domingo, 27 de diciembre de 2015

«EL EJEMPLO DE NAZARET»


Nazaret es la escuela donde empieza a entenderse la vida de Jesús, es la escuela donde se inicia el conocimiento de su Evangelio.

Aquí aprendemos a observar, a escuchar, a meditar, a penetrar en el sentido profundo y misterioso de esta sencilla, humilde y encantadora manifestación del Hijo de Dios entre los hombres. Aquí se aprende incluso, quizá de una manera casi insensible, a imitar esta vida.

Aquí se nos revela el método que nos hará descubrir quién es Cristo. Aquí comprendemos la importancia que tiene el ambiente que rodeó su vida durante su estancia entre nosotros, y lo necesario que es el conocimiento de los lugares, los tiempos, las costumbres, el lenguaje, las prácticas religiosas, en una palabra, de todo aquello de lo que Jesús se sirvió para revelarse al mundo. Aquí todo habla, todo tiene un sentido.

Aquí, en esta escuela, comprendemos la necesidad de una disciplina espiritual si queremos seguir las enseñanzas del Evangelio y ser discípulos de Cristo.
¡Cómo quisiéramos ser otra vez niños y volver a esta humilde pero sublime escuela de Nazaret! ¡Cómo quisiéramos volver a empezar, junto a María, nuestra iniciación a la verdadera ciencia de la vida y a la más alta sabiduría de la verdad divina!
Pero estamos aquí como peregrinos y debemos renunciar al deseo de continuar en esta casa el estudio, nunca terminado, del conocimiento del Evangelio. Mas no partiremos de aquí sin recoger rápida, casi furtivamente, algunas enseñanzas de la lección de Nazaret.

Su primera lección es el silencio. Cómo desearíamos que se renovara y fortaleciera en nosotros el amor al silencio, este admirable e indispensable hábito del espíritu, tan necesario para nosotros, que estamos aturdidos por tanto ruido, tanto tumulto, tantas voces de nuestra ruidosa y en extremo agitada vida moderna. Silencio de Nazaret enséñanos el recogimiento y la interioridad, enséñanos a estar siempre dispuestos a escuchar las buenas inspiraciones y la doctrina de los verdaderos maestros. Enséñanos la necesidad y el valor de una conveniente formación del estudio, de la meditación, de una vida interior intensa de la oración personal que sólo Dios ve.
Se nos ofrece además una lección de vida familiar. Que Nazaret nos enseñe el significado de la familia, su comunión de amor, su sencilla y austera belleza, su carácter sagrado e inviolable, lo dulce e irreemplazable que es su pedagogía y lo fundamental e incomparable que es su función en el plano social.

Finalmente, aquí aprendemos también la lección del trabajo. Nazaret, la casa del hijo del artesano: cómo deseamos comprender más en este lugar la austera pero redentora ley del trabajo humano y exaltarla debidamente; restablecer la conciencia de su dignidad, de manera que fuera a todos patente; recordar aquí, bajo este techo que el trabajo no puede ser un fin en sí mismo, y que su dignidad y la libertad para ejercerlo no provienen tan sólo de sus motivos económicos, sino también de aquellos otros valores que lo encauzan hacia un fin más noble.

Queremos finalmente saludar desde aquí a todos los trabajadores del mundo y señalarles al gran modelo, al hermano divino, al defensor de todas sus causas justas, es decir: a Cristo, nuestro Señor.
De las alocuciones del papa Pablo sexto
(Alocución en Nazaret, 5 de enero de 1964)
Fuente: News Va.

"El verdadero testigo ama, reza, dona y sobre todo perdona, porque el perdón es la expresión más alta del don"

"Esteban es mártir, que significa testigo, porque hace como Jesús", asegura Bergoglio en el Angelus
A la hora del Ángelus del sábado 26 de diciembre, memoria litúrgica de San Esteban, primer mártir cristiano, el Papa Francisco destacó que tras la contemplación de la Solemnidad de la Navidad y, en consecuencia, del amor misericordioso de Dios, en esta ocasión vemos la respuesta coherente del discípulo de Jesús, que da su vida. De hecho, tras el nacimiento en la tierra del Salvador; nace para el cielo su testigo fiel. Y añadió que si bien aparecen siempre las tinieblas del rechazo de la vida, la luz del amor brilla más fuerte porque vence el odio e inaugura un mundo nuevo.
El Santo Padre puso de manifiesto un aspecto singular del relato de los Hechos de los Apóstoles, que acerca a San Esteban al Señor. Y es el hecho de morir perdonando al igual que Jesús. También afirmó que Esteban es mártir, que significa testigo, porque se comporta como el Señor Jesús,rezando, amando, donando y, sobre todo, perdonando, puesto que el perdón es la máxima expresión del don.
El Obispo de Roma invitó a peguntarnos ¿para qué sirve perdonar? Y explicó que encontramos una respuesta precisamente en el martirio de Esteban, quien también perdonó al joven Saulo - que perseguía a la Iglesia - y que gracias al perdón recibido llegó a ser Pablo, el gran Santo, Apóstol de las gentes. Por esta razón, el Papa Bergoglio afirmó que "Pablo nace de la gracia de Dios y del perdón de Esteban".
Al mismo tiempo, el Pontífice dijo que también nosotros nacemos del perdón de Dios. Y no sólo en el Bautismo, sino cada vez que somos perdonados. Mientras sólo cuando somos amados podemos amar a nuestra vez y jamás debemos cansarnos de pedir el perdón divino, porque sólo cuando somos perdonados aprendemos a perdonar.
Francisco admitió, como ha hecho otras veces, que perdonar es siempre muy difícil.De ahí su recomendación a aprender a disculpar las pequeñas o grandes ofensas de cada día mediante la oración, como hizo Esteban. Y debemos hacerlo - dijo - comenzando por nuestro propio corazón: sólo podremos afrontar "el resentimiento que experimentamos, encomendando a quien nos ha hecho el mal a la misericordia de Dios".
Descubriremos así - dijo el Papa - que la lucha interior para perdonar purifica del mal y que la oración y el amor nos liberan de las cadenas interiores del rencor. Antes de rezar a la Madre de Dios, el Pontífice invitó a encomendar a María a las tantas personas que, como San Esteban, padecen persecuciones en nombre de la fe, para que la Virgen oriente nuestra oración, a fin de que recibamos y donemos el perdón.
"Ayer contemplamos el amor misericordioso de Dios, que se ha hizo carne por nosotros; hoy vemos la respuesta coherente del discípulo de Jesús, que da su vida. Ayer nació en la tierra el Salvador; hoy nace para el cielo su testigo fiel. Ayer, como hoy, aparecen las tinieblas del rechazo de la vida, pero brilla más fuerte aún la luz del amor, que vence el odio e inaugura un mundo nuevo", expresó el Papa antes de la oración del ángelus en la plaza de san Pedro notablemente colmada de fieles y peregrinos.
Francisco subrayó un aspecto particular que une a san Esteban al Señor, antes de morir lapidado: "Jesús, clavado en la cruz, había dicho: Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen; Esteban poniéndose de rodillas, exclamó en alta voz: Señor, no les tengas en cuenta este pecado. "Por tanto, Esteban es mártir, que significa testigo, porque hace como Jesús; en efecto, es un verdadero testigo que se comporta come Él: que reza, que ama, que dona, pero, sobre todo, que perdona, porque el perdón, como dice la misma palabra, es la expresión más alta del don.
El obispo de Roma explicó que el perdón de Esteban da como resultado la conversión del gran apóstol Pablo que perseguía a la Iglesia y trataba de destruirla. Podemos decir que Pablo nace de la gracia de Dios y del perdón de Esteban. "También nosotros nacemos del perdón de Dios. No sólo en el Bautismo, sino cada vez que somos perdonados nuestro corazón renace, es regenerado. ...Porque sólo cuando somos amados podemos amar a nuestra vez".
Comencemos como Hizo Esteban "afrontando con la oración el resentimiento que experimentamos, encomendando a quien nos ha hecho el mal a la misericordia de Dios" invitó.

Jesús Bastante

El don de la familia. "Jesús recibió de su familia un modo de ser y de vivir"

Todas las estadísticas coinciden en que la sociedad valora favorablemente a la familia como primera institución. Gracias a ella, muchos han podido superar la crisis económica, laboral o afectiva. La familia se convierte en el puerto franco donde los miembros acuden a desahogar el alma, sin miedo el juicio inmisericorde.
Son muchos los hogares que viven el dolor de la ruptura. Sin embargo, la casa familiar sigue siendo el lugar entrañable, la referencia segura, la posibilidad restauradora.
Jesús, el Hijo de Dios hecho hombre, quiso venir a nuestro mundo en el seno de una familia; en ella aprendió un modo social de vivir y de trabajar. María, su madre, le debió de enseñar cosas muy domésticas, según se desprende de los ejemplos que el Maestro emplea en sus enseñanzas. La imagen del candil, de la levadura en la masa, del remiendo nuevo en vestido viejo... "Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y los hombres".
Pero será el aprendizaje junta a san José lo que hizo que le conocieran como "el hijo del carpintero", aunque ahora se discuta si el esposo de María era más bien cantero, o albañil. En cualquier caso, Jesús recibió de su familia un modo de ser y de vivir, acorde con la sociedad de su tiempo.
Jesús de Nazaret destaca por su docilidad, discreción, familiaridad, aprendizaje, bondad, sensibilidad, religiosidad que aprendió de María y de José. Pues tomó la condición de uno de tantos. Él se convierte en modelo, y se pueden tener como lema las palabras de san Pablo, que aciertan a definir la manera de trabajar: "Todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él".
Sin embargo, los textos de este día nos revelan de manera muy significativa la verdadera identidad de los miembros de la Sagrada Familia de Nazaret, cuando Jesús responde a su madre: -«¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?».
El relato comienza señalando un dato curioso: "Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre". Aun recuerdo la explicación que me dio un guía judío junto al muro del Templo. Me aclaró que los niños celebran su fiesta de mayoría de edad a los 13 años, y que solo los hijos de viuda lo hacen a los 12. Si en la escena aparecen José y María, lo que se manifiesta con el dato cronológico es la aclaración sobre el padre de Jesús, que no es José. Y si el Niño responde, además, aludiendo a la casa de su Padre, es evidente la intención del evangelista de presentarnos al Hijo de María como Hijo de Dios.

Cuando Jesús nos enseñe a rezar, lo hará introduciéndonos en la revelación divina con su Padre Dios. Hoy podemos celebrar nuestra pertenencia sagrada, gracias a Jesús.
Angel Moreno de Buenafuente

Osoro arrancó anoche un nuevo "maratón de bendiciones" a familias en La Almudena.

Los obispos españoles piden que la familia sea un "gran gimnasio de entrenamiento" para el perdón
"Que cada familia sea un hogar donde sanar las heridas del corazón", pide la CEE
Los obispos españoles piden que la familia se convierta “en un "gran gimnasio de entrenamiento" para el don y el perdón recíproco, sin el cual ningún amor puede durar mucho.
Con esta cita del Papa Francisco concluye el mensaje que la Conferencia Episcopal Española (CEE) ha elaborado para la Jornada de la Sagrada Familia, que se celebra este 27 de diciembre con el lema 'Familia, hogar de misericordia'.
"“Que cada familia, como Iglesia doméstica, se haga voz de cada hombre y mujer y sea un hogar donde sanar las heridas del corazón"”, añaden los prelados en el marco del recién comenzado Año Jubilar de la Misericordia.
Esta jornada, dicen, pretende ser “eco” de la “relación tan estrecha entre misericordia y familia”, en un contexto del que alertó el Papa Juan Pablo II de “crisis de cultura” que deja al hombre actual “a la intemperie engañándolo y prometiéndole abundancia, cuando en realidad lo que hace es empobrecerlo”. Todo ello se muestra en la "crisis del relativismo que vive la sociedad", ante la que la familia se presenta como “el verdadero santuario de la vida” para “renovar” esa sociedad.

Para el Episcopado, “la familia evangeliza cuando es hogar de misericordia” y se muestra “como un verdadero nido de amor, casa de acogida, misericordia, escuela de madurez humana y lugar propicio para cultivar las virtudes cristianas en los hijos”.
Por otro lado, el arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, recién llegado de participar en la toma de posesión de Juan José Omella, abrió las puertas de la catedral de La Almudena a última hora de la tarde de ayer, para bendecir a todas las familias que quieran acercarse al templo, como ya hiciera el año pasado, sustituyendo a las concentraciones en Colón organizadas por algunos grupos profamilia. Un auténtico "maratón de bendiciones", donde Osoro no parará ni a comer.
Desde las nueve de la mañana de este domingo, el prelado madrileño bendecirá personalmente a cada familia que acuda a la catedral. A las 12:00 horas se celebrará una solemne Eucaristía presidida por monseñor Osoro, que continuará bendiciendo familias de 14:30 a 19:00 horas. Si bien, a las 17:00 horas, el arzobispo impartirá también una bendición general para aquellas familias que lo deseen. A las 19:00 horas habrá rezo de Vísperas y bendición de los novios, para concluir con un recital del Coro de la JMJ.
En estas fechas navideñas, el arzobispo de Madrid ha pedido a las familias un gesto solidario, que consiste en una ofrenda económica a favor de las familias más necesitadas de nuestra diócesis. El dinero que se recaude en las parroquias con este motivo será entregado en la Misa que se celebre en la catedral el 27 de diciembre por una familia representante de cada una de las ocho vicarías de la diócesis. Además, aquellos que lo deseen podrán hacer su contribución económica durante toda la jornada, en la catedral. Cáritas Madrid se encargará de distribuir ese dinero entre familias en riesgo de desahucio.

Dichosos los que temen al Señor y siguen sus caminos.


Sal 127, 1-2. 3. 4-5  

Dichosos los que temen al Señor y siguen sus caminos.

Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos.  
Comerás del fruto de tu trabajo, serás dichoso, te irá bien.

Dichosos los que temen al Señor y siguen sus caminos

Tu mujer, como parra fecunda, en medio de tu casa;  
tus hijos, como renuevos de olivo, alrededor de tu mesa.

Dichosos los que temen al Señor y siguen sus caminos

Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor.  
Que el Señor te bendiga desde Sión,  
que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida.

Dichosos los que temen al Señor y siguen sus caminos
Lectura del santo evangelio según san Lucas 2, 41-52

Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por las fiestas de Pascua.
Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres.

Éstos, creyendo que estaba en la caravana, hicieron una jornada y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén en su busca.

A los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas; todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba.
Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre:
- «Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados.»

Él les contestó: « ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?»

Pero ellos no comprendieron lo que quería decir.

Él bajó con ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad.
Su madre conservaba todo esto en su corazón.
Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y los hombres.
Palabra del Señor.