Desde el 1 de septiembre hasta el 4 de octubre la Iglesia Católica celebra, en unión con cristianos de todo el mundo, el tiempo de la Creación, «un periodo en el que se invita a rezar por el cuidado de la creación y a organizar actividades que promuevan la conciencia ecológica integral»
El calendario litúrgico está dividido por tiempos: El tiempo de Adviento, de Navidad, de Cuaresma, de Pascua, Ordinario. En ellos, la Iglesia invita a los fieles a reflexionar y a celebrar alguno de los misterios de la vida de Cristo. De forma análoga, pero sin el carácter litúrgico de los anteriores, en la Iglesia existe también un tiempo de la Creación.
«Es un periodo en el que se invita a todos los cristianos a rezar por el cuidado de la creación y a organizar actividades que promuevan la reflexión y la conciencia ecológica integral», explica Carlos Jesús Delgado, vicepresidente de Justicia y Paz Madrid.
Origen ortodoxo
El origen de este tiempo de la Creación se sitúa en la Iglesia Ortodoxa, cuyo año litúrgico empieza el 1 de septiembre. Además, desde 1989, lo hace con una acción de gracias por la creación.
Ese mismo año se celebró en Basilea la primera Asamblea Ecuménica Europea. La segunda tuvo lugar en la ciudad de Graz en 1997. En ambos encuentros, tanto la CCEE (Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa) como la KEK (Conferencia de las Iglesias Europeas) ya enunciaron el compromiso de los cristianos europeos por la paz, la justicia y la defensa de la creación.
Sin embargo, fue en la tercera Asamblea Ecuménica Europea, celebrada en Sibiu (Rumanía) en septiembre de 2007, cuando el tema del cuidado de la creación se afrontó de manera clara y decidida. En el mensaje final del encuentro, en la décima recomendación, se instaba a «que el período entre el 1 de septiembre y el 4 de octubre se dedique a orar por la protección de la creación y a la promoción de estilos de vida sostenibles para contribuir a invertir la tendencia del cambio climático».
Laudato si
En el encuentro, explica el vicepresidente de Justicia y Paz Madrid, «se vio que era necesario constituir un tiempo de la creación para concienciar a los cristianos a nivel mundial sobre el cuidado de la creación». Se estableció que abarcara desde el 1 de septiembre, «por ser el inicio del año litúrgico ortodoxo», hasta el 4 de octubre, «por ser la festividad católica de san Francisco de Asís».
La Iglesia Católica se sumó decisivamente a la defensa del medio ambiente, y por lo tanto se sumó también decisivamente al tiempo de la Creación, en 2015, que fue el año en el que el Papa Francisco publicó la encíclica Laudato Si y estableció el 1 de septiembre como la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación.
Acciones concretas
El tiempo de la Creación pretende rezar por la creación y cuidar de forma concreta de ella. Para el primer objetivo, la página web del tiempo de la Creación propone diferentes recursos: rosario y vía crucis ecológico, una hora santa o recursos para orientar la liturgia y la predicación por el cuidado de la creación.
Y de la oración a la acción. En esta categoría se enmarca seis acciones simbólicas a escala global, que se celebrarán a lo largo de todo el tiempo de la Creación. Por ejemplo, entre el 16 y el 18 de septiembre los anglicanos y luteranos de Suazilandia, junto con la iglesia episcopaliana de Iowa y Escocia, limpiarán de basura el río Mbabane, el más grande de Suazilandia y que alimenta a la capital del país. Previamente habrá un servicio eucarístico.
Otra de las acciones simbólicas se realizara en Caserta, donde cada año se producen gran cantidad de incendios por el uso ilegal de terrenos como vertederos. El 21 de septiembre las parroquias de la diócesis de Caserta plantarán bonsáis en la zona.
Y con el mismo espíritu de las acciones simbólicas, también está previsto que hasta el 4 de octubre se desarrollen acciones y oraciones locales. En esta sección ya hay previstos más de 250 eventos a lo largo y ancho del mundo.
José Calderero @jcalderer
Alfa y Omega