Vivimos en un mundo complicado, rodeados de injusticias, de falta de caridad con el hermano, y no solo hablamos de cuestiones económicas, hay una falta de caridad que produce mucho dolor a quién la padece. Si miramos alrededor, la mayoría de las veces no vemos amor, podemos ver indiferencia, lucha por conseguir un puesto más alto en la sociedad....y en algunos casos agresividad. Puede producirnos una cierta desazón y preocupación; pero entonces debemos recordar la frase de San Pablo:
"Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros? El que no perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará todo con él?"
Es difícil no tener problemas, que en mayor o menor medida nos producen tristeza y angustia. Podemos, en algunos momentos, sufrir una sensación de desconcierto e incapacidad de resolver nuestra vida y parece que todo se derrumba a nuestro alrededor. En estos momentos es cuando más fuerte debemos agarrarnos a la mano del Señor, porque él nos está cubriendo con sus alas, nos está abrazando y protegiendo. Con nosotros está el Señor amándonos.
Como dijo San Pablo:
"¿Quién podrá apartarnos del amor de Cristo?: ¿la aflicción?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿el peligro?, ¿la espada?.
Pero en todo esto vencemos fácilmente por aquel que nos ha amado. Pues estoy convencido de que ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni principados, ni presente, ni futuro, ni potencias, ni altura, ni profundidad, ni criatura alguna podrá apartarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús, Señor nuestro."
Señor, ayúdanos a estar siempre de tu mano y que nada ni nadie nos aparte de tu amor.
H. de Carmen