viernes, 4 de marzo de 2016

Hombres armados asesinas a cuatro religiosas en Yemen. Continúa la persecución a los cristianos


Al menos 16 personas han fallecido hoy, entre ellas cuatro monjas (misioneras de la Caridad) por los disparos efectuados por tres hombres armados contra una residencia de ancianos en la ciudad yemení de Adén, según fuentes oficiales, mientras otras elevan el total de víctimas mortales a doce, a la espera de confirmación.
En total, se trata de cuatro monjas -de nacionalidad india-, dos trabajadoras yemeníes del centro y un guardia de seguridad los fallecidos por la irrupción de los tres asaltantes en el interior del centro, que acribillaron con fusiles de asalto. Los tres individuos se dieron inmediatamente a la fuga tras el ataque. Sus motivos se desconocen y ningún grupo ha asumido de momento la responsabilidad del ataque.
El asalto revela la debilidad del actual Gobierno yemení, que tiene su sede en Adén tras su expulsión el año pasado de la capital, Saná, por los rebeldes hutíes (chiíes).
La ciudad, que en su día fue uno de los grandes núcleos cosmopolitas de la región, se ha convertido en un territorio sin ley donde las comunidades cristianas han sido expulsadas y sus iglesias y cementerios, objeto de desecración.

(Rd/Agencias)

La Almudena ya puede visitarse de forma virtual mediante Google Maps

La catedral de Santa María la Real de la Almudena quiere abrir sus puertas no solo a los que la visitan físicamente, sino a cualquier persona esté donde esté. Por ello, desde hoy mismo, el templo se puede visitar virtualmente mediante la función Street View de Google Maps.
Gracias al trabajo conjunto realizado por el equipo de comunicación de la catedral de la Almudena y Google, se ha conseguido una visita completa del templo que permite conocer los pormenores de este edificio a los que se encuentran lejos.
Las imágenes han sido tomadas con un carrito o trolley especialmente desarrollado por Google para recolectar imágenes en interiores de edificios y museos sobre el que se monta una cámara diseñada para captar imágenes en 360 grados. Con esta tecnología se pueden visitar sitios tan emblemáticos como la torre Eiffel o la Casa Blanca; en España, el templo expiatorio de la Sagrada Familia de Barcelona o la catedral de Sevilla, ya están listos para ser recorridos con esta herramienta.
Para acceder virtualmente a la catedral, puede visitarse este enlace.

Infomadrid

24 HORAS PARA EL SEÑOR



Con una celebración penitencial en san Pedro, esta tarde el Papa Francisco dará inicio a la tercera edición de “24 horas para el Señor”. Este año, la iniciativa, organizada por el Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, tiene como lema: “Misericordiosos como el Padre”.

Como en las precedentes ediciones, durante la celebración penitencial el Santo P
adre se confesará y confesará a algunos penitentes.

Las diócesis en los cinco continentes se unen espiritualmente al Papa Francisco para ofrecer a todos la posibilidad de hacer experiencia personal de la misericordia de Dios.

El objetivo es volver a poner en el centro la oración, la adoración eucarística y el don del sacramento de la reconciliación. Muchas personas están volviendo a acercarse a este sacramento, entre ellas muchos jóvenes, quienes suelen reencontrar ahí el camino para volver al Señor, para vivir un momento de intensa oración y redescubrir el sentido de la propia vida. 

Nosotros transmitiremos en directo, tanto en nuestro sitio principal como en Facebook, la celebración penitencial presidida por el Papa. En un comentario les dejamos el enlace al librito de la celebración, para seguirla mejor. La imagen que acompaña este post corresponde a la portada de este librito; se trata de la obra "Jesús cae por segunda vez", del pintor malagueño Raúl Berzosa.

Fuente: News.va

Una iniciativa del "párroco del mundo" "Francisco nos invita a dedicarle a Dios 24 horas"

"Será un tiempo favorable para dejarse querer y aprender a querer"

Cuando decimos que el Papa Francisco es el "párroco del mundo", realmente no nos faltan razones para considerarlo así. Párroco es aquel que, como buen pastor, acompaña el camino de fe de su comunidad y sabe, por la convivencia diaria con cada uno de los fieles, lo que estos necesitan y lo que les va a venir bien para el crecimiento de su vida cristiana.
Como el párroco vive con su gente, participa de los pasos hacia delante que van dando, pero también de las dificultades que se encuentran en su experiencia de fe y de vida. Por eso, aunque las comunidades cristianas caminen con el ritmo de lo habitual, de vez en cuando, con el Consejo de Pastoral, han de proponer acciones extraordinarias que pongan el acento en algún aspecto que necesite un mayor refuerzo.
Un buen párroco no es el que hace siempre lo mismo, propone lo habitual, se adapta a lo de siempre, sino el que, cuando conviene, llama la atención con toques de creatividad que refuercen lo que más necesite ser enriquecido en la vida cristiana de la mayoría. Unas veces será para fortalecer lo que se viene haciendo al interior de la comunidad y otras será para animar a los fieles en su sentido misionero. Esto suele hacerse, por ejemplo, con llamadas especiales a evangelizar o al servicio de la caridad con los más pobres y necesitados, dos de las manifestaciones esenciales de la vida de un cristiano.
Al ministerio pastoral del Papa Francisco no le faltan desde el primer momento llamadas, así como tampoco sugerencias concretas. Con ocasión de Año Jubilar de la Misericordia, que es ya de por sí una rica y extensa iniciativa, nos ha vuelto a invitar a dedicarle al Señor 24 horas de nuestra vida personal y comunitaria.
La invitación es para el 4 y 5 de marzo, viernes y sábado, que anteceden al IV domingo de cuaresma. Se nos invita a tener nuestros templos abiertos, a exponer el Santísimo Sacramento y a animar a todos a que se acerquen al Señor, que nos espera para ofrecernos su amor misericordioso en el Sacramento de la Reconciliación.
Quiere el Santo Padre que esas "24 horas para el Señor" sean la fuente misma que nos alimente en la misericordia, la que recibimos y la que ofrecemos. Es una invitación a poner el corazón en contacto continuo con Jesucristo, el Hijo del Padre rico en Misericordia. Lo hacemos en contemplación de su presencia eucarística a lo largo de un día completo. Es, por tanto, una llamada a cuantos quieran acercarse, que dice: "Dios está aquí, venid adoradores, adoremos". Es una oportunidad de estar con quien, con toda seguridad, nos va a ofrecer su amor, su comprensión, su alegría, su perdón. Si le buscamos y encontramos, ninguno de nosotros va a quedar indiferente, todos seremos testigos de propuestas nuevas y salvadoras para nuestra vida y para la vida del mundo.

(Amadeo Rodríguez Magro, obispo de Plasencia).-

PUEBLO DEL SEÑOR, ESCUCHA SU VOZ

Del salmo 81:
Yo soy el Señor, Dios tuyo: escucha mi voz
¡Canten con júbilo a Dios, nuestra fuerza, 
aclamen al Dios de Jacob! 
Porque esta es una ley para Israel, 
un precepto del Dios de Jacob:
Yo soy el Señor, Dios tuyo: escucha mi voz
«Abre tu boca y la llenaré con mi palabra. 
Yo quité el peso de tus espaldas 
y tus manos quedaron libres de la carga. 
Clamaste en la aflicción, y te salvé.
Yo soy el Señor, Dios tuyo: escucha mi voz
Oye, pueblo mío, ¡ojalá me escucharas, Israel!
No tendrás ningún Dios extraño, 
no adorarás a ningún dios extranjero: 
yo, el Señor, soy tu Dios, 
que te hice salir de la tierra de Egipto.
Yo soy el Señor, Dios tuyo: escucha mi voz
Pero mi pueblo no escuchó mi voz, 
Israel no me quiso obedecer; 
por eso los entregué a su obstinación, 
para que se dejaran llevar por sus caprichos.
Yo soy el Señor, Dios tuyo: escucha mi voz
¡Ojalá mi pueblo me escuchara, 
e Israel siguiera mis caminos! 
yo alimentaría a mi pueblo con lo mejor del trigo 
y lo saciaría con miel silvestre».

Yo soy el Señor, Dios tuyo: escucha mi voz

COMENTARIO DEL PAPA FRANCISCO AL EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS (12,28B-34)

Queridos hermanos y hermanas,
 El Evangelio de hoy nos recuerda que toda la Ley divina se resume en el amor a Dios y al prójimo. El evangelista Mateo relata que algunos fariseos se pusieron de acuerdo para poner a prueba a Jesús. Uno de ellos, un doctor de la ley, le hizo esta pregunta: «Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la ley?». Jesús, citando el libro del Deuteronomio, le dijo: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este mandamiento es el principal y primero».
Y hubiese podido detenerse aquí. En cambio, Jesús añadió algo que no le había preguntado el doctor de la ley. Dijo: «El segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo». Tampoco este segundo mandamiento Jesús lo inventa, sino que lo toma del libro del Levítico. 

Su novedad consiste precisamente en poner juntos estos dos mandamientos
—el amor a Dios y el amor al prójimo— revelando que ellos son inseparables y complementarios, son las dos caras de una misma medalla.
No se puede amar a Dios sin amar al prójimo y no se puede amar al prójimo sin amar a Dios. El Papa Benedicto nos dejó un bellísimo comentario al respecto en su primera encíclica Deus caritas est.
En efecto, el signo visible que el cristiano puede mostrar para testimoniar al mundo y a los demás, a su familia, el amor de Dios es el amor a los hermanos. El mandamiento del amor a Dios y al prójimo es el primero no porque está en la cima de la lista de los mandamientos. Jesús no lo puso en el vértice, sino en el centro, porque es el corazón desde el cual todo debe partir y al cual todo debe regresar y hacer referencia.
 Ya en el Antiguo Testamento la exigencia de ser santos, a imagen de Dios que es santo, comprendía también el deber de hacerse cargo de las personas más débiles, como el extranjero, el huérfano, la viuda (cf. Ex 22, 20-26). Jesús conduce hacia su realización esta ley de alianza, Él que une en sí mismo, en su carne, la divinidad y la humanidad, en un único misterio de amor.
 Ahora, a la luz de esta palabra de Jesús, el amor es la medida de la fe, y la fe es el alma del amor. Ya no podemos separar la vida religiosa, la vida de piedad del servicio a los hermanos, a aquellos hermanos concretos que encontramos.
No podemos ya dividir la oración, el encuentro con Dios en los Sacramentos, de la escucha del otro, de la proximidad a su vida, especialmente a sus heridas. Recordad esto: el amor es la medida de la fe. ¿Cuánto amas tú? Y cada uno se da la respuesta. ¿Cómo es tu fe? Mi fe es como yo amo. Y la fe es el alma del amor.
 En medio de la tupida selva de preceptos y prescripciones —a los legalismos de ayer y de hoy— Jesús abre una brecha que permite distinguir dos rostros: el rostro del Padre y el del hermano. No nos entrega dos fórmulas o dos preceptos: no son preceptos y fórmulas; nos entrega dos rostros, es más, un solo rostro, el de Dios que se refleja en muchos rostros, porque en el rostro de cada hermano, especialmente en el más pequeño, frágil, indefenso y necesitado, está presente la imagen misma de Dios.


Y deberíamos preguntarnos, cuando encontramos a uno de estos hermanos, si somos capaces de reconocer en él el rostro de Dios: ¿somos capaces de hacer esto?
De este modo Jesús ofrece a cada hombre el criterio fundamental sobre el cual edificar la propia vida. Pero Él, sobre todo, nos donó el Espíritu Santo, que nos permite amar a Dios y al prójimo como Él, con corazón libre y generoso. Por intercesión de María, nuestra Madre, abrámonos para acoger este don del amor, para caminar siempre en esta ley de los dos rostros, que son un rostro solo: la ley del amor.

 (Papa Francisco, Ángelus del 26/10/2014)

AMARÁS A DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS Y AL PRÓJIMO COMO A TI MISMO

Lectura del santo evangelio según san Marcos (12,28b-34):

En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: «¿Qué mandamiento es el primero de todos?»

Respondió Jesús: «El primero es: "Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser." El segundo es éste: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo." No hay mandamiento mayor que éstos.»

El escriba replicó: «Muy bien, Maestro, tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de Él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios.»

Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo: «No estás lejos del reino de Dios.»
Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.


Palabra del Señor