viernes, 20 de octubre de 2017

Cardenal Osoro, a los capellanes universitarios: «Si alguien te quiere mal, siéntale a tu mesa o siéntate en la suya»

Este viernes, 20 de octubre, el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, ha mantenido un encuentro con capellanes universitarios y representantes de la Pastoral Universitaria madrileña. Enmarcada en el inicio del curso pastoral, la jornada se ha desarrollado en la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense.
La capilla ha sido el punto de encuentro que, a los pies del Señor y en actitud orante, ha congregado a los capellanes y a los representantes universitarios presentes. «La paz solamente llega a nuestras vidas cuando acogemos los mandatos del Señor», confesaba el prelado desde el altar de en un acogedor oratorio que sabe mucho de rogativas y sueños. A su lado, el delegado episcopal de Pastoral Universitaria, Feliciano Rodríguez, acompañaba las palabras y la oración que guiaba el pastor de la Iglesia que peregrina Madrid. Tras el rezo inicial, el arzobispo alentó a los presentes a guardar «en lo más profundo de su corazón» las palabras del Señor. «A nuestros oídos llegan muchas cosas», dijo, «pero solo su Palabra nos da la paz, no nos hace tropezar en el camino y nos sitúa en sus mandatos»
«No devolváis mal por mal»
El arzobispo, además, les animó a vivir la fraternidad: «Vivamos el gozo de la fraternidad, la dulzura y la delicia que es vivir y convivir los hermanos unidos». Una misión, según recordó, que guarda unas «exigencias profundas» y que nos sitúa, al hilo del apóstol Pablo, «en otra perspectiva distinta de donde nos sitúa el mundo». Por tanto, «no devolváis mal por mal, no seáis vengativos» y «si hay alguien que te quiere mal, siéntale a tu mesa o siéntate a su mesa». Buscar la paz, construir la fraternidad y, además, «pedir ayuda al Señor» para que, como rezaba el Salmo 139, «nos defienda de la mano perversa». Y que en ese camino y con esa mirada, «no perdamos nunca la perspectiva que Él nos da y la dirección por la que Él camina».
Con esos tres preceptos, el cardenal se comprometió a tenderles su mano y reavivó su trascendental ministerio para «vivir de su presencia y marcar nuestra vida por la dirección que Él nos regala», de modo que, al terminar el día, «podamos dar gracias porque nos concede siempre esperanza, y nos la regala para que nosotros la entreguemos»
Un encuentro señalado y especial

Tras la oración, los participantes se reunieron en una sala anexa para compartir con su arzobispo sus experiencias, sentimientos e inquietudes, en torno a la labor que están realizando en la pastoral y en las diferentes universidades.
En un ambiente cercano y fraterno, los capellanes y representantes de la Pastoral Universitaria departieron sobre la acogida de su quehacer diario y universitario, los focos de hostilidad que, según ellos, son cada día menores, las sensibilidades que se encuentran en sus ambientes, el voluntariado que les acompaña, las jornadas culturales que celebran… Un encuentro señalado y especial que el pastor de la Iglesia de Madrid ha correspondido y animado con su presencia y su testimonio, con la esperanza puesta en un Dios que, como ha concluido el prelado, «es acogido en el corazón de las personas, me abre a los hermanos, quita miedos» y «en quien tenemos que tener una confianza absoluta».

COMENTARIO AL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS (12,1-7) POR SAN JUAN EUDES, SACERDOTE:





«Hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No temáis» (Lc 12,7a).
Nuestro amantísimo Salvador en diversos pasajes de las Sagradas Escrituras nos asegura que constantemente cuida de nosotros con desvelo; que nos lleva y llevará siempre en su regazo, sobre su corazón y en sus entrañas; y no se conforma con decírnoslo una o dos veces, sino que lo afirma y repite hasta cinco veces en el mismo pasaje.

Y en otro texto de Isaías nos asegura que si una madre llegara a olvidarse del hijo que un día llevó en su seno, El, sin embargo, jamás nos olvidaría y que ha escrito nuestro nombre en sus manos para no olvidarnos nunca; que si alguno nos tocara, lo heriría a Él en la niña de sus ojos; que no tenemos por qué preocuparnos de lo necesario para la vida y el vestido, pues Él en persona lo hace por nosotros ya que de sobra conoce nuestras necesidades; que ha contado todos los cabellos de nuestra cabeza y que ninguno de ellos caerá sin su licencia; que su Padre nos ama igual que a Él, y que su propio amor a nosotros es idéntico al que profesa a su Padre; Que Él desea estemos en donde Él esté, es decir que anhela vernos reposar en el mismo regazo de su Padre; que quiere vernos sentados con Él en el mismo trono; y que, en una palabra, no seamos con Él sino una misma y sola persona unida a la del Padre.

Tengamos cuidado de no apoyarnos nunca ni en el poder o el favor de nuestros amigos, ni en nuestros bienes, ni en nuestro espíritu, ni en nuestro saber, ni en nuestras fuerzas, ni en nuestros buenos deseos y propósitos, ni en nuestra oración, ni siquiera en la confianza que podemos tener en Dios, ni en los medios humanos, ni en cosa alguna creada, sino únicamente en la sola misericordia de Dios. 

No quiero decir que no hayamos de servirnos de todas estas cosas, y hacer de nuestra parte todo lo que esté en nuestro poder para vencer los vicios, para ejercitarnos en la virtud y para llevar y cumplir las tareas que Dios nos ha confiado y cumplir con las obligaciones que derivan de nuestro estado. 

Pero debemos renunciar a todo apoyo y confianza que podamos tener en las cosas mencionadas, y fiarnos de la pura bondad de Nuestro Señor. De manera que debemos esforzarnos tanto y trabajar según nuestras fuerzas, como si nada esperáramos de Dios; y no obstante, no debemos apoyarnos en nuestro trabajo y cuidado, sino, como si no hiciéramos nada, esperar todo únicamente de la misericordia de Dios.

EVANGELIO DE HOY: NO TEMAN LA MUERTE DEL CUERPO, SINO LA CONDENA DEL ALMA





Lectura del santo evangelio según san Lucas (12,1-7):

Se reunieron miles de personas, hasta el punto de atropellarse unos a otros. Jesús comenzó a decir, dirigiéndose primero a sus discípulos: 

"Cuídense de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía. No hay nada oculto que no deba ser revelado, ni nada secreto que no deba ser conocido.Por eso, todo lo que ustedes han dicho en la oscuridad, será escuchado en pleno día; y lo que han hablado al oído, en las habitaciones más ocultas, será proclamado desde lo alto de las casas.

A ustedes, mis amigos, les digo: No teman a los que matan el cuerpo y después no pueden hacer nada más.

Yo les indicaré a quién deben temer: teman a aquel que, después de matar, tiene el poder de arrojar al infierno. Sí, les repito, teman a ese.

¿No se venden acaso cinco pájaros por dos monedas? Sin embargo, Dios no olvida a ninguno de ellos. Ustedes tienen contados todos sus cabellos: no teman, porque valen más que muchos pájaros." 

Palabra del Señor

El Papa critica a los párrocos que no bautizan a hijos de madres solteras: "Escandalizan al pueblo de Dios"


Párrocos que no bautizan a los hijos de madres solteras. Curas que sí lo hacen, pero obligan al padre a no entrar en el templo. "Esto sucede hoy. Los fariseos, los Doctores de la Ley, no son cosas de aquellos tiempos". El Papa criticó con dureza a los pastores que cierran la puerta, escandalizan al pueblo de Dios", cayendo "en la corrupción", durante su misa matutina en Santa Marta.
"También hoy hay tantas de éstas. Por esto es necesario rezar por nuestros pastores. Rezar, para que no perdamos la clave del conocimiento y no cerremos la puerta a nosotros y a la gente que quiere entrar", clamó Bergoglio en su homilía.
El Papa recordó dos ejemplos de dicha corrupción: una, hace tiempo, en Buenos Aires. La otra, "hace tres meses", muy cerca de Roma. "En mi país escuché muchas veces de párrocos que no bautizaban a los hijos de las madres solteras, porque no habían nacido dentro del matrimonio canónico. Cerraban la puerta, escandalizaban al pueblo de Dios, ¿por qué? Porque el corazón de estos párrocos habían perdido la clave del conocimiento. Sin ir tan lejos en el tiempo y en el espacio, hace tres meses, en un país, en una ciudad, una mamá quería bautizar al hijo recién nacido, pero ella estaba casada civilmente con un divorciado. El párroco dijo: ‘Sí, sí. Bautizo al niño, pero tu marido está divorciado. Que se quede afuera, no puede estar presente en la ceremonia'".
Todas estas actitudes, denunció Bergoglio, denotan la importancia de la "responsabilidad" de los pastores, y la necesidad de recordar la "gratuidad" de la salvación, la importancia de ser personas que "ayudan a abrir la puerta", a uno mismo y a los demás.
La liturgia hablaba de las discusiones entre escribas y fariseos, y de la actitud de Jesús ante ellos, demostrándoles que sólo Dios es justo. "Hay que entender el corazón de Dios, comprender la salvación de Dios. Si no, hay un grave olvido. Se olvida la gratuidad de la salvación; se olvida la cercanía de Dios y se olvida la misericordia de Dios. Y los que olvidan la gratuidad de la salvación, la cercanía de Dios y la misericordia de Dios, se han llevado la clave del conocimiento".
Y de este modo, cuando "la gratuidad es olvidada", algunos anuncian "un montón de prescripciones que, de hecho, se convierten en la salvación". La ley "es siempre una respuesta al amor gratuito de Dios", que tomó "la iniciativa" de salvarnos. Y "cuando se olvida la gratuidad de la salvación, se cae, se pierde la clave de la inteligencia de la historia de la salvación", perdiendo "el sentido de la cercanía de Dios".
"Para ellos Dios es el que hizo la Ley. Y éste no es el Dios de la revelación. El Dios de la revelación es Dios, que ha comenzado a caminar con nosotros desde Abraham hasta Jesucristo, el Dios que camina con su pueblo. Y cuando se pierde esta relación cercana con el Señor, se cae en esta mentalidad obtusa que cree en la autosuficiencia de la salvación con el complimiento de la Ley. La cercanía de Dios".
En efecto, cuando falta la cercanía de Dios, cuando falta la oración - evidenció el Papa - "no se puede enseñar la Doctrina" y ni siquiera "hacer teología", y menos aún "teología moral". Francisco reafirmó que la teología "se hace de rodillas, siempre cerca de Dios". Y dijo que la cercanía del Señor llega "al punto más alto en Jesucristo crucificado", habiendo sido nosotros "justificados" por la sangre de Cristo, como dice San Pablo.
Por esta razón - explicó el Pontífice - con las obras de misericordia se va a tocar la carne de Cristo, "tocar a Cristo que sufre en una persona, tanto corporal como espiritualmente". Y además, advirtió que cuando se pierde la clave del conocimiento, se llega también "a la corrupción".

«Las hijas de la Caridad intentaron cambiar el mundo»



La actriz barcelonesa Assumpta Serna encarna a la hija de la Caridad Helena Studler, una poco conocida heroína francesa que durante la II Guerra Mundial salvó a más de 2.000 prisioneros de los campos de concentración nazis. El viernes 20 se estrena Red de Libertad, de Pablo Moreno, el filme que cuenta su historia
He de decir que he llorado como una magdalena viendo la película.
¿Te ha emocionado? Eso me gusta mucho, porque es lo que pretendíamos. Puedes crear todo el espectáculo que quieras, pero cuando el espectador ve una cara que quiere comunicar es mucho más interesante.
Así es, porque aunque es una película con un contexto de guerra, no es lo que prima (también porque el presupuesto llega hasta donde llega).
Para montar una guerra no necesariamente es más interesante ver tanques sino, por ejemplo, el por qué existe esa guerra o qué personas están a favor incluso de mentir para poder ayudar a otras personas, como el caso de sor Helena. Si lo piensas, llegó hasta a emborrachar a los nazis para evitar los registros.
¿Qué conocías de sor Helena?
Había oído hablar de ella, pero realmente era una formación vacía. Cuando Pablo [Moreno, el director del filme] me habló de ella, incluso me dio escritos de su sobrina, me pareció un personaje superinteresante, ¡quién no querría hacer una heroína! Además, actoralmente tenía muchos recovecos para poner cosas al personaje, no era algo cerrado. Por ejemplo, cómo ella, que daba constantemente su amor a los demás, rechazaba cuando la mostraban afecto. O que no estuviera preocupada por sí misma [y su enfermedad], con toda la responsabilidad que tenía hacia los huérfanos y su congregación.
Schindler ha copado todo el imaginario heroico en la II Guerra Mundial.
Sí, y hubo muchas personas en la sombra que hicieron el bien. Para ser un héroe simplemente hace falta no querer serlo, como estas hijas de la Caridad que durante tanto tiempo, en silencio y sin hacer ruido, intentaron cambiar el mundo a mejor.
¿Hay a quien le resulta muy manido eso de cambiar el mundo?
Esta es una película que comunica el mensaje del amor a los demás. A personas cínicas les puede parecer una tontería, pero hace falta recordarlo siempre. Además es un momento muy oportuno, dada la falta de diálogo y transparencia, la corrupción… Una película como esta se va a disfrutarla mucho, porque es una reflexión emocional hacia hacer el bien.
Y no solo en una guerra.
Efectivamente. Esta historia hace pensar qué te hace levantarte por la mañana y tener el deseo de hacer cosas. No puede ser solo acumular, lo que da sentido a tu vida es ese que lo que haces tiene que ver con otro, trasciende a otro. Y no, no hace falta esperar a una guerra para hacerlo.
¿Qué te ha enseñado la sor?
He ratificado que la pasión por contar historias es lo principal para escoger un personaje. He estado mucho tiempo sin papeles interesantes, y sor Helena ha sido también el reencuentro con el público, con un personaje que está más de acuerdo conmigo. También he ratificado que se puede hacer un cine con valores, que no son necesariamente valores inocentes.
¿El público generalista está preparado para ver este cine o solo un segmento concreto?
Se va a acoger bien, porque esta película habla de una heroína, y están de moda. De hecho, el otro día vi la película con mi marido y lloramos. Y no suele pasarme, porque estás fijándote en cosas técnicas, pero me dejé llevar por la historia.
Pero la heroína es una monja. ¿Eso atraerá o repelerá?
Habrá que ver. Tengo especial interés en que se estrene en Barcelona, porque allí tengo a mi madre, de 91 años –mi padre falleció recién acabada la película–. En mi familia hubo dos referentes cuando yo era niña, sor Araceli y sor Antonia. Mi abuelo (republicano) las rescató de la zona roja porque una de ellas era su hermana. Después de la guerra educaron a mi madre, la enseñaron piano… ¡y también eran hijas de la Caridad! Me enteré la primera semana de empezar con la película, porque hablé con mi madre y me dijo: «¡Eran paúlas, paúlas!». Así que, sin saberlo he cerrado un ciclo, porque durante el preestreno vino una hija de la Caridad a decirme que sor Araceli, mi tía abuela, siempre tuvo en el piano puesta mi foto. Y yo ahora les hago un pequeño homenaje.
¿Lo que se transmite fuera también se vive dentro del rodaje?
Pablo se preocupa por el bienestar de todos y eso es muy bonito. Me ha hecho estar bien, y cuando estoy bien me doy mucho. Sin este equipo, a lo mejor no hubiera salido así. El director emana transparencia y la contagia. En mis 115 películas habré encontrado poca gente así.
Cristina Sánchez Aguilar @csanchezaguilar
Alfa y Omega

Catequesis del Papa: Pensar en la propia muerte, que llegará

En su catequesis de la Audiencia General del tercer miércoles de octubre – prosiguiendo con su ciclo sobre “la esperanza cristiana” – el Papa propuso el tema del “contraste existente entre la esperanza cristiana y la realidad de la muerte”.
Hablando en italiano, el Santo Padre recordó que se trata de una realidad que nuestra civilización moderna tiende, cada vez más, a borrar. De modo que, cuando la muerte llega, para quien está cerca de nosotros, o para nosotros mismos, no nos encontramos preparados, sino carentes de un “alfabeto” apto para formular palabras de sentido en torno a su misterio.
Y añadió que los primeros signos de la civilización humana transitaron precisamente a través de este enigma, hasta el punto de poder afirmar que “el hombre nació con el culto de los muertos”. A la vez que aludió a otras civilizaciones, anteriores a la nuestra, que tuvieron el valor de mirar la muerte cara a cara.
Francisco dijo que la muerte nos hace descubrir que “nuestros actos de orgullo, de ira y de odio eran vanidad”. Por eso cuando llega nos damos cuenta, con aflicción, de que no amamos bastante y de que no buscamos lo que era esencial. A la vez que también vemos lo que de verdaderamente bueno fuimos capaces de sembrar: los afectos por los cuales nos hemos sacrificado y que, ahora, nos tienen la mano.
Sin embargo el Obispo de Roma reafirmó que Jesús ha iluminado el misterio de nuestra muerte, de manera que, con su comportamiento, nos autoriza a sentirnos doloridos cuando una persona querida se va, tal como Él mismo se sintió profundamente turbado ante la tumba  de su amigo Lázaro. De manera que la esperanza cristiana toma esta actitud del Señor.
Naturalmente, el Papa recordó que todos somos pequeños e indefensos ante el misterio de la muerte, pero si custodiamos en el corazón la llama de la fe, aquel será un momento de gracia. Sí, porque Jesús nos tomará de la mano, tal como lo hizo con la hija de Jairo y repetirá, una vez más: “¡Levántate, resurge!”.
(María Fernanda Bernasconi - RV). 
(from Vatican Radio)

Santa Marta: Llamamiento del Papa a “abrir la puerta”, a nosotros y a los demás

 
El papa Francisco ha exhortado en la Eucaristía celebrada esta mañana a que seamos “personas que ayudan a abrir la puerta, a nosotros mismos y a los demás”.
Así lo ha dicho en la homilía de la Misa que ha celebrado en la capilla de Santa Marta hoy, tercer jueves de octubre.
La reflexión del Papa se ha inspirado en la lectura del Evangelio de San Lucas, propuesto por la liturgia del día, que refiere que los escribas y los fariseos se consideraban justos y a quienes Jesús les demuestra que sólo Dios es justo, el Papa explicó el motivo por el cual los Doctores de la Ley se habían “llevado el conocimiento”, con la “consecuencia” de “no entrar en el Reino y, ni siquiera, dejar entrar a los demás”.
Así, Francisco ha advertido de que “Se olvida la gratuidad de la salvación; se olvida la cercanía de Dios y se olvida la misericordia de Dios. Y los que olvidan la gratuidad de la salvación, la cercanía de Dios y la misericordia de Dios, se han llevado la clave del conocimiento”.
En este contexto, el Santo Padre ha recordado que es “la iniciativa de Dios la que nos salva”. Y –ha continuado– en cambio, se ponen “de parte de la Ley”. La salvación –ha asegurado– “está allí, para ellos”, llegando de este modo “a un montón de prescripciones” que, de hecho, se convierten en la salvación. Pero así “no reciben la fuerza de la justicia de Dios”. La Ley, en cambio, es siempre “una respuesta al amor gratuito de Dios”, que tomó “la iniciativa” de salvarnos. Y “cuando se olvida la gratuidad de la salvación, se cae, se pierde la clave de la inteligencia de la historia de la salvación”, perdiendo “el sentido de la cercanía de Dios”.
“Para ellos Dios es el que hizo la Ley. Y éste no es el Dios de la revelación. El Dios de la revelación es Dios, que ha comenzado a caminar con nosotros desde Abraham hasta Jesucristo, el Dios que camina con su pueblo. Y cuando se pierde esta relación cercana con el Señor, se cae en esta mentalidad obtusa que cree en la autosuficiencia de la salvación con el cumplimiento de la Ley. La cercanía de Dios”, ha declarado el Papa.
El Santo Padre ha señalado que “no se puede enseñar la Doctrina cuando falta la cercanía de Dios, cuando falta la oración”, y ni siquiera “hacer teología”, y menos aún “teología moral”. Francisco reafirmó que la teología “se hace de rodillas, siempre cerca de Dios”. Y dijo que la cercanía del Señor llega “al punto más alto en Jesucristo crucificado”, habiendo sido nosotros “justificados” por la sangre de Cristo, como dice San Pablo.
Por ello, el Papa aludió a la “responsabilidad” de los pastores, hoy, en la Iglesia. Cuando pierden o se llevan “la clave de la inteligencia” –dijo– y nos cierran la puerta “a nosotros y a los demás”, y ha concluido pidiendo rezar por nuestros padres: “Rezar, para que no perdamos la clave del conocimiento y no cerremos la puerta a nosotros y a la gente que quiere entrar”.
ZENIT