En la homilía de ayer el sacerdote nos habló de las tentaciones de Jesús.
Jesús fue tentado aunque es hijo de Dios, quiso ser tentado para acercarse más a nosotros. Él salió victorioso, ¿y nosotros?.
Debemos rezar mucho y leer el Evangelio con mucha atención, para fijarnos con detalle como reacciona Jesús en cada ocasión y parecernos cada vez más a Él. Tenemos que estar siempre alerta, ya que a veces el maligno nos tienta con situaciones que "aparentemente no son malas".
Recemos para tener siempre la ayuda del Espíritu Santo.
H. de Carmen