sábado, 4 de junio de 2016

Una Iglesia en camino. Reflexiones del obispo de San Cristobal de las Casas.

VER
En nuestra diócesis, hemos realizado la asamblea anual, con participación de 263 personas, laicos, religiosas y sacerdotes. El objetivo fue concluir la actualización del Plan Diocesano de Pastoral. El anterior, era del año 2004. Tuvimos que ponerlo al día, pues en Chiapas ha habido muchos cambios sociales, políticos, económicos, educativos, ecológicos y religiosos, que son un reto a la pastoral evangelizadora, litúrgica y social.
Desde que llegué a esta Iglesia, en mayo del 2000, decreté la validez del III Sínodo Diocesano, elaborado en tiempos de mi predecesor, Don Samuel Ruiz García, porque lo consideré un camino conforme al Evangelio y a la doctrina y praxis de la Iglesia. Nos marca las líneas fundamentales por las que hemos optado. Son como los pilares, u horcones, que nos sostienen y nos dan identidad. Queremos ser una Iglesia autóctona, liberadora, evangelizadora, servidora, en comunión y bajo la guía del Espíritu Santo.
La vida no se detiene y no podemos anclarnos en el pasado, sino responder a lo que el tiempo actual reclama. El nuevo Plan Pastoral nos orienta en el camino a seguir en los años venideros. Cuando suceda el cambio de obispo diocesano, se harán las adecuaciones necesarias, pero hay ruta, hay historia, hay vida. El Espíritu no deja a su Iglesia.
PENSAR
El Papa Francisco, en su Exhortación La alegría del Evangelio, dice: “La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría. Quiero invitarlos a una nueva etapa evangelizadora marcada por esa alegría, e indicar caminos para la marcha de la Iglesia en los próximos años” (1).
“El gran riesgo del mundo actual, con su múltiple y abrumadora oferta de consumo, es una tristeza individualista que brota del corazón cómodo y avaro, de la búsqueda enfermiza de placeres superficiales, de la conciencia aislada. Cuando la vida interior se clausura en los propios intereses, ya no hay espacio para los demás, ya no entran los pobres, ya no se escucha la voz de Dios, ya no se goza la dulce alegría de su amor, ya no palpita el entusiasmo por hacer el bien. Los creyentes también corren ese riesgo, cierto y permanente. Muchos caen en él y se convierten en seres resentidos, quejosos, sin vida. Ésa no es la opción de una vida digna y plena, ése no es el deseo de Dios para nosotros, ésa no es la vida en el Espíritu que brota del corazón de Cristo resucitado” (2).

“La vida se acrecienta dándola y se debilita en el aislamiento y la comodidad. Los que más disfrutan de la vida son los que dejan la seguridad de la orilla y se apasionan en la misión de comunicar vida a los demás. Cuando la Iglesia convoca a la tarea evangelizadora, no hace más que indicar a los cristianos el verdadero dinamismo de la realización personal: La vida se alcanza y madura a medida que se la entrega para dar vida a los otros… Recobremos y acrecentemos el fervor, la dulce y confortadora alegría de evangelizar, incluso cuando hay que sembrar entre lágrimas. Ojalá el mundo actual pueda recibir la Buena Nueva no a través de evangelizadores tristes y desalentados, impacientes o ansiosos, sino a través de ministros del Evangelio, cuya vida irradia el fervor de quienes han recibido, ante todo en sí mismos, la alegría de Cristo” (10).
“Cristo es el Evangelio eterno. Su riqueza y su hermosura son inagotables. Él siempre puede, con su novedad, renovar nuestra vida y nuestra comunidad. Aunque atraviese épocas oscuras y debilidades eclesiales, la propuesta cristiana nunca envejece. Jesucristo también puede romper los esquemas aburridos en los cuales pretendemos encerrarlo y nos sorprende con su constante creatividad divina. Cada vez que intentamos volver a la fuente y recuperar la frescura original del Evangelio, brotan nuevos caminos, métodos creativos, otras formas de expresión, signos más elocuentes, palabras cargadas de renovado significado para el mundo actual” (11).
ACTUAR
Que el Espíritu Santo nos ayude a estar con el corazón muy cercano a nuestro pueblo, para vibrar con sus dolores y esperanzas, y muy a los pies del Sagrario, para ser servidores de vida en Cristo.
Felipe Arizmendi Esquivel


"Hay que garantizar la asistencia a todo el mundo" . Madrid sí cuida


"He visto la chapa blanca y rosa: yo sí atiendo, yo sí acompaño"

Un catarro primaveral me ha obligado a ir al Centro de salud. Hacía meses que no visitaba ninguno. Sin embargo desde que se aprobó el Real Decreto16/2012,más conocido por el decreto de exclusión sanitaria,ha sido uno de los lugares de mi barrio que más me ha tocado visitar. Como yo, muchas personas hemos formado parte de los grupos de acompañamiento de la plataforma yo si sanidad universal.Cuyo objetivo era y sigue siendo intentar garantizar la asistencia a todo el mundo, animar a la desobediencia al decreto e informar a los profesionales sobre cómo hacerlo.
En nuestra tarea como acompañantes hemos visto de todo: el miedo de las personas sin papeles a ir al médico por temor a ser facturados, y sus consecuencias a la hora de solicitar la residencia, como le pasó a un amigo paquistaní, vendedor de agua, que una noche fue atropellado y no conseguimos de ninguna manera llevarle a urgencias. O un inolvidable 30 de Diciembre en el que a un amigo senegalés que se le había roto una mano, en el centro de salud de su barrio le negaron las curas, aun a riesgo de perderla, por no tener papeles, hasta que un administrativo desobediente consiguió meterle en el sistema informático y conseguir así que le atendieran.Hasta incluso muertes,como la de Janet Beltran una compañera empleada de hogar nicaragüense que murió al no ser atendida en el hospital de Toledo.
Pero también hemos visto la creatividad y la complicidad de muchas personas: sanitarios, administrativos, vecinos, etc, que nos reconocíamos en los hospitales o en los centros de salud por la chapa blanca y rosa con los lemas: Yo sí atiendo, yo si acompaño o la pegatina si la salud es un derecho a tener es una obligación.
En mi visita reciente al médico el otro día, por motivos de mi catarro, me di cuenta gratamente que las cosas han cambiado desde hace un año en los centros de salud. A su entrada, me sorprendieron, para empezar, dos grandes carteles: Sí, tienes derechos, seguidos del lema de la campaña puesta en marcha por Javier Barbero "Madrid sí cuida - Madrid Libre de Exclusión Sanitaria". La presencia de inmigrantes sin papeles que acudían su médico con toda naturalidad previa solicitud del DAR, que les garantiza también derecho a la receta y al derivación a los centros de especialidades me pareció un pequeño milagro no caído del cielo, sino de la solidaridad y las luchas ciudadanas.
Pepa Torres


Evangelio según San Lucas 2,41-51. 

Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén en la fiesta de la Pascua. 
Cuando el niño cumplió doce años, subieron como de costumbre, 
y acabada la fiesta, María y José regresaron, pero Jesús permaneció en Jerusalén sin que ellos se dieran cuenta. 
Creyendo que estaba en la caravana, caminaron todo un día y después comenzaron a buscarlo entre los parientes y conocidos. 
Como no lo encontraron, volvieron a Jerusalén en busca de él. 
Al tercer día, lo hallaron en el Templo en medio de los doctores de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. 
Y todos los que lo oían estaban asombrados de su inteligencia y sus respuestas. 
Al verlo, sus padres quedaron maravillados y su madre le dijo: "Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto? Piensa que tu padre y yo te buscábamos angustiados". 
Jesús les respondió: "¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?". 
Ellos no entendieron lo que les decía. 
El regresó con sus padres a Nazaret y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba estas cosas en su corazón.