sábado, 12 de marzo de 2016

Feminismo católico frente al inmovilismo. ¿Y por qué no que mujeres y hombres pronuncien la homilía?


El sacerdocio femenino es una cuestión cerrada y al parecer también lo es el diaconado para la mujer. Sin embargo el mismo suplemento femenino de "L'Osservatore Romano" da gran realce a una simpática religiosa dominica sueca, Madeleine Fredell, "feminista, exploradora de una teología creativa y viva, políticamente comprometida", que no esconde que se siente "llamada a ser también sacerdote" y que al no poder serlo concluye diciendo:

"Sin embargo, hay una sola cosa que me entristece y es no poder pronunciar la homilía durante la misa. Predicar es mi vocación como dominica y aunque puedo hacerlo casi en todas partes, a veces incluso en la iglesia luterana, estoy convencida de que escuchar la voz de las mujeres en el momento de la homilía enriquecería nuestro culto católico".

Y desde aquí surge el titular: No a la mujer sacerdote. Pero al menos que pronuncie la homilía. Para el experto Vaticanista Sandro Magister se explica en el suplemento del vaticano cuáles serían estos pasos para que la mujer pronunciara una homilía:
La primera condición, escribe Bianchi, (prior de Bose y consultor del consejo pontificio para la unidad de los cristianos), es el "mandatum praedicandi" que el obispo deberá conferir a los fieles, mujeres y hombres, que considere adecuados para pronunciar las homilías.
La segunda es la bendición que durante la misa, antes de la homilía, el sacerdote celebrante dará a la mujer u hombre a los que confíe la predicación, para demostrar queforma parte del propio culto.
La tercera condición es que el fiel, mujer u hombre, sea consciente del propio carisma pero también de la necesidad de ejercerlo con la autorización del obispo mediante una"imposición de manos que es una bendición, no un sacramento".
Sin embargo Sandro Magister nos recuerda para empezar, que está el código de derecho canónico que prohíbe al fiel laico, ya sea hombre o mujer, predicar la homilía.
De hecho, el canon 767 § 1 establece que: "Entre las formas de predicación destaca la homilía, que es parte de la misma liturgia y está reservada al sacerdote o al diácono".
Es decir que en palabras del vaticanista el suplemento femenino de L'Osservatore se ha metido en un territorio que ya ha sido acotado previamente. No obstante en la historia no faltan casos eminentes de mujeres predicadoras, también en las catedrales y bajo el mandato de obispos y Papas. "Donne Chiesa Mondo" da gran importancia a las 61 "homilías" que nos han llegado de Hildegarda de Bingen (1098-1179), proclamada doctora de la Iglesia por Benedicto XVI. Y Bianchi cita otros casos.
Como es obvio que el semanario femenino se haga eco de este hecho muestra una vez más que el feminismo católico sigue dispuesto a dar la batalla al inmovilismo de la Iglesia en campos, donde ya se ha experimentado con anterioridad y donde el Papa Francisco no muestra ninguna sensibilidad especial hacia el deseo de hombres y mujeres por predicar la homilía, sin necesidad de acceder al sacerdocio o al diaconado.
(Carmen Bellver).


Francisco proclama el "Evangelio del servicio" ante decenas de miles de fieles"Compartir con los que necesitan es un estilo de vida, un camino de auténtica humanidad"


El Papa reanuda sus audiencias jubilares animando a "amarnos unos a otros, dando la vida"
Decenas de miles de personas abarrotaban esta mañana la plaza de San Pedro para encontrarse con el Papa. Francisco venía con ganas de "ruido" después de una semana de ejercicios espirituales con la Curia. Y en su audiencia jubilar, la tercera de este Año de la Misericordia, Bergoglio quiso poner el foco en el "Evangelio del servicio", ejemplificado en la escena del lavatorio de los pies. "Jesús enseña a sus discípulos que el servicio es el camino que deben recorrer si quieren vivir su fe y dar testimonio del amor", subrayó el Pontífice.

Mañana soleada en Roma. Con algo de viento, que no impidió a fieles y Pontífice disfrutar de esta experiencia compartida de la audiencia jubilar. Un Papa que no se cansa de estar cerca de los suyos, que no son los curiales, sino el bendito Pueblo de Dios. Los amigos de Jesús, hoy, son los mismos que dos mil años atrás. La enseñanza, la misma: "el modo de actuar de Dios para con el hombre no va con palabras, sino con obras y en verdad".

"El amor se concreta en el servicio humilde, hecho en el silencio y en lo escondido", subrayó el Pontífice ante la multitud. "Como el mismo Jesús dijo, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha". La evangelización de la misericordia no a través de las leyes rígidas, sino del servicio, de los últimos que son los primeros a los ojos del Señor. Tal vez por ello haya decidido celebrar el tercer aniversario de su elección papal con los más desfavorecidos, cenando con los sin techo. "Yo estoy en medio de vosotros como el menor de los siervos", señaló Francisco.
"Que nuestra vida sea para nosotros un testimonio de su amor", añadió Bergoglio, quien incidió en la necesidad de poner "a disposición de la comunidad los dones recibidos del Espíritu Santo", los talentos, y compartirlos "para que nadie carezca de lo necesario".

Porque "el compartir con los que necesitan es un estilo de vida, un camino de auténtica humanidad, que Dios sugiere incluso a los que no son cristianos". Por último, el Papa pidió a los fieles que "no olvidemos que la invitación a lavarnos recíprocamente los pies significa vivir en nuestra vida el mandamiento nuevo del amor, confesando mutuamente nuestras faltas, perdonándonos de corazón y rezando los unos por los otros". "Aprendamos que ser misericordiosos como el Padre significa seguir a Jesús por el camino del servicio".

En el marco del Año Santo, el Obispo de Roma recordó que "Jesús antes de morir y resucitar por nosotros, realizó un gesto que se ha esculpido en la memoria de los discípulos: el lavatorio de los pies. Un gesto inesperado e impresionante, al extremo que Pedro no quería aceptarlo".

Comentando el pasaje bíblico del Evangelio de San Juan, del lavatorio de los pies, el Santo Padre explicó que, "de esta forma, Jesús señala a sus discípulos el servicio como el camino a recorrer para vivir la fe en Él y dar testimonio de su amor". Por ello, dijo el Papa, el mismo Jesús ha aplicado a si la imagen del "Siervo de Dios" utilizada por el profeta Isaías, y este gesto se ha convertido en el «mandamiento nuevo» de amarnos unos a otros como Él nos ha amado, es decir, dando la vida por nosotros.
 (Jesús Bastante)

DIOS MÍO, A TI ME ACOJO

Del Salmo 7:
Señor, Dios. mío, a ti me acojo
Señor, Dios mío, a ti me acojo,
líbrame de mis perseguidores y sálvame,
que no me atrapen como leones
y me desgarren sin remedio.
Señor, Dios. mío, a ti me acojo
Júzgame, Señor, según mi justicia,
según la inocencia que hay en mí.
¡Que se acabe la maldad de los impíos!
Tú que sondeas las mentes y los corazones,
Tú que eres un Dios justo, apoya al inocente.
Señor, Dios. mío, a ti me acojo
Mi escudo es Dios,
que salva a los rectos de corazón.
Dios es un juez justo,
y puede irritarse en cualquier momento.
Señor, Dios. mío, a ti me acojo
Daré gracias al Señor por su justicia
y cantaré al Nombre del Señor Altísimo.

Señor, Dios. mío, a ti me acojo

NADIE HABLÓ JAMÁS COMO ESTE HOMBRE



Evangelio según San Juan 7,40-53. 

Algunos de la multitud que lo habían oído, opinaban: "Este es verdaderamente el Profeta".

Otros decían: "Este es el Mesías". Pero otros preguntaban: "¿Acaso el Mesías vendrá de Galilea?
¿No dice la Escritura que el Mesías vendrá del linaje de David y de Belén, el pueblo de donde era David?". 

Y por causa de Él, se produjo una división entre la gente. Algunos querían detenerlo, pero nadie puso las manos sobre Él.

Los guardias fueron a ver a los sumos sacerdotes y a los fariseos, y estos les preguntaron: "¿Por qué no lo trajeron?". 

Ellos respondieron: "Nadie habló jamás como este hombre". 

Los fariseos respondieron: "¿También ustedes se dejaron engañar? ¿Acaso alguno de los jefes o de los fariseos ha creído en Él? En cambio, esa gente que no conoce la Ley está maldita". 

Nicodemo, uno de ellos, que había ido antes a ver a Jesús, les dijo: "¿Acaso nuestra Ley permite juzgar a un hombre sin escucharlo antes para saber lo que hizo?". 

Le respondieron: "¿Tú también eres galileo? Examina las Escrituras y verás que de Galilea no surge ningún profeta". 

Y cada uno regresó a su casa.