jueves, 23 de mayo de 2013

La Santísima Trinidad

1. Jesús se va, pero se queda

  • Los discípulos no entienden las palabras de Jesús: se va, pero seguirá con ellos. Lo que quiere manifestarles Jesús es su nueva presencia en la comunidad.
  • Los discípulos interpretan la ausencia de Jesús como abandono, quedando ellos en soledad. 
  • Jesús desaparece físicamente al morir, pero quedará con ellos siempre de un modo nuevo, más profundo y más interior. Esto se realiza cuando Jesús les trasmite su mismo Espíritu, que es también el Espíritu del Padre.
  • Cuando venga el Espíritu de la verdad, los iluminará para que puedan entender la verdad completa (v. 13).

2. El Espíritu, memoria viva de Jesús

  • El Espíritu, la presencia íntima del Padre y del Hijo en el corazón de los creyentes, es quien iluminará para entender la verdad. El Espíritu es la memoria, siempre actual, de la Palabra y de los gestos de Jesús.
  • Si los discípulos se dejan guiar por el Espíritu, la Verdad y el Amor, sabrán interpretar el porqué de tantos sucesos, agradables o desagradables, que experimentarán en su vida.
  • El Espíritu dará a los discípulos la capacidad de experimentar la Verdad y el Amor del Padre, manifestado en el Hijo.
  • El Espíritu hará que los discípulos transformen su vida, pensamiento y acción, al estilo de Jesús, para que sean glorificados junto con Él.
  • El Espíritu es el maestro interior de la Verdad y del Amor. Nadie puede considerarse poseedor de la verdad absoluta. Esto sería atentar con la Verdad plena, propia del Espíritu.


3. Creer en la Trinidad es creer en el Amor


  • La Trinidad es el misterio íntimo del mismo Dios. El Padre conoce y se relaciona con el Hijo. Y así engendran al Espíritu, que es la expresión del Amor entre las tres personas divinas.
  • Ese mismo Amor intra-trinitario ha sido trasplantado a nosotros: Dios ha derramado su amor en nuestros corazones (Rom 5, 5; segunda lectura de hoy).
  • Nuestro Dios no es alguien lejano a nuestra condición humana. Se metió dentro de nosotros. "Es más íntimo que nuestra propia intimidad" (San Agustín).
  • Al celebrar la solemnidad de la Trinidad, afirmamos que el ser de Dios es el Amor. Y celebramos la Trinidad cuando descubrimos con gozo que la fuente de nuestra vida es un Dios-Comunidad.
  • Celebrar la Trinidad es entender nuestras relaciones humanas como un acto permanente de comunión para crear comunidad con los hermanos.