lunes, 22 de julio de 2013

“Los jóvenes católicos están presentes en todo el mundo, y quieren ser testigos de Cristo para hacer a todos los pueblos discípulos del Señor”

Desde Sao Paulo, donde se encuentra estos días acompañando a los peregrinos madrileños que van a participar la próxima semana en la Jornada Mundial de la Juventud de Río de Janeiro, el Cardenal Arzobispo de Madrid, Antonio Mª Rouco Varela, ha concedido una entrevista al programa ‘El Espejo de la Iglesia en Madrid’. En ella, ha afirmado que los días que están viviendo en Sao Paulo, previos a la JMJ, “están siendo de gozo para el grupo de jóvenes que ha venido, y para nosotros que los acompañamos.

La acogida es de extraordinaria cordialidad, con la fraternidad vivida con mucho corazón. Se puede suponer conociendo la historia humana y cultural de Brasil, con sus orígenes en gran parte lusos e hispanos. Los grandes misioneros de Brasil fueron jesuitas españoles y portugueses de la segunda mitad del siglo XIV, santos y mártires por cierto. A ellos les hemos recordado y en su memoria celebramos la Misa en la Catedral de Sao Paulo, hace dos días”.
Reconoce que “los jóvenes están muy felices”. Los obispos españoles presentes en Sao Paulo se alojan “en el Monasterio de San Benito, con una comunidad joven de monjes, donde la liturgia se hace con toda la tradición benedictina, utilizando bellamente el canto gregoriano… Es un gozo que, en el centro de una ciudad tan grande como es Sao Paulo, esté este monasterio, desde el que unos monjes hacen la alabanza a Dios”.

Los grandes protagonistas en la Jornada Mundial de la Juventud son los jóvenes. A pesar de que “la juventud, desde el punto de vista sociológico, muestra rasgos muy comunes, como la afición al mundo digital, a las comunicaciones rápidas… que tientan a vivir la vida de una forma no reflexiva”, considera que “en los jóvenes católicos, cada vez hay más sencillez a la hora de profesar la fe en Jesucristo. Ese peligro de relativismo y de escepticismo, que también invade a todos, creo que es una nota más característica de la juventud europea, norteamericana, venidos de pueblos y culturas muy elaboradas, trabajadas, intelectualmente muy refinadas, y con unas ofertas de vida muy a ras de suelo, que responden también a grandes carencias. Para empezar, en España, en Madrid, hay un problema de falta de trabajo, de acertar con los estudios, con la profesión, algunos tienen la necesidad de salir… buscando nuevos horizontes”. En este sentido, destacó el encuentro que mantuvo ayer por la noche con jóvenes universitarios de distintos países y continentes, en la UniFAI. “Era un grupo muy numeroso de jóvenes de todo el mundo, que quiso conocer mi opinión en torno a los horizontes nuevos que ha abierto el Papa Francisco”. “También me pidieron que hablase de la juventud europea en este momento de la historia de la Iglesia. Había mucha porosidad para acoger las afirmaciones, y el testimonio más elemental de la fe.

Fue muy gozoso”. Concluyó sus declaraciones manifestando que “da mucho gozo ver cómo la fe en Jesucristo, vivida en la plenitud de la Iglesia católica, es una realidad no sólo en la clave del deseo, sino en la clave del presente: los jóvenes católicos están presentes en todo el mundo, y quieren ser testigos de Cristo para hacer a todos los pueblos discípulos del Señor”.