El Papa ha
invitado a "no reducir el tema del Sínodo a la comunión de
divorciados y vueltos a casar" al tiempo que ha recordado
"que la doctrina católica sobre el matrimonio no ha sido puesta en
duda". El Pontífice ha hablado este martes 6 de octubre ante los más de
270 obispos y decenas de auditores y expertos, en una intervención que en principio no estaba prevista.
El portavoz del
Vaticano, el padre Federico Lombardi, ha relatado, durante el briefing
informativo, el contenido de las sesiones de debate de este lunes por la tarde
y este martes por la mañana, en las que han participado un total 72 padres sinodales representativos de los 5 continentes.
Esta primera semana la asamblea del Sínodo discute
sobre el reto: "Escuchar los desafíos de la familia". La segunda
semana estará dedicada al argumento "El discernimiento de las vocación
familiar" y la tercera a "La misión de la familia de hoy en
día".
Por su parte,
el sacerdote italiano Antonio Spadaro, ha
añadido que el Papa ha pedido "no ceder a la hermenéutica conspirativa que
es sociológicamente débil y no ayuda espiritualmente", al tiempo que ha
solicitado del Sínodo un "profundo discernimiento"para
intentar comprender cómo quiere el Señor su Iglesia.
Este segundo
Sínodo sobre la familia elaborará a partir de los resúmenes realizados por los
llamados Círculos Menores, que dividen a los participantes por idiomas, la 'Relatio finalis', que será el documento final de
conclusiones y que deberá ser votado el próximo sábado 24 de octubre. Sobre la
posible participación del Papa en los debates de Círculos Menores, ha dicho que
"no está previsto". "Pero ya lo veremos porque el Papa es libre y puede hacer lo que quiera", ha
precisado.
Por último, Lombardi ha agregado que, según el Papa,
del Sínodo de Obispos celebrado el año pasado solo hay tres documentos
oficiales que son sus dos discursos, además de la Relatio Finalis, el último
informe que fue votado por los padres sinodales y que no encontró acuerdo ni
soluciones sobre las nuevas formas de convivencia o si hay que dar la comunión
a los divorciados que se han vuelto a casar.
Al menos 10
veces ha surgido la propuesta de fomentar un catecumenado para
los matrimonios, antes y después de la boda, durante las sesiones
del Sínodo de la Familia, que arrancó este lunes 5 de octubre. Así lo ha
explicado el sacerdote canadiense,Thomas Rosica,
durante el breefing informativo celebrado este martes 6 de octubre para dar
cuenta del contenido de las intervenciones.
En este
sentido, el portavoz del Vaticano, el padre Federico Lombardi, ha especificado
muchas de las intervenciones han insistido en la necesidad del aumento de la fe en la vida de las familias y
del acompañamiento necesario a las parejas, así como en una buena preparación
para el matrimonio.
Además, Rosica
ha defendido que "el rol del sacerdote es indispensable en la formación de
parejas" al tiempo que ha detallado que "la familia es la nueva protagonista
de la nueva evangelización, son modelo de matrimonio y de cura de
los problemas". "No hay que condenar la cultura en la que vivimos,
sino que la cultura es de donde tiene que surgir la evangelización", ha
señalado.
Invitado hoy a
responder a las preguntas de los periodistas, el arzobispo Claudio M. Celli, presidente del Consejo Pontificio
para las Comunicaciones Sociales, ha dicho que "el Sínodo tiene una visión
amplia. La Iglesia es universal, no un gueto", y ha
asegurado que en el Aula Sinodal "se respira una Iglesia guiada por el
Espíritu Santo que sopla donde quiere y que sorprende continuamente".
También ha
estado en la Sala Stampa Paul-André Durocher,
arzobispo de Gatineau y presidente del Episcopado de Canadá. En su opinión, los
"obispos están de acuerdo que las enseñanzas de la Iglesia vienen de
Cristo, no solo para la Iglesia, sino para el mundo", y ha subrayado la
importancia de la inculturación: "Es necesario entender las bases
en las que el Evangelio se apoya en nuestra cultura".
Entre la tarde de ayer y la mañana de hoy, han tenido
lugar la 2ª y la 3ª Congregación General, en las que han hablado 72 padres
sinodales, representantes de todos los continentes y en varios idiomas. Unos 36
puntos de la primera parte del Instrumentum laboris fueron citados en las
discusiones, abarcando de lo más general a las realidades más concretas de cada
país.
Por ejemplo,
participantes de América Latina han denunciado "presiones
económicas" en sus países para obligar a imponer una "ideología de
género" que "busca hacernos creer que cualquier diferencia
es una injusticia", se explicó durante la rueda de prensa. Los africanos
han descrito desafíos como el de la poligamia; y los patriarcas orientales han
puesto sobre la mesa la problemática derivada de las migraciones.
Otros hablaron
de la necesidad de una pastoral que se preocupe por fortalecer el vínculo del matrimonio y de la
importancia de crear condiciones para ayudar a los matrimonios con problemas
concretos. En palabras de un padre sinodal (en estas informaciones a los
periodistas no se nombra al autor de cada declaración), "tenemos que tener la Palabra de Dios en una mano, y el
periódico en la otra".
Ha habido
intervenciones referidas a la revolución cultural y cambio de época en el que
se sitúan los trabajos del Sínodo; al lenguaje que tiene que adoptar la Iglesia
para hablar al hombre y la familia de hoy, y evitar interpretaciones
negativas; a la importancia de los ancianos en la institución
familiar; a la violencia en la familia y la sociedad; y muchos han insistido en
una perspectiva de esperanza en el anuncio del evangelio por parte de las
familias en el mundo de hoy. Otros padres han pedido soluciones tan específicas como el facilitar el bautismo a parejas
de no bautizados que viven juntos y quieren casarse por la
Iglesia.