sábado, 8 de abril de 2017

El Gobierno aprueba siete indultos con motivo de la Semana Santa



El Gobierno ha aprobado este viernes la concesión de siete indultos con motivo de la festividad de Semana Santa, respondiendo la solicitud de siete cofradías de León, Sevilla, Madrid, Salamanca, Oviedo y Zaragoza. Esta cifra es la más baja en los últimos 10 años.
A propuesta del ministro de Justicia, Rafael Catalá, el Consejo de Ministros ha aprobado siete Reales Decretos por los que se conceden el igual número de indultos. Tradicionalmente, las cofradías de penitentes solicitan esta medida de gracia para aquellos reos del ámbito de su provincia que cumplen los requisitos de cualquier indulto ordinario, en los que concurren razones de justicia, equidad o utilidad pública.
El año 2017 es en el que menos indultos se conceden desde 2007 por esta festividad. El año pasado, el Gobierno conmutó por estas fechas seis condenas más, siendo también una de las cifras más bajas de la década.
Aún así, el segundo año que menos indultos se concedieron fue el 2015, cuando se perdonó la pena a 11 personas. Precisamente, los años 2013 y 2014 fueron los que más castigos se levantaron: un total de 21.
Petición de siete cofradías
El Gobierno de Mariano Rajoy ha dado el visto bueno a la solicitud que han formalizado siete cofradías de toda España. En León serán dos las personas beneficiadas por esta medida, S.D.F. y J.V.V., gracias a las cofradías de la Real Hermandad de Jesús Nazareno (Ponferrada) y la del Santo Cristo del Perdón.
También en Castilla y León, en Salamanca, la Seráfica Hermandad de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Agonía y de Nuestro Padre Jesús del Perdón han pedido el indulto de S.Q.G. En Zaragoza, G.T.T. será agraciado a solicitud de la Cofradía de Nuestra Señora de la Piedad y del Santo Sepulcro, de Zaragoza.
En Sevilla, la Hermandad del Sagrado Decreto de la Santísima Trinidad y Santísimo Cristo de las Cinco Llagas ha querido beneficiar a M.P.G.G.; mientras que en Madrid, la Archicofradía Primaria de la Real e Ilustre Esclavitud de Nuestro Padre Jesús Nazareno Cristo de Medinaceli ha solicitado la conmutación de la pena de M.P.M. El último indulto ha sido el de E.R.R., a petición de la Hermandad de Jesús Cautivo de Oviedo.
RD/Ep

Via Crucis en Roma por las mujeres víctimas de trata y prostitución



Un Via Crucis recordando el drama de las mujeres víctimas de la trata y la esclavitud de la prostitución se realizó este viernes por la noche en la ciudad de Roma, congregando a varios miles de personas que acompañaron con velas encendidas.
Esta tercera edición de evento promovido por la Comunidad Papa Juan XXIII, busca sensibilizar a la sociedad esta llaga que afecta en Italia a más de cien mil las mujeres extranjeras entre 15 y 25 años, obligadas a prostituirse.
El Vía Crucis de solidaridad y oración que se realizó en el barrio romano de Garbatella. Este momento de oración y reflexión fue presidido por Mons. Angelo Becciu, sustituto de la Secretaria de Estado Vaticano y otras personalidades religiosas y políticas.
Ha sido cargada una gran cruz para “abrazar simbólicamente a todas las víctimas de este horrible mercado, para darles solidaridad y elevar una oración de súplica a nuestro Señor en favor de las jóvenes que piden ser liberadas de este flagelo”, indicaron los organizadores.
El pasado miércoles 5 de abril, el papa Francisco en la audiencia general invitó a participar en este evento con las siguientes palabras: “Saludo a la Comunidad Papa Juan XXIII y, al tiempo que exhorto a proseguir la obra en favor de las jóvenes salvadas de la prostitución, invito a los romanos a participar en el Vía Crucis por las mujeres crucificadas. Que tendrá lugar el viernes, 7 de abril en la Garbatella”.
(ZENIT – Roma, 8 Abr. 2017).

COMENTARIO DE SAN JUAN PABLO II AL EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN (11,45-57)




Jesucristo es el Redentor del mundo mediante su muerte en cruz... Al profesar esta fe, conmemoramos la muerte de Cristo, también como un evento histórico, que, como su vida, conocemos por fuentes históricas seguras y autorizadas...

¿Cómo se llegó a la muerte de Jesús de Nazaret?... El Evangelista Marcos, describiendo el proceso de Jesús ante Poncio Pilato, anota que fue "entregado por envidia" y que Pilato era consciente de este hecho. "Se daba cuenta... de que los Sumos Sacerdotes se lo habían entregado por envidia" (Mc 15, 10). 

Preguntémonos: ¿por qué esta envidia? Podemos encontrar sus raíces en el resentimiento, no sólo hacia lo que Jesús enseñaba, sino por el modo en que lo hacía. Si, según dice Marcos, enseñaba "como quien tiene autoridad y no como los escribas" (Mc 1, 22), esta circunstancia era, a los ojos de estos últimos, una "amenaza" para su prestigio...

De hecho, sabemos que ya el comienzo de la enseñanza de Jesús en su ciudad natal lleva a un conflicto. El Nazareno de treinta años, tomando la palabra en la Sinagoga, se señala a Sí mismo como Aquél sobre el que se cumple el anuncio del Mesías, pronunciado por Isaías. Ello provoca en los oyentes estupor y a continuación indignación, de forma que quieren arrojarlo desde el monte "sobre el que estaba situada su ciudad...". "Pero Él, pasando por en medio de ellos, se marchó" (Lc 4, 29-30).

Este incidente es sólo el inicio: es la primera señal de las sucesivas hostilidades. Recordemos las principales. Cuando Jesús hace entender que tiene el poder de perdonar los pecados, los escribas ven en esto una blasfemia porque tan sólo Dios tiene ese poder (cf. Mc 2, 6). Cuando obra milagros en sábado, afirmando que "el Hijo del hombre es Señor del sábado" (Mt 12, 8), la reacción es análoga a la precedente. 

Ya desde entonces se deja traslucir la intención de dar muerte a Jesús (cf. Mc 3, 6): "Trataban... de matarle porque no sólo quebrantaba el sábado, sino que llamaba a Dios su propio Padre, haciéndose a Sí mismo igual a Dios" (Jn 5, 18). ¿Qué otra cosa podían significar las palabras: "En verdad, en verdad os digo: antes de que Abraham existiera Yo soy?" (Jn 8, 58). Los oyentes sabían qué significaba aquella denominación "Yo soy". Por ello Jesús corre de nuevo el riesgo de la lapidación. Esta vez, por el contrario, "se ocultó y subió al templo" (Jn 8, 59).

El hecho que en definitiva precipitó la situación y llevó a la decisión de dar muerte a Jesús fue la resurrección de Lázaro en Betania. El Evangelio de Juan nos hace saber que en la siguiente reunión del sanedrín se constató: "Este hombre realiza muchos signos. Si le dejamos que siga así todos creerán en Él y vendrán los romanos y destruirán nuestro lugar santo y nuestra nación". 

Ante estas previsiones y temores Caifás, Sumo Sacerdote, se pronunció con esta sentencia: "Conviene que muera uno sólo por el pueblo y no perezca toda la nación". (Jn 1, 47-50). El Evangelista añade: "Esto no lo dijo de su propia cuenta, sino que, como era Sumo Sacerdote aquel año, profetizó que Jesús iba a morir por la nación, y no sólo por la nación sino para reunir en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos". Y concluye: "Desde este día, decidieron darle muerte" (Jn 11, 51-53).

Juan, de este modo, nos hace conocer un doble aspecto de aquella toma de posición de Caifás. Desde el punto de vista humano, que se podría más precisamente llamar oportunista, era un intento de justificar la decisión de eliminar un hombre al que se consideraba políticamente peligroso, sin preocuparse de su inocencia. 

Desde un punto de vista superior, hecho suyo y anotado por el Evangelista, las palabras de Caifás, independientemente de sus intenciones, tenían un contenido auténticamente profético referente al misterio de la muerte de Cristo según el designio salvífico de Dios.

... En esta perspectiva superior nos damos cuenta de que todos, por causa de nuestros pecados, somos responsables de la muerte de Cristo en la cruz: todos, en la medida en que hayamos contribuido mediante el pecado a hacer que Cristo muriera por nosotros como víctima de expiación.

...La Cruz de Cristo no cesa de ser para cada uno de nosotros esta llamada misericordiosa y, al mismo tiempo severa a reconocer y confesar la propia culpa. Es una llamada a vivir en la verdad.

(San Juan Pablo II, catequesis del 28 de septiembre de 1988)

EVANGELIO DE HOY: JESÚS HABÍA DE MORIR PARA REUNIR A LOS HIJOS DE DIOS DISPERSOS





Lectura del santo evangelio según san Juan (11,45-57):

En aquel tiempo,muchos judíos que habían venido a casa de María, al ver lo que había hecho Jesús, creyeron en Él. Pero algunos acudieron a los fariseos y les contaron lo que había hecho Jesús.

Los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron el Sanedrín y dijeron: «¿Qué hacemos? Este hombre hace muchos signos. Si lo dejamos seguir, todos creerán en él, y vendrán los romanos y nos destruirán el lugar santo y la nación».

Uno de ellos, Caifás, que era sumo sacerdote aquel año, les dijo:
«Vosotros no entendéis ni palabra; no comprendéis que os conviene que uno muera por el pueblo, y que no perezca la nación entera».

Esto no lo dijo por propio impulso, sino que, por ser sumo sacerdote aquel año, habló proféticamente, anunciando que Jesús iba a morir por la nación; y no solo por la nación, sino también para reunir a los hijos de Dios dispersos.

Y aquel día decidieron darle muerte. Por eso Jesús ya no andaba públicamente entre los judíos, sino que se retiró a la región vecina al desierto, a una ciudad llamada Efraín, y pasaba allí el tiempo con los discípulos.

Se acercaba la Pascua de los judíos, y muchos de aquella región subían a Jerusalén, antes de la Pascua, para purificarse. Buscaban a Jesús y, estando en el templo, se preguntaban: «¿Qué os parece? ¿Vendrá a la fiesta?».

Los sumos sacerdotes y fariseos habían mandado que el que se enterase de dónde estaba les avisara para prenderlo.

Palabra del Señor