jueves, 20 de abril de 2017

Roma amanece empapelada con carteles de apoyo a Francisco, "un Papa de amor, tolerancia y misericordia"


"¡Gracias Papa Francisco! Por tu compromiso verdaderamente cristiano con el amor y la misericordia, tantas veces reclamado por Jesús en la Biblia". Este es el mensaje que ha aparecido esta semana en un millar de carteles, que han sido colgados por las calles de Roma y el Vaticano durante la Pascua.
Se trata de un proyecto de la Global Tolerance Initiative, organización que acaba de nombrar al Pontífice "Campeón Mundial de la Tolerancia" con ocasión de esta Semana Santa.
Además del elogio por su mensaje auténticamente evangélico, los letreros también celebran la sabiduría del actual Papa, tantas veces demostrado en estos cuatro años de su pontificado.
"Que todos los cardenales, obispos y sacerdotes lean nuestra Santa Biblia con los ojos, corazones y mentes abiertos y sigan con amor tus sabios consejos", reza el texto, escrito tanto en italiano como en inglés.
"Oremos todos por ti y por la Iglesia con 'corazones que piensan y mentes que aman'", se lee al final del mensaje, que además va acompañado de tres fotos del obispo de Roma en blanco y negro, tomadas durante su viaje a Tierra Santa en 2014.
Según ha explicado la Global Tolerance Initiative, además de estos 300 carteles desplegados en varios puntos de la Ciudad Eterna, otros 700 más han sido distribuidos entre sacerdotes, obispos, estudiantes, medios y activistas. La "acción de arte callejera", como la definen, forma parte de un proyecto más amplio en el que recuerdan a héroes "olvidados y escondidos de diferentes culturas", como el Dalái Lama, la joven activista pakistaní Malala Yousafzai o el obispo William Shomali, vicario patriarcal del Patriarcado Latino de Jerusalén.
"Celebramos con esta acción un Papa de amor, tolerancia y misericordia", declaró el fundador de la Global Tolerance Initiative, Hubertus Hoffmann, a la web Globalo. "Representamos a la mayoría de la gente, no solo católicos, que admiramos al Papa por su visión clarísima del cristianismo, con su hermoso rostro sonriente de profunda humanidad", prosiguió. "En tiempos de tantas crisis, guerras, refugiados y odio, es nuestro Faro de Esperanza de Semana Santa 2017, seas cristiano o no".
A diferencia con los carteles anónimos anti-Francisco que aparecieron en la capital italiana a principios de febrero, los nuevos rótulos cuentan con todos los permisos de las autoridades romanas, quienes han permitido, además, que sigan colgados hasta el día 22 de este mes.
La nueva alabanza de su "promoción creíble del amor y de la tolerancia", como explica la Global Tolerance Initiative, también se ajusta más a la realidad de estos cuatro años de la "primavera" de Francisco. Tiempo en el que el Papa no se ha cansado de repetir su mensaje de acogida, acompañamiento y misericordia para todos.

«El cristianismo no es una ideología ni un sistema filosófico. Nace de un hecho: Jesús está vivo»



En su catequesis de la audiencia general de este miércoles, el Papa Francisco ha recomendado a los creyentes «ir a nuestro sepulcro: todos tenemos un poco dentro. Ir ahí, y ver como Dios es capaz de resucitar de ahí. Aquí hay felicidad, aquí hay alegría, vida, donde todos pensaban que había solo tristeza, derrota y tinieblas»
«Ser cristianos significa no partir de la muerte, sino del amor de Dios por nosotros, que ha derrotado a nuestra acérrima enemiga. Dios es más grande que la nada, y basta solo una luz encendida para vencer la más oscura de las noches». En su primera audiencia general tras la celebración de la Pascua, el Papa Francisco ha centrado su catequesis en el resurrección como fundamento de la esperanza cristiana.
Refiriéndose a la I Carta de San Pablo a los Corintios, el Santo Padre ha explicado que el apóstol «parte de un dato indudable», que no es fruto de la reflexión sino «un simple hecho que ha intervenido en la vida de algunas personas. El cristianismo no es una ideología, no es un sistema filosófico, sino es un camino de fe» que nace del kerigma: Jesús murió por nuestros pecados, fue sepultado, resucitó al tercer día y se apareció a Pedro y a los Doce. «Es decir: Jesús está vivo. Este es el núcleo del mensaje cristiano».
Si Jesús no hubiera resucitado, sería un héroe, pero de ahí no nacería la fe. «La fe nace de la resurrección –ha continuado el Pontífice–. Aceptar que Cristo ha muerto, y ha muerto crucificado, no es un acto de fe, es un hecho histórico. En cambio, creer que ha resucitado sí. Nuestra fe nace en la mañana de Pascua», y del testimonio de la resurrección que dan numerosos testigos que san Pablo enumera.
Un hombre realizado y orgulloso… e irrumpe la sorpresa
Entre ellos se encuentra él mismo. Su fe se basa en esta afirmación: «¡Yo he visto que Jesús está vivo! ¡Yo he visto a Jesús resucitado!». En la vida de este hombre, «perseguidor de la Iglesia, orgulloso de sus propias convicciones, un hombre realizado con una idea muy clara de cómo es la vida con sus deberes», cuando iba camino a Damasco ocurrió algo «absolutamente imprevisible» que cambió el sentido de su vida y lo transformó en apóstol.
En el cristianismo –ha continuado Francisco–, no es el hombre el que busca a Dios de forma incierta, sino que «Jesús nos ha tomado, nos ha atrapado, nos ha conquistado para no dejarnos más. El cristianismo es gracia, es sorpresa, y por este motivo presupone un corazón capaz de maravillarse. Un corazón cerrado, un corazón racionalista es incapaz de la maravilla».
Por eso, en Pascua el Papa recomendó «ir a nuestro sepulcro: todos tenemos un poco dentro. Ir ahí, y ver como Dios es capaz de resucitar de ahí. Aquí hay felicidad, aquí hay alegría, vida, donde todos pensaban que había solo tristeza, derrota y tinieblas».
María Martínez López

Frei Betto: "Francisco es amado por muchos, pero no por los conservadores"


La oposición intraeclesial al papa Francisco es cada vez más enconada. El cardenal Robert Sarah, prefecto de la Congregación del Culto Divino, responsable de la vida litúrgica de la Iglesia Católica, atacó abiertamente el año pasado el rito de la misa adoptado por el Concilio Vaticano II.
En carta enviada a un encuentro litúrgico que defiende la restauración de la misa tridentina (rezada en latín y con el celebrante de espaldas a los fieles), el prefecto del Culto Divino criticó el ritual vigente de la misa: "No podemos cerrar los ojos a los desastres, las devastaciones y las guerras que han causado los promotores modernos de una liturgia viva al remodelar la liturgia de la Iglesia de acuerdo con sus ideas."
El cardenal africano no se da cuenta de que las tradiciones oriundas del Concilio de Trento (1545-1563) también representaron en su época innovaciones en la liturgia católica, muchas de las cuales se apartaban de los ritos iniciales de la Iglesia.
De modo nada sutil, el cardenal Sarah ataca al papa Francisco al expresar en la carta que "muchos creen y declaran en alto y a toda voz que el Concilio Vaticano II produjo una real primavera en la Iglesia (...). En realidad, un número cada vez mayor de líderes eclesiales consideran que esa ‘primavera' es un rechazo, una renuncia a su herencia milenaria". Según él, existe una "tendencia sacrílega" en la Iglesia después de Vaticano II. El empleo de la expresión "primavera" no fue casual. Ha sido utilizada para definir el clima en la Iglesia después de la elección de Francisco.
El actual pontífice es amado por muchos, pero no por todos, principalmente los conservadores, que actúan a fin de debilitar la autoridad papal. El hecho más mediático ocurrió en Roma, en febrero último, cuando en calles próximas al Vaticano aparecieron carteles apócrifos con críticas a Francisco.
En los carteles aparecía una foto del papa con expresión seria, y textos referentes a actitudes que ha tenido en relación con quienes se oponen a su modo de dirigir la Iglesia: "Francisco, destituyó a jefes de congregaciones, relevó a sacerdotes, decapitó la Orden de Malta, la de los Franciscanos de la Inmaculada e ignoró a cardenales. ¿Dónde está su misericordia?", decía el texto, cubierto horas después por la prefectura de Roma con la inscripción "publicidad ilegal".
En esa misma época, algunos cardenales de Roma recibieron una versión apócrifa de L'Osservatore Romano, el periódico del Vaticano. En la primera plana aparecía una lista de preguntas al papa hechas por cardenales conservadores, y la respuesta era siempre sic et non (sí y no).
Francisco incomoda. Electo en marzo de 2013, tras una serie escándalos que afectaron la imagen de la Iglesia e indujeron al papa Benedicto XVI a renunciar, el nuevo papa adoptó medidas drásticas como realizar una auditoría de las finanzas vaticanas, sancionar a los corruptos de la Curia Romana y a los pedófilos, producir una apertura en lo relativo a las cuestiones de género y sexualidad, criticar el capitalismo, etc.
los tradicionalistas supuestamente puritanos les resulta inaceptable que el papa admita que los divorciados que se vuelven a casar puedan recibir los sacramentos, y los homosexuales ser acogidos en el seno de la Iglesia.
"El papa es el vicario de Cristo en la Tierra, pero no es Cristo. Puede errar, pecar y hasta ser corregido. No concuerdo con su modo de gobernar. La Iglesia está hoy inmersa en la confusión y la desorientación: los fieles necesitan certezas, pero no logran encontrarlas. Corremos el riesgo de una escisión", afirma Roberto de Mattei, presidente de la Fundación Lepanto, que aboga por "la defensa de los principios y las instituciones de la civilización cristiana".
Se sospecha que los seguidores de de Mattei fueron quienes divulgaron los carteles ofensivos sobre Francisco. Él se defiende: "No sé quiénes son los autores [de los carteles], pero no fuimos nosotros. En Roma se percibe un clima de miedo típico de los regímenes totalitarios. Estamos en presencia de una monarquía absoluta que emplea la colaboración de cardenales y obispos, pero les da poca autonomía. Al papa le encanta nombrar comisionados especiales para muchos asuntos y así poder siempre ser él quien decide al final", declaró de Mattei.
El historiador Massimo Faggioli, profesor de Teología de Villanova University (EE. UU.), opina que es posible identificar tres tipos de oposición al papa: teológica, institucional y política. "La teológica parte de algunos sectores de la Iglesia que creen que el papa es demasiado moderno en cuestiones como el matrimonio y la familia. Es una oposición pequeña, que procede de forma respetuosa", afirma el profesor.
En esa trinchera se destacan cuatro cardenales ultraconservadores: Walter Brandmüller y Joachim Meisner, de Alemania; Carlo Cafarra, de Italia; y Raymond Burke, de los Estados Unidos. En septiembre de 2016 solicitaron, en una carta abierta, que el papa corrigiera "errores doctrinarios" de la Exhortación Apostólica Amoris Laetitia (Alegría del Amor), una guía para la vida en familia que predica la aceptación por parte de la Iglesia de comportamientos propios de la sociedad contemporánea.
En la oposición institucional se encuentran quienes insisten en mantener el status quo. "Algunos cardenales tienen miedo a perder privilegios o a un cambio en los mecanismos para el nombramiento de los obispos", dice Faggioli.
El historiador considera que la mayor oposición a Francisco tiene que ver con sus actitudes políticas: "El papa habla sobre vivir juntos, construir puentes en vez de muros. Son cuestiones ‘inconvenientes' para la política global actual, pues contrastan con las ideas de la derecha francesa, italiana y norteamericana. Se las tiene por una amenaza. El papa puede lidiar con las dos primeras oposiciones, pero la política es la más difícil", afirma.
La reacción contra el papa no se concentra solo en Italia y Europa. El periodista italiano Nello Scavo, autor del libro Los enemigos de Francisco, dice que hay grupos en los Estados Unidos empeñados en debilitar el liderazgo papal: "Hay grupos financieros, fabricantes de armas y multinacionales que quieren que el papa pierda poder. Su retórica es muy anti-establishment. Ha afirmado que nuestra economía mata, condenó el capitalismo y se ha hecho oír sobre cuestiones ecológicas", dice Scavo citando críticas a Francisco realizadas por el centro de estudios conservador American Enterprise Institute (AEI).
El AEI cuenta entre sus dirigentes con varios antiguos integrantes del gobierno de George W. Bush, entre ellos el exvicepresidente Dick Cheney. "Cheney forma parte de AEI, fue miembro del consejo de Lockheed Martin, el principal fabricante de sistemas de defensa del mundo, y uno de los principales financiadores de AEI es Halliburton", afirma el periodista, refiriéndose a la multinacional de servicios para la exploración de petróleo.
Matteo Ciofi, periodista de la emisora católica canadiense Salt and Light, dice que la oposición teológica es, en realidad, la que menos debe preocupar al papa. "No es posible que un cardenal africano y uno europeo tengan la misma visión sobre la familia. Forma parte de las diferencias culturales, es normal que haya críticas. El problema dentro de la Iglesia se concentra en quienes no quieren perder sus privilegios", dice.
Al papa Francisco se aplica lo que le dice a María el viejo Simeón refiriéndose a Jesús: "[este es] señal que será contradicha" (Lucas 2, 34).
Frei Betto es autor, entre otros libros, de Um homem chamado Jesus (Rocco).

Carta del cardenal arzobispo de Madrid: Año Santo Lebaniego, llamada a la conversión y a la misión


Hagamos una peregrinación exterior que termine en esa peregrinación interior donde celebramos la misericordia con la Reconciliación y la Eucaristía
Nuestro Señor Jesucristo, a través de la Iglesia, nos regala un año santo en mi querida diócesis de origen, Santander. El Año Santo Lebaniego es una gracia para toda la Iglesia. Pero, como podéis comprender, siento un profundo agradecimiento hacia la Iglesia particular que nos ofrece durante este año esta gracia inmensa que nos invita a la conversión y a la misión. Es la Iglesia particular que, en nombre de Jesucristo, me acercó y me dio la Vida de Cristo por el Bautismo, me invitó a participar por primera vez en la Eucaristía, me hizo el regalo del sacramento de la Confirmación y me incorporó al presbiterio diocesano regalándome el ministerio sacerdotal. Os invito a todos a vivir y participar en el Año Santo Lebaniego. Estoy seguro de que allí sentiremos más y mejor la urgencia que los hombres tenemos de dar una versión nueva a nuestra vida y de salir a la misión para anunciar la Buena Noticia que mueve y conmueve todo lo que existe.
En el monasterio de Santo Toribio, muy cerca de los Picos de Europa, se conserva desde el siglo VIII la famosa reliquia del Lignum Crucis. Gracias a esa presencia tan preciada, desde hace siglos es un importante centro espiritual de peregrinaciones y alimento de religiosidad popular. ¡Cuántos años fui, por razón de mi ministerio como vicario general de la diócesis de Santander, a las reuniones mensuales de los sacerdotes de Liébana que se celebraban en el monasterio! A 1181 se remonta la constitución de la cofradía de la Santísima Cruz, a la que pertenezco desde que soy sacerdote. Los obispos de la época en que se constituyó, Juan de León, Raimundo de Palencia, Rodrigo de Oviedo y Martín de Burgos, se tomaron en serio esa religiosidad que hizo posible que conservemos hasta hoy el trozo más grande de la Cruz de Nuestro Señor y que la región haya dado tanta gente buena y santa. Según la tradición, pudiera ser la cofradía más antigua erigida en la Iglesia con este motivo. El Papa Julio II, el 23 de septiembre de 1512, autorizó para que se siguiera celebrando el Jubileo de Santo Toribio. En ese querido monasterio el monje Beato defendió la fe católica y escribió los célebres Comentarios al Apocalipsis que han tenido una importancia decisiva en la cultura y en el arte, ya que fueron copiados y miniados entre los siglos IX y XIII. 
El Año Santo Lebaniego invita a que celebremos la conversión y la misión. La Cruz y el sepulcro vacío, es decir, la Muerte y Resurrección de Cristo, son inseparables. La Cruz es expresión del triunfo sobre las tinieblas. Mientras estamos preparando el próximo Sínodo de los Obispos dedicado a los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional, ahora que nos encontramos en la fase de aproximar nuestras preocupaciones, opiniones y tareas, tenemos la gracia de que se abra en la Iglesia que camina en Cantabria este año santo. Como muy bien dice el obispo de la diócesis de Santander, monseñor Manuel Sánchez Monge, en su carta pastoralNuestra gloria, Señor, es tu Cruz, «el amor misericordioso del Padre y del Hijo hacia nosotros alcanza su cima contemplado el misterio de la Cruz […], en la Cruz entendemos que los caminos de Dios no son nuestros caminos». El Año Santo Lebaniego es un acicate nuevo con el que el Señor derrama su gracia sobre nosotros para hacernos la misma invitación que al apóstol Pedro: «rema mar adentro». 
El Año Santo Lebaniego nos urge, nos llama e invita a «presentar el mensaje desde el corazón del Evangelio que es la belleza del amor salvador de Dios, manifestado en Jesucristo, muerto y resucitado» (EG36). «Con estilo misionero sabe centrar el anuncio en lo esencial y simplificar la propuesta» (EG35). Impliquémonos con la gracia del Señor en el dinamismo que engendra el pasar por la Puerta Santa que es Cristo, meta de la historia, único Salvador del mundo, que ha dado la vida por todos los hombres. Por la Cruz nos ha llegado la salvación a los hombres. Es en la Cruz donde se sintetiza para nosotros, los cristianos, el misterio de la Encarnación y de la Redención, de la Pascua plena de Jesús, Hijo de Dios e Hijo de María; el misterio de su pasión y muerte, de su resurrección y glorificación. En el misterio de la Cruz se encuentra el secreto y el principio vital que hace de la Iglesia casa de Dios, y la columna y el fundamento de la verdad. ¡Qué fuerza tiene la contemplación de la Cruz! En dicha contemplación nos penetra el misterio de la infinita piedad de Dios hacia nosotros, que llegó hasta las raíces más escondidas de nuestra iniquidad.
Pasemos por la Puerta Santa que es Cristo. ¿Cómo hacerlo en este Año Santo Lebaniego? Hay signos que son necesarios y que la Iglesia pone a nuestro alcance. Para recibir la gracia de las indulgencias y celebrar este Jubileo tenemos un lugar: el monasterio de Santo Toribio de Liébana, donde se encuentra el trozo más grande de la Cruz en la que muere Nuestro Señor. Hagamos una peregrinación exterior, pero que termine en esa peregrinación interior donde la perdonanza y la misericordia la celebramos con el sacramento de la Reconciliación y la celebración de la Eucaristía. El Año Santo Lebaniego nos va a dar oportunidad de ver la infinita piedad y amor de Dios hacia los hombres, que sigue suscitando en el corazón y en el alma de cada ser humano un movimiento de conversión y de redención que impulsa hacia la reconciliación. El cristiano, puesto delante de la Cruz, acoge el misterio, lo contempla y saca de él la fuerza suficiente para ir a la fuente que es el mismo Jesucristo, donde puede renovar su vida desde la raíz para vivir según el Evangelio.
Este Año Jubilar de Santo Toribio de Liébana, para mí como arzobispo de Madrid, se nos presenta como una oportunidad más de gracia que el Señor nos entrega, para que se hagan realidad aquellas palabras del apóstol san Pablo: «Pues yo, hermanos, cuando fui a vosotros, no fui con el prestigio de la palabra o de la sabiduría a anunciaros el misterio de Dios, pues no quise saber entre vosotros sino a Jesucristo, y este crucificado. Y me presenté ante vosotros débil, tímido y tembloroso. Y mi palabra y mi predicación no tuvieron nada de los persuasivos discursos de la sabiduría, sino que fueron una demostración del Espíritu y del poder para que vuestra fe se fundase, no en sabiduría de hombres, sino en el poder de Dios» (1Cor 2,1-5). Doy gracias a Dios por este tiempo de gracia y de sabiduría que el Señor nos regala a través de  la Iglesia, y te invito a profundizar, reflexionar e incorporar tres realidades:
1. Contemplar la Cruz. ¿A qué y a quién te remite? ¿Te remite a los demás? ¿Para qué?
2. Vivir ante la Cruz de la que vino la salvación a los hombres, ¿te introduce en el ámbito de la misericordia y del amor a todos o te mantiene en la indiferencia?
3. Anunciar. ¿Descubres que el Sacramento de la Penitencia o de la Reconciliación en tu vida te sitúa en la verdad? ¿Valoras ponerte delante del Señor, reconociendo tu verdad, para que Él por amor te entregue su Verdad, que es gracia?
Con gran afecto, os bendice,
+Carlos Card. Osoro Sierra, arzobispo de Madrid

Sin paz, hasta lo pequeño es imposible



Que el Señor se apareciera a los suyos diciendo “Paz a vosotros” no es baladí. Podría haber usado un procedimiento más brillante, una aparición luminosa con banda sonora, no sé, lo que provocara una impresión de sobrecogimiento acompañada de un “eh, despertaos, poneos en marcha, es hora de evangelizar y hablar de quién soy verdaderamente”. Pero el Señor usa un insólito preámbulo que se ha convertido en la marca de la casa del cristiano: la paz. Sin paz no se construye nada, es más, sin el sosiego del primer encuentro con Cristo uno pierde identidad, porque seguirá a merced de sus pasiones y de la excitabilidad cotidiana. Sin paz, el mundo nos va deglutiendo poco a poco y nos volvemos una pieza más del engranaje de la vida.
Qué bien lo entendió Juan de la Cruz, “oh dichosa ventura, salí sin ser notada, estando ya mi casa sosegada, a oscuras y segura…” Habla del alma que va a la busca de su Amado. Si la casa no anda sosegada, el alma sale del hogar haciendo ruido y tirándolo todo, tropezándose con la cacharrería que encuentra en las habitaciones. En fin, que el Señor dice “paz a vosotros” y no sólo queda en el aire una frase, sino que con ella llega una emulsión de gracia inmediata.
He conocido a mucha gente con paz, y hacen mucho bien. Y ojo, que no hace falta morirse para que los amigos te digan que ya descansas en paz. Parece que marcharse de este mundo es la única solución para apagar el tráfago de lo cotidiano. Piénsalo un momento, si no tienes el alma con paz porque crees que deberías hacer un millón de cosas más, y cuando te quedas solo la casa se te viene encima, te conviertes en carne de cañón para conocer superficialmente al Señor, sólo por fuera. Te aprenderás frases preciosas del Evangelio, estupendo, pero ni siquiera habrás tocado la orla de su manto. Sin soledad y sin silencio, que deberían ser nuestros hermanos de sangre, el hombre no se pone a tiro de la paz de Cristo.
Conozco a muchos enfermos que tienen paz y no fingen, son los que mejor pueden dar testimonio de la presencia de Cristo en un mundo imposible, como es el del dolor. Muchos no hablan de resignación sino de conformidad, y rezan porque no quieren dejar de lado a su Señor. Sin paz, nada de nada.

Así estaba escrito: el Mesías padecerá y resucitará de entre los muertos al tercer día




Evangelio según San Lucas 24,35-48. 
Ellos, por su parte, contaron lo que les había pasado en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan. 
Todavía estaban hablando de esto, cuando Jesús se apareció en medio de ellos y les dijo: "La paz esté con ustedes".

Atónitos y llenos de temor, creían ver un espíritu, 
pero Jesús les preguntó: "¿Por qué están turbados y se les presentan esas dudas? 
Miren mis manos y mis pies, soy yo mismo. Tóquenme y vean. Un espíritu no tiene carne ni huesos, como ven que yo tengo". 
Y diciendo esto, les mostró sus manos y sus pies.

Era tal la alegría y la admiración de los discípulos, que se resistían a creer. Pero Jesús les preguntó: "¿Tienen aquí algo para comer?".
Ellos le presentaron un trozo de pescado asado; él lo tomó y lo comió delante de todos. 

Después les dijo: "Cuando todavía estaba con ustedes, yo les decía: Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito de mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos". 
Entonces les abrió la inteligencia para que pudieran comprender las Escrituras, y añadió:

"Así estaba escrito: el Mesías debía sufrir y resucitar de entre los muertos al tercer día, y comenzando por Jerusalén, en su Nombre debía predicarse a todas las naciones la conversión para el perdón de los pecados". 
Ustedes son testigos de todo esto.