viernes, 27 de mayo de 2016

"Quien permite que la gente se ahogue en el Mediterráneo permite que Dios se ahogue"


El cardenal Woelki convierte una barcaza de refugiados en un altar en el Corpus
Celebra la misa en la plaza de la catedral de Colonia, pues la embarcación no cabía en el templo
El cardenal de Colonia, Rainer Maria Woelki, usó la embarcación en la que un centenar de refugiados llegó a Europa como altar para celebrar este lunes la misa de Corpus Christi, en la que hizo un llamado a la solidaridad con los peticionarios de asilo.
"Quien permite que la gente se ahogue en el Mediterráneo permite que Dios se ahogue", dijo Woelki en su sermón, informa Efe.
La misa se celebró al aire libre, en la plaza ubicada frente a la catedral de Colonia, cuyas puertas no son lo suficientemente grandes para introducir la embarcación en su interior.
El barco, ahora propiedad del arzobispado de Colonia, fue incautado por el Ejército de Malta en una operación de rescate en el Mediterráneo hace unos años.
Woelki recordó que entre 80 y 100 personas "remaron por su vida" en ese bote tras dejar la costa libia huyendo del terror y de la guerra.
La colecta realizada durante la misa de Corpus Christi se entregará a una fundación dedicada a rescatar refugiados en el mar.
En declaraciones a la web dom.com, Woelki pidió no olvidar a quienes han perdido la vida en la travesía: "Jesús dijo que aquel mal que le hacíamos al más pequeño de sus hermanos se lo hacíamos a él", apuntó al recordar un pasaje evangélico.
La embarcación permanecerá varios días expuesta ante la catedral como un homenaje a los refugiados.
Entretanto, un nuevo naufragio de una barcaza colmada de inmigrantes causó decenas de víctimas el domingo en el Canal de Sicilia, a 35 millas de la costa libia.

La alarma fue dada por un avión de Eunavformed, la misión de rescate europea, que estimó que las víctimas serían entre 20 y 30. Unas 50 personas fueron rescatadas de la embarcación donde viajaban cientos de migrantes.
Religión digital

Una turba musulmana incendia siete viviendas cristianas en El Cairo


Tras el rumor de una aventura entre un cristiano y una musulmana
Una turba musulmana saqueó e incendió siete viviendas cristianas en una provincia al sur de El Cairo tras la difusión de rumores que apuntaban a una aventura entre un hombre cristiano y una mujer musulmana, dijo la iglesia copta.
Durante el ataque, ocurrido el pasado 20 de mayo, la madre del hombre cristiano fue desnudada en público por la turna para humillarla, explicó la iglesia. Su hijo huyó de la localidad.
La policía llegó al lugar del incidente casi dos horas después del inicio del ataque y arrestó a seis personas, según un comunicado emitido por la iglesia el miércoles en la noche.

Los cristianos, que son alrededor del 10% de los 90 millones de habitantes de Egipto, llevan años denunciando discriminación en el país de maorís musulmana. El presidente Abdul Fatá el Sisi, en el cargo desde 2014, ha intentado abordar algunas de sus quejas.

El Papa invita a los católicos alemanes a recuperar la armonía con lo creado y con el Creador

A la ‘Katholikentag’ recuerda que lo importante en la vida no es hacer o tener éxito, sino discernir y ayudar al prójimo
El papa Francisco envió un videomensaje para la Jornada de los católicos alemanes, que se ha realizado este miércoles en la ciudad de Leipzig. La Katholikentag se reúne cada dos años y tiene como tema de esta edición, la número cien, “He aquí el hombre”.
El Santo Padre constató que en este evento ellos “quieren mostrar a los hombres y mujeres de Leipzig y de toda Alemania, que viven la alegría del Evangelio”. Y que “tienen buenas relaciones con los cristianos de otras confesiones y dan un auténtico testimonio de Cristo al empeñarse concretamente con los más débiles y necesitados”.
“He aquí el hombre”, un lema “que muestra de manera muy linda lo que cuenta en la vida. No es el hacer, no el éxito exterior, sino la capacidad de detenerse, de dirigir la mirada, de estar atentos hacia el otro y de ofrecerle lo que verdaderamente le falta”.
Por ello les invitó para tener una buena convivencia y paz, a construir la paz interior en el corazón. “Muchas personas viven en un apuro constante. Así tienden a arrollar todo lo que tienen a su alrededor. Esto afecta también el modo con el que se trata el ambiente”. Por ello es necesario, aseguró “concederse más tiempo para recuperar la serena armonía con el mundo, con lo creado, pero también con el Creador”. Por ello invito: “Busquemos en la contemplación, en la oración, alcanzar siempre más familiaridad con Dios”, y a dejarse tocar por la misericordia de Dios, también con una buena confesión.
El Santo Padre señaló que muchas veces encontramos en la sociedad al hombre maltratado, en la vejez, en la enfermedad, en el morir enseguida, privado de la propia dignidad, porque no tiene trabajo o porque son refugiados y “vemos aquí a Jesús que sufre y es martirizado”.
Por ello invitó a los participantes de la Katholikentag, a compartir ideas sobre cómo llevar la buena noticia de Cristo a los hombres. “Imploramos –concluyó el Papa antes darles la bendición– al Consolador Divino, al Espíritu Santo, para que nos de el coraje y la fuerza para ser testimonios de aquella esperanza, que Dios da a toda la humanidad”.

 (ZENIT – Roma)

Cases: "La crisis de los refugiados está dejando en mal lugar a todos en Europa"


"Esto clama al cielo", dice el obispo de Canarias
El obispo de la Diócesis de Canarias, Monseñor Francisco Cases, ha afirmado que las crisis de los refugiados "está dejando en muy mal lugar a todos en Europa", recordando que no es sólo acoger a estas personas, sino que también hay que integrarlos en la sociedad.
"Hay países de muy escasa fuerza social y económica que están acogiendo refugiados y que la muy noble, grande y muy poderosa económicamente Europa no esté teniendo esto es un desastre", dijo.
A preguntas de los periodistas durante la presentación de la memoria de Cáritas Diocesana de Canarias 2015, Cases añadió que no es una cuestión sólo de España, sino que lo es de todos los estados. "Esto clama al cielo", exclamó.
Para el obispo, la tesis deseable es que se trabaje en origen aunque comentó que se está viendo que las actuaciones en las zonas en conflicto "son problemáticas y más que problemáticas".

"El problema es muy complejo porque traer refugiados no significa traerlos para el alojamiento, eso no sería nada difícil y estoy convencido de que la sociedad y las autoridades estarían en condiciones de acogerlos, pero el problema es cómo integrar porque en una sociedad que tiene el 20% de desempleo o el 26% en Canarias... ¿Qué hacemos con los refugiados? aumenta el desempleo. Es un problema complejo, pero Europa es poderosa", concluyó.

Mi casa será casa de oración para todos los pueblos. Tened fe en Dios

Lectura del santo Evangelio según san Marcos 11, 11-26
Después que el gentío lo hubo aclamado, entró Jesús en Jerusalén, en el templo, lo estuvo observando todo y, como era ya tarde, salió hacia Betania con los Doce. 
Al día siguiente, cuando salió de Betania, sintió hambre. Vio de lejos una higuera con hojas y se acercó para ver si encontraba algo; al llegar no encontró más que hojas, porque no era tiempo de higos. 
Entonces le dijo: - «Nunca jamás coma nadie de ti». 
Los discípulos lo oyeron. Llegaron a Jerusalén, entró en el templo, se puso a echar a los que vendían y compraban en el templo, volcando las mesas de los cambistas y los puestos de los que vendían palomas. Y no consentía a nadie transportar objetos por el templo. Y los instruía, diciendo:
 - «¿No está escrito: "Mi casa será casa de oración para todos los pueblos"? Vosotros, en cambio, la habéis convertido en cueva de bandidos». 
Se enteraron los sumos sacerdotes y los escribas y, como le tenían miedo, porque todo el mundo admiraba su enseñanza, buscaban una manera de acabar con él. Cuando atardeció, salieron de la ciudad. 
A la mañana siguiente, al pasar, vieron la higuera seca de raíz. Pedro cayó en la cuenta y dijo a Jesús: - «Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha secado». 
Jesús contestó: - «Tened fe en Dios. En verdad os digo que si uno dice a este monte: "Quítate y arrójate al mar", y no duda en su corazón, sino que cree en que sucederá lo que dice, lo obtendrá. Por eso os digo: todo cuanto pidáis en la oración, creed que os lo han concedido, y lo obtendréis. Y cuando os pongáis a orar, perdonad lo que tengáis contra otros, para que también vuestro Padre del cielo os perdone vuestras culpas».

Palabra del Señor.

Ofrecer lo que recibimos de las manos de Jesús, el Papa en el Corpus Christi

«Hagan esto en memoria mía» (1Co 11,24.25).
            El apóstol Pablo, escribiendo a la comunidad de Corinto, refiere por dos veces este mandato de Cristo en el relato de la institución de la Eucaristía. Es el testimonio más antiguo de las palabras de Cristo en la Última Cena.
            «Hagan esto». Es decir, tomen el pan, den gracias y pártanlo; tomen el cáliz, den gracias y distribúyanlo. Jesús manda repetir el gesto con el que instituyó el memorial de su Pascua, por el que nos dio su Cuerpo y su Sangre. Y este gesto ha llegado hasta nosotros: es el «hacer» la Eucaristía, que tiene siempre a Jesús como protagonista, pero que se realiza a través de nuestras pobres manos ungidas de Espíritu Santo.
            «Hagan esto». Ya en otras ocasiones, Jesús había pedido a sus discípulos que «hicieran» lo que él tenía claro en su espíritu, en obediencia a la voluntad del Padre. Lo acabamos de escuchar en el Evangelio. Ante una multitud cansada y hambrienta, Jesús dice a sus discípulos: «Dénles ustedes de comer» (Lc 9,13). En realidad, Jesús es el que bendice y parte los panes, con el fin de satisfacer a todas esas personas, pero los cinco panes y los dos peces fueron aportados por los discípulos, y Jesús quería precisamente esto: que, en lugar de despedir a la multitud, ofrecieran lo poco que tenían. Hay además otro gesto: los trozos de pan, partidos por las manos sagradas y venerables del Señor, pasan a las pobres manos de los discípulos para que los distribuyan a la gente. También esto es «hacer» con Jesús, es «dar de comer» con él. Es evidente que este milagro no va destinado sólo a saciar el hambre de un día, sino que es un signo de lo que Cristo está dispuesto a hacer para la salvación de toda la humanidad ofreciendo su carne y su sangre (cf. Jn 6,48-58). Y, sin embargo, hay que pasar siempre a través de esos dos pequeños gestos: ofrecer los pocos panes y peces que tenemos; recibir de manos de Jesús el pan partido y distribuirlo a todos. Hacer y también partir.
            Partir: esta es la otra palabra que explica el significado del «hagan esto en memoria mía». Jesús se ha dejado «partir», se parte por nosotros. Y pide que nos demos, que nos dejemos partir por los demás. Precisamente este «partir el pan» se ha convertido en el icono, en el signo de identidad de Cristo y de los cristianos. Recordemos Emaús: lo reconocieron «al partir el pan» (Lc 24,35). Recordemos la primera comunidad de Jerusalén: «Perseveraban [...] en la fracción del pan» (Hch 2,42). Se trata de la Eucaristía, que desde el comienzo ha sido el centro y la forma de la vida de la Iglesia. Pero recordemos también a todos los santos y santas –famosos o anónimos–, que se han dejado «partir» a sí mismos, sus propias vidas, para «alimentar a los hermanos». Cuántas madres, cuántos papás, junto con el pan de cada día, cortado en la mesa de casa, se parten el pecho para criar a sus hijos, y criarlos bien. Cuántos cristianos, en cuanto ciudadanos responsables, se han desvivido para defender la dignidad de todos, especialmente de los más pobres, marginados y discriminados. ¿Dónde encuentran la fuerza para hacer todo esto? Precisamente en la Eucaristía: en el poder del amor del Señor resucitado, que también hoy parte el pan para nosotros y repite: «Hagan esto en memoria mía».

            Que el gesto de la procesión eucarística, que dentro de poco vamos a hacer, responda también a este mandato de Jesús. Un gesto para hacer memoria de él; un gesto para dar de comer a la muchedumbre actual; un gesto para «partir» nuestra fe y nuestra vida como signo del amor de Cristo por esta ciudad y por el mundo entero.