viernes, 18 de agosto de 2017

18 de agosto: santa Elena, madre del emperador Constantino


En un mesón propiedad de sus padres en Daprasano (Nicomedia) nació pobre en el seno de una familia pagana. Allí pudo, en su juventud, contemplar los efectos de las persecuciones mandadas desde Roma: vio a los cristianos que eran tomados presos y metidos en las cárceles de donde salían para ser atormentados cruelmente, quemados vivos o arrojados a las fieras. Nunca lo entendió; ella conocía a algunos de ellos y alguna de las cristianas muertas fueron sus amigas, ¿qué mal hacían para merecer la muerte? A su entender, solo podía asegurar que eran personas excelentes.
San Ambrosio, que vivió en época inmediatamente posterior, la describe como una mujer privilegiada en dones naturales y en nobleza de corazón. Y así debía de ser cuando se enamoró de ella Constancio, el que lleva el sobrenombre de Cloro por el color pálido de su tez, general valeroso y prefecto del pretorio durante Maximiano. Tenía Elena 23 años al contraer matrimonio. En Naïsus (Dardania) les nació, el 27 de febrero del 274, el hijo que llegaría a ser César de Maximiano como Galerio lo fue de Diocleciano.
Pero no todo fueron alegrías. Elena fue repudiada por motivos políticos en el 292 para poder casarse Constancio con la hijastra de Maximiano y llegar a establecer así el parentesco imprescindible entre los miembros de la tetrarquía. Le costó mucho saberse pospuesta al deseo de poder de su marido, pero esto lo aceptó mejor que el hecho de verse separada de su hijo Constantino que pasó a educarse en el palacio junto a su padre y donde se reveló como un fantástico organizador y estratega.
Muerto Constancio Cloro en el 306, Constantino decide llevarse a su madre a vivir con él a la corte de Tréveris. En esta época aún no hay certeza histórica de que su madre fuera cristiana. Sí, cuando –por testimonio de Eusebio de Cesarea– aparezca sobre el sol el signo de la cruz con motivo de la batalla de Saxa Rubra y la leyenda «con este signo vencerás» que dio el triunfo a Constantino y lo hizo único Emperador de Roma, en el 312.
Aunque el emperador retrasará su bautismo hasta la misma muerte, es complaciente con la condición de cristiana que tiene su madre, que daba sonados ejemplos de humildad y caridad. Incluso parece descubrirse la influencia materna tras el Edicto de Milán que prohibía la persecución de los cristianos y los edictos posteriores que terminan vetando el culto a los dioses lares. Agasaja a su madre haciéndola Augusta, acuña monedas con su efigie y le facilita levantar iglesias.
En el 326, Elena está con su hijo en Bizancio, a orillas del Bósforo. Aunque se aproxima ya a los setenta años alienta en su espíritu un deseo altamente repensado y nunca confesado, pero que cada día crece y toma fuerza en su alma; anhela ver, tocar, palpar y venerar el sagrado leño donde Cristo entregó su vida por todos los hombres. Organiza un viaje a los Santos Lugares en cuyo relato se mezclan todos los elementos imaginables pertenecientes al mundo de la fábula por tratarse del desplazamiento de la primera dama del Imperio a los humildes y lejanos lugares donde nació, vivió, sufrió y resucitó el Redentor. Pero, aparte de todo lo que de fantástico pueda haber en los relatos, fuentes suficientemente atendibles como Crisóstomo, Ambrosio, Paulino de Nola y Sulpicio Severo refieren que se dedicó a una afanosa búsqueda de la Santa Cruz con resultados negativos entre los cristianos que no saben dar respuesta satisfactoria a sus pesquisas. Sintiéndose frustrada, pasa a indagar entre los judíos hasta encontrar a un tal Judas que le revela el secreto rigurosamente guardado entre una facción de ellos que, para privar a los cristianos de su símbolo, decidieron arrojar a un pozo las tres cruces del Calvario y lo cegaron luego con tierra.
Las excavaciones resultaron con éxito. Aparecieron las tres cruces con gran júbilo de Elena. Sacadas a la luz, solo resta ahora la grave dificultad de llegar a determinar aquella en la que estuvo clavado Jesús. Relatan que el obispo Demetrio tuvo la idea de organizar una procesión solemne, con toda la veneración que el asunto requería, rezando plegarias y cantando salmodias, para poner sobre las cruces descubiertas el cuerpo de una cristiana moribunda por si Dios quisiera mostrar la Vera Cruz. El milagro se produjo al ser colocada en sus parihuelas sobre la tercera de las cruces la pobre enferma que recuperó milagrosamente la salud.
Tres partes mandó hacer Elena de la Cruz. Una se trasladó a Constantinopla, otra quedó en Jerusalén y la tercera llegó a Roma donde se conserva y venera en la iglesia de la Santa Cruz de Jerusalén.
No han faltado autores que atribuyan a la fábula el hecho de la invención por Elena basándose principalmente en que no hay noticia expresa de tamaño acontecimiento hasta un siglo después. Ciertamente es así, pero lo resuelven otros estudiosos afirmando que la fuente histórica que relata los acontecimientos es el historiador contemporáneo Eusebio de Cesarea, al que en su Vita Constantinisolo le interesan los acontecimientos realizados por Constantino, bien porque sigue los cánones de la historia contemporánea, o quizá porque solo le interesa adular a su anfitrión.
Murió Elena sin que sepamos el sitio ni la fecha. Su hijo Constantino dispuso trasladar sus restos con gran solemnidad a la Ciudad Eterna y parte de ellos se conservan en la iglesia Ara Coeli, dedicada a Santa Elena, la mujer que dejó testimonio tangible y visible en unos maderos del paso salvador por la tierra de Jesús, el Hijo de Dios encarnado.
Archimadrid.org

Los musulmanes Españoles expresan «su más enérgica condena»




A la rápida condena del atentado por parte de las autoridades eclesiásticas españolas se ha sumado la de la Comisión Islámica de España (CIE) que ha expresado en un comunicado «su más enérgica condena y repulsa por el atentado terrorista cometido en Barcelona».

En un breve comunicado firmado por su presidente, Riay Tatary Bakry, la CIE manifiesta «sus condolencias a las familias de las víctimas, deseando la plena recuperación de los heridos» y transmite la solidaridad de los musulmanes españoles «con el pueblo barcelonés y español».

Tatary no ha querido terminar su declaración sin antes reiterar el «pleno compromiso» de la Comisión Islámica de España «en la lucha contra cualquier tipo de terrorismo» y espera que «los responsables de estos atentados puedan ser detenidos y llevados ante la justicia cuanto antes».

El presidente de la Comisión se ha pronunciado en numerosas ocasiones en contra de la violencia y más concretamente de la violencia ejercida en nombre de la religión. En una entrevista con Alfa y Omega en abril de este año, Riay Tatary afirmaba en este sentido: «[La violencia en nombre de la religión] es una tremenda usurpación de la religión que molesta a los creyentes y esconde otros intereses. Como español nacido en Damasco, mi cotidianeidad ha sido desde pequeño jugar, estudiar y vivir juntos cristianos, judíos y musulmanes, sin tener que hablar de tolerancia, porque ya la vivíamos de forma natural. El pretexto religioso en la propaganda de grupos armados se evidencia artificial»

José Calderero @jcalderero
Alfa y Omego

El presidente de la Conferencia Episcopal Española tras el atentado «Ninguna idea religiosa justifica la violencia. La fe no se impone, el Evangelio se propone»

«Hoy todos nos sentimos especialmente golpeados tras este acontecimiento tan luctuoso de Barcelona» aseguró el presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) tras el atentado en el que, de momento, han muerto 13 personas y otras 100 han resultado heridas. «No tiene ninguna justificación. El camino nunca es la violencia terrorista, sino el respeto a todas las personas. Ese es el verdadero camino de la construcción del futuro y de la paz ahora y siempre. Lo demás es una herida a todos nosotros», añadió el cardenal Ricardo Blázquez ante el micrófono de la cadena Cope.
El también arzobispo de Valladolid quiso unir a su condena un mensaje de paz y pidió que se trabajara «unidos por la paz». Si no, continuó, «la humanidad sería un caos. Por otra parte, los cristianos sabemos que uno de los nombres muy relevantes que Jesús recibe en el nuevo testamento es “Jesús es nuestra paz”».
«No se puede identificar a los terroristas con el Islam»
Durante la entrevista, el presidente de la CEE ha reiterado que «ninguna persona puede apoyarse en la violencia en ninguna forma, ni en la condición humana ni en lo religioso para ejercitar la violencia».
Asimismo, ha querido desvincular a los terroristas con el Islam. «Los musulmanes son cuantitativamente el mayor número de víctimas del Daesh. Los cristianos también estamos intencionadamente bajo su punto de mira. No se puede identificar a los terroristas con el Islam. Hay muchos musulmanes amigos de la paz y pacificadores en su entorno», dijo. El Estado Islámico, que se ha atribuido el ataque, no es más que «un tumor que ha surgido y que nos amenaza a todos: musulmanes, cristianos y a la humanidad entera»
«La fe no se impone, el Evangelio se propone»
Antes de concluir, Blázquez también también ha desvinvulado la violencia de la fe. «Ninguna idea religiosa justifica la violencia. La fe no se transmite violentamente, se transmite proponiéndola, no imponiéndola. Y la persona responde desde la libertad más profunda para decir sí a Dios. La fe no se impone, el Evangelio se propone».
José Calderero @jcaldere
Alfa y Omega

Por los tercos que sois os permitó Moisés divorciaros de vuestras mujeres; pero al principio no era así.



Lectura del santo Evangelio según san Mateo 19, 3-12
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y le preguntaron, para ponerlo a prueba:
«¿Es lícito a un hombre repudiar a su mujer por cualquier motivo?».
Él les respondió:
« ¿No habéis leído que el Creador, en el principio, los creó hombre y mujer, y dijo: "Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne"? De modo que ya no son dos, sino una sola carne.
Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.»
Ellos insistieron:
« ¿Y por qué mandó Moisés darle acta de divorcio y repudiarla? ».
Él les contestó:
«Por la dureza de vuestro corazón os permitió Moisés repudiar a vuestras mujeres; pero, al principio, no era así. Pero yo os digo que, si uno repudia a su mujer - no hablo de unión ilegítima - y se casa con otra, comete adulterio».
Los discípulos le replicaron:
«Si esa es la situación del hombre con la mujer, no trae cuenta casarse».
Pero él les dijo:
«No todos entienden esto, solo los que han recibido ese don. Hay eunucos que salieron así del vientre de su madre, a otros los hicieron los hombres, y hay quienes se hacen eunucos ellos mismos por el reino de los cielos. El que pueda entender, entienda».
Palabra del Señor.

El Papa Francisco reza por las víctimas del atentado en Barcelona


El Papa Francisco «reza por las víctimas» del atentado que hoy causó al menos trece muertos en Barcelona (España) y manifestó, según su portavoz, su «cercanía» con el pueblo español y los familiares de las víctimas.
«El Santo Padre está siguiendo con gran preocupación cuanto está sucediendo en Barcelona», manifestó en una declaración el portavoz de la Santa Sede, Greg Burke.
«El Papa reza por las víctimas de este atentado y desea expresar su cercanía a todo el pueblo español, especialmente a los heridos y a las familias de los fallecidos», agregó Burke.
Al menos 13 personas murieron este jueves 17 de agosto y más de 50 resultaron heridas en un atentado cuando una furgoneta atropelló a decenas de viandantes en una céntrica zona turística, informaron las autoridades regionales de Cataluña.
EFE

Nota de la Secretaría General de la Conferencia Episcopal Española sobre el atentado en Barcelona




Esta tarde ha tenido lugar en Barcelona un grave atentado terrorista con resultado de muerte y numerosos heridos.

Ante este hecho luctuoso y execrable, la Conferencia Episcopal Española quiere en primer lugar mostrar su cercanía y oración a todas las víctimas y sus familias. Asimismo manifestamos nuestro apoyo a toda la sociedad que es atacada con estas acciones, en esta ocasión los ciudadanos de Barcelona, y a las Fuerzas de Seguridad.

Al mismo tiempo condenamos cada muestra de terrorismo, una práctica intrínsecamente perversa, del todo incompatible con una visión moral de la vida, justa y razonable. No sólo vulnera gravemente el derecho a la vida y a la libertad, sino que es muestra de la más dura intolerancia y totalitarismo.

Pedimos a todos los creyentes que eleven sus oraciones para pedir a Dios que conceda el descanso eterno a las personas fallecidas, restablezca la salud del resto las víctimas, consuelo a los familiares, llene de paz los corazones de las personas de buena voluntad y nunca más se repitan estas acciones despreciables.

Madrid, 17 de agosto de 2017