«¡Oh mujer llena y rebosante de gracia, con la
redundancia de cuya plenitud rocías y haces reverdecer toda la creación! [...]
Dios, a su Hijo, el único engendrado de su seno igual a sí, al que amaba como a
sí mismo, lo dio a María; y de María se hizo un hijo, no distinto, sino el mismo, de suerte que por naturaleza fuese el mismo y único Hijo de Dios
y de María.
Toda la naturaleza ha sido creada por Dios, y Dios ha nacido de
María.
Dios lo creó todo, y María engendró a Dios.
Dios, que hizo todas las
cosas, se hizo a sí mismo de María; y de este modo rehizo todo lo que había
hecho.
El que pudo hacer todas las cosas de la nada, una vez profanadas, no
quiso rehacerlas sin María.
Dios, por tanto, es padre de las cosas creadas y
María es madre de las cosas recreadas.
Dios es padre de toda la creación, María
es madre de la universal restauración. Porque Dios engendró a aquel por quien
todo fue hecho, y María dio a luz a aquel por quien todo fue salvado. Dios
engendró a aquel sin el cual nada en absoluto existiría, y María dio a luz a
aquel sin el cual nada sería bueno».
De News.va