Ya decía Isaías:
Mira que envío a mi mensjero delante de ti,
para que vaya preparando tu camino.
Preparad el camino del Señor
haced rectas sus sendas.
Observando la vida del Bautista y pensando en sus palabras: Debemos meditar sobre la necesidad de la penitencia y de la confesión frecuente.
La conversión continua, no sólo en grandes cosas, también en esos aspectos de la vida que a veces descuidamos, amor a los que tenemos al lado, preocuparnos de los problemas de los que están a nuestro alrededor y ayudar, si es posible, una palabra amable, una sonrisa, prefección y puntualidad en el trabajo, dando el primer lugar a otros...
San Juan Bautista estaba siempre disponible, la palabra iba acompañada de la obra.
Así debemos prepararnos para la llegada del Señor, siendo coherentes con nuestra fe, fiarnos totalmente del Señor y que nuestas obras y nuestro continuo caminar a su lado, en los momentos fáciles y en los momentos difíciles nos preparen para su llegada.
MEMM