De la misma forma, cuando nos ofenden o nos hacen daño debemos perdonar. El no perdonar además de separarnos de otras personas también nos separa de Dios.
Nosotros también ofendemos al Señor de muchas formas y tenemos la necesidad de recibir Su Perdón.
Jesús durante su vida en la tierra, perdonó muchos pecados, curaba a los enfermos y sobre todo perdonaba sus pecados.
Sabemos que cuando nos arrepentimos somos completamente perdonados porque Jesucristo pagó por nuestros pecados cuando Él murió en la cruz.
Y no solamente eso, también bajó al limbo a rescatar a nuestros primeros padres Adán y Eva y a todos los inocentes que habían muerto antes de venir Él al mundo.
Por todo esto te pedimos , Señor, que nos ayudes a no ofenderte; y si lo hacemos que nos des tú Perdón.
Sé que tu perdón es tan grande,
que no tomas en cuenta nuestras bajezas
y nuestras vergüenzas.
Por nuestros pecados
cada herida de tu cuerpo la abrimos sin clemencia
y cada espina clavada en tu frente,
tu amor humillamos.
Perdónanos Dios mío.
MEMM