En el “Sermón de la Montaña”, Jesús nos dice lo siguiente: “Amen a sus enemigos, hagan bien a los que los aborrecen, bendigan a quienes los maldicen y oren por quienes los difamen”. (Lc. 6, 27-38)
¡Qué difícil es seguir estas palabras de Jesús! Siendo Dios y Hombre verdadero, Él bien sabe que ante la crítica, la injusticia, los insultos y calumnias, la naturaleza humana herida como está por el pecado, automáticamente reacciona con sentimientos de rencor, de desquite … y hasta de venganza. Con todo y esto, la máxima que nos da el Señor no es un acto de heroísmo exigido sólo a los más santos, sino que es un deber “normal” de todo cristiano.
A lo largo de todo el Evangelio, Jesús nuestro Señor nos invita -y más que invitarnos, nos obliga- a perdonar. Y no sólo nos lo dice de palabra, sino que nos da su ejemplo: mientras agonizaba colgado de la cruz, nos enseña con su oración al Padre cómo nos perdona. A los verdugos que lo torturaban y lo mataban no les reclama nada, sino que oraba así: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lc. 23, 34). ¿Qué mayor ejemplo podemos tener para nosotros perdonar a los que nos hacen daño? ¿Qué mayor seguridad podemos tener de que Dios nos perdona, aunque hayamos cometido el peor de los delitos, si perdonó así a sus propios asesinos?
Sin embargo, siempre nos asalta la objeción: ¿Cómo hacer para perdonar? ¿Cómo perdonar, si nuestra tendencia natural nos lleva al resentimiento, al desquite e incluso a la venganza?
Para respondernos esto, debemos estar convencidos de que si Dios nos pide algo, es porque podemos hacerlo. Y podemos hacerlo, porque Él nos da la gracia para hacerlo ... más aún, es Él Quien perdona en nosotros.
Perdonar es amar, pero también sabemos que cuanto más amamos a una persona más nos duelen sus ofensas. Y si creemos que le hemos perdonado algo nos queda en el alma, ¿dolor o rencor?. Debemos desechar el rencor con todas nuestras fuerzas y con la ayuda del Señor.
Cuando nos sea difícil perdonar una ofensa, perdonar a una persona en particular, ayuda mucho pedir a Dios la gracia del perdón, pensando en esa ofensa o en esa persona cada vez que rezamos esa frase del Padre Nuestro: “perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden".
Jesús, ayúdanos, nos ponemos en tus brazos, ¡enseñános a perdonar "de verdad"!.
Muchísimas gracias por estas frases, la verdad es que hay algunas muy bonitas, aunque tengo que admitir que hace poco vi unas frases que también me gustaron mucho en una página y que yo creo que os podrían interesar, os paso la dirección, http://mipagina.1001consejos.com/forum/topics/12-frases-de-perdon aunque tengo que admitir que me gustan más las de vuestra página. ¡Gracias!
ResponderEliminarQue
ResponderEliminardificil que es lo que Dios nos pide!! Que dificil! y es verdad cuanto
mas amamos a una persona mas nos duelen sus ofensas, gritos e insultos..
Dios enseñame ayudame..perdona en mi
EL MUNDANO NO PERDONA Y SE BURLA DE LOS CRISTIANOS , OFENDIENDOLOS Y DIFAMANDOLOS SI SABER EL DAÑO QUE CAUSAN.
EliminarNuestra fuerza está en el Señor. "Bienaventurados seréis cuando os injurien, os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa".
EliminarMm si aunque es duro perdonar tenemos que seguir el ejemplo de dios
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