domingo, 31 de julio de 2016

Viaje a Polonia, Francisco inicia la despedida


(ZENIT – Roma).- El papa Francisco se despide este domingo por la tarde de Polonia, después de un viaje apostólico de cinco días en los que participó de la Jornada Mundial de la Juventud, pero también visitó lugares de gran significado, como el santuario de Czestochowa y los campos de concentración de Auchwitz y Brikenau.
Hoy domingo por la tarde, ya poco después de las 16, el Pontífice se asomó al balcón del arzobispado y a los varios miles de personas allí presentes que le esperaban bajo la lluvia les dijo:
“Muchas gracias por esta compañía por este acercarse a despedirse. Muchas gracias por la calurosa acogida de estos días”. Dijo, y precisó que “ahora antes de irme les quiero dar la bendición pero también les quiero pedir que no se olviden de rezar por mi. Recemos juntos a la Virgen cada uno en su propia lengua: Dios te salve María… E impartió su bendición.
Y se despidió pronunciando su ‘adiós’ en polaco, despertando la ovación y aplausos de los varios miles allí presentes.

El Papa clausura la JMJ: ‘A Dios no le importa qué móvil tienes, le importas tú’


El papa Francisco ha celebrado en el Campus Misericordiae de Cracovia la misa de clausura de la Jornada Mundial de la Juventud. Entre dos y dos millones y medio, según indica al organización, se encontraban allí esperando para celebrar juntos este gran momento. Muchos de ellos, un millón y medio, ya se encontraban allí desde la tarde del sábado en la que también celebraron la vigilia con el Papa. Jóvenes de todos los rincones del mundo que han pasado la noche orando y celebrando la alegría de la fe. Hoy concluye una semana de encuentros, catequesis, oración y amistad y tras la que no volverán a sus casas indiferentes tal y como les pidió ayer el Papa en un motivador discurso
Mientras que en la homilía de esta mañana, el Papa ha querido recordar a los jóvenes que Dios cuenta con ellos por lo que son, no por lo que tienen. “Ante Él, nada vale la ropa que llevas o el teléfono móvil que utilizas; no le importa si vas a la moda, le importas tú. A sus ojos, vales, y lo que vales no tiene precio”. 
El Santo Padre ha hecho referencia a la lectura del día, el encuentro de Jesús con Zaqueo, para explicar que Él “desea acercarse a la vida de cada uno”, “recorrer nuestro camino hasta el final, para que su vida y la nuestra se encuentren realmente”. 
Zaqueo, tal y como ha recordado Francisco, era un rico colaborador de los “odiados ocupantes romanos”. Sin embargo, “el encuentro con Jesús cambió su vida, como sucedió, y cada día puede suceder, con cada uno de nosotros”. De este modo, el Santo Padre ha desarrollado su homilía indicando que Zaqueo tuvo que superar al menos tres obstáculos “que también pueden enseñarnos algo a nosotros”.
El primero es la baja estatura. Una tentación –ha precisado– que no solo tiene que ver con la autoestima, sino que afecta también la fe. Esta es nuestra estatura, nuestra identidad espiritual: “somos los hijos amados de Dios, siempre”. Así, ha subrayado que “no reconocer nuestra identidad más auténtica es como darse la vuelta cuando Dios quiere fijar sus ojos en mí”, “significa querer impedir que se cumpla su sueño en mí”. ¡Tú eres importante!, ha exclamado recordando a los jóvenes que “Dios cuenta contigo por lo que eres, no por lo que tienes”. Dios, ha precisado, nos ama más de lo que nosotros nos amamos, cree en nosotros más que nosotros mismos, “está siempre de nuestra parte, como el más acérrimo de los hinchas”. En este punto, el Santo Padre ha invitado a los jóvenes a rezar cada mañana: “Señor, te doy gracias porque me amas; haz que me enamore de mi vida”.
El segundo obstáculo del que ha hablado es “la vergüenza paralizante”. Por eso ha recordado que Zaqueo superó la vergüenza y subió al árbol “porque la atracción de Jesús era más fuerte”. Zaqueo “sintió que Jesús era de tal manera importante que habría hecho cualquier cosa por él, porque él era el único que podía sacarlo de las arenas movedizas del pecado y de la infelicidad”. El Papa ha contado también a los jóvenes un “secreto de la alegría”: “no apagar la buena curiosidad, sino participar, porque la vida no hay que encerrarla en un cajón”. Ante Jesús, “no podemos quedarnos sentados esperando con los brazos cruzados”, no podemos responderle con “un simple mensajito”.
El Papa ha exhortado a los jóvenes a no avergonzarse de llevar todo a Jesús, “especialmente las debilidades, las dificultades y los pecados, en la confesión”.  Él sabrá –ha asegurado– sorprenderos con su perdón y su paz.
El tercer y último obstáculo no estaba en un  interior sino “a su alrededor”: la multitud que murmura, que primero lo bloqueó y luego lo criticó. Así, Francisco ha pedido a los jóvenes “no tengáis miedo” y que recuerden el lema de la JMJ: “Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia”. Del mismo modo les ha invitado a no desanimarse porque “con vuestra sonrisa y vuestros brazos abiertos predicáis la esperanza y sois una bendición para la única familia humana, tan bien representada por vosotros aquí”.
La mirada de Jesús –ha añadido– va más allá de los defectos para ver a la persona. “No se detiene en el mal del pasado, sino que divisa el bien en el futuro”, “no se resigna frente a la cerrazón, sino que busca el camino de la unidad y de la comunión”, “no se detiene en las apariencias, sino que mira al corazón”. El Pontífice también ha pedido a los jóvenes que instalen “bien la conexión más estable, la de un corazón que ve y transmite el bien sin cansarse”.
Para finalizar la homilía, el Santo Padre, haciendo referencia a las palabras de Jesús a Zaqueo “hoy tengo que alojarme en tu casa”, ha asegurado que la JMJ “comienza hoy y continúa mañana, en casa”, porque es allí donde Jesús quiere encontrarnos a partir de ahora. Jesús espera que, entre tantos contactos y chats de cada día, “el primer puesto lo ocupe el hilo de oro de la oración”. Jesús desea que su Palabra “se convierta en tu ‘navegador’ en el camino de la vida”. Jesús –ha recordado el Papa a los jóvenes– te llama por tu nombre. “Tu nombre es precioso para Él”, ha indicado. La memoria de Dios no es “un disco duro” que almacena todos nuestros datos, “sino un corazón tierno de compasión, que se regocija eliminando definitivamente cualquier vestigio del mal”. De este modo ha invitado a “imitar la memoria fiel de Dios y custodiar el bien que hemos recibido en estos días”.
Zenit

AVISOS PARA EL VERANO



Puede parecer que las lecturas de este domingo son contraculturales. Cuando comienza el éxodo del mes de agosto, que para muchos significa el mes de las vacaciones, en el que se proyecta disfrutar de la vida con un mayor consumo de servicios, de bebida y de comida, no parece adecuado ponerse a hacer advertencias restrictivas.
Sin embargo, si se desea descansar, recuperar fuerzas, serenar el alma, gustar la belleza de la creación y disfrutar de las relaciones humanas, es importante no caer en la falsa emulación de aquellos que consumen más de lo que se puede y se debe. El evangelista, como si adivinara el riesgo que se corre durante las vacaciones, aconseja: «Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes.» (Lc).
El exhibicionismo físico y de bienes al final produce tristeza. La medida justa, el equilibrio, la sobriedad, a la hora de plantear el tiempo de descanso, son beneficiosos, y evitan el síndrome posvacacional. ¡Es tan fácil caer en la tentación de aparentar, para demostrar ante los vecinos que se tiene recursos! ¡Que no se es menos!

El tiempo es una realidad transitoria; no solo el tiempo de vacaciones, sino la misma existencia. El salmista pone en nuestros labios una expresión orante, llena de sabiduría: “Enséñanos a calcular nuestros años, para que adquiramos un corazón sensato” (Sal).
Sin caer en el escepticismo ni perder la alegría que supone gozar de los merecidos días de descanso, es bueno recordar la sentencia: “¡Vanidad de vanidades, todo es vanidad!” (Ecl).

Los medios de comunicación suelen proyectar durante este tiempo imágenes un tanto frívolas, placenteras, bohemias, como si la vida más deseable fuera la fiesta continua, la extroversión, las experiencias novedosas más excitantes.
¡Ojalá el verano suponga un tiempo para drenar el cansancio y el agotamiento, y ojalá preste energía, ilusión y recuperación de fuerzas! En definitiva, como dice san Pablo: “No sigáis engañándoos unos a otros. Despojaos del hombre viejo, con sus obras, y revestíos del nuevo” (Col).
Conozco a muchas personas que plantean los días de vacaciones como tiempo propicio para la lectura, la oración, la convivencia familiar, en espacios de la geografía interior.
En cualquier caso, te deseo un feliz descanso.
Ángel Moreno de Buenafuente

Desenmascarar la insensatez

El protagonista de la pequeña parábola del «rico insensato» es un terrateniente como aquellos que conoció Jesús en Galilea. Hombres poderosos que explotaban sin piedad a los campesinos, pensando solo en aumentar su bienestar. La gente los temía y envidiaba: sin duda eran los más afortunados. Para Jesús, son los más insensatos.
Sorprendido por una cosecha que desborda sus expectativas, el rico propietario se ve obligado a reflexionar: «¿Qué haré?». Habla consigo mismo. En su horizonte no aparece nadie más. No parece tener esposa, hijos, amigos ni vecinos. No piensa en los campesinos que trabajan sus tierras. Solo le preocupa su bienestar y su riqueza: mi cosecha, mis graneros, mis bienes, mi vida...
El rico no se da cuenta de que vive encerrado en sí mismo, prisionero de una lógica que lo deshumaniza vaciándolo de toda dignidad. Solo vive para acumular, almacenar y aumentar su bienestar material: «Construiré graneros más grandes, y almacenaré allí todo el grano y el resto de mi cosecha. Y entonces me diré a mí mismo: Hombre, tienes bienes acumulados para muchos años; túmbate, come y date buena vida».
De pronto, de manera inesperada, Jesús le hace intervenir al mismo Dios. Su grito interrumpe los sueños e ilusiones del rico: «Necio, esta noche te van a exigir la vida. Lo que has acumulado, ¿de quién será?». Esta es la sentencia de Dios: la vida de este rico es un fracaso y una insensatez.
Agranda sus graneros, pero no sabe ensanchar el horizonte de su vida. Acrecienta su riqueza, pero empequeñece y empobrece su vida. Acumula bienes, pero no conoce la amistad, el amor generoso, la alegría ni la solidaridad. No sabe dar ni compartir, solo acaparar. ¿Qué hay de humano en esta vida?
La crisis económica que estamos sufriendo es una «crisis de ambición»: los países ricos, los grandes bancos, los poderosos de la tierra... hemos querido vivir por encima de nuestras posibilidades, soñando con acumular bienestar sin límite alguno y olvidando cada vez más a los que se hunden en la pobreza y el hambre. Pero, de pronto nuestra seguridad se ha venido abajo.
Esta crisis no es una más. Es un «signo de los tiempos» que hemos de leer a la luz del evangelio. No es difícil escuchar la voz de Dios en el fondo de nuestras conciencias: «Basta ya de tanta insensatez y tanta insolidaridad cruel». Nunca superaremos nuestras crisis económicas sin luchar por un cambio profundo de nuestro estilo de vida: hemos de vivir de manera más austera; hemos de compartir más nuestro bienestar.
José Antonio Pagola

Ser ricos ante Dios


Lectura del santo Evangelio según san Lucas 12, 13-21

En aquel tiempo, dijo uno de entre la gente a Jesús:

- «Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia».

Él le dijo: «Hombre, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre vosotros? ».

Y les dijo: «Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes».

Y les propuso una parábola: « Las tierras de un hombre rico produjeron una gran cosecha.

Y empezó a echar cálculos, diciéndose: "¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha."

Y se dijo: "Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el trigo y mis bienes. Y entonces me diré a mi mismo: alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe, banquetea alegremente".

Pero Dios le dijo: "Necio, esta noche te van a reclamar el alma, y ¿de quién será lo que has preparado?"
Así será el que atesora para sí y no es rico ante Dios».

Palabra del Señor.

Musulmanes y cristianos rezan juntos en el lugar donde fue asesinado Jacques Hamel


Musulmanes y cristianos oraron juntos el viernes en la mezquita del poblado en Normandía donde un cura fue asesinado hace pocos días, y un imam denunció a los agresores.
Los asesinos no son musulmanes, "no son parte de la civilización, no son parte de la humanidad", dijo el imam. "Ustedes tienen la civilización equivocada porque ustedes no pertenecen a la civilización. Ustedes tienen la humanidad equivocada porque ustedes no pertenecen a la humanidad", dijo el imam Abdelatif Hmitou, presidente de la asociación de musulmanes en Francia.
Agregó: "Ustedes se equivocan sobre nosotros los musulmanes, y no les perdonaremos por esto". El imam reiteró su llamado para que todos los musulmanes de Francia vayan a iglesias y muestren solidaridad con los cristianos en su lugar espiritual.
Muchos musulmanes vinieron de toda Francia para poder asistir al evento en memoria del cura Jacques Hamel, que tenía 85 años cuando fue asesinado por dos jóvenes que entraron a la iglesia y tomaron rehenes.
El grupo que se hace llamar Estado Islámico se atribuyó el crimen. El imam Hmitou se dirigió directamente a los asesinos, exhortándoles: "¿Cómo se les ocurre que nosotros vamos a odiar a la misma gente que nos ayudó ... a rezarle a Alá en este pueblo? ¿Cómo se le ocurre a ustedes eso, señor asesino, señor criminal?". Se refería a la iglesia St. Therese, que le vendió al grupo islámico, por una suma meramente simbólica, un terreno adyacente para que pudieran construir la mezquita.
Los dos agresores, ambos de 19 años de edad, fueron abatidos por la policía cuando huían de la iglesia St. Etienne, donde mantuvieron como rehenes a dos monjas y a una pareja anciana, y asesinaron al sacerdote degollándolo. Otra monja logró escapar y le avisó a la policía.


Jesús quiere construir el futuro contigo. ¿Te animas? El Papa con los jóvenes en la Vigilia

"No vinimos a este mundo a vegetar", "no vamos a gritar ahora contra nadie, no vamos a pelear, no queremos destruir". Pero "es muy triste pasar por la vida sin dejar una huella", y Jesús, "el Señor del riesgo, del siempre más allá", hoy nos llama, nos convoca, nos invita, a "cambiar el sofá por los botines, para jugar de titulares en la vida". Y "nuestra respuesta a este mundo en guerra se llama: fraternidad".
Son estos algunos de los conceptos que entregó el "Pedro de nuestros tiempos" a los jóvenes en la Vigilia de Oración, durante la Jornada Mundial de la Juventud Cracovia 2016, después de escuchar los testimonios de tres chicos provenientes de distintos países y diferentes realidades sociales. 
Un mensaje cargado de la energía de un Pontífice en sintonía con la juventud de hoy, que con la sabiduría de Padre y Pastor de la Iglesia universal llama a cada uno de los jóvenes del mundo a animarse a ir por los caminos de la vida siguiendo la "locura de nuestro Dios", ese Padre Misericordioso que "nos enseña a encontrarlo en el hambriento, en el sediento, en el desnudo, en el enfermo, en el amigo caído en desgracia, en el que está preso, en el prófugo y el emigrante, en el vecino que está solo".
El Papa Francisco impulsó a los jóvenes a ir por los caminos de nuestro Dios que invita a cada uno a ser actores políticospensadoresmovilizadores sociales, y que nos incita a pensar una economía más solidaria. En todos los ámbitos en los que ustedes se encuentren, - les dijo- ese amor de Dios nos invita llevar la Buena Nueva, haciendo de la propia vida un homenaje a Él y a los demás.

"Si vos no ponés lo mejor de vos, el mundo no será distinto" les advirtió asimismo el Pontífice. Y a la vez que afirmó que el mundo de hoy "sólo acepta titulares en la cancha, no suplentes", les explicó que esto no se refiere sólo a algunos elegidos, sino a todo aquel que escuche el llamado de Dios, porque, dijo, "los elegidos son todos aquellos que estén dispuestos a compartir su vida con los demás"."La historia hoy nos pide que defendamos nuestra dignidad y no dejemos que sean otros los que decidan nuestro futuro", y el Señor, quiere hacer que tus manos, mis manos, nuestras manos se transformen en signos de reconciliación, de comunión, de creación. Él quiere tus manos para seguir construyendo el mundo de hoy. "Él quiere construirlo con vos". "¿Te animas?". (Griselda Mutual - Radio Vaticano)

Francisco reza por la paz y el fin de la violencia en la Iglesia de San Francisco antes de la Vigilia

Antes de llegar al campus de la Misericordia para celebrar la Vigilia de Oración, Papa Francisco ha hecho una parada fuera de lo planificado para este día y ha visitado la Iglesia de San Francisco donde se venera las reliquias de dos mártires franciscanos, Strzałkowski Zbigniew y Michał Tomaszek, asesinados por guerrilleros de "Sendero Luminoso» el 9 de agosto de 1991 en Pariacoto en Perú, y beatificados 5 de diciembre de, el año 2015 junto con el sacerdote italiano Don Alessandro Dordi, de la diócesis de Bérgamo. Allí el Papa rezó en italiano una "oración por la paz y la defensa de la violencia y el terrorismo":
 ORACIÓN POR LA PAZ Y POR EL FIN DE LA VIOLENCIA Y EL TERRORISMO 
Dios omnipotente y misericordioso, Señor del Universo y de la historia humana.
Todo lo que has creado es bueno, y tu compasión por el hombre, que te abandona una y otra vez, es inagotable.
Venimos hoy a implorarte que ampares al mundo y a sus habitantes con la paz, alejando de él el destructivo oleaje del terrorismo, restaurando la amistad y derramando en los corazones de tus criaturas el don de la confianza y la prontitud para perdonar.
Dador de la vida, te pedimos también por todos los que han muerto, víctimas de los brutales ataques terroristas. Concédeles la recompensa y la alegría eternas. Que intercedan por el mundo, sacudido por la angustia y desgracias.
Jesús, Príncipe de la Paz, te rogamos por los heridos en los ataques terroristas: los niños y los jóvenes, las mujeres y los hombres, los ancianos, las personas inocentes y los que han sido agredidos por casualidad. Sana su cuerpo y el corazón, que se sientan fortalecidos por tu consuelo, aleja de ellos el odio y el deseo de la venganza. 
Santo Espíritu Consolador, visita a las familias que lloran la pérdida de sus familiares, víctimas inocentes de la violencia y el terrorismo. Cúbreles con el manto de tu divina misericordia.  Que encuentren en Ti la fuerza y el valor para continuar siendo hermanos y hermanas de los demás, especialmente de los extranjeros y los inmigrantes, testimoniando con su vida tu amor.
Mueve los corazones de los terroristas para que reconozcan la maldad de sus acciones y vuelvan a la senda de la paz y el bien, el respeto por la vida y la dignidad de cada ser humano, independientemente de su religión, origen o status social.
Dios, Eterno Padre, escucha compasivo esta oración que se eleva hacia Ti entre el estruendo y la desesperación del mundo. Llenos de confianza en tu infinita Misericordia, confiando en la intercesión de tu Santísima Madre, fortalecidos con el ejemplo de los beatos mártires de Perú, Zbigniewa y Michała, que has convertido en valientes testigos del Evangelio hasta derramar su sangre, nos dirigimos a Ti con gran esperanza, suplicando el don de la paz y pidiendo que alejes de nosotros el látigo del terrorismo.
Por Jesucristo, nuestro Señor
Amén.
Oración del Santo Padre Francisco en la Basílica de San Francisco en Cracovia, día 30 de julio de 2016.