lunes, 24 de agosto de 2015

Religioso en Siria: 'Esto parece el Apocalipsis'

Testimonio del padre Ibrahim Sabbagh en el Meeting de Rímini. "Los terroristas aquí destruyen todo, pero nosotros ofrecemos nuestro sufrimiento por su salvación", dice el párroco de Alepo
Los asistentes al Meeting de Rímini han conocido este domingo la situación de extrema dificultad que viven los cristianos en Oriente Medio. “Vivimos en el caos. Sufrimos bombardeos cada día, que siembran el miedo y el terror; no hay piedad ni siquiera hacia los niños y los ancianos, ni las iglesias o las mezquitas. Es prácticamente imposible comer carne o beber leche. La gente no puede más, y ahora también nos falta agua y medicinas, porque los yihadistas que controlan la distribución impiden su llegada. Parece que esté teniendo lugar el Apocalipsis, sobre el que medito cada día”. Este ha sido el testimonio del padre Ibrahim Sabbagh, párroco de la maltratada Alepo, en Siria, dividida en dos y asediada por los milicianos islamistas.
El religioso franciscano vive en el convento de San Francisco de Asís, “a cincuenta metros de la zona controlada por los yihadistas”. Todos los días trata con personas privadas de su dignidad. “Cuando una mujer llama a mi puerta para pedirme agua, no miro si lleva velo o no, si es cristiana o musulmana, para mí solo cuenta que tiene sed. El sufrimiento de Jesucristo se ve en la humanidad de Alepo, tanto en cristianos como musulmanes”, ha asegurado durante su intervención.
El padre Ibrahim ha organizado con su parroquia un servicio para llevar agua a las casas de los que no tienen. Diariamente consigue transportarla con camiones cisterna a unas 35 familias. “Pero en nuestra lista están inscritas 500 familias”, ha lamentado. “De vez en cuando me río de mí mismo”, ha reconocido, “porque yo soy un apasionado de los libros, un amante del estudio, y me encuentro teniendo que alimentar el fuego, haciendo de enfermero, vigilante... y solo en último lugar, sacerdote”. “Pero esto es bonito porque mi hábito ha sido hecho para ensuciarse al servicio de los demás: esta es nuestra vocación cristiana”, ha proseguido.
“Lo que cuenta para nosotros, cristianos, es testimoniar a Jesucristo amando y perdonando a todos. Los terroristas aquí destruyen todo, pero nosotros ofrecemos nuestro sufrimiento por su salvación, rezamos por ellos, los perdonamos”, ha destacado el fraile. Una forma de actuar de la que todos se dan cuenta. En esta línea, ha relatado como “hace pocos días llegó un musulmán al pozo de la parroquia donde distribuimos el agua. Hay colas largas, pero de gente entera, que sonríe. Él, que ha recorrido Alepo buscando agua y ha visto que en otros sitios se mata por obtenerla, en voz baja me dijo al oído: 'Padre, yo me maravillo porque veo gente distinta, llena de paz y de gloria'”.
Así, el padre Ibrahim ha señalado que “basta la sal de pocos cristianos para dar sabor a la olla que es Alepo. Muchos se quieren ir, y esto es comprensible. Pero Dios nos ha plantado aquí y no tenemos derecho a arrancar esta planta. Nuestra presencia es una misión y, por tanto permanecemos aquí; no nos rendimos, sino que amamos más, perdonamos más, continuamos este vía crucis, que no es un paseíto”. “Nosotros tenemos una razón para vivir y morir: Jesús. Debemos ser radicales en el vivir la fe. Gracias a esto, hemos hecho un descubrimiento: cada vez estamos más llenos de gratitud por aquello que Dios nos da”, ha concluido.

Zenit

El estilo de tu vida depende de tu libertad



Los últimos momentos de cualquier ser humano tienen un especial aire de solemnidad. Los últimos momentos de un gran hombre son todavía mucho más especiales.

Los últimos momentos de Sócrates fueron narrados por Platón hace ya mucho tiempo. El maestro se encontraba en la cárcel, sentado entre sus más fieles amigos. Se acercaba el momento de ejecutar la sentencia capital. Faltaban pocos minutos para que llegase el verdugo con el veneno, y todo acabaría. Bueno, no todo, pues el Sócrates que presenta Platón es un hombre que está convencido de que le espera una vida mejor, una vez franqueadas las fronteras de la muerte.

El misterio de la muerte nos pone ante el gran problema de la vida, de nuestra vida humana. Aquí las preguntas son muchas: ¿somos animales sofisticados que pasamos un tiempo en este planeta herido y contaminado, para luego desaparecer y ser recordados por unos cuantos íntimos? ¿O hay algo más allá de la muerte? La pregunta resulta fundamental, hoy como ayer, a la hora de orientar todo lo que queremos y realizamos. Si todo termina en el "gran teatro del mundo”, cuando baje el telón no habrá nada que temer: la muerte nos absorberá, cesará toda sensación, todo pensamiento, y una oscura tiniebla nos engullirá entre sus entrañas escabrosas, como en un abrazo letal. Pero si hay algo más después de la agonía...

El mundo de hoy vive, por un lado, de las herencias cristianas, y, por otro, de los progresos científicos. Entre los investigadores encontramos hoy un número no pequeño de neurólogos que quieren comprender lo que es el pensamiento, la conciencia, las emociones, el amor. Exploran el cerebro, hacen nuevos experimentos, lanzan teorías. Algunos pretenden explicar la reflexión humana como si fuese el resultado de la actividad de redes neuronales, actividad que termina cuando el "aparato” (eso que llamamos cerebro) es incapaz de coordinar eficazmente las 100 mil millones de neuronas que lo componen. Y nos muestran, con gráficas interesantes y comprensibles, las distintas zonas de la corteza cerebral responsables de la palabra, de la imaginación, de la creatividad, de los sueños. Hace poco alguno dijo que había descubierto la zona de la corteza que regula algunas experiencias religiosas...

Quizá sería bueno volver a escuchar al inquieto Sócrates para poner en duda parte de estas interesantes propuestas. En la narración de Platón, Sócrates hace una reflexión fundamental: es cierto que yo no estaría aquí, sentado y en diálogo con mis amigos, si no tuviese tendones, músculos, huesos, pulmones, aires, etc. Pero todo ello no es más que la condición (el instrumento) que me permite realizar algo más profundo: un acto de voluntad. He aceptado conscientemente la condena a muerte, porque he creído que ese era mi deber. Esta es la explicación verdadera del porqué me encuentro aquí, esperando la cicuta. De lo contrario, haría ya un buen tiempo que estas piernas y estos tendones habrían escapado lejos de Atenas para huir de una muerte deshonrosa...

Las reflexiones de Sócrates pueden estimular a los neurólogos de hoy. Es cierto que sin el cerebro no podemos pensar, ni amar, ni decir un disparate o escribir una poesía. Pero también es verdad que todo acto profundamente humano, todo pensamiento y todo amor, va más allá de lo que pueda ser un complicadísimo sistema de neuronas. En pocas palabras, y según el ejemplo de Sócrates, el cerebro es condición del pensamiento y del amor, pero no su explicación profunda. Al otro lado de la frontera inicia el mundo del espíritu, algo que escapa a los microscopios más sofisticados y a los experimentos más geniales.

Desde luego, habrá quien crea que los pobres espiritualistas, los que creen en la posibilidad de amar y de pensar (de vez en cuando, claro está) de modo inteligente, son víctimas de alguna ilusión que radica en alguna lesión de su cerebro, o en un desarrollo particular de tal o cual zona de la corteza. Pero será bueno ver, como afirmaba un abogado interesado en los temas científicos, Philip E. Johnson, si estos escépticos serán capaces de encontrar la parte de masa gris que hace que ellos piensen en clave materialista, que les lleve a no creer en el espíritu...

Desde luego, la vida más allá de la muerte será siempre un misterio. Sólo el día en que nos toque atravesar el dintel de ese momento dramático, se resolverán las dudas, y quizá haya más de alguna sorpresa inesperada. Mientras llega el momento, sigue siendo estimulante aquella intuición de Pascal: ¿quién tiene más miedo del mas allá, aquel que vive creyendo que no existe, pero comportándose de forma que podría merecer el infierno, o aquel que vive creyendo que sí hay otra vida, y busca merecer el premio definitivo? Aquí radica la diferencia entre un Hitler, un Stalin, un Sócrates, un Francisco de Asís o una Madre Teresa de Calcuta. El estilo de vida que cada uno escoja depende de su libertad. Y ahora, mientras las neuronas nos permitan mantenernos lúcidos, podemos decidirlo. Quizá después ya no podamos cambiar la opción de vida, que quedará fijada para siempre...
P.Fernardo Pascual

Llamamiento de los Obispos a los jóvenes africanos. "Quédense en África para construir un continente mejor"

"No os dejéis engañar por la ilusión de un trabajo que no existe en Europa o América"

 "No os dejéis engañar por la ilusión de salir del país en busca de un trabajo que no existe en Europa o América". Es el llamamiento lanzado por Mons. Nicolas Djomo, obispo de Tshumbe y Presidente de la Conferencia Episcopal de la República Democrática del Congo, a la juventud africana, para que no busquen la solución a sus problemas fuera de su país, sino que luchen por construir una sociedad mejor.
Mons. Djomo ha lanzado su llamamiento en el discurso de apertura de la reunión de la Juventud Católica Pan-africana que se está celebrando en Kinshasa del 21 al 25 de agosto.
"Tened cuidado con el engaño de las nuevas formas de destrucción de la cultura de la vida, de los valores morales y espirituales", ha dicho Mons. Djomo. "Utilizad vuestros talentos y los demás recursos a vuestra disposición para renovar y transformar nuestro continente y para la promoción de la justicia, la paz y la reconciliación duradera en África".
"Vosotros sois el tesoro de África. La Iglesia cuenta con vosotros, vuestro continente os necesita", ha remarcado el Obispo.
Según un comunicado enviado a la Agencia Fides, en la reunión, organizada por elSimposio de las Conferencias Episcopales de África y Madagascar (SECAM/SCEAM), han están participando 120 delegados de Gabón, Zimbabwe, Ghana, Sudáfrica, Botswana, Swazilandia, Egipto, Congo, Kenia, Uganda y Camerún.
En un mensaje leído en nombre del Secretario General del SECAM, el P. Joseph Komakoma, Director de Comunicaciones del SECAM, ha subrayado que entre los objetivos del encuentro está la participación de la juventud africana en las celebraciones del Año Africano de la Reconciliación (del 29 de julio de 2015 al -29 de julio de 2016); la creación de una organización pan-africana de los movimientos de Acción Católica de los jóvenes y los niños; la posible organización de una Jornada Mundial de la Juventud Africana.

Recordando que el 70% de la población africana está compuesta por jóvenes, el p. Komakoma ha terminado diciendo que "los jóvenes son la parte más importante de la población, y la Iglesia cuenta con ellos de forma prioritaria para la evangelización y la promoción de la paz, la justicia, la reconciliación y el desarrollo de nuestro continente"
Religión digital

SAN BARTOLOMÉ, APÓSTOL

El encuentro más grande de su vida

El día en que Natanael o Bartolomé se encontró por primera vez a Jesús fue para toda su vida una fecha memorable, totalmente inolvidable. 

El evangelio de San Juan la narra de la siguiente manera: "Jesús se encontró a Felipe y le dijo: "Sígueme". Felipe se encontró a Natanael y le dijo: "Hemos encontrado a aquél a quien anunciaron Moisés y los profetas. Es Jesús de Nazaret". Natanael le respondió: " ¿Es que de Nazaret puede salir algo bueno?" Felipe le dijo: "Ven y verás". Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: "Ahí tienen a un israelita de verdad, en quien no hay engaño" Natanael le preguntó: "¿Desde cuándo me conoces?" Le respondió Jesús: "antes de que Felipe te llamara, cuando tú estabas allá debajo del árbol, yo te vi". Le respondió Natanael: "Maestro, Tú eres el Hijo de Dios, Tú eres el Rey de Israel". Jesús le contestó: "Por haber dicho que te vi debajo del árbol, ¿crees? Te aseguró que verás a los ángeles del cielo bajar y subir alrededor del Hijo del Hombre." (Jn. 1,43 ).

Felipe, lo primero que hizo al experimentar el enorme gozo de ser discípulo de Jesús fue ir a invitar a un gran amigo a que se hiciera también seguidor de tan excelente maestro. Era una antorcha que encendía a otra antorcha. Pero nuestro santo al oír que Jesús era de Nazaret (aunque no era de ese pueblo sino de Belén, pero la gente creía que había nacido allí) se extrañó, porque aquél era uno de los más pequeños e ignorados pueblecitos del país, que ni siquiera aparecía en los mapas. Felipe no le discutió a su pregunta pesimista sino solamente le hizo una propuesta: "¡Ven y verás que gran profeta es!"

Una revelación que lo convenció.
Y tan pronto como Jesús vio que nuestro santo se le acercaba, dijo de él un elogio que cualquiera de nosotros envidiaría: "Este sÍ que es un verdadero israelita, en el cual no hay engaño". El joven discípulo se admira y le pregunta desde cuándo lo conoce , y el Divino Maestro le añade algo que le va a conmover: "Allá, debajo de un árbol estabas pensando qué sería de tu vida futura. Pensabas: ¿Qué querrá Dios que yo sea y que yo haga? Cuando estabas allá en esos pensamientos, yo te estaba observando y viendo lo que pensabas". Aquélla revelación lo impresionó profundamente y lo convenció de que este sí era un verdadero profeta y un gran amigo de Dios y emocionado exclamó:
"¡Maestro, Tú eres el hijo de Dios! ¡Tú eres el Rey de Israel! ¡Maravillosa proclamación! Probablemente estaba meditando muy seriamente allá abajo del árbol y pidiéndole a Dios que le iluminara lo que debía de hacer en el futuro, y ahora viene Jesús a decirle que El leyó sus pensamientos. Esto lo convenció de que se hallaba ante un verdadero profeta, un hombre de Dios que hasta leía los pensamientos. Y el Redentor le añadió una noticia muy halagadora. Los israelitas se sabían de memoria la historia de su antepasado Jacob, el cuál una noche, desterrado de su casa, se durmió junto a un árbol y vio una escalera que unía la tierra con el cielo y montones de ángeles que bajaban y subían por esa escalera misteriosa. Jesús explica a su nuevo amigo que un día verá a esos mismos ángeles rodear al Hijo del Hombre, a ese salvador del mundo, y acompañarlo, al subir glorioso a las alturas.
Desde entonces nuestro santo fue un discípulo incondicional de este enviado de Dios, Cristo Jesús que tenía poderes y sabiduría del todo sobrenaturales. Con los otros 11 apóstoles presenció los admirables milagros de Jesús, oyó sus sublimes enseñanzas y recibió el Espíritu Santo en forma de lenguas de fuego. 

El libro muy antiguo, y muy venerado, llamado el Martirologio Romano, resume así la vida posterior del santo de hoy: "San Bartolomé predicó el evangelio en la India. Después pasó a Armenia y allí convirtió a muchas gentes. Los enemigos de nuestra religión lo martirizaron quitándole la piel, y después le cortaron la cabeza".
Para San Bartolomé, como para nosotros, la santidad no se basa en hacer milagros, ni en deslumbrar a otros con hazañas extraordinarias, sino en dedicar la vida a amar a Dios, a hacer conocer y amar mas a Jesucristo, y a propagar su santa religión, y en tener una constante caridad con los demás y tratar de hacer a todos el mayor bien posible.
EWTN

MAESTRO, TÚ ERES EL HIJO DE DIOS


Evangelio según San Juan 1,45-51.

Felipe encontró a Natanael y le dijo: "Hemos hallado a Aquél de quien se habla en la Ley de Moisés y en los Profetas. Es Jesús, el hijo de José de Nazaret".

Natanael le preguntó: "¿Acaso puede salir algo bueno de Nazaret?". "Ven y verás", le dijo Felipe.

Al ver llegar a Natanael, Jesús dijo: "Este es un verdadero israelita, un hombre sin doblez".

"¿De dónde me conoces?", le preguntó Natanael. 

Jesús le respondió: "Yo te vi antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera".

Natanael le respondió: "Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel".

Jesús continuó: "Porque te dije: 'Te vi debajo de la higuera', crees . Verás cosas más grandes todavía". Y agregó: "Les aseguro que verán el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre."

Fuente: News. va