viernes, 12 de mayo de 2017

Fatima: Los obispos españoles “junto al papa Francisco, peregrinos de esperanza y de paz”.


 La Conferencia Episcopal Española ha hecho público un Mensaje con motivo del Centenario de las apariciones de la Virgen de Fátima, cuyo texto se aprobó en la última reunión del Ejecutivo realizada en abril pasado y que lleva por título “Junto al Papa Francisco, peregrinos de esperanza y de paz”.
Este viernes y sábado el papa Francisco estará en el santuario de Fátima en Portugal, viaje apostólico definido por él como una peregrinación.
El Secretario General y Portavoz de la CEE, José María Gil Tamayo ha explicado que “la Virgen María forma parte de la vida cristina de manera inseparable”. Precisamente, ha señalado, “Fátima es una de las plazas principales de esa presencia Mariana en la historia de la Iglesia reciente”.
José María Gil Tamayo ha afirmado que el papa Francisco realiza este viaje “con una intención de la paz” y ha recordado que la aparición de Fátima “es una providencia de Dios en un momento de la historia especialmente convulso”. Recordó además que “el mensaje de Fátima no tiene nada esotérico, ni nada que esté fuera del Evangelio”.
Junto al Papa Francisco, peregrinos de esperanza y de paz
1.- Con motivo del centenario de las apariciones de la Virgen María en Cova da Iría (Portugal) el Papa Francisco irá como peregrino al Santuario de Nuestra Señora de Fátima del 12 al 13 de mayo de 2017.

Los obispos españoles queremos unirnos a esta peregrinación del Sucesor de Pedro interpretando así el sentir común de nuestro pueblo que tiene en la advocación y acontecimiento mariano de Fátima una de las devociones más arraigadas y populares. Junto con el Papa Francisco deseamos hacer realidad lo que reza el lema elegido: «Con María, peregrino en la esperanza y en la paz».
Como señalaba san Juan Pablo II, “no sólo los individuos o grupos locales, sino a veces naciones enteras y continentes buscan el encuentro con la Madre del Señor. Tal vez se podría hablar de una específica «geografía» de la fe y de la piedad mariana, que abarca todos estos lugares de especial peregrinación del pueblo de Dios” (Redemptoris Mater, 28).
Fátima es uno de esos lugares destacados, especialmente en la historia contemporánea de la Iglesia, en los que se hace realidad la súplica y alabanza a la Madre de Dios preanunciada por ella misma. Efectivamente, María toma conciencia de lo que Dios ha hecho en ella y anuncia en el canto del Magníficat su bienaventuranza a lo largo de los siglos: “Me felicitarán todas las generaciones” (Lc 1,48). Es un hecho innegable: María aparece en todos los rincones de la geografía católica con la fuerza del encanto de su maternal intercesión (cf. Marialis Cultus, 56).
Este convencimiento tan constatable en nuestro pueblo nos lleva a unirnos con alegría a la celebración del centenario de las apariciones de la Virgen de Fátima. Tres pastorcitos (Lucía, Francisco y Jacinta) fueron los agraciados con la aparición de la Nuestra Señora. La novedad de estas apariciones de Fátima y núcleo de su mensaje consiste en la devoción al Corazón Inmaculado de María como un camino hacia el encuentro con Dios, concretando en este título su intercesión materna. Por medio de los sencillos María transmite un mensaje destinado a la Iglesia y a la humanidad.
Los papas peregrinos
2.- El Santuario de Fátima se ha convertido en estos cien años en un lugar privilegiado de peregrinaciones y entre los peregrinos destacan tres papas. Así el 13 de mayo de 1967, a los 50 años de las apariciones de la Virgen, el beato Pablo VI viajó a Fátima. Allí pronunció unas proféticas palabras sobre uno de los males que iba a padecer la Iglesia por “ideologías diseñadas para quitar de la fe todo lo que el pensamiento moderno no entiende o no acepta”. Pablo VI dijo también estas palabras: “Venimos de Roma para elevar, en Cova de Iría, nuestra ardiente súplica por la paz de la Iglesia y del mundo”; intención que sigue estando plenamente vigente en la actualidad y que hemos de hacer especialmente nuestra.
La relación de san Juan Pablo II con Nuestra Señora de Fátima fue muy intensa. Hay un momento especial el 13 de mayo de 1981, cuando –según cuenta él–, la Virgen le salvó de morir en un atentado perpetrado por Alí Agca en la Plaza San Pedro. Un año después de este suceso, el 13 de mayo de 1982, Juan Pablo II viajó por primera vez a Fátima para “agradecer a la Virgen su intervención en la salvación de mi vida y el restablecimiento de mi salud”. En 1991 el Santo Padre regresó al Santuario, donde afirmó que “la Virgen me regaló otros diez años de vida” y volvió por última vez a Fátima para beatificar a los niños videntes Francisco y Jacinta el 13 de mayo del Año Jubilar del 2000.
Benedicto XVI, por su parte, acudió como peregrino a Fátima en el año 2010 en el décimo aniversario de la mencionada beatificación. Decía el papa Ratzinger: “He venido a Fátima para gozar de la presencia de María y de su protección materna (…). He venido a rezar, con María y con tantos peregrinos, por nuestra humanidad afligida por tantas miserias y sufrimientos”. Una vez más, la finalidad gozosa de estar junto a la Madre llevaba consigo el propósito de orar por los pesares de todos los hijos, por los sufrimientos de la toda la humanidad.
El papa Francisco, que consagró el mundo a María el 13 octubre de 2013, acudirá ahora a Fátima para celebrar el centenario de las apariciones y canonizar a los pastorcitos Francisco y Jacinta Marto.
Sentido de las apariciones
3.- Para entender el sentido de las apariciones marianas que conmemoramos hay que relacionarlas con las maravillas que Dios ha hecho por su Pueblo, dado que Dios sigue actuando en la historia. En Cristo resucitado se cumplieron todas las promesas divinas, pero todavía la humanidad sigue esperando el retorno definitivo de Cristo y, hasta que Él venga, vivimos en el tiempo inaugurado por su resurrección, un período de esperanza, pero a la vez están presentes muchas lacras y sufrimientos.
Las apariciones se sitúan en el contexto del plan salvador de Dios, en el que el papel de María resulta esencial por su intercesión materna en el misterio de Cristo (cf. Lumen Gentium, 62). Las que conmemoramos de Fátima, en plena I Guerra Mundial, confirman que María, como buena madre, acude allí donde el corazón de sus hijos padecen todo tipo de sufrimientos y los horrores de la persecución o la guerra. “No tienen vino” (Jn 2,3), dice también en nuestro tiempo la Madre ante su Hijo, intercediendo por una humanidad necesitada.
La conversión a Dios que, junto con la oración, forma parte esencial del mensaje de Fátima, “trae consigo -como señalábamos los obispos- una esmerada solicitud por los pobres desde el encuentro con Cristo” (CEE, Iglesia servidora de los pobres, 34).
Impulso evangelizador
4.- La Virgen utiliza un lenguaje sencillo con los videntes, acomodándose a sus formas de hablar. Siguiendo la lógica de Dios (Cf. 1Co 1, 26-28), esta elección de los pequeños, de los pobres, de los insignificantes, es una constante que se repite en las apariciones marianas, sobre todo en las especialmente reconocidas de la época moderna. Está en total acuerdo con la doctrina evangélica que los pobres sean los predilectos para entrar en el Reino y que Dios escoge los lugares olvidados por los poderosos de este mundo. Así se realiza el dicho evangélico: “Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños” (Mt 11,25).
Qué gran recordatorio éste cuando la Iglesia en este momento de la historia, en el pontificado del Papa Francisco y en continuidad con sus últimos predecesores, está llamada a un nueva etapa evangelizadora (cf. Evangelii Gaudium, 15).
La Virgen descubre a unos videntes sencillos y pobres que los grandes acontecimientos de nuestro mundo están ligados a su fuente y raíz más profunda, que es el corazón del hombre en su apertura o cerrazón ante Dios.
“Haced lo que Él os diga” (Jn 2,5)
5.- María, durante su vida en la tierra, sólo dirigió a la humanidad una única palabra: “Haced lo que Él os diga” (Jn 2,5), y es muy significativo que todo el mensaje mariano de las apariciones se reduzca a esta sencilla afirmación, porque no hay nada nuevo en las embajadas de Nuestra Señora.
María, en Fátima, llama –como su Hijo– a la conversión, a la reconciliación, a la renovación de la vida cristiana, a la reforma de las costumbres, a la oración y al sacrificio por la conversión de los pecadores o en reparación de los propios pecados. Así lo recordaba el Papa Francisco al señalar que en las apariciones de Fátima “María nos invita una vez más a la oración, a la penitencia y a la conversión. Nos pide que no ofendamos más a Dios. Advierte a toda la humanidad sobre la necesidad de entregarse a Dios, fuente de amor y de misericordia” (Audiencia, 11-5-2016; cf. también Catecismo de la Iglesia Católica, n. 67).
En comunión eclesial con el Papa Francisco, pastores y fieles somos peregrinos en la esperanza y en la paz.
Exhortamos a los fieles a vivir con verdadero espíritu cristiano y afán evangelizador este acontecimiento eclesial del centenario de las apariciones de Fátima y deseamos que se renueve  en todos la verdadera devoción a la Virgen María, que “no consiste ni en un sentimentalismo estéril y transitorio ni en una vana credulidad, sino que procede de la fe auténtica, que nos induce a reconocer la excelencia de la Madre de Dios, que nos impulsa a un amor filial hacia nuestra Madre y a la imitación de sus virtudes” (Lumen Gentium, 67).
Finalmente, nos consagramos a Nuestra Señora de Fátima con la misma oración que el Papa Francisco pronunció el 13 de mayo de 2013:
Bienaventurada María, Virgen de Fátima,
con renovada gratitud por tu presencia maternal
unimos nuestra voz a la de todas las generaciones
que te llaman bienaventurada.
Celebramos en ti las grandes obras de Dios,
que nunca se cansa de inclinarse
con misericordia hacia la humanidad,
afligida por el mal y herida por el pecado,
para curarla y salvarla…
Custodia nuestra vida entre tus brazos:
bendice y refuerza todo deseo de bien;
reaviva y alimenta la fe;
sostén e ilumina la esperanza;
suscita y anima la caridad;
guíanos a todos nosotros por el camino de la santidad.
Enséñanos tu mismo amor de predilección
por los pequeños y los pobres,
por los excluidos y los que sufren,
por los pecadores y los extraviados de corazón:
congrega a todos bajo tu protección
y entrégalos a todos a tu dilecto Hijo,
el Señor nuestro Jesús. Amén.
Madrid, 20 de abril de 2017
ZENIT

El Papa en Santa Marta: la Iglesia está siempre en camino


Partiendo de la Primera lectura de los Hechos de los Apóstoles, el papa Francisco trazó una panorámica sobre la historia de la salvación.
Lo hizo en la misa que celebró este jueves por la mañana en el Vaticano, en la Casa Santa Marta, recordando que Jesús “nos ha dejado al Espíritu” y es el Espíritu Santo quién “nos hacer recordar, nos hace comprender que con el mensaje de Jesús comienza un segundo camino”.
La Iglesia así “va adelante así, con tantos santos y tantos pecadores; entre gracia y pecado, la Iglesia va adelante”.
Para profundizar acerca de la persona de Jesús y también para “comprender la moral, los Mandamientos”. Y una cosa que “en un tiempo parecía normal, que no era pecado, hoy es pecado mortal”, dijo Y señaló: “Pensemos en la esclavitud: cuando íbamos a la escuela nos contaban lo que hacían con los esclavos, los trasladaban de un lugar, los vendían en otro, en América Latina se vendían, se compraban… Es pecado mortal. Hoy decimos esto. Allí se decía: ‘No’. Es más, algunos decían que se podía hacer esto, ¡porque esta gente no tenía alma! Pero se tenía que ir adelante para entender mejor la fe, para entender mejor la moral.
“Lo mismo con la pena de muerte que era normal un tiempo. Y hoy decimos que es inadmisible la pena de muerte”. El sucesor de Pedro señaló que lo mismo vale para “las guerras de religión”.
En medio de este “aclarar la fe”, “aclarar la moral” están “los santos que todos conocemos y los santos escondidos” y “esta santidad es la que nos lleva adelante, hacia la segunda plenitud de los tiempos, cuando el Señor vendrá, al final, para ser todo en todos”.
De este modo, por lo tanto, “el Señor Dios quiso hacerse conocer por su pueblo: en camino”
“El pueblo de Dios está en camino siempre”.
También confesarse es un paso en el camino hacia el encuentro con el Señor, señaló el Pontífice e invitó a preguntarnos, cuando nos confesamos, si además de la vergüenza por nuestros pecados, comprendemos que “aquel paso que doy es un paso en el camino hacia la plenitud de los tiempos”.
Porque pedir perdón a Dios no es una cosa automática, “es comprender que estoy en camino, en un pueblo en camino y que un día, quizás hoy, mañana o dentro de treinta años, me encontrará cara a cara con aquel Señor que jamás nos deja solos, sino que nos acompaña en el camino”.
ZENIT

Cáritas llama a rebelarse contra la injusticia y la desigualdad global




Miles de personas en más de 50 países de todo el mundo celebran este Día Mundial bajo el lema Somos rebeldes con causa. Somos Comercio Justo, ¿y tú?. La Red Interdiocesana de Comercio Justo de Cáritas organiza en toda España diversas actividades de información y sensibilización con motivo de la Jornada
Cáritas Española, que es miembro activo de la Coordinadora Estatal de Comercio Justo, se suma, como cada año, a las celebraciones que se convocan en más de 50 países de todo el mundo con motivo del Día Mundial del Comercio Justo, que se conmemora el sábado 13 de mayo.
Este año, bajo el lema Somos rebeldes con causa. Somos Comercio Justo, ¿y tú?, miles de personas en los cinco continentes unirán sus voces para reivindicar el comercio justo como una herramienta efectiva para erradicar las injusticias sociales que sostienen las condiciones de desigualdad global que persisten en el mundo.
Con este mismo llamamiento, la mayoría de las Cáritas de nuestro país que forman parte de la Red Interdiocesana de Comercio Justo han organizado en diversos puntos de España una densa agenda de actividades de información y sensibilización para dar a conocer los objetivos de una actividad con la que se pretende favorecer un modelo de intercambio comercial basado en unas relaciones éticas y equitativas, donde se espeten los derechos de las personas a lo largo de toda la cadena de producción, distribución y comercialización.
Acabar con una realidad injusta
El Día Mundial de Comercio Justo se celebra también para denunciar un sistema donde un 1% de la población posee más de la mitad de la riqueza global, mientras que el 80% apenas alcanza el 6%. Como recuerdan los responsables de la Coordinadora Estatal de Comercio Justo, «acabar con esta realidad es posible si se adoptan las medidas necesarias».
Para ello, en esta jornada las organizaciones de Comercio Justo harán un llamamiento a la sociedad a rebelarse contra la desigualdad y reivindicar una alternativa comercial que contribuye de manera decisiva a la justicia global y al logro de la Agenda 2030 aprobada por la Asamblea General de las naciones Unidas. Bajo el lema Transformar nuestro mundo, esta nueva agenda internacional desgrana los objetivos de la comunidad internacional para el periodo 2016-2030 para erradicar la pobreza y favorecer un desarrollo sostenible e igualitario a través de los denominados Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
El Comercio Justo, a través de sus 10 principios fundamentales que todas las organizaciones deben cumplir, contribuye de manera clara a conseguir las metas fijadas en Agenda 2030 y, por tanto, al desarrollo de los pueblos y la protección del medio ambiente.
A pesar de la disminución de los índices de pobreza y de acuerdo a los datos aportados por la Coordinadora Estatal, a fecha de hoy 836 millones de personas no tienen cubiertas sus necesidades básicas de nutrición, vivienda, agua, educación o sanidad (Informe del PNUD 2015). Por otro lado, la desigualdad es cada vez mayor: hoy casi el 80% de la población solo posee el 6% de la riqueza mundial, mientras que el 1% más rico posee la mitad de la riqueza.
Superar estas realidades es posible si se adoptan las medidas necesarias. El trabajo es una de ellas, pero ha de ser un trabajo decente, dado que casi un tercio de las personas pobres (según la OIT, las que malviven con menos de 2 dólares al día) tienen un empleo, aunque con una remuneración escasa e inestable.
A esto hay que añadir la desigualdad de género: a nivel global, las campesinas, generadoras del 80% de la producción de alimentos apenas poseen el 30% de la tierra.
Por otro lado, los efectos del cambio climático, la desertificación y degradación de las tierras afectan de manera directa a tres de cada cuatro personas pobres y en particular a quienes dependen de la agricultura. Un sector que en África emplea a la mitad de su clase trabajadora.
Principios del Comercio Justo
El Comercio Justo se basa en criterios como unas condiciones de trabajo dignas y seguras, el pago de un salario adecuado y de un precio justo por la producción, y en asegurar la ausencia de explotación laboral infantil. Además, sus prácticas comerciales respetan a las organizaciones productoras y no tratan de maximizar los beneficios a su costa.
La transparencia en la gestión y la participación de los trabajadores y trabajadoras en la toma de decisiones son otros de los principios de esta alternativa comercial. De esta manera el Comercio Justo contribuye activamente a disminuir la pobreza, lograr la seguridad alimentaria, promover el trabajo decente, reducir la desigualdad en y entre los países y promover sociedades justas, pacíficas e inclusivas.
Otro de los principios fundamentales del Comercio Justo es garantizar la igualdad de género, favoreciendo una justa remuneración, igual a la de sus compañeros por las mismas tareas, y fomentando su presencia en órganos de decisión.
Por otro lado, el Comercio Justo establece la necesidad del cuidado del medio ambiente en los procesos de producción, a través de la adopción de prácticas que reducen el consumo de energía, el uso de fuentes renovables o minimizar el impacto de los residuos.
El movimiento del Comercio Justo tuvo su origen en los años 60, y hoy cuenta con más de 2.000 organizaciones campesinas, artesanas y productoras de alimentos en 75 países de América Latina, África y Asia en las que trabajan más de 2 millones de personas. En esta red hay, solo en Europa, 500 organizaciones importadoras y más de 4.000 tiendas especializadas, además de las instituciones internacionales que avalan el cumplimiento de los 10 principios del Comercio Justo.
En España el consumo de Comercio Justo en 2015 alcanzó los 35 millones de euros, dos millones más que el año anterior. Los productos de alimentación representan el 93% de las ventas, mientras que los de artesanía un 5% y los de cosmética natural un 2%. Pese al aumento en el consumo, España continúa a la cola respecto a otros países europeos, donde el gasto medio por habitante y año en Comercio Justo es 16 veces mayor.
La apuesta por el Comercio Justo en Cáritas
La opción por el Comercio Justo de Cáritas es –junto a la promoción del empleo inclusivo, las empresas de economía social, las finanzas éticas y la colaboración empresarial—uno de los ejes en los que se apoya la apuesta de la Confederación en España por un modelo de economía solidaria [VER MEMORIA ANUAL] que pone a la persona en el centro, al servicio de los derechos humanos y que da prioridad al cuidado de la Creación, en coherencia con el magisterio del papa Francisco en la encíclica Laudato Sí´.
Favorecer las relaciones éticas y equitativas que respeten los derechos de las personas a lo largo de toda la cadena de producción, distribución y comercialización es el objetivo del compromiso de Cáritas en este ámbito, que se lleva a cabo a través de la Red Interdiocesana de Comercio Justo (RICJ). Integrada por 28 Cáritas Diocesanas, esta Red cuenta con 30 tiendas y 47 puntos de venta en toda España.
Cáritas Española trabaja con cooperativas artesanales de Bangladesh, Palestina y Mauritania. Cuando sus productos llegan a las tiendas de la Red, es posible visibilizar a las personas y procesos que hay detrás de cada artículo que se consume y el papel del Comercio Justo en la construcción de un mundo fraterno y solidario. A través del acompañamiento a las Cáritas nacionales en los países del sur, se fortalece la producción local y las relaciones directas norte-sur.
Las tiendas y puntos de venta actúan también como centros de información sobre el origen de los productos y las prácticas injustas del comercio, de movilización en campañas de incidencia y de punto de encuentro de consumidores responsables. En muchas de las tiendas de la Red, el Comercio Justo comparte espacio con productos artesanos, reciclados y sostenibles procedentes de la economía social.
Aunque la principal actividad de la Red Interdiocesana de Comercio Justo de Cáritas es la sensibilización y la transformación para un consumo más responsable, en 2016 adquirió productos a importadoras de comercio justo y artesanías a proyectos de Cáritas Bangladesh, Palestina y Mauritania por un importe total de 388.766 euros. Las ventas de la Red ascendieron a 509.933 euros.
Cáritas

Reflexión del Evangelio según san Juan 14, 1-6


Juan 14,1-2: Nada te turbe. El texto empieza con una exhortación: "¡No se turbe vuestro corazón!" En seguida dice: "En la casa de mi Padre hay distintas moradas". La insistencia en conservar palabras de ánimo que ayudan a superar la perturbación y las divergencias, es una señal de que había mucha polémica y divergencias entre las comunidades. Unas decían a las otras: "Nuestra manera de vivir la fe es mejor que la vuestra. ¡Nosotros nos salvamos! ¡Vosotros estáis equivocados! Si queréis ir al cielo, tenéis que convertiros y vivir como nosotros vivimos." Jesús dice: "¡En casa de mi Padre hay muchas moradas!" No es necesario que todos piensen del mismo modo. Lo importante es que todos acepten a Jesús como revelación del Padre y que, por amor hacia él, tengan actitudes de comprensión, de servicio y de amor. Amor y servicio son el cemento que une entre sí los ladrillos y hace que las diversas comunidades sean una iglesia de hermanos y de hermanas.

• Juan 14,3-4: Jesús se despide. Jesús dice que va a preparar un lugar y que después volverá para llevarnos con él a la casa del Padre. El quiere que estemos todos con él para siempre. El retorno del que habla Jesús es la venida del Espíritu que él manda y que trabaja en nosotros, para que podamos vivir como él vivió (Jn 14,16-17.26; 16,13-14). Jesús termina diciendo: "¡Y a donde yo voy sabéis el camino!" Quien conoce a Jesús, conoce el camino, pues el camino es la vida que él vivió y que le llevó a través de la muerte junto al Padre.

• Juan 14,5-6: Tomás pregunta por el camino. Tomás dice: "Señor, no sabemos a dónde vas. ¿Cómo podemos conocer el camino?” Jesús responde: "Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí”. Tres palabras importantes. Sin un camino, no se anda. Sin verdad, no se acierta. Sin vida, ¡sólo hay muerte! Jesús explica el sentido, porque "¡nadie viene al Padre sino por mí!" Pues, él es la puerta por donde las ovejas entran y salen (Jn 10,9). Jesús es la verdad, porque mirándole a él, estamos viendo la imagen del Padre. "¡Si vosotros me conocierais, conocierais también al Padre!" Jesús es la vida, porque caminando como Jesús caminó, estaremos unidos al Padre y tendremos la vida en nosotros.

Orden de los carmelitas

Yo soy el camino, y la verdad, y la vida


Lectura del santo Evangelio según san Juan 14, 1-6
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
- «No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias; si no fuera así, ¿os habría dicho que voy a prepararos sitio? Cuando vaya y os prepare un lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo,estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino».
Tomás le dice:
- «Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?»
Jesús le responde:
- «Yo soy el camino y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí».
Palabra del Señor.