jueves, 6 de octubre de 2016

Entre judíos y samaritanos



Después de los reinados de David y Salomón, el pueblo judío se dividió en dos reinos: Judá o Reino del Sur, con su capital en Jerusalén; e Israel o Reino del Norte, con su capital en Siquem (que más tarde se trasladó a Samaria)… Cada uno de los dos reinos sufrió el exilio en distintas ocasiones: Judá a manos de Babilonia; e Israel a manos de Siria… la diferencia entre ambos es que los habitantes de Judá lograron restablecerse sin mezclarse con otras razas, mientras Israel se unió con otros pueblos al regresar del exilio…
Esto fue motivo de escándalo para los habitantes de Judá, quienes dejaron de considerar a los samaritanos como judíos auténticos… De igual manera, los samaritanos dejaron de considerar obligatorio el culto en el Templo de Jerusalén, dando culto a Dios en el monte Garizim…
Los samaritanos creían en Yahvé como único Dios… consideraban a Moisés como el profeta por excelencia y observaban la Ley de la Toráh… pero no reconocían el Talmud (tradición oral judía), ni los Profetas (Nevi’im), ni los libros escritos (Ketuvim)…
Todos sabemos que en el tiempo de Jesús, las relaciones entre judíos y samaritanos eran tensas y conflictivas, llegando hasta el odio y la intolerancia en muchas ocasiones… pero hay tres pasajes muy interesantes que me gustaría mirar brevemente…
Inhospitalidad de los samaritanos (Lucas 9, 51-56)
Samaria quedaba entre Galilea y Jerusalén, de manera que para ir de uno a otro era necesario pasar por Samaria, de otra manera había que dar una gran vuelta para evitar la región… y cuenta Lucas que en uno de sus viajes, Jesús envió mensajeros delante de Él a un pueblo de Samaria para que le prepararan posada… los samaritanos de ese pueblo se negaron a recibirle, porque iba hacia Jerusalén (por tanto, era judío)… y Santiago y Juan (por algo les llamaban “los hijos del trueno”) le preguntaron: «Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo y los consuma?»… pero Jesús les reprendió por tal pensamiento y siguió hacia otro pueblo…

La samaritana, en el pozo de Sicar (Juan 4, 1-42)
En esta ocasión Jesús va de Judea hacia Galilea y se detiene en Sicar (en Samaria)… mientras los discípulos van a comprar comida, Él se queda junto al pozo conversando con una mujer samaritana… el diálogo entre ambos es hermoso y de gran profundidad teológica… lo primero que debemos comentar es la sorpresa de la mujer: «¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy una mujer samaritana?»… Jesús le responde haciendo alusión al «Don de Dios» y le ofrece «agua viva»… esas dos referencias son al Espíritu Santo… luego Jesús le habla de un nuevo culto que no estará sujeto al Templo de Jerusalén ni al Monte Garizim, sino que «llega la hora (ya estamos en ella) en que los adoradores verdaderos adorarán al Padre en espíritu y en verdad»… el relato sigue diciendo que Jesús le habló sobre todo lo que ella había hecho durante su vida… y ella, sorprendida, corrió al pueblo a contárselo a todos: «Venid a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho. ¿No será el Cristo?»… dice Juan que Jesús se quedó dos días en Sicar… y «fueron muchos más los que creyeron por sus palabras, y decían a la mujer: “Ya no creemos por tus palabras; nosotros mismos hemos oído y sabemos que éste es verdaderamente el Salvador del mundo.”»

Parábola del buen samaritano (Lucas 10, 25-37)
Todos hemos escuchado la parábola del buen samaritano… un doctor de la Ley que, para poner a prueba a Jesús, le pregunta qué debe hacer para tener en herencia la vida eterna… Jesús devuelve la pregunta, preguntando qué es lo que dice la Ley… “Amar a Dios y amar al prójimo”, responde el legista… inconforme con el giro de la conversación, vuelve a preguntar a Jesús que quién es su prójimo (los judíos solamente consideraban como “prójimo” a otros judíos)… esto le da pié a Jesús para contar la parábola del hombre que va de Jerusalén a Jericó y caen en mano de ladrones que le dejan mal herido a la orilla del camino… a su lado pasan un sacerdote y un levita judíos, y ambos siguen de largo sin ayudarle… finalmente, pasa un samaritano que le socorre, cura y cuida… la parábola concluye con un pequeño diálogo entre ambos: Jesús le preguntó, «¿Quién de estos tres te parece que fue prójimo del que cayó en manos de los salteadores? Él dijo: El que practicó la misericordia con él. Díjole Jesús: Vete y haz tú lo mismo.»

Veamos… en el primero de estos tres pasajes, Jesús rechaza la actitud de odio y violencia de Santiago y Juan –y los judíos en general– hacia los samaritanos… actitud que hubiera estado bien vista, según las relaciones reinantes entre judíos y samaritanos pero que se opone con el mensaje del Evangelio de amar al prójimo (incluyendo a los “enemigos”)… en el segundo, Jesús no sólo conversa con la samaritana, sino que le ofrece el «Don de Dios», que no es otra cosa que Dios mismo… en adición, se queda entre los samaritanos dos días, anunciándoles el Reino… o sea, que además de hablar con los samaritanos, Jesús se interesa por su salvación y les trata con respeto y misericordia… por último, Jesús utiliza a un samaritano como ejemplo para mostrarle a un legista judío que “prójimo” no es el que comparte mis ideas o mi fe, sino todo aquel que necesite ayuda…
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Pues la actitud de algunos hermanos evangélicos hacia los católicos se parece a la actitud que existía entre judíos y samaritanos: está llena de reproche y condena por el sólo hecho de ser católico… fíjense, en ocasiones he comentado que algunos hermanos evangélicos tienen más respeto y cortesía para con un musulmán o un budista que para un católico… ¡lo vemos aquí mismo en algunos temas!!!
Los valores del Evangelio son humildad, mansedumbre y renuncia… y estos valores nos deben llevar a amar a Dios y al prójimo (y “prójimo” son todos)… no con un amor cualquier, sino con el Amor mismo de Cristo… con un amor tan perfecto, que no deja espacio para nada más…
A ti, hermano evangélico o de otra denominación que me lees…
Cuando veo la actitud que tienes hacia los católicos, no veo el Amor de Jesús reflejado en tus palabras… al contrario, en lugar de humildad, veo soberbia y prepotencia… en lugar de mansedumbre, veo intolerancia y odio… en lugar de renuncia, veo insulto, burla y desprecio… y no se trata de que creamos lo mismo o estemos de acuerdo en todo… pero de la misma manera que los católicos respetamos la manera de pensar de otras iglesias –cristianas y no cristianas– de esa misma forma esperamos que se nos respete nuestra fe…

No sé tú… pero yo no puedo imaginarme a Jesús enviando fuego del cielo para acabar con una ciudad de Samaria… sin embargo, tú nos condenas sin pensar que esa actitud de juicio/condena es rechazada por Dios…
No sé lo que tú piensas… pero mientras Jesús se sentó a dialogar con la mujer samaritana, abriéndole su Corazón para poder alcanzar el de ella… tú te limitas a disparar tres o cuatro textos bíblicos, sin importar lo que yo pueda decir o pensar al respecto… no te interesa escucharme porque ya me has juzgado por lo que te dijeron… y no te interesa conocerme para saber lo que de verdad creo y pienso…
No sé tú… pero cada vez que leo uno de tus comentarios incendiarios, no puedo dejar de preguntarme si alguna vez has pensado que yo soy “tu prójimos”, al igual que tú eres el mío… y que de la misma forma que yo respeto tu fe, también espero que tú respetes la mía…
Entiendo que tú creas que estás por el camino correcto… pero de verdad te digo, lo que tú crees de los católicos… lo que te han dicho o lo que crees haber visto… ¡está equivocado!… yo soy tan cristiano como tú… adoró a Yahvé, él único Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo… y guardo su Palabra con celo apostólico… tan así, que no sólo guardo su Palabra escrita, sino que guardo todo aquello que dijo e hizo Jesús y que no se escribió (como explica Juan al final de su Evangelio)…
No espero que cambies tu forma de pensar o sentir… cada cual es libre de elegir el camino que desea recorrer… y cada cual será responsable de darle cuentas a Dios por sus acciones (o la falta de ellas)… pero igual que tú eres libre, también lo soy yo… y si nuestro Padre respeta la libertad de ambos, ¿por qué no puedes tú respetar la mía?
A pesar de tus palabras y reproches, créeme, te amo como a mi hermano y oro a Dios por ti… no para que te cambie… o te convierta… o te salve… sino para que Su Voluntad se cumpla total y completamente en tu vida … y sobre todo, oro pidiéndole a Dios que te bendiga con su Amor y te conceda esa Paz que viene de morar dentro de su Corazón…
Y tú, hermano católico que me lees…
No permitas que estas actitudes afecten tu relación con Dios o tu forma de ver al prójimo… Lo digo porque a veces pienso que podemos caer en lo mismo… juzgando y condenando, cuando eso solamente le compete a Dios… Si nos insultan o calumnian o difaman… respondamos con caridad y respeto… mostremos la Verdad de nuestra fe… amemos y oremos!!!

Recuerda que Jesús predicó en muchas sinagogas… y levitas y fariseos rechazaron, unos tras otros, el Mensaje de Salvación que se les ofrecía… pero a pesar de eso, algunos oídos oyeron… y algunos corazones acogieron la Palabra… y por esos pocos es que hoy vive nuestra Iglesia… Sembremos la semilla del Evangelio con nuestras palabras… pero sobre todo, con nuestro ejemplo de vida… seamos como Jesús… y el Espíritu Santo se encargará de tocar los corazones que Él desee tocar…
Dios me los bendiga a TODOS… y María Santísima, Madre del Salvador y Madre nuestra, nos acompañe por el camino hacia Jesús…

Romualdo de Tengo Sed de Ti

Nuestra Señora del Rosario – 7 de octubre


En este santoral de ZENIT, que se inició a primeros de noviembre de 2012, por vez primera se incluye un espacio específicamente dedicado a la Virgen, aunque a través de la vida de los santos y beatos ofrecidos siempre ha estado presente. La tradición mariana impregna la cultura de incontables rincones del mundo. Sin disimular su orgullo, las gentes relatan la ancestral devoción heredada y transmitida a las sucesivas generaciones por la patrona que les aglutina. Cada una de las imágenes veneradas, que fue descubierta por alguien en lugares y circunstancias diversas, así como la aparición milagrosa directa de Ella misma, tiene tras de sí la grandeza de la fe florecida en el noble corazón de personas sencillas que nunca osaron dudar de la presencia de la Reina del cielo. Todas han tenido un porqué. Con ellas María insta a la penitencia, advierte de los peligros de no vivir la conversión, media para que se restablezca la paz cuando ha sido el caso, auxilia a los que están en peligro, responde a todos los que la invocan y se encomiendan a su mediación, sea cual sea la situación en la que se hallen. Siempre es portadora de consuelo y esperanza para sus hijos; lleva consigo multitud de bendiciones.
Hay advocaciones de carácter local, de modo que la noticia de su existencia es restringida. Otras son universalmente conocidas, como sucede con la que hoy se celebra: la de Nuestra Señora del Rosario. Tras cada una de ellas se esconde una hermosísima tradición. Por lo general, radica en apariciones que han tenido como acreedores de esta gracia a personas de distinta edad y condición. Han sido escenarios de su presencia árboles, oquedades, montañas, grutas, colinas, rocas, lugares desérticos que han florecido milagrosamente bajo sus pies, riveras marinas o el océano mismo, en campo abierto o en un templo, bien en la intimidad de un convento o en una humilde celda… Todos ellos, y muchos más, han servido para enmarcar una historia de amor sellada por la Virgen en una localidad determinada, en una nación, o en una persona concreta; son «acueductos» a través de los cuales proyecta sus gracias a la Humanidad entera.
El origen del rosario, aunque no como es conocido, se remonta al s. IX. Era usual en la observancia monástica con la lectura de los 150 salmos en la Liturgia de las Horas. El vulgo se limitaba a rezar 150 avemarías (el conocido «salterio de la Virgen»). En 1208 María se apareció a santo Domingo de Guzmán en la capilla del monasterio de Prouille, Francia. Era un momento difícil para él marcado por su lucha contra los albigenses, y rogaba a la Madre de Dios que le sostuviera en esa batalla. Portaba un rosario en sus manos que le enseñó a rezar, rogándole que difundiera por doquier esta devoción, a la par que vaticinaba incontables bendiciones especialmente en la conversión de los pecadores. El santo hizo depositario de esta gracia, entre otros, a Simón de Monfort, que tenía vía libre para dirigirse a los soldados que se hallaban bajo su mando e iban a combatir en Muret. Toda la tropa rezó esta oración y obtuvo la bendición de María con el resultado de una espectacular victoria. En conmemoración de este hecho, que Simón consideró obra de Ella, erigió una capilla dedicada a Nuestra Señora del Rosario.
Domingo propagó esta devoción y fue testigo de numerosas conversiones. Después de su muerte, los dominicos tomaron el testigo continuando esta misión. Pero el ser humano muchas veces peca de inconstancia, y aunque la oración fue acogida y rezada con piedad durante un siglo, después decayó. Entonces María volvió a hacerse presente para pulsar el corazón de sus hijos. Así, en el siglo XV se apareció al beato dominico bretón Alain de la Roche reiterando las promesas –quince en total– que había hecho a Domingo. Le rogó que recuperase esta tradición que se había perdido diciendo que, si además de saludarla, añadían la meditación sobre la vida, muerte y Pasión de su Hijo, se sentiría totalmente complacida. Le aseguró que serían tantos los milagros que se producirían con su rezo, que no habría prácticamente volúmenes para recogerlos. El beato volvió a restablecer esta devoción que fue calando en las gentes sencillas y en otros estratos sociales del pueblo cristiano.
Cuando el 7 de octubre de 1571 se obtuvo la victoria de los cristianos en la batalla naval de Lepanto, el papa san Pío V, que vio en ella la intercesión de María, solicitada rezando el rosario, extendió su práctica. Instituyó la celebración de Nuestra Señora de las Victorias, y mandó incluir en las letanías el título de «Auxilio de los cristianos». A Gregorio III se debe haber reemplazado el nombre de Nuestra Señora de las Victorias por el de Nuestra Señora del Rosario, como se viene celebrando desde entonces. La historia recoge memorables batallas en las que el adalid del triunfo obtenido ha sido siempre la advocación a la Virgen del Rosario. Distintos pontífices han ido acogiendo fervorosamente su rezo, otorgándole diversas indulgencias. Entre las encíclicas de León XIII se hallan doce dedicadas a él. A este papa se debe que la Iglesia confiera al mes de octubre la dedicación al santo rosario y a la presencia en las letanías del título «Reina del Santísimo Rosario». San Juan Pablo II, al igual que hicieron sus predecesores así como sus sucesores Benedicto XVI y Francisco, insistió en la conveniencia de rezarlo, y en 2002 añadió los misterios luminosos. En total se recorren veinte misterios de la vida de Jesucristo y de María. Tanto en Fátima como en Lourdes, María se apareció llevando un rosario en sus manos, pidiendo a los videntes: «Rezad el rosario».
En las primeras décadas del siglo XX esta oración se hizo popular en el mundo gracias al P. Patrick Peyton, quien hallándose plenamente convencido de haber sanado de su enfermedad gracias a María, no dudó en llevar a cabo su bellísima cruzada en pro del rosario haciendo de este lema «la familia que reza unida, permanece unida» un heraldo de reconciliación, bendecido por la Virgen.

El próximo Sínodo de los obispos tratará sobre ‘los jóvenes y la fe’



El papa Francisco ha decidido el tema para el próximo Sínodo de los obispos: “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”. La decisión la ha tomado tras consultar, como es habitual, a las Conferencias Episcopales, las Iglesias Orientales Católicas y la Unión de los Superiores Generales. Además también ha escuchado las sugerencias de los padres de la pasada Asamblea sinodal y el parecer del XIV Consejo Ordinario.
Según informa la oficina de prensa de la Santa Sede, el Sínodo tendrá lugar en octubre del 2018. Asimismo, se explica que el tema, “expresión de la preocupación pastoral de la Iglesia hacia los jóvenes, está en continuidad con lo surgido de las recientes Asambleas sinodales sobre la familia y con los contenidos de la exhortación apostólica post-sinodal  Amoris Laetitia”.
Se quiere “acompañar a los jóvenes en su camino existencial hacia la madurez para que, a través de un proceso de discernimiento, puedan descubrir su proyecto de vida y realizarlo con alegría, abriéndose al encuentro con Dios y con los hombres y participando activamente en la edificación de la Iglesia y de la sociedad”.
El Sínodo de los obispos es una asamblea de obispos procedentes de distintas regiones del mundo. Fue creada por el papa Pablo VI el 15 Septiembre de 1965, para responder así al deseo de los padres del Concilio Vaticano II de mantener vivo el buen espíritu nacido de la experiencia conciliar.
Las Asambleas generales pueden ser ordinarias y extraordinarias. Las Asambleas extraordinarias del Sínodo de los Obispos tratan cuestiones que exigen una resolución rápida. La diferencia entre una y otra es también la designación de los miembros de la Asamblea: en la Asamblea extraordinaria participan menos personas que en la Asamblea ordinaria, para facilitar la discusión rápida de los temas a estudiar.
El último Sínodo celebrado abordó el tema de la familia y tuvo una gran atención mediática. Además, tal como explicó en varias ocasiones el Santo Padre, fue en realidad un camino que duró dos años. En octubre de 2014 se celebró la Asamblea extraordinaria y en octubre de 2014 la Asamblea ordinaria. El resultado de este camino fue la exhortación apostólica del Santo Padre Amoris Laetitia.
ZENIT

Marko Rupnik pinta cuatro grandes lienzos. La inspiración de Ignacio en el arte del Aula

La sala de la Congregación es sobria y su acondicionamiento favorece ante todo la concentración en su tarea de las personas ahí reunidas. La vista no se distrae por el alrededor. Sin embargo, los proyectistas del aula han propuesto al artista jesuita esloveno Marko Ivan Rupnik que añada algunos elementos visuales en consonancia con el espíritu de los trabajos que se desarrollaran en este espacio. Rupnik es conocido sobre todo por sus mosaicos de arte sagrado, algunos de los cuáles decoran las capillas de la Curia general, de la Residencia Canisius y otras muchas iglesias en el mundo. De ellos hablaremos en posteriores publicaciones.
Para el Aula, el artista jesuita ha pintadocuatro grandes lienzos (paños) en tonalidades naranjas y amarillas en consonancia con el color madera que predomina en el Aula. El resultado impresiona en las primeras visitas, otorgando una calidez al espacio enormemente acogedora. Los lienzos han sido desarrollados sobre los siguientes temas:
En todo amar y servir, una expresión bien conocida que San Ignacio expone en la última parte de los Ejercicios Espirituales (nº 233), como respuesta agradecida ante el efecto de la gracia de Dios en la vida del ser humano.
1 Jn 4, 8, que redirige al versículo del evangelio según San Juan que dice:Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. De nuevo construyendo sobre la fuerte intuición de Ignacio sobre la interconexión entre la relación con Dios y la relación con los demás.
2 Cor 5, 2.17, otra referencia neotestamentaria, en este caso en la segunda carta de San Pablo a los cristianos de Corintio. Estos son los dos versículos citados: Suspiramos por el anhelo de revestirnos de nuestra morada celeste (v.2); y Quienquiera que vive en Cristo, es una criatura nueva. El mundo viejo ha pasado, un mundo nuevo ya ha nacido.
A su divina majestad, extraído igualmente del nº 233 de los Ejercicios Espirituales. Expresión muy utilizada por Ignacio expresando la actitud de profunda reverencia que nuestro fundador sentí hacia el Señor.
El crucifijo del Aula es también obra de Rupnik, realizado en el Centro Aletti, un centro de estudios y de investigación de la Compañía de Jesús ligado al Instituto Pontificio Oriental (Roma) dedicado a la reflexión intercultural.

MEDITACIÓN DEL PAPA FRANCISCO SOBRE EL EVANGELIO DE HOY:


Esta parábola del amigo inoportuno, que de noche va a pedir a otro, nos hace pensar en nuestra oración. ¿Cómo oramos nosotros? ¿Oramos así por costumbre, piadosamente, pero tranquilos, o nos ponemos con valentía ante el Señor para pedir la gracia, para pedir aquello por lo que rogamos?


La actitud es importante, porque una oración que no sea valiente no es una verdadera oración. Cuando se reza se necesita el valor de tener confianza en que el Señor nos escucha, el valor de llamar a la puerta. El Señor lo dice, porque quien pide recibe, y quien busca encuentra, y a quien llama se le abrirá.

¿Pero nuestra oración es así? ¿O bien nos limitamos a decir: «Señor, tengo necesidad, dame la gracia»? En una palabra, ¿nos dejamos involucrar en la oración? ¿Sabemos llamar al corazón de Dios?

Al final del evangelio de hoy, Jesús nos dice: ¿qué padre entre vosotros si el hijo le pide un pez le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo le dará un escorpión? Si vosotros sois padres, daréis el bien a los hijos. Y luego sigue: si vosotros, que sois malos sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, cuánto más vuestro Padre del cielo... Y esperamos que prosiga diciendo: os dará cosas buenas a vosotros. En cambio no, no dice eso. Dice: dará el Espíritu Santo a quienes lo pidan. Y esto es algo grande.

Cuando oramos valerosamente, el Señor no sólo nos da la gracia, sino que se nos da también Él mismo en la gracia. Porque el Señor jamás da o envía una gracia por correo: la trae Él, es Él la gracia.

Hay una oración en la que decimos al Señor que nos dé aquello que incluso la oración no se atreve a pedir. ¿Y qué es aquello que nosotros no nos atrevemos a pedir? ¡Él mismo! Nosotros pedimos una gracia, pero no nos atrevemos a decir: ven Tú a traérmela. Sabemos que una gracia siempre es traída por Él: es Él quien viene y nos la da. No quedemos mal tomando la gracia y no reconociendo que quien la trae, quien nos la da: es el Señor.

(De la homilía del Papa Francisco el 10-10-2013)

PEDID Y SE OS DARÁ



Lectura del santo evangelio según san Lucas (11,5-13):

En aquel tiempo, dijo Jesús a los discípulos: 

«Si alguno de vosotros tiene un amigo, y viene durante la medianoche para decirle: “Amigo, préstame tres panes, pues uno de mis amigos ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle.” Y, desde dentro, el otro le responde: “No me molestes; la puerta está cerrada; mis niños y yo estamos acostados; no puedo levantarme para dártelos.” 

Si el otro insiste llamando, yo os digo que, si no se levanta y se los da por ser amigo suyo, al menos por la importunidad se levantará y le dará cuanto necesite. 

Pues así os digo a vosotros: Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca halla, y al que llama se le abre. 

¿Qué padre entre vosotros, cuando el hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pez, le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? 

Si vosotros, pues, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?»

Palabra del Señor


Asesinan a tiros a cuatro catequistas católicos en Michoacán


Semidesnudos, torturados, tiroteados y envueltos en en bolsas de plásticos. Así es como aparecieron ayer los cadáveres decuatro jóvenes catequistas católicos en una huerta de limón en una comunidad del municipio de Apatzingán, en el estado deMichoacán, México.
Los cuatro jóvenes habían sido secuestrados el pasado sábado en el poblado de La Ruana, en el municipio de Buenavista Tomatlán. Se trataba de Willibaldo Hernández, Adán Valencia, Jesús López Urbina y Jesús Ayala Aguilar, todos integrantes del grupo evangelizador católico Arcoiris.
"Eran gente de bien, gente trabajadora", dijo Hipólito Mora, líder de un grupo de autodefensa de la zona, al que había pertenecido Jesús Ayala. "Estos muchachos trabajaban con sus papás, con sus familias; uno de los muertos, 'El Chuy', apenas acababa de darse de baja del movimiento para seguir en Arcoíris", dijo Mora.
Mora señaló al cártel de Los H-3, una organización que ha infiltrado a grupos de autodefensa, de ser el responsable de los asesinatos, y recordó que murieron tanto su propio hijo como el padre de Ayala en un reciente ataque perpetrado por este cártel.
En Michoacán operan el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), los Caballeros Templarios, Los Viagras, Los H-3 y la Nueva Familia, entre otras pequeñas organizaciones dedicadas a la producción y tráfico de la droga sintética conocida como cristal.
Apenas el pasado 19 de septiembre fue asesinado a balazos el sacerdote católico José Alfredo López Guillén en el municipio de Puruándiro. Luego esta misma semana fueron ejecutados dos curas del municipio de Poza Rica, Alejo Nabor Jiménez Juárez y José Alfredo Juárez de la Cruz, en el estado de Veracruz. (RD/Agencias)