sábado, 6 de febrero de 2016

6 de febrero: san Pablo Miki y los mártires del Japón

En 1587, Hideyoshi, por entonces mandamás de Japón, publicó el primer edicto de prohibición del cristianismo, lo que conllevaba la expulsión de los misioneros -jesuitas, franciscanos y laicos- que, siguiendo la senda de San Francisco Javier, llevaban ya un tiempo evangelizando por tierras niponas. Diez años después, en Nagasaki, ciudad a la que fueron llevados veintiséis de ellos desde Kyoto, el encargado de aplicarla era Terazawa Hazaburo, hermano del gobernador de la ciudad.
En las primeras horas de la mañana del 5 de febrero de 1597, ya estaban preparadas las cruces sobre las que iban a ser martirizados los misioneros. La amistad que unía a Hazaburo con el jesuita Pablo Miki, uno de los futuros mártires, permitió retrasar levemente la ejecución. Un momento que fue aprovechado por otros dos jesuitas, los padres Pasio y Rodríguez, atender a los condenados antes de que muriesen.
Fue la única concesión. Pocos minutos después, comenzó la crucifixión de los veintiséis, que estaban clavados a sus respectivas cruces con unas anillas de hierro en las manos, los pies y el cuello y atados por una cuerda. Desde sus cruces, no dejaron de alabar a Dios con alegría. Cuando estaban todos listos, los soldados hicieron caer las cruces sobre las fosas previstas al respecto.
Delante se había erigido la tabla en la que estaba escrita la sentencia: «Por cuanto estos hombres vinieron de Filipinas con el título de embajadores y se quedaron en Miyako (Kyoto) predicando la ley de los cristianos que yo prohibí rigurosamente los años pasado, mando que sean ajusticiados junto con los japoneses que se hicieron de su ley…»

J.M. Ballester Esquivias 

La Delegación de Juventud anima a participar en la JMJ de Cracovia

Islam: la media luna… creciente.Cristianisme i Justicia analiza una religión en ebullición y con un profundo debate interior.

En este cuaderno publicado por el centro de estudios Cristianisme i Justícia, el jesuita y doctor en Estudios Islámicos Jaume Flaquer nos ayuda a entender dónde está y hacia dónde va el Islam. El Islam, la religión de la media luna, está en expansión numérica y es omnipresente en los medios de comunicación.
Sin embargo, está en ebullición, en un profundo debate interior, sobre cómo deben vivir los individuos y las sociedades mayoritariamente musulmanas en el siglo XXI: una verdadera guerra civil ideológica en la que se mezclan una infinidad de componentes políticos, sociales y económicos.
En este cuaderno, Jaume Flaquer nos ayuda a conocer los diversos corrientes del Islam actual y uno de sus puntos de desacuerdo: la posibilidad o no de reinterpretar jurídicamente la ley islámica, de acuerdo con el tiempo presente. “La cuestión principal”, explica el autor, “es qué hay que hacer hoy con la ley islámica en contextos de sociedades cada vez más plurales e interrelacionadas por la globalización”.
¿Qué hacer hoy con la ley islámica? Los códigos que interpretan jurídicamente la ley islámica tienen su origen en los siglos IX y X. Y mientras el reformismo islámico clama reabrir la interpretación jurídica para volver al Corán y elaborar una legislación adaptada al tiempo actual y compatible con los derechos humanos, la corriente fundamentalista considera que Muhammad aportó la última ley definitiva y niega autoridad al hombre para adaptarla.
En esta corriente que se sitúa el salafismo, que interpreta negativamente cualquier evolución del Islam y pretende islamizar a los musulmanes que considera desviados, laxos o pecadores. Si bien no hay que confundir salafismo con terrorismo, parte de los salafistas legitiman la violencia para conseguir sus objetivos. Mucho por hacer Por este motivo el autor asegura que “contrariamente a lo que podemos pensar, el Islam no está en guerra contra Occidente” sino que se encuentra en una “verdadera guerra civil ideológica”.

Ante esta realidad y los conflictos que hay actualmente en el Próximo Oriente, resulta evidente que “la intervención militar por sí sola no resolverá el problema a largo plazo” y se hace imprescindible incidir en las causas religiosas del conflicto. En cuanto al papel de Europa, “los atentados terroristas tienen como objetivo la estigmatización de los musulmanes, conseguir que Europa los considere un peligro y restrinja la libertad religiosa, para obligarlos a posicionarse a favor de Europa o a favor del Islam". Por este motivo, Flaquer pide "políticos inteligentes y ciudadanos sensatos para no seguir el juego de estas dicotomías".
El autor también señala como una de las asignaturas pendientes más importantes, el estudio riguroso de los inicios del Islam y la historia de la composición del Corán, utilizando todos los métodos modernos de los que disponemos desde el siglo XIX. "Progresar en el conocimiento", considera, "ayudará a desmontar las bases de los salafismos".
Para leer el cuaderno completo, pincha aquí:

(Cristianisme i Justicia).-

Francisco y Kirill se encontrarán en el aeropuerto de Cuba el 12 de febrero.Será la primera reunión de los líderes de la Iglesia católica y la Ortodoxa Rusa desde el cisma de 1054.

Roma y Moscú firmarán una histórica declaración común, con la presencia de Raúl Castro

Sorpresa histórica. El Papa Francisco, líder de la Iglesia católica, y el patriarca ortodoxo de Moscú, Kirill, se encontrarán por primera vez en la historia, el próximo 12 de febrero en el aeropuerto de La Habana, según acaba de anunciar el portavoz vaticano, Federico Lombardi.

Desde 1054, fecha de las excomuniones mutuas y el mayor cisma de la Cristiandad, ningún Papa o patriarca de Moscú -las dos iglesias cristianas más importantes del mundo- se habían encontrado. Aunque las excomuniones fueron revocadas hace medio siglo, el sueño de un encuentro entre los principales líderes cristianos parecía una quimera hasta hace muy poco.

La voluntad de Francisco y de Kirill, y la casualidad, han hecho el resto. Así, ambos coincidían en Centroamérica. Francisco camino de México, y Kirill, en Cuba. En un comunicado conjunto, ambas iglesias anuncian, "por gracia de Dios", que ambos pontífices "se encontrarán el próximo 12 de febrero en el aeropuerto José Martí". El encuentro, según explica Lombardi, tendrá como mediador al presidente Raúl Castro, quien ejercerá de anfitrión.

"El Papa hará escala en Cuba antes de su viaje a México", añadió Lombardi, quien incidió que el encuentro "concluirá con la firma de una declaración común". El encuentro personal será privado. "Este encuentro de los primados ha sido preparado desde hace tiempo, y será el primero en la historia, y marcará una etapa importante en las relaciones" entre las dos iglesias.
"Se trata de una señal de esperanza", por lo que el Vaticano y el Patriarcado de Moscú "invitan a los cristianos a rezar con fervor para que Dios bendiga este encuentro".
Si bien existían, y aún existen, leves diferencias teológicas entre católicos y ortodoxos, el origen del Gran Cisma que separó a las Iglesias de Oriente y Occidente fue más bien político y surgió de la división del Imperio Romano en dos polos de poder que competían entre sí por la primacía sobre el orbe cristiano: Roma, sede del Papado, y Constantinopla, capital del Imperio Bizantino. 

La ruptura se produjo en 1054 cuando los representantes del Papa y el Patriarcado de Constantinopla se excomulgaron mutuamente después de que este último se negara a ayudar a Roma en su lucha contra el avance normando en el sur de Italia.

Al cisma siguieron siglos de conflictos con episodios que ahondaron la división, como la masacre de católicos a manos ortodoxas en 1182 o la captura de territorios bizantinos por los cruzados y otras fuerzas católicas, por ejemplo la conquista y saqueo de Constantinopla en 1204. La opresión católica en los territorios ocupados dejó tal profunda huella en la psique colectiva que aún se puede rastrear en la desconfianza que profesan ciertas Iglesias ortodoxas nacionales -como la serbia, la rusa o la griega- hacia los países de Europa occidental. Muchos ortodoxos tampoco perdonan que los europeos occidentales se negasen a ayudar a los bizantinos contra los turcos musulmanes en 1453, año en que estos tomaron Constantinopla.
De ahí que, cuando en 1964, durante un encuentro entre el patriarca ortodoxo Atenágoras I y el Papa Pablo VI, ambas Iglesias acordaron declarar nulas las excomuniones de nueves siglos antes y comenzar a tender puentes, ciertos popes ortodoxos no pudieron soportar lo que consideraban una humillante sumisión ante los pérfidos católicos.
  (Jesús Bastante)

COMENTARIO AL EVANGELIO San Marcos 6,30-34 POR BENEDICTO XVI



La Palabra de Dios nos vuelve a proponer un tema fundamental y siempre fascinante de la Biblia: nos recuerda que Dios es el Pastor de la humanidad. 

Esto significa que Dios quiere para nosotros la vida, quiere guiarnos a buenos pastos, donde podamos alimentarnos y reposar; no quiere que nos perdamos y que muramos, sino que lleguemos a la meta de nuestro camino, que es precisamente la plenitud de la vida. Es lo que desea cada padre y cada madre para sus propios hijos: el bien, la felicidad, la realización. 

En el Evangelio de hoy Jesús se presenta como Pastor de las ovejas perdidas de la casa de Israel. Su mirada sobre la gente es una mirada por así decirlo «pastoral». 

El Evangelio nos dice que «habiendo bajado de la barca, vio una gran multitud; tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas». 

Jesús encarna a Dios Pastor con su modo de predicar y con sus obras, atendiendo a los enfermos y a los pecadores, a quienes están «perdidos», para conducirlos a lugar seguro, a la misericordia del Padre. 

(…) ¿En qué consiste esta curación profunda que Dios obra mediante Jesús? Consiste en una paz verdadera, completa, fruto de la reconciliación de la persona en ella misma y en todas sus relaciones: con Dios, con los demás, con el mundo. 

En efecto, el maligno intenta siempre arruinar la obra de Dios, sembrando división en el corazón humano, entre cuerpo y alma, entre el hombre y Dios, en las relaciones interpersonales, sociales, internacionales, y también entre el hombre y la creación. El maligno siembra guerra; Dios crea paz.


Es más, como afirma san Pablo, Cristo «es nuestra paz: el que de los dos pueblos ha hecho uno, derribando en su cuerpo de carne el muro que los separaba: la enemistad» (Ef 2, 14). 

Para llevar a cabo esta obra de reconciliación radical, Jesús, el Buen Pastor, tuvo que convertirse en Cordero, «el Cordero de Dios... que quita el pecado del mundo» (Jn 1, 29). 

Sólo así pudo realizar la estupenda promesa del Salmo: «Sí, bondad y fidelidad me acompañan / todos los días de mi vida, / habitaré en la casa del Señor / por años sin término» (22/23, 6).

Queridos amigos: estas palabras nos hacen vibrar el corazón, porque expresan nuestro deseo más profundo; dicen aquello para lo que estamos hechos: la vida, la vida eterna. 

Son las palabras de quien… ha experimentado a Dios en la propia vida y conoce su paz. 

(Del Ángelus de Benedicto XVI el 22 de julio de 2012)

SE COMPADECIÓ DE ELLOS PORQUE ERAN COMO OVEJAS SIN PASTOR


Evangelio según San Marcos 6,30-34.
Los Apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado.
Él les dijo: "Vengan ustedes solos a un lugar desierto, para descansar un poco". Porque era tanta la gente que iba y venía, que no tenían tiempo ni para comer.
Entonces se fueron solos en la barca a un lugar desierto. Al verlos partir, muchos los reconocieron, y de todas las ciudades acudieron por tierra a aquel lugar y llegaron antes que ellos.

Al desembarcar, Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella, porque eran como ovejas sin pastor, y estuvo enseñándoles largo rato.

Palabra de Dios