En la homilía de este lunes, el Santo Padre invitó a pedir
el Espíritu, que la Iglesia tenga el valor de hablar con franqueza y decir las
cosas con libertad
El camino de la Iglesia es el de la “franqueza”,
“decir las cosas, con libertad”. Estas son las palabras del papa Francisco
durante la celebración matutina de la Santa Misa en la capilla de la Casa Santa
Marta. El Santo Padre mencionó además que, como lo experimentaron los apóstoles
después de la resurrección de Jesús, solo el Espíritu Santo es capaz de cambiar
nuestra actitud, la historia de nuestra vida y darnos valor.
“No podemos
callar lo que hemos visto y oído”. El Pontífice desarrolló su homilía de este
lunes, a partir de esta afirmación de Pedro y Juan, tomada de los Hechos de los
Apóstoles, en la Primera Lectura.
El papa Francisco recordó que Pedro y Juan, después
de haber realizado un milagro, habían sido encarcelados y amenazados por los
sacerdotes para que no hablasen más en el nombre de Jesús, pero ellos siguen
adelante y cuando vuelven donde los hermanos les animan a proclamar la Palabra
de Dios “con franqueza”. Y, piden al Señor para que dirija “la mirada a sus
amenazas” y conceda “a sus siervos” que “no huyan”, “para proclamar con toda
franqueza” su Palabra.
“También hoy el mensaje de la Iglesia es el mensaje
del camino de la franqueza, del camino del valor cristiano. Estos dos,
sencillos --como dice la Biblia-- sin formación, tuvieron el valor. Una palabra
que puede traducirse como 'valor', 'franqueza', 'libertad para hablar', 'no
tener miedo de decir las cosas'... Es una palabra que tiene muchos
significados, en el original. La parresía, aquella franqueza... Y del temor
pasaron a la 'franqueza', a decir las cosas con libertad”.
A continuación, el Santo Padre reflexionó sobre el
pasaje del Evangelio de hoy que narra el diálogo “un poco misterioso entre
Jesús y Nicodemo”, sobre el “segundo nacimiento”, sobre “tener una vida nueva,
diferente de la primera”.
El Pontífice subrayó que también en esta historia,
“en este itinerario de la franqueza”, el “verdadero protagonista” es
“precisamente el Espíritu Santo”, "porque Él es el único capaz de darnos
esta gracia de la valentía de anunciar a Jesucristo”.
"Y esta valentía del anuncio es lo que nos
distingue del simple proselitismo. Nosotros no hacemos publicidad para tener
más 'socios' en nuestra 'sociedad espiritual', ¿no? Esto no sirve. No sirve, no
es cristiano. Lo que el cristiano hace es anunciar con valentía y el anuncio de
Jesucristo provoca, a través del Espíritu Santo, el asombro que nos hace
avanzar”.
El verdadero protagonista de todo esto, insistió, es
el Espíritu Santo. Cuando Jesús habla de “nacer de nuevo”, dijo, nos hace
entender que es “el Espíritu el que nos cambia, el que viene de cualquier
parte, como el viento: escuchemos su voz”. Y, prosiguió, “solo el Espíritu es
capaz de cambiar nuestra actitud”, de “cambiar la historia de nuestra vida,
cambiar nuestra pertenencia”.
Es el Espíritu, recordó, el que “da esta fuerza a
estos hombres sencillos y sin formación”, como Pedro y Juan, “esta fuerza para
anunciar a Jesucristo hasta el testimonio último: el martirio”.
“El camino del valor cristiano es una gracia que da
el Espíritu Santo. Hay tantos caminos que podemos tomar, que también nos dan
una cierta valentía. '¡Pero mira que valiente, la decisión que tomó! Y mira
este, mira como hizo bien este plan, como organizó las cosas, ¡que bueno!':
Esto ayuda, pero es un instrumento de otra cosa más grande: el Espíritu. Si no
hay el Espíritu, podemos hacer tantas cosas, tanto trabajo, pero no sirve de
nada”.
La Iglesia, añadió el papa Francisco, después de
Pascua “nos prepara para recibir al Espíritu Santo”. Para ello, fue su
exhortación final, ahora, “en la celebración del misterio de la muerte y
resurrección de Jesús, podemos recordar toda la historia de la salvación” y
“pedir la gracia para recibir el Espíritu para que nos dé la verdadera valentía
de anunciar a Jesucristo”.
(13 de abril de 2015) ©
Innovative Media Inc.