá no sea malo decirles que es conveniente mantenerse en paz. Quizá sea oportuno decirles que se pongan a rezar mucho por sus hijos, que Dios puede más. Quizá venga bien recordarles la necesidad de ir por delante con el ejemplo, la alegría, la piedad y el consejo. Quizá no se enfaden si alguien les dice que las lágrimas sirven y hasta pueden ser joyas de amor y bondad. Quizá, mirando a Santa Mónica, descubran en el horizonte nuevos remansos serenos, sin tempestad… quizá, quizá san Agustín no hubiera llegado a ser lo que fue si no hubiera tenido esta madre con un corazón tan excepcional.
Archimadrid.org

Como has sido fiel en lo poco, pasa el banquete de tu Señor


Lectura del santo Evangelio según san Mateo 25, 14-30
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:
-«Un hombre, al irse de viaje, llamó a sus siervos y los dejó al cargo de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos, a otro dos, a otro uno, a cada cual según su capacidad; luego se marchó.
El que recibió cinco talentos fue en seguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos.
En cambio, el que recibió uno fue a hacer un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor.
Al cabo de mucho tiempo viene el señor de aquellos siervos y se pone a ajustar las cuentas con ellos.
Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo:
-"Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco."
Su señor le dijo:
-”Bien, siervo bueno y fiel; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; entra en el gozo de tu señor".
Se acercó luego el que había recibido dos talentos y dijo:
-"Señor, dos talentos me dejaste; mira, he ganado otros dos".
Su señor le dijo:
-"Bien, siervo bueno y fiel; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; entra en el gozo de tu señor".
Se acercó el que había recibido un talento y dijo:
-"Señor, sabia que eres exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces, tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo."
El señor le respondió:
-"Eres un empleado negligente y holgazán. ¿Con que sabias que siego donde no siembro y recojo donde no esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en el banco, para que, al volver yo, pudiera recoger lo mío con los intereses. Quitadle el talento y dádselo al que tiene diez. Porque al que tiene se le dará y le sobrará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese empleado inútil echadle fuera, a las tinieblas; allí será el llanto y rechinar de dientes"».
Palabra del Señor.