El cardenal Müller, prefecto de la Congregación para la
Doctrina de la Fe, en Madrid.
El cardenal
alemán presenta en España el libro entrevista Informe sobre la esperanza, y
afirma que «el Papa no ha querido hacer una interpretación contraria al
magisterio» anterior
Sobre la posibilidad de dar la
comunión a los divorciados vueltos a casar, o de que se pueda vivir en gracia
de Dios manteniendo una situación objetiva de pecado, «tenemos que decir que
todas las interpretaciones de Amoris
laetitia que van más
allá del dogma de la Iglesia son falsas. El propio Papa ha dicho que no quiere
hacer una interpretación contraria al magisterio, porque todos los elementos
del matrimonio son dogma desde el Concilio de Trento». Son palabras del
cardenal alemán Gerhard Müller, prefecto de la Congregación Pontificia para la
Doctrina de la Fe, ante la pregunta de si la exhortación Amoris laetitia ha abierto la puerta a la comunión
eucarística a los divorciados vueltos a casar por lo civil. Una posibilidad que
en las últimas semanas vienen apuntando distintas voces, entre ellas las de
algunos cardenales.
Arropado por obispos españoles
Durante la presentación del
libro-entrevista Informe sobre la esperanza, que recoge las conversaciones del
alemán con el sacerdote español Carlos Granados, director de la BAC y editor de
la obra, el cardenal Müller ha visitado esta semana Madrid, Valencia y Oviedo.
En sus intervenciones ha estado arropado por numerosos obispos y cardenales
españoles.
Antes de la presentación en la
capital, este martes en la Universidad Francisco de Vitoria, el cardenal Müller
contestó en rueda de prensa a las preguntas de los medios, y matizando que las
llamadas «situaciones irregulares» a las que se refiere el texto del Papa no se
limitan solo a los divorciados en segunda unión, el prefecto de Doctrina de la
Fe afirmó que la Iglesia tiene que tener en cuenta «la debilidad de estas
personas» para «integrarlas con la acción pastoral». Sin embargo, «la Iglesia
no puede justificar su situación» pues se trata de «una contradicción objetiva
con la voluntad de Dios, no contra unas normas de la Iglesia».
«El derecho divino no se cambia»
Según afirmó el cardenal Müller,
«el Papa pide, siguiendo el movimiento de los dos Sínodos sobre la familia,
integrar a estas personas, porque no están fuera de la Iglesia, pero explicando
que viven de modo contrario a la voluntad de Dios». Porque «el derecho humano y
eclesiástico se puede cambiar, pero el derecho divino dado por Jesucristo, la
Iglesia no puede cambiarlo», añadió.
No puede haber pecado y gracia
En su exhortación, el Papa
asegura que no todos los que se encuentran en un relación irregular «viven en
una situación de pecado mortal, privados de la gracia santificante». Según el
cardenal Müller, «no es posible vivir en pecado y, a la vez, en gracia de
Dios». Y aunque puede haber casos en los que «en situación de pecado mortal, la
imputabilidad –de ese pecado– pueda ser menor por cuestiones subjetivas, esto
solo puede saberlo Dios», y por tanto la Iglesia «solo puede dar los medios de
salvación, los sacramentos» porque «tenemos la obligación de facilitar los
medios para la conversión» de esas personas.
Ante las interpretaciones que
surgen en torno a Amoris
laetitia, el cardenal pidió no «malinterpretar las palabras del
Papa según los propios intereses». Un día antes de su visita a Madrid, Müller
había presentado Informe sobre la esperanza en Valencia, donde ya había
alertado de estas «falsas interpretaciones» de las palabras del Papa, en este
caso sobre la misericordia de Dios. Porque, aunque no siempre se utilice
correctamente, «la misericordia –dijo– va unida inseparablemente a la
conversión».
José Antonio Méndez. Fuente: Alfa y Omega