domingo, 27 de septiembre de 2015

El amigo del alma

Dios hizo al hombre a imagen suya, del polvo del suelo y del aliento divino. Todo ser humano guarda en su interior la semejanza con su Creador. Por el bautismo, se nos regala el don del Espíritu, que nos permite invocar a nuestro Hacedor como Padre.
El Espíritu del Señor se derrama sobre el corazón de los fieles con el don de Sabiduría, y va haciendo Amigos de Dios y profetas. De muchas maneras se manifiesta en las criaturas la fuerza de lo alto, en algunos casos con dones especiales.

Una prueba de que el don es del Espíritu es si se manifiesta con humildad. De aquí la oración del salmista: “Preserva a tu siervo de la arrogancia, para que no me domine” (Sal 18). Porque cabe el riesgo de engreírse por los dones que no vienen de nosotros, sino que nos los ha dado Dios para servicio de los demás.

Las lecturas de este domingo nos sorprenden con la revelación de la acción del Espíritu, no solo sobre quienes oficialmente se presentan como ministros ordenados, sino sobre el pueblo de Dios, y no solo sobre quienes están bautizados, sino sobre todas las personas de buena voluntad.

Jesús, dice a los apóstoles ante su alarma al enterarse de que personas que no son del grupo de los discípulos oficialmente manifiestan dones especiales: -«No se lo impidáis, porque uno que hace milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro” (Mc 9, 38-43).
Algo semejante sucedió en tiempo de Moisés, cuando reposó el Espíritu de profecía sobre los que estaban en la tienda del encuentro, y también sobre quienes no estaban. Alguno pensaba que eso no debía consentirse, pero Moisés respondió: -«¿Estás celoso de mí? ¡Ojalá todo el pueblo del Señor fuera profeta y recibiera el espíritu del Señor!» (Núm 11, 27-29).
Demasiadas veces quienes pertenecemos a la Iglesia podemos reaccionar a la manera de los discípulos, como si tuviéramos el monopolio del Espíritu. En los tiempos apostólicos, san Pedro se sorprendió de que personas no bautizadas actuasen sin embargo movidas por el Espíritu Santo.
Curiosamente, cuando Israel estuvo deportado y vivió el exilio de Babilona, fueron reyes paganos los que decidieron restaurar el templo de Jerusalén y posibilitar el retorno de los israelitas.
Por la enseñanza que hoy nos ofrece el mensaje revelado, debemos abrirnos a la esperanza, porque la Iglesia la dirige el Espíritu del Señor. El axioma evangélico: “El que no está contra nosotros está a favor nuestro”, nos debe infundir ánimo, porque hay muchas personas de buena voluntad, generosas, serviciales, solidarias, buenas, que manifiestan, aunque no lo sepan, la presencia del Espíritu en ellas.

 Juan Moreno de Buenafuente

Son amigos, no adversarios

A pesar de los esfuerzos de Jesús por enseñarles a vivir como él, al servicio del reino de Dios, haciendo la vida de las personas más humana, más digna y dichosa, los discípulos no terminan de entender el Espíritu que lo anima, su amor grande a los más necesitados y la orientación profunda de su vida.

El relato de Marcos es muy iluminador. Los discípulos informan a Jesús de un hecho que les ha molestado mucho. Han visto a un desconocido «expulsando demonios». Está actuando «en nombre de Jesús» y en su misma línea: se dedica a liberar a las personas del mal que les impide vivir de manera humana y en paz. Sin embargo, a los discípulos no les gusta su trabajo liberador. No piensan en la alegría de los que son curados por aquel hombre. Su actuación les parece una intrusión que hay que cortar.

Le exponen a Jesús su reacción: «Se lo hemos querido impedir porque no es de los nuestros». Aquel extraño no debe seguir curando porque no es miembro del grupo. No les preocupa la salud de la gente, sino su prestigio de grupo. Pretenden monopolizar la acción salvadora de Jesús: nadie debe curar en su nombre si no se adhiere al grupo.

Jesús reprueba la actitud de sus discípulos y se coloca en una lógica radicalmente diferente. Él ve las cosas de otra manera. Lo primero y más importante no es el crecimiento de aquel pequeño grupo, sino que la salvación de Dios llegue a todo ser humano, incluso por medio de personas que no pertenecen al grupo: «el que no está contra nosotros, está a favor nuestro». El que hace presente en el mundo la fuerza curadora y liberadora de Jesús está a favor de su grupo.

Jesús rechaza la postura sectaria y excluyente de sus discípulos que solo piensan en su prestigio y crecimiento, y adopta una actitud abierta e inclusiva donde lo primero es liberar al ser humano de aquello que lo destruye y hace desdichado. Este es el Espíritu que ha de animar siempre a sus verdaderos seguidores.


Fuera de la Iglesia católica, hay en el mundo un número incontable de hombres y mujeres que hacen el bien y viven trabajando por una humanidad más digna, más justa y más liberada. En ellos está vivo el Espíritu de Jesús. Hemos de sentirlos como amigos y aliados, nunca como adversarios. No están contra nosotros pues están a favor del ser humano, como estaba Jesús.
José Antonio Pagola

El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar

Lectura del santo evangelio según san Marcos 9, 38-43. 45. 47-48

En aquel tiempo, dijo Juan a Jesús:

- «Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no es de los nuestros.»

Jesús respondió:

-«No se lo impidáis, porque uno que hace milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro.

Y, además, el que os dé a beber un vaso de agua, porque seguís al Mesías, os aseguro que no se quedará sin recompensa. El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar. Si tu mano te hace caer, córtatela: más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos al infierno, al fuego que no se apaga.

Y, si tu pie te hace caer, córtatelo: más te vale entrar cojo en la vida, que ser echado con los dos pies al infierno.

Y, si tu ojo te hace caer, sácatelo: más te vale entrar tuerto en el reino de Dios, que ser echado con los dos ojos al infierno, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga.»

Palabra del Señor.

El Papa reivindica que "la familia tiene carta de ciudadanía divina"

No importó la hora, ni lo largo de la ceremonia que unió a casi 20.000 personas en el parque Benjamin Franklin de Filadelfia. El "Papa sin papeles" volvió a elaborar un discurso totalmente improvisado, casi un cuento, relatando la importancia de la familia en el plan de Dios. Unas palabras vibrantes, intensas, divertidas, porque hablar de la familia no debe resultar algo tedioso ni estirado. Al fin y al cabo, como se empeñó en recordar Francisco, todos hemos formado, y formamos, parte de alguna familia.

Antes del discurso improvisado de Bergoglio, el evento seguía unas directrices medidas hasta el milímetro, con multitud de rostros conocidos: Mark Wahlberg, que ejerció de maestro de ceremonias, la sencillamente espectacular Aretha Franklin, Juanes, Andrea Bocelli, la Orquesta de Filadelfia y multitud de artistas, así como varios testimonios de distintos tipos de familias católicas, procedentes de todo el mundo: dos novios, un matrimonio de ancianos, una mujer con dos hijos (uno de ellos afectado por parálisis cerebral), una familia jordana, una familia numerosa africana. El Papa, mientras les escuchaba, cansado pero emocionado, tomaba notas.
En la vigilia, se escuchó la parábola del hijo pródigo. Se trató de una ceremonia espectacular, aunque un tanto recargada, especialmente para Bergoglio, cuya salud se ha podido ver afectada a lo largo de estos días. Se le veía muy cansado... antes de tomar la palabra. En ese momento, Francisco se transformó. Volvió el Papa de las sonrisas, de los abrazos, de la voz firme y vibrante, que hizo un alegato a la belleza de las familias, que "nos lleva a Dios", y a todos los que dan testimonio de que "vale la pena la vida en familia" y de que "una sociedad crece fuerte, buena, hermosa y verdadera si se edifica sobre la base de la familia".
"Era tal el amor que tenía en sí mismo, ese amor entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, era tan desbordante, que ... esto no sé si es muy teológico, pero me lo van a entender... Era tan grande que no podía ser egoísta, tenía que salir de sí mismo para tener a quien amar fuera de sí. Y ahí Dios creó el mundo", proclamó Francisco, quien a pesar de reconocer dificultades (que comenzaron en el mismo momento en que la primera familia pecó, o en el momento en que un hermano mató a otro hermano), "una familia es verdaderamente familia, cuando son capaces de abrir los brazos y recibir todo ese amor". Aunque duela, y aunque constantemente estemos "picados" por "la astucia del demonio".

"La guerra. El amor, la belleza y la verdad de Dios, y la destrucción de la guerra. Y entre esas dos posiciones, caminamos nosotros hoy. Nos toca a nosotros elegir. Nos toca a nosotros decidir el camino para andar", insistió Francisco, quien señaló que, pese a todo, el amor de Dios "empezó a caminar con la Humanidad, empezó a caminar con su pueblo, hasta que llegó el momento maduro, les dio la muestra de amor más grande: su hijo. Y a su hijo ¿dónde lo mandó? ¿A un palacio, a una ciudad, a hacer una empresa? ¡Lo mandó a una familia! ¡Dios entró al mundo en una familia!"
Y es que "Dios siempre golpea las puertas de los corazones. Le gusta hacerlo. Le sale de adentro. Pero ¿saben qué es lo que más le gusta? ¡Golpear las puertas de las familias! Encontrar las familias, unidas, que se quieren, que hacen crecer a sus hijos y los educan, y los llevan adelante, y que crean una sociedad de bondad, de verdad y de belleza", apreció el Papa, quien reivindicó que "la familia tiene carta de ciudadanía divina" y suponen, pese a las dificultades, "una fábrica de esperanza".
En cuanto a esas dificultades, Bergoglio pidió superarlas con amor, pues "el odio no supera ninguna dificultad. La división de los corazones no supera ninguna dificultad. Solamente el amor es capaz de superar la dificultad. El amor es fiesta, el amor es gozo, el amor es seguir adelante".

Para terminar, "porque esto se hace demasiado largo", el Papa marcó "dos puntitos de la familia", el cuidado de los niños y los abuelos. "Los niños y los jóvenes son el futuro, son la fuerza, los que llevan adelante, son aquellos en los que ponemos esperanza. Los abuelos son la memoria de la familia, son los que nos dieron la fe, nos transmitieron la fe", y animó a cuidar de ambos, porque "un pueblo que no sabe cuidar a los niños y que no sabe cuidar a los abuelos, es un pueblo sin futuro, porque no tiene la fuerza ni la memoria que lo lleve adelante".

Jesús Bastante.

Las diez frases clave del discurso de Francisco en el Capitolio


1 Les agradezco la invitación que me han hecho a que les dirija la palabra en esta sesión conjunta del Congreso en "la tierra de los libres y en la patria de los valientes".

2 Combatir la violencia perpetrada bajo el nombre de una religión, una ideología, o un sistema económico y, al mismo tiempo, proteger la libertad de las religiones, de las ideas, de las personas requiere un delicado equilibrio en el que tenemos que trabajar.

3. Nosotros, pertenecientes a este continente, no nos asustamos de los extranjeros, porquemuchos de nosotros hace tiempo fuimos extranjeros. Les hablo como hijo de inmigrantes, como muchos de ustedes que son descendientes de inmigrantes.

4. Cuando el extranjero nos interpela, no podemos cometer los pecados y los errores del pasado.
5 La política responde a la necesidad imperiosa de convivir para construir juntos el bien común posible, el de una comunidad que resigna intereses particulares para poder compartir, con justicia y paz, sus bienes, sus intereses, su vida social. No subestimo la dificultad que esto conlleva, pero los aliento en este esfuerzo.

6. Recordemos la regla de oro: "Hagan ustedes con los demás como quieran que los demás hagan con ustedes". La regla de oro nos recuerda la responsabilidad que tenemos de custodiar y defender la vida humana en todas las etapas de su desarrollo.

7. Esta certeza es la que me ha llevado, desde el principio de mi ministerio, a trabajar en diferentes niveles para solicitar la abolición mundial de la pena de muerte.

8. Hemos de ponernos un interrogante: ¿por qué las armas letales son vendidas a aquellos que pretenden infligir un sufrimiento indecible sobre los individuos y la sociedad? Tristemente, la respuesta, que todos conocemos, es simplemente por dinero; un dinero impregnado de sangre.

9. Nuestro mundo está afrontando una crisis de refugiados sin precedentes desde los tiempos de la II Guerra Mundial. Lo que representa grandes desafíos y decisiones difíciles de tomar.


10. La lucha contra la pobreza y el hambre ha de ser combatida constantemente, en sus muchos frentes, especialmente en las causas que las provocan.

Que sus valores enriquezcan la tierra norteamericana, el Papa a la comunidad hispana de los EEUU

Siguiendo con su intenso programa de actividades en los EEUU el Papa Francisco tuvo un encuentro por la libertad religiosa con la comunidad hispana y otros inmigrantes en el Independence National Historical Park, emblemático lugar de la historia de este país. A la gran población hispana de esta parte de Norteamérica, así como a los representantes de los inmigrantes recién llegados a los Estados Unidos, el Santo Padre recordó que muchos han emigrado con un gran costo personal, pero con la esperanza de construir una nueva vida.

“No se desanimen por los retos y dificultades que tengan que afrontar. Les pido que no olviden que, al igual que los que llegaron aquí antes, ustedes traen muchos dones a su nueva nación. No se avergüencen nunca de sus tradiciones. No olviden las lecciones que aprendieron de sus mayores, y que pueden enriquecer la vida de esta tierra americana. Repito, no se avergüencen de aquello que es parte esencial de ustedes. También están llamados a ser ciudadanos responsables y a contribuir provechosamente a la vida de las comunidades en que viven. Pienso, en particular, en la vibrante fe que muchos de ustedes poseen, en el profundo sentido de la vida familiar y los demás valores que han heredado. Al contribuir con sus dones, no solo encontrarán su lugar aquí, sino que ayudarán a renovar la sociedad desde dentro”.

"Los invito a renovar la alegría del primer encuentro con Jesús", el Papa en la Santa Misa en la Basílica de Filadelfia

El Papa Francisco tomó muy temprano el avión la mañana del sábado para dirigirse a la ciudad de Filadelfia en donde fue recibido por el Arzobispo, el Gobernador de Pensilvania y el Alcalde, para dirigirse inmediatamente después a la Catedral de San Pedro y San Pablo en donde presidió la Santa Misa con los obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas.  De la historia y la belleza que se ciernen detrás de los muros y ventanas de esa Catedral partió la reflexión del Sucesor de Pedro: “me gusta pensar que la historia de la Iglesia en esta ciudad y en este Estado es realmente una historia que no trata solo de la construcción de muros, sino también de derribarlos”.

Una historia, señaló el Pontífice, “que habla de los esfuerzos realizados por los sacerdotes, religiosos y laicos que han atendido las necesidades espirituales de los pobres, los inmigrantes, los enfermos y los encarcelados”, que se ve también en las escuelas donde “los hermanos y hermanas han enseñado a los niños a leer y a escribir, a amar a Dios y al prójimo”. “Un legado que están llamados a transmitir y a enriquecer”.

El Santo Padre habló entonces de la pregunta que el Papa León XIII hizo a santa Catalina Drexel, una de las grandes santas de la Iglesia local, acerca de la necesidad de las misiones: «¿Y tú?¿qué vas a hacer?». Palabras que cambiaron la vida de Catalina, al recordarle la misión que todo cristiano en virtud del bautismo ha recibido.

De ahí el Papa resaltó por una parte, lo significativo de que esas palabras fueran dirigidas a una joven mujer laica, de altos ideales: “¡Cuántos jóvenes en nuestras parroquias y escuelas tienen los mismos altos ideales, generosidad de espíritu y amor por Cristo y la Iglesia! ¿Los desafiamos? – preguntó - ¿Les damos espacio y les ayudamos a que realicen su cometido?”. Por otra parte el Santo Padre reiteró que “en una sociedad que cambia rápidamente el futuro de la Iglesia, “reclama una participación de los laicos mucho más activa”, que “no significa renunciar a la autoridad espiritual que se nos ha confiado”, sino “discernir y emplear sabiamente los múltiples dones que el Espíritu derrama sobre la Iglesia”.
Animándolos finalmente a renovar la alegría del primer encuentro con Jesús para sacar de ella una renovada fidelidad y fuerza, y con su mirada puesta en el Encuentro Mundial de las Familias, el Papa pidió reflexionar sobre el servicio que la iglesia brinda a las familias, a las parejas que se preparan para el matrimonio y a los jóvenes, y también pidió oración por las deliberaciones del próximo Sínodo sobre la Familia. 

(GM - RV)