“¡El amor por las Misiones es amor por la
iglesia, es amor por Cristo! Ningún cristiano puede replegarse sobre sí mismo,
sino que debe estar abierto a las necesidades espirituales de aquellos que no
conocen a Cristo, y son cientos de millones”: con estas palabras el Santo Padre
Pablo VI se dirigía a los directores diocesanos de las Obras Misionales
Pontificias de Italia, recibidos en audiencia el 28 de junio de 1978, pocas
semanas antes de su muerte.
En la Jornada Misionera de este año 2014, en la
conclusión del Sínodo extraordinario de los Obispos, el Papa Pablo VI ,
civilmente Giovanni Battista Montini, será proclamado beato. En sus quince años
de pontificado Pablo VI dio un fuerte impulso a la conciencia misionera de la
Iglesia, a la animación y cooperación misionera, continuando con un compromiso
que ya había manifestado como arzobispo de Milán. En el
Magisterio misionero de Pablo VI surgen el Decreto conciliar “Ad Gentes” sobre
la actividad misionera de la Iglesia, completado por el Motu Proprio “Ecclesiae
Sanctae”, con las normas para la aplicación de ciertos decretos del Concilio
Vaticano II; el mensaje “Africae terrarum” en defensa de la identidad africana
y sus valores tradicionales; la Exhortación Apostólica “Evangelii Nuntiandi”
sobre el compromiso de anunciar el Evangelio a los hombres de nuestro tiempo.
Junto a estos documentos no podemos pasar por
alto la gran cantidad de cartas, mensajes y discursos, a todos los niveles y en
las ocasiones más diversas, sobre la responsabilidad misionera de toda la
Iglesia. Con las Cartas Apostólicas “Benegnissimus Deus” y “Graves et
Increscentes” destacó la importancia y relevancia de la Obra Pontificia de San
Pedro Apóstol y la Pontificia Unión Misionera. En su carta a la Conferencia
Misionera Internacional en Lyon , que conmemoraba el aniversario de la Obra
Pontificia para la Propagación de la Fe, pidió una toma de conciencia del
problema moderno de la evangelización con el fin de renovar el impulso a la
actividad misionera. En su mensaje al Congreso Misionero de México y América
Latina recomendó a todas las iglesias locales el realizar un esfuerzo pastoral
conjunto “para hacer de toda la Iglesia de América Latina una Iglesia
misionera”.
A lo largo de su pontificado, a excepción del 1964, el Papa
Pablo VI envió siempre un mensaje con motivo de la Jornada Mundial de las
Misiones de octubre. El último, que ya había preparado antes de morir, insiste
una vez más en la responsabilidad de todo el pueblo de Dios para con la obra
misionera.
Pablo VI fue el primer Papa en visitar todos
los continentes y las tierras de misión : Tierra Santa y la India en 1964,
Europa en 1967, América en 1968, Africa en 1969, el Lejano Oriente y Oceanía en
1970 en su encuentro con las Iglesias jóvenes, siempre las invitó a tomar
conciencia de su responsabilidad misionera, ya sea en sus propios territorios
como en todo el mundo.