miércoles, 9 de noviembre de 2011

EL NÚMERO 7 EN LA BIBLIA

El número 7 tiene el simbolismo más conocido de todos.


El numero 7, representa la Divinidad, lo completo y perfecto. Es el número que para los judíos les significaba lo sagrado de Dios.

Pedro pregunto ¿Hasta siete? Porque era el número de la perfección(Mat. 18:21).

Este número es el que describe el orden en la vida del hombre en todas sus acciones porque toma en cuenta a Dios. La creación fue terminada en Siete días. (Gen. 2:2)

El siete era usado para referirse al séptimo día conocido como el día de reposo (Exo. 20:8)

Siete días duraba la fiesta de la pascua (Exo. 12:15); Siete semanas era el periodo largo para las fiesta conocida como “la fiesta de las semanas” (Lev. 23:15)

La Palabra de Dios es descrita como plata refinada en horno de tierra, purificada por fuego “siete veces” (Salmos 12:6)

Muchos de los ritos para la purificación tenían que hacerse siete veces (Lev 14, 15, 25)

Naamán el sirio tenía que lavarse en el río Jordán siete veces para quedar libre de lepra. (2 Reyes 5:10)

Son siete las virtudes del Espíritu Santo que el profeta Isaías usa para referirse al Espíritu de Dios que iba a estar en Jesús. (Isa. 11:2-3)

Los judíos daban especial atención a las profecías de Daniel respecto a las “setenta semanas” (Dan. 9:24)

El apóstol Juan, escribió a siete iglesias en Asia (Apo. 1:12) Y en uno de sus mensajes, se refirió a Cristo como quien tiene en su mano las siete iglesias para dar confianza y animo a la iglesia misma en medio de gran tribulación. (Apo. 1:16)

En esta tribulación que la iglesia atravesaba en el primer siglo, son siete los ángeles que pronuncian juicio contra los enemigos de Cristo y de la iglesia por medio de siete trompetas (Apo. 8:2)

El Apocalipsis es el que más lo emplea: 54 veces para describir simbólicamente las realidades divinas: las 7 Iglesia del Asia, los 7 espíritus del trono de Dios, las 7 trompetas, los 7 candeleros, los 7 cuernos, etc.

La tradición cristiana continuó este simbolismo del 7, y por eso fijó en 7 los sacramentos, los dones del Espíritu Santo, las virtudes.

CRISTIANOS DEL SIGLO XXI

Ya los primeros cristianos vivían preocupados, mejor aún muy preocupados por la segunda venida al fin de los tiempos, pero San Pablo sale el encuentro de la dificultad, y los invitaba  con fuertes  palabras a dejar ya de ser los cristianos sumidos ciertamente en la esperanza pero al mismo tiempo en la inactividad: “A ustedes hermanos, ese día (el día de la aparición gloriosa de Cristo) no los tomará  por sorpresa, como unladrón, porque ustedes no viven en tinieblas, sino que son hijos de la luz y del día, no de la noche y de las tinieblas.

Hoy tendríamos queescuchar la voz del Papa Benedicto XVI en la convocación para el Año de la fe: “Habrá que intensificar la reflexión sobre la fe para ayudar a todos los creyentes en Cristo a que su adhesión al Evangelio sea más consciente y vigorosa, sobre todo en un momento de profundo cambio como el que la humanidad está viviendo. Tendremos la oportunidad de confesar la fe en el Señor Resucitado en nuestras catedrales e iglesias de todo el mundo; en nuestras casas y con nuestras familias, para que cada uno sienta con fuerza la exigencia de conocer y transmitir mejor a las generaciones futuras la fe de siempre. En este Año, las comunidades religiosas, así como las parroquiales, y todas las realidades eclesiales antiguas y nuevas, encontrarán la manera de profesar públicamente el Credo”.

Esa es entonces la ilusión, que los cristianos de hoy,vivamos en profundidad  nuestra fe, pero no en la penumbra de nuestros templos sino iluminando este mundo en el que nos desarrollamos y en el que nos ha tocado vivir para que la luz de Cristo resplandezca verdaderamente haciéndolo brillar en su Resurrección, después de haber pasado nosotros mismos por el camino de la cruz, de la entrega y de la fidelidad.  Esto es precisamente  lo que Cristo nos anuncia con la parábola del amo que al irse de viaje a un país lejano, quiso dejar a sus tres servidores una fortuna para que la trabajaran hasta su regreso. Dos de ellos, según su capacidad, doblaron la cantidad, pero un tercero, temeroso, tímido quizá o a lo mejor hasta flojo, fue y escondió el dinero bajo tierra, hasta que volviera el patrón. Y su castigo fue ejemplar, pues no fue capaz ni siquiera de meter el dinero al banco para que hubiera producido sus intereses.  

No escatimemos pues nuestro esfuerzopara que nuestra fe ilumine los hogares con un amor que se vea y se sienta entre dos esposos que se aman, en el trabajo con un trato de persona a persona donde cada uno mire con responsabilidad por la empresa de la que todos comen, y en nuestra relación con los demás, como una comunidad de hermanos que caminan no hacia el  final de esta vida, sino al encuentro con la paz, la alegría y el verdadero descanso eterno.
P. Alberto Ramírez Mozqueda