jueves, 27 de julio de 2017

«Si es verdad, que mi marido tenga trabajo» y otros milagros de San Pantaleón


[Publicada el 26 de julio de 2015] Este lunes, 27 de julio, se celebra la fiesta de San Pantaleón en el Real Monasterio de la Encarnación. Monseñor Carlos Osoro presidirá la celebración en la que concelebraron el capellán del Monasterio, monseñor Joaquín Martín Abad que habla de los milagros que a día de hoy sigue realizando el santo
La Iglesia del Real Monasterio de la Encarnación celebra el próximo lunes, 27 de julio, la festividad de san Pantaleón. Ese día, como cada año, una ampolla con la sangre del santo aparece en estado líquido, mientras que normalmente permanece en estado sólido.
La Iglesia abrirá sus puertas este domingo, 26 de julio, a los numerosos fieles que acuden a venerar las reliquias del mártir estos días. Y el lunes a las 19:00 horas se celebrará una Misa solemne, presidida por el arzobispo de Madrid, monseñor Carlos Osoro, y concelebrada por el capellán del Monasterio, monseñor Joaquín Martín Abad, junto a otros sacerdotes.
¿Cómo acoge la ciudad de Madrid esta fiesta tan importante para la capital?
Como ya es una tradición muy larga, acuden a la Iglesia del Real Monasterio de la Encarnación cada año, en día y medio, entre 7.000 y 10.000 personas. No solo de Madrid, sino también de distintas regiones de España y de algunas naciones del extranjero. Vienen a pedir favores, pero nos impresiona más que vengan a dar gracias por los favores recibidos anteriormente. Hace poco, una señora contaba cómo un día que vino a la fiesta le retó al santo: «Si es verdad, concédeme que mi marido tenga trabajo». Y lo obtuvo inmediatamente. Un joven ha venido a solicitar la intención de la Misa en acción de gracias por la operación de la que favorablemente ha salido su padre. Y, así, podríamos relatar muchos más casos…
¿Se ha convertido, por tanto, el 27 de julio en una fecha clave para esta Iglesia que peregrina en Madrid?
En realidad, quienes acuden a la Iglesia para venerar la reliquia del santo hacen una peregrinación. Muchos, incluso, a pie. Y en la peregrinación se incluye recibir el sacramento de la Penitencia, así como participar después en la Eucaristía. La sangre de los mártires nos remite siempre a Jesucristo y, en este caso, las reliquias de San Pantaleón nos reenvían al Cuerpo y a la Sangre de Cristo, que celebramos y recibimos en la Eucaristía.
Dieciséis años como capellán, custodiando las reliquias de San Pantaleón… ¿qué es lo más especial que ha vivido durante todo este tiempo?
Llevo desde 1999 aquí, pero son muchos los capellanes que han pasado por este Monasterio desde 1616. El año que viene celebramos los 400 años cabales desde el 2 de julio, cuando vinieron la Sierva de Dios, Mariana de San José, y las primeras monjas hasta ahora. Lo más especial que vivimos aquí es la atención a la comunidad de Monjas Agustinas Recoletas, con la iglesia abierta en su culto a todos los fieles, y la dedicación de las monjas de clausura, en oración y trabajo, penitencia y dedicación de toda su vida al servicio de la Iglesia y la salvación de todo el mundo.
En estos momentos, por determinadas circunstancias, los cristianos estamos viviendo un tiempo convulso y la fe necesita, más que nunca, ser vivida con autenticidad, ¿cómo puede ayudarnos la figura de san Pantaleón?
En la fidelidad y en la caridad. San Pantaleón, después de su conversión y su bautismo, dedicó su vida como médico a ejercer la medicina gratis, con tal caridad y de tal forma que le pusieron de apodo anárgiros, el sin plata. Y también en la fidelidad. Cuando fue acusado, también por envidia de sus colegas y padeció un tormento tras otro, permaneció fiel a Jesucristo hasta el final. Su intercesión nos ayuda a ser más caritativos y más fieles.
Por tanto, podemos decir, un año más, ¿que siguen existiendo los milagros?
El fenómeno de la licuefacción de la sangre de san Pantaleón no está definido como milagro por la Iglesia, aunque sucede y no se encuentra explicación científica. Durante el año, el contenido de la ampolla permanece en estado sólido, como en Ravello (Italia), de donde procede esta porción de sangre, y el 27 de julio de cada año es cuando está en estado líquido después de un proceso muy lento de cambio de color –de parduzco y opaco a rojizo y trasparente–, y de aumento de volumen, de estar con el menisco de la superficie en forma cóncava a horizontal e, incluso, un poco convexa. No ha habido año alguno en que no se haya licuado por su fiesta, así que no es verdad esa leyenda urbana que algunos creen que va a haber catástrofes si no se licúa, porque hay constancia, año tras año, en los siglos que aquí lleva la reliquia, de su licuefacción puntual todos los años.
¿Y qué significa que vaya el arzobispo de Madrid a celebrar este día con toda la comunidad?
Monseñor Carlos Osoro mostró su voluntad de acudir, inmediatamente que se le informó, como está haciendo en todas las parroquias, iglesias e instituciones que se le invita o que él mismo toma la iniciativa. Como es el primer año que está en la archidiócesis, acude a la fiesta –yo creo– que por el santo, por las monjas y por los fieles que acuden a la Iglesia. Es una alegría muy grande tener al obispo y pastor en esta ocasión porque con él podemos mostrar nuestra eclesialidad diocesana y en él nuestra eclesialidad universal, con el Papa Francisco y con toda la Iglesia.
Aquellos que no hayan ido nunca a visitar el Monasterio y que no conozcan esta festividad litúrgica, ¿qué van a encontrarse allí y por qué les recomienda no perdérselo?
Se van a encontrar con un templo de los más bellos de Madrid, con la posibilidad de venerar la reliquia de un hueso de santo (se da a venerar cada media hora) y contemplar directamente la reliquia de la Sangre, que se pone junto al altar en un expositor que envía la imagen por medio de una cámara de lapicero y la transparencia que ofrece una lámpara de luz fría a dos televisores para que se vea la ampolla en tamaño ampliado.
Se van a encontrar, también, con la posibilidad de reconciliarse en el sacramento de la Penitencia y de participar en la Eucaristía el domingo 26, a las 19:00 y a las 20:30 horas. Y también el lunes 27, la fiesta del Santo Mártir, a las 8:00 horas, a las 10:00 horas y a las 12:00 horas, así como a las 19:00 horas y a las 20:30 horas. El arzobispo celebrará la Misa del 27 a las 19:00 horas.
Carlos González
Alfa y Omega

Miles de fieles se acercan al monasterio de la Encarnación para venerar la reliquia de san Pantaleón

La iglesia del real monasterio de la Encarnación abrió sus puertas este miércoles, 26 de julio, a los numerosos fieles que acuden, como cada año, con motivo de la fiesta de san Pantaleón, a venerar las reliquias del mártir. 
Así, desde las 17:00 horas quedó expuesta a la devoción popular la ampolla con la sangre del santo, que siempre y todos los años está en estado líquido en su fiesta. Hubo Misa a las 19 y a las 20:30 horas y, como viene siendo tradicional, durante toda la tarde, cada media hora, se dio a besar a los fieles la reliquia de un hueso del santo, que se guarda también en el relicario del monasterio.
Este jueves, 27 de julio, festividad de san Pantaleón, las puertas del templo del monasterio de la Encarnación abren desde las 7:45 hasta las 14:00 horas, por la mañana, y desde las 17:00 hasta las 22:00 horas por la tarde. Por la mañana, se celebrará la Eucaristía a las 8:00, a las 10:30 y a las 12:00 horas; y por la tarde, a las 19:00 y a las 20:30 horas.
Durante los dos días hay confesores para atender a los fieles que deseen reconciliarse en el sacramento de la Penitencia.
San Pantaleón, médico, murió mártir el viernes 27 de julio del año 305.
Infomadrid

Padre Ángel: “Mis abuelos no eran creyentes y no me enseñaron a rezar, pero sí a amar”

 
Se reunieron varios iconos religiosos de la solidaridad en la parroquia de Santa Ana de Barcelona por la fiesta de los abuelos que Mensajeros de la Paz viene celebrando desde hace más de quince años el día de San Joaquín y Santa Ana. Desde el padre Ángel, al Pare Manel,pasando por el padre Peio o las religiosas Sor Lucía Caram y Sor Viqui Molins.
"Mis abuelos no eran creyentes y no me enseñaron a rezar, pero sí a amar", dijo el Padre Ángel, en la homilía compartida de la eucaristía. Y les dio las gracias a las abuelas y abuelos precisamente por eso: "Por enseñarnos a amar y a querer".
El párroco de Santa Ana, Peio Sánchez, leyó un trozo de la pastoral del cardenal Omella, dedicada a los abuelos como "transmisores de la fe" y disculpó su ausencia, por encontrarse en Francia con los sacerdotes jóvenes de la archidiócesis.
El Padre Peio, que convirtió Santa Ana en una "iglesia-hospital de campaña", recordó que ésa era la función de los templos desde hace siglos: Servir de refugio sagrado. "Hoy, Santa Ana se ha vuelto a convertir en refugio para los más vulnerables".
También recordó el párroco, en el día de San Joaquín y Santa Ana, que "los más importantes de la familia son los que están al principio y al final: los niños y los abuelos. Los niños son la esperanza del futuro y los abuelos, la memoria del pasado y los que nos enseñan el camino de la fe y de la solidaridad".
Y es que, como dijo en la homilía compartida, el Pare Manel, símbolo de solidaridad con los más pobres en Barcelona, "no todos somos del Barça o del Español, pero todos somos del Evangelio de la justicia y de la vida".
También intervino en la homilía un diácono casado, abuelo de cinco nietos. "No quiero darles envidia a los sacerdotes, pero uno de los momentos más felices de mi vida fue el bautizo de mis nietos. Porque la abuelidad es el honor y el título más importante de la sociedad de hoy".
En la acción de gracias de la eucaristía, Sor Lucía Caram reivindicó las iglesias como "casa de los abuelos, con la puerta, la cocina y el corazón siempre abiertos". Iglesias como "ésta de Santa Ana que, en el corazón de Barcelona, es una casa de corazón abierto y que no cierra nunca las puertas a los más pobres".
La dominica pidió, además, que "todos seamos casas de misericordia y compasión" y llamó "a la insurrección evangélica, si alguien quiere cerrar las iglesias, abiertas a los más pobres".
El Papa Francisco también se hizo presente en la celebración con una carta, enviada a través de Nunciatura a Mensajeros de la Paz, en la que invita a los abuelos, "tesoro de la sociedad", a que "sean maestros de vida y de fe".

Antes de la misa, en la capilla de los santos, el Padre Ángel bendijo una estatua de la Madre Teresa de Calcuta, obra del escultor Paco Tito, de la ciudad de Úbeda. Tras tres meses intensos de trabajo, pudo esculpir en barro de una sola pieza la hermosa estatua de la santa de los pobres. Una estatua hecha con sus manos y con la ayuda de Dios, porque el escultor reza así, antes de meter la escultura al horno: "Que el Señor te quite lo que te sobre y te ponga lo que te falte".
La estatua de la Madre Teresa luce, en la capilla de los santos, junto a la de Monseñor Romero, también del artista de Úbeda y contribuye, con un símbolo más, a convertir la parroquia de Santa Ana en el templo de los sin hogar. De hecho, una de sus capillas se transformó en comedor y la sacristía no huele ya a incienso ni a velas, sino a café, a leche y a desayunos, que allí se preparan para los sin techo que acuden a diario.
Tras la ceremonia religiosa, la comida de más de 200 abuelos en el precioso claustro del siglo XVI de la iglesia de Santa Ana, que primero fue convento. En los postres, intervinieron el Padre Ángel, el Padre Peio y el prestigioso periodista, Luis del Olmo, presidente de honor de Mensajeros de la Paz, y se realizó la entrega de los diplomas a los "Abuelos de oro".
Religión Digital


Jóvenes, antes y después


VER
En estos últimos días, he celebrado cientos de confirmaciones. No exagero. Sólo en Yajalón, fueron casi 400; en San Sebastian, de Comitán, 260; en Palenque, casi 600; en Tila, 90, sólo de la cabecera. Y todos ellos se confirman a partir de los 14 años. Es la edad que, desde hace tiempo y en todo Chiapas, se requiere como mínima para este sacramento. A pesar de otras consideraciones históricas y teológicas, estoy convencido de que ha sido una buena opción, pues nos permite estar más cerca de los adolescentes y jóvenes. Para muchos, es la única ocasión de acercarse a la Iglesia. Aunque bastantes se alejan, la semilla queda y sólo Dios sabe cuándo, dónde y cómo dará su fruto. Un buen número permanece y asume compromisos apostólicos, conforme a su edad y condición. Es un sacramento muy importante.
Este es el testimonio de un catequista que preparó a un grupo, la mayoría indígenas: “Durante 9 meses se han preparado con 18 temas y dos retiros. Desde un principio, alcanzaba a ver jóvenes tímidos, callados y solitarios, que no querían platicar ni hablar. Pero durante este lapso de tiempo, dejaron el miedo y todo lo que eran. Hemos compartido temas, dudas, inquietudes. Me platicaban sus problemas y qué pensaban de la vida. Cosas que todos los jóvenes pasan y que nadie los podía entender. Pero al fin, con los retiros y las pláticas, pudieron conocerse a sí mismos y tener amigos con quienes platicar. Además, yo como catequista pude ver y entender que los jóvenes necesitan ser escuchados y apoyados, compartir la vida y, sobre todo, platicarles sobre Jesús. Yo también me sentía desanimado, porque había jóvenes que eran difíciles, pero entendí que también podemos ser pacientes con los jóvenes y darles el tiempo necesario para sacar lo que tienen”.
Este es el testimonio de un joven que se confirmó: “Quisiera compartirle las experiencias que he vivido durante los 9 meses que he venido preparándome para llegar hasta este día tan importante para mí, en que haré un compromiso con Dios y con la Iglesia Católica: servirles incondicionalmente y vivir conforme a sus mandamientos. Mi motivación para dar este gran paso en mi vida fue más que nada el haber sentido el llamado de Dios, para ser un servidor en su Iglesia y tratar de regresar a su rebaño a las ovejas que se están descarrilando hoy en día debido a las tentaciones de la vida, y así fortalecer nuestra Iglesia con las nuevas generaciones. Dios me ha hecho un llamado y estoy consciente de que responder a su llamado no será fácil, pero sé que El me acompañara y lo lograré con su ayuda. Este es un gran día para mí y de mucha alegría, pues reafirmaré mi compromiso del bautismo y recibiré al Espíritu Santo que vendrá a mí con los dones necesarios para continuar la misión de Jesús”.
Y lo mismo podríamos afirmar de muchos jóvenes. Cuando conocen a Jesús y se encuentran con El, su vida se transforma. Dejan una vida a veces llena de vicios y se convierten en agentes evangelizadores.
PENSAR
Dice el Papa Francisco: “El término ‘Confirmación’ nos recuerda que este Sacramento aporta un crecimiento de la gracia bautismal: nos une más firmemente a Cristo; lleva a cumplimiento nuestro vínculo con la Iglesia; nos da una especial fuerza del Espíritu Santo para difundir y defender la fe, para confesar el nombre de Cristo y para no avergonzarnos nunca de su cruz. Y por eso es importante ocuparse de que nuestros niños y nuestros jóvenes reciban este sacramento. Todos nosotros nos ocupamos de que sean bautizados y esto es bueno, pero, quizás, no le damos tanta importancia a que reciban la Confirmación. Se quedan a mitad camino y no reciben el Espíritu Santo, que es tan importante para la vida cristiana, porque nos da la fuerza para seguir adelante. Haced todo lo posible para que terminen esta iniciación cristiana y que reciban la fuerza del Espíritu Santo” (29-I-2014).
“Eso es lo que necesitamos de los jóvenes hoy: Jóvenes con esperanza y jóvenes con fortaleza. No queremos jóvenes debiluchos, jóvenes que están ahí no más, ni sí ni no. No queremos jóvenes que se cansen rápido y que vivan cansados, con cara de aburridos. Queremos jóvenes fuertes, jóvenes con esperanza y con fortaleza. ¿Por qué? Porque conocen a Jesús, porque conocen a Dios” (12-VII-2015).
ACTUAR
Demos a los jóvenes la importancia que merecen. Aprendamos a escucharlos, no sólo juzgarlos y condenarlos. Necesitan cariño, atención, tiempo, paciencia, comprensión, y que les presentemos a Jesús, quien puede transformar su vida.
+ Felipe Arizmendi Esquivel
Obispo de San Cristóbal de Las Casas
ZENIT

El Papa lanzará la campaña solidaria hacia los inmigrantes, “Compartir el viaje”


El papa Francisco lanzará el 27 de de septiembre de 2017 la campaña “Compartir el viaje” organizada por Caritas Internacional, con la intención de lograr un encuentro con los migrantes e itinerantes.
Lo indica el diario vaticano L’Osservatore Romano con la fecha de hoy, precisando que “a través de la cultura del encuentro vamos a encontrar el camino de la paz”, como dijo el cardenal Luis Antonio Tagle, arzobispo de Manila (Filipinas) y presidente de Caritas Internacional, al presentar la iniciativa en una carta dirigida a las organizaciones benéficas católicas, parroquiales, diocesanas o nacionales.
El objetivo de la campaña, escribe el cardenal, es promover la cultura del encuentro en las comunidades afectadas por los grandes desplazamientos de los últimos años, en el país de salida, de llegada y de tránsito.
“Compartir el viaje” es mirar al drama de los inmigrantes con “ojos nuevos y un corazón abierto”, escribió, y es se “disipar el miedo” hacia las personas y ayudarles a “ver el porqué de ellas abandonaron sus casas en este momento de la historia “.
El cardenal habla a los miembros de las 165 organizaciones de Caritas en el mundo, pidiéndoles “unir las manos y los corazones” para formar una “cadena humana de amor y misericordia,” a la luz de la encíclica Papa Francisco, Laudato Si ‘.
Para concluir, el cardenal Tagle hizo hincapié en que “compartir el viaje” de los migrantes, también significa profundizar “el conocimiento de la Biblia de que Dios es un invitado” y que “es a Cristo a quien recibimos cuando abrimos nuestro corazón a los migrantes y refugiados.
ZENIT

Los abuelos son fundamentales para transmitir humanidad y fe


En el día de san Joaquín y santa Ana, el Papa Francisco escribió un mensaje en su cuenta Twitter, en el que indicó el papel desempeñado por los abuelos en la familia y la sociedad, y también en la transmisión de la fe:
“¡Qué importantes son los abuelos en la vida de la familia para comunicar el patrimonio de humanidad y fe esencial para cada sociedad!”, escribió.
El Papa ha insistido varias veces que los abuelos son un eslabón de la vida que en la vejez están llenos de sabiduría. Entre las iniciativas en su pontificado figuran diversas catequesis, el Día de los Ancianos realizado en 2014 en la Plaza San Pedro y varias homilías en la misa en la casa Santa Marta.
En su catequesis de la Audiencia General del segundo miércoles de marzo de 2015, el Pontífice resaltó la importancia que tienen los abuelos en la familia y la sociedad.
Comentando el Evangelio de San Lucas que nos habla de los ancianos Simeón y Ana, quienes esperaban la venida del Mesías; el Pontífice afirmó que, al reconocer al Mesías, ellos recibieron nuevas fuerzas para bendecir a Dios con un hermoso cántico de alabanza. En este sentido, dijo el Papa, “los abuelos del tiempo actual están llamados a formar un coro permanente en el gran santuario espiritual de nuestro mundo, acompañando con su oración y testimonio a quienes luchan en la vida”.
ZENIT -Roma

A vosotros se os ha dado a conocer los secretos del reino de los cielos y a ellos no


Lectura del santo Evangelio según san Mateo 13, 10-17
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los discípulos y le preguntaron:
«¿Por qué les hablas en parábolas?».
Él les contestó:
«A vosotros se os han dado a conocer los secretos del reino de los cielos y a ellos no. Porque al que tiene se le dará y tendrá de sobra, y al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Por eso les hablo en parábolas, porque miran sin ver y escuchan sin oír ni entender. Así se cumplirá en ellos la profecía de Isaías:
"Oiréis con los oídos sin entender;
miraréis con los ojos sin ver;
porque está embotado el corazón de este pueblo,
son duros de oído, han cerrado los ojos;
para no ver con los ojos, ni oír con los oídos,
ni entender con el corazón,
ni convertirse para que yo los cure".
Pero bienaventurados vuestros ojos porque ven y vuestros oídos porque oyen.
En verdad os digo que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis y no lo vieron, y oír lo que oís y no lo oyeron».
Palabra del Señor.