Los cristianos, objetivo de los talibanes en Oriente Medio
El atentado de Lahore y la matanza de monjas en Yemen,
últimos episodios de persecución
El grupo talibán Jamaat ul Ahrar ha reivindicado la autoría del
atentado perpetrado este domingo en el parque infantil Gulshan e Iqbal de la
ciudad paquistaní de Lahore, en el que han muerto al menos 69 personas y 300 han resultado heridas. El
atentado estaba dirigido contra los cristianos.
"Reivindicamos la autoría del ataque
contra los cristianos que celebraban la Pascua", ha afirmado un portavoz de Tehreek e
Taliban Pakistan Jamaat ul Ahrar, Ehansulá Ehsan, en declaraciones telefónicas
al diario paquistaní 'The Express Tribune'.
"Forma
parte de los ataques de martirio anual que iniciamos este año", denominada
Saut ul Raad, ha destacado Ehsan. "Estábamos esperando esta ocasión.
Queremos decirle al primer ministro (Nawaz Sharif) y a la LMP-N (su partido)
que hemos llegado a Punjab y que vamos a por tí", ha añadido.
Gran parte de las víctimas son mujeres y
niños, dado que
el Gulshan e Iqbal es un parque infantil, que además se encuentra en una
importante zona residencial de Lahore.
Los primeros indicios apuntan a que la bomba contaba con rodamientos de metal, que
hicieron las veces de metralla, por lo que se sospecha que el atentado
pretendía causar el mayor número de víctimas y de forma indiscriminada. El
Ejército ha sido ya desplegado en la zona, que ha quedado acordonada por las
fuerzas de seguridad.
Poco después
del atentado, el gobierno de la región de Punjab, donde se encuentra Lahore, ha
ordenado el cierre de todos los parques públicos y ha anunciado tres días de
luto en la provincia. También se han cerrado centros comerciales y las
principales de la ciudad han quedado desiertas.
Este atentado dinamita la relación, de aceptable coexistencia entre cristianos y musulmanes,
que en los últimos años ya se había visto empañada por varias escaramuzas. Las
recientes acusaciones de blasfemia contra la minoría cristiana completan este
cuadro de tensión creciente, que han disparado la violencia y la animadversión
contra ellos de la mayoría islámica. Todo ello enmarcado dentro de una
situación de crecientes ataques sectarios en la última década.
En un
primer momento las autoridades paquistaníes han descartado que el atentado
tuviese como objetivo los cristianos, a pesar de que a esa hora eran muchas las
familias de esta religión que celebraban la Pascua en un céntrico parque. Pero
la clarificación ha llegado a primera hora de la mañana del lunes, hora
peninsular española, cuando los talibanes han reivindicado el
ataque "contra cristianos". En los últimos meses, la
minoría cristiana ha cargado repetidamente contra el Gobierno por no
protegerlos con mayor firmeza.
Pese a representar el 1,6% de la población
paquistaní, los cristianos constituyen la segunda minoría
más importante del país solo por detrás de los hindúes. Y son un
grupo de población nada desdeñable en la ciudad más grande del país, Karachi;
en Peshawar y en la región de Punjab -cuya capital es Lahore-. El peso de las
minorías budistas y cristianas de distintas confesiones alcanza hoy el 4% del
total de la población, frente al 15% previo a la partición de Pakistán e India
en dos Estados independientes a mediados del siglo pasado.
Buena parte de los cristianos paquistaníes
son descendientes de hindúes pertenecientes a castas bajas que se convirtieron
a la fe cristiana durante la época colonial británica, según un reciente
reportaje de la BBC británica sobre esta cuestión. Pese a que su conversión
obedecía, en muchos casos, a una decisión premeditada para huir de la injusticia del sistema hindú de castas, los cristianos
siguen ocupando uno de los eslabones sociales más bajos y suelen desempeñar
trabajos que los musulmanes desdeñan. Solo una pequeña parte, fundamentalmente
residente en Karachi, ha recibido una mejor educación y está mejor asentada en
el escalafón social.
Hasta la fecha, el peor ataque contra este
colectivo se produjo en 2013 en Peshawar,
cuando dos bombas dejaron cera de 80 muertos en una iglesia. Este resurgimiento
de la violencia contra los cristianos es interpretado por muchos, según el
citado reportaje de la BBC, como un mensaje directo a las potencias
occidentales y como una forma de poner en aprietos al primer
ministro Nawaz Sharif, aliado de Estados Unidos y Europa.
Prácticamente
en paralelo al ataque, centenares de manifestantes expresaban en la capital
paquistaní, Islamabad, su contrariedad con el ahorcamiento el mes pasado de
Mumtaz Qadri, acusado del asesinato del entonces gobernador de Punjab en 2011,
Salman Taseer, partidario de la reforma de la ley de blasfemia y contrario a la
ejecución de Asia Bibi, mujer cristiana condenada a la horca por insultar al
profeta y de cuestionar el Corán en una discusión.
Este tipo de actos de adhesión al
extremismo son interpretados como una muestra del todavía amplio apoyo que
tienen los islamistas entre amplias capas de la población paquistaní. En ese
mismo año, 2011, se produjo otro asesinato de una alta autoridad a manos de los
islamistas: el del líder cristiano y ministro de todo lo relacionado con las
minorías Shahbaz Bhatti.
Estados Unidos ha condenado ya este
"cobarde" atentado. "Este acto cobarde en lo que era un parque tranquilo y plácido
parque ha matado a decenas de civiles inocentes y ha dejado decenas de heridos.
Enviamos nuestras más profundas condolencias a los seres queridos de los fallecidos
y nos acordamos y recamos de los muchos heridos en la explosión", ha
afirmado un portavoz.
"Estados
Unidos está con el pueblo y el Gobierno de Pakistán en esta difícil hora. Vamos
a seguir trabajando incansablemente con nuestros socios en Pakistán y toda la
región para arrancar de raíz el azote del terrorismo", ha añadido.
También ha condenado el atentado de la
Nóbel de la Paz Malala Yousafzai. "Estoy desolada por la
muerte sin sentido de inocentes en Lahore. Mi corazón está con las
víctimas y sus familias y amigos", ha afirmado. "Condeno este
atentado en los términos más contundentes posibles. Estamos con las familias de
las víctimas. Pakistán y el mundo deben unirse. Cada vida es valiosa y debe ser
respetada y protegida", ha concluido.
Los obispos españoles han
pedido a los gobiernos que tomen medidas para acabar con las "masacres" como el atentado perpetrado
este domingo en Lahore (Pakistán) y aseguran sus oraciones por las al menos 70
víctimas mortales.