miércoles, 18 de noviembre de 2015

El Estado Islámico vuelve a amenazar al Vaticano "Conquistaremos Roma, romperemos sus cruces y esclavizaremos a sus mujeres, con el permiso de Alá"

Después de los ataques en París, el Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) ha mostrado un video desde Salahudinne, provincia norteña de Irak. En él puede verse a varios de sus combatientes reivindicando su accionar en la capital francesa y amenazando al Vaticano. "Conquistaremos Roma, romperemos sus cruces y esclavizaremos a sus mujeres, con el permiso de Alá".
En las primeras horas de hoy se conoció un nuevo comunicado de ISIS, emitido desde su capital de facto Raqqa, Siria, por su vocero oficial, Abu Muhammad al Adnani. El periódico saudita Al Sharq al Awsat, basado en Londres, hace mención del comunicado pero indica que se niega a publicarlo (al igual que varios diarios árabes) para no difundir las amenazas terroristas que llaman de forma mucho más dura y directa que el anterior que dio a conocer Al Adnani en septiembre último y que fue publicado por Europa Press.
Abu Muhammad al Adnani, el vocero del grupo terrorista, apeló a sus milicianos y seguidores en Occidente para que maten de "la manera que puedan y del modo que sea" a norteamericanos, franceses, rusos y europeos, como también a ciudadanos de los países árabes que apoyan la coalición militar en su contra en Irak y Siria, al tiempo que advierte a estas naciones que pagarán un "alto precio" por los ataques aéreos y las operaciones en el territorio bajo su dominio.
"Atáquenlos, asesinen soldados, jefes y tropas de los tawaghit (los que exceden las enseñanzas y los limites dictados por Alá). Maten a sus policías, agentes de seguridad y de Inteligencia, así como a los traidores apostatas y sus serviles agentes del mundo islámico. Destruyan sus ciudades y sus hogares. Amarguenles la vida y ocúpense de ellos de forma aplastante", indico Abu Muhammad al Adnani en un comunicado publicado en internet y difundido en el foro islamista adicto al grupo terrorista, Al Shams al Ansar Islam.
En su comunicado, el vocero del Estado Islámico amenaza a EEUU, a Rusia y Francia, y a "todos" sus "aliados", a los que conceptualiza como "cruzados e infieles".
"Los infieles no deben ignorar que el peligro de sus ciudades es mucho peor de lo que han imaginado y mayor de lo que han pensado", aseguró. "Les hemos advertido que hoy estamos en una nueva era, en la que el Estado Islámico reinará en el mundo, sus soldados y sus hijos no son esclavos. Somos personas que desde hace tiempo no conocen la derrota", asevero.
"Cruzados, han experimentado en París que somos capaces de cumplir y llevar adelante nuestras palabras, lo que vosotros llamáis amenazas es una realidad del ISIS, ahora tiemblan temerosos porque no conocen la cura a sus males y tampoco la descubrirán, porque no hay cura posible. Si luchan contra nosotros, eso nos hace más fuertes y duros. Si nos dejan solos, crecemos y nos expandimos", sostuvo Al Adnani.
El vocero islamista ha hecho hincapié en que la operación aérea de Francia sobre Raqqa, la capital del califato del Estado Islámico, será su "campaña final". "Terminará en derrota, acabarán muertos quienes pongan un pie en la tierra del islam, como todas las campañas previas que fueron derrotadas por los hijos de Alá, aunque en esta ocasión los perseguiremos luego de matarlos aquí y ustedes no tendrán paz en sus países y ciudades. Conquistaremos Roma, romperemos sus cruces y esclavizaremos a sus mujeres, con el permiso de Alá, el elevado", ha afirmado.
Al Adnani advirtió también al presidente francés, Francois Hollande, que terminará "decepcionado" por no lograr sus objetivos militares y dejo claro que tanto los franceses como los estadounidenses, los rusos y los europeos en general deben temer al ISIS pues "los hombres del Califato los asesinarán en el momento oportuno en el lugar en el que estén", finalizó.

(RD/Agencias)

¡Familias abran las puertas de sus casas, sean un pequeño gran signo de la Misericordia! Catequesis del Papa

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Con esta reflexión hemos llegado a umbral del Jubileo, está cerca. Delante de nosotros se encuentra la puerta, pero no sólo la puerta santa, la otra: la gran puerta de la Misericordia de Dios – ¡y esta es una puerta hermosa! –, que acoge nuestro arrepentimiento ofreciendo la gracia de su perdón. La puerta es generosamente abierta, se necesita un poco de valentía de nuestra parte para cruzar el umbral. Cada uno de nosotros tiene dentro de sí cosas que pesan, ¿o no? Todos, ¿no? ¡Todos somos pecadores! Aprovechemos de este momento que se acerca y pasemos por el umbral de esta misericordia de Dios que nunca se cansa de perdonar, ¡jamás se cansa de esperarnos! Nos mira, está siempre junto a nosotros. ¡Animo! ¡Entremos por esta puerta!
Del Sínodo de los Obispos, que hemos celebrado el pasado mes de octubre, todas las familias, y la Iglesia entera, han recibido un gran aliento para encontrarse bajo el umbral de esta puerta. La Iglesia ha sido animada a abrir sus puertas, para salir con el Señor al encuentro de sus hijos y de sus hijas en camino, a veces inciertos, a veces perdidos, en estos tiempos difíciles. Las familias cristianas, en particular, han sido animadas a abrir la puerta al Señor que espera para entrar, trayendo su bendición y su amistad. 
Y si la puerta de la misericordia de Dios está siempre abierta, también las puertas de nuestras iglesias, del amor de nuestras comunidades, de nuestras parroquias, de nuestras instituciones, de nuestras diócesis, deben estar abiertas, para que así, todos podamos salir a llevar esta misericordia de Dios. El Jubileo significa la grande puerta de la misericordia de Dios, pero también las pequeñas puertas de nuestras iglesias abiertas para dejar entrar al Señor o muchas veces dejar salir al Señor prisionero de nuestras estructuras, de nuestro egoísmo y tantas cosas.
El Señor no fuerza jamás la puerta: Él también pide permiso para entrar: ¡el Señor pide permiso, no fuerza la puerta! El Libro del Apocalipsis dice: «Yo estoy junto a la puerta y llamo – pero imaginémonos, ¡el Señor que toca a la puerta de nuestro corazón! – Si alguien oye mi voz y me abre, entraré en su casa y cenaremos juntos” (3,20). Y en la última gran visión de este Libro del Apocalipsis, así se profetiza de la Ciudad de Dios: «Sus puertas no se cerrarán durante el día», lo que significa para siempre, porque «no existirá la noche en ella» (21,25). Existen lugares en el mundo en los cuales no se cierran las puertas con llave, todavía quedan. Pero existen tantos otros donde las puertas blindadas se han convertido en normales. No debemos rendirnos a la idea de tener que aplicar este sistema, que también es de seguridad, en toda nuestra vida, en la vida de la familia, de la ciudad, de la sociedad. Y mucho menos en la vida de la Iglesia. ¡Sería terrible! Una Iglesia inhóspita, así como una familia cerrada en sí misma, mortifica el Evangelio y marchita el mundo. ¡Ninguna puerta blindada en la Iglesia, ninguna! ¡Todo abierto!
La gestión simbólica de las “puertas” – de los umbrales, de los caminos, de las fronteras – se ha hecho crucial. La puerta debe proteger, cierto, pero no rechazar. La puerta no debe ser forzada, al contrario, se pide permiso, porque la hospitalidad resplandece en la libertad de la acogida, y se oscurece en la prepotencia de la invasión. La puerta se abre frecuentemente, para ver si afuera esta alguno que espera, y tal vez no tiene la valentía, o ni siquiera la fuerza de tocar. Cuanta gente ha perdido la confianza, no tiene la valentía de tocar a la puerta de nuestro corazón cristiano, a las puertas de nuestras iglesias… Y están ahí, no tienen el coraje, le hemos quitado la confianza: por favor, que esto no suceda nunca. La puerta dice muchas cosas de la casa, y también de la Iglesia. La gestión de la puerta necesita un atento discernimiento y, al mismo tiempo, debe inspirar gran confianza. Quisiera expresar una palabra de agradecimiento para todos los vigilantes de las puertas: de nuestros condominios, de las instituciones cívicas, de las mismas iglesias. Muchas veces la sagacidad y la gentileza de la recepción son capaces de ofrecer una imagen de humanidad y de acogida de la entera casa, ya desde el ingreso. ¡Hay que aprender de estos hombres y mujeres, que son los guardines de los lugares de encuentro y de acogida de ciudad del hombre! A todos ustedes custodios de tantas puertas, sean puertas de habitaciones, sean puertas de las iglesias, ¡muchas gracias! Pero siempre con una sonrisa, siempre mostrando la hospitalidad de esa casa, de esa iglesia, así la gente se siente feliz y acogida en ese lugar.
En verdad, sabemos bien que nosotros mismos somos los custodios y los siervos de la Puerta de Dios, y ¿Cómo se llama la puerta de Dios? ¿Quién puede decirlo? ¿Quién es la puerta de Dios? Jesús. ¿Quién es la puerta de Dios? ¡Fuerte! ¡Jesús! Él nos ilumina en todas las puertas de la vida, incluso aquella de nuestro nacimiento y de nuestra muerte. Él mismo ha afirmado: «Yo soy la puerta. El que entra por mí se salvará; podrá entrar y salir, y encontrará su alimento» (Jn 10,9). Jesús es la puerta que nos hace entrar y salir. ¡Porque el rebaño de Dios es un amparo, no es una prisión! La casa de Dios es un amparo, no es una prisión, y la ¿la puerta se llama? ¡Una vez más! ¿Cómo se llama? ¡Jesús! Y si la puerta está cerrada, decimos: “¡Señor, abre la puerta!”. Jesús es la puerta y nos hace entrar y salir. Son los ladrones, aquellos que tratan de evitar la puerta: es curioso, los ladrones siempre tratan de entrar por otra parte, por la ventana, por el techo, pero evitan la puerta, porque tienen malas intenciones, y se meten en el rebaño para engañar a las ovejas y aprovecharse de ellas. Nosotros debemos pasar por la puerta y escuchar la voz de Jesús: si sentimos su tono de voz, estamos seguros, somos salvados. Podemos entrar sin temor y salir sin peligro. En este hermoso discurso de Jesús, se habla también del guardián, que tiene la tarea de abrir al buen Pastor (Cfr. Jn 10,2). Si el guardián escucha la voz del Pastor, entonces abre, y hace entrar a todas las ovejas que el Pastor trae, todas, incluso aquellas perdidas en el bosque, que el buen Pastor ha ido a buscarlas. Las ovejas no los elige el guardián, no las elige el secretario parroquial o la secretaria de la parroquia – no, ¡no las elige, eh! – las ovejas son todas invitadas, son escogidas por el buen Pastor. El guardián – también él – obedece a la voz del Pastor. Entonces, podemos bien decir que nosotros debemos ser como este guardián. La Iglesia es la portera de la casa del Señor, la Iglesia es la portera, no es la dueña de la casa del Señor.
La Sagrada Familia de Nazaret sabe bien qué cosa significa una puerta abierta o cerrada, para quien espera un hijo, para quien no tiene amparo, para quien huye del peligro. Las familias cristianas hagan del umbral de sus casas un pequeño gran signo de la Puerta de la misericordia y de la acogida de Dios. Es así que la Iglesia deberá ser reconocida, en cada rincón de la tierra: como la custodia de un Dios que toca, como la acogida de un Dios que no te cierra la puerta en la cara, con la excusa que no eres de casa. Con este espíritu nos acercamos todos al Jubileo, estará la puerta santa, pero también ¡la puerta de la misericordia de Dios grande! Que también haya una puerta en nuestro corazón para recibir todos el perdón de Dios o dar nuestro perdón y recibir a todos aquellos que tocan a nuestra puerta. Gracias.
(Traducción del italiano, Renato Martinez - Radio Vaticano)

COMENTARIO AL EVANGELIO DE HOY DEL P. RANIERO CANTALAMESSA, PREDICADOR DE LA CASA PONTIFICIA:

“En el pasado el significado de esta parábola ha sido habitualmente tergiversado, o al menos muy reducido. Cuando escuchamos hablar de los talentos, pensamos en seguida en las dotes naturales de inteligencia, belleza, fuerza, capacidades artísticas… El uso no es del todo equivocado, pero sí secundario. 

Jesús no pretendía hablar de la obligación de desarrollar las dotes naturales de cada uno, sino de hacer fructificar los dones espirituales recibidos de Él. A desarrollar las dotes naturales, ya nos empuja la naturaleza, la ambición, la sed de ganancia. A veces, al contrario, es necesario poner freno a esta tendencia de hacer valer los talentos propios porque puede convertirse fácilmente en afán por hacer carrera y por imponerse a los demás.

Los talentos de los que habla Jesús son la Palabra de Dios, la fe, el reino que ha anunciado. En este sentido la parábola de los talentos conecta con la del sembrador. A la suerte diversa de la semilla que Él ha echado -que en algunos casos produce el sesenta por ciento, en otros en cambio se queda entre las espinas, o se lo comen los pájaros del cielo-, corresponde aquí la diferente ganancia realizada con los talentos.

Los talentos son, para nosotros cristianos de hoy, la fe y los sacramentos que hemos recibido. La Palabra nos obliga a hacer un examen de conciencia: ¿qué uso estamos haciendo de estos talentos? ¿Nos parecemos al siervo que los hace fructificar o al que los entierra? Para muchos el propio bautismo es verdaderamente un talento enterrado. Yo lo comparo a un paquete regalo que uno ha recibido por Navidad y que ha sido olvidado en un rincón, sin haberlo nunca abierto o tirado.

Los frutos de los talentos naturales acaban con nosotros, o como mucho pasan a los herederos; los frutos de los talentos espirituales nos siguen a la vida eterna y un día nos valdrán la aprobación del Juez divino: "Bien, siervo bueno y fiel, has sido fiel en lo poco, te daré autoridad sobre lo mucho: toma parte en el gozo de tu señor".

Nuestro deber humano y cristiano no es solo desarrollar nuestros talentos naturales y espirituales, sino también de ayudar a los demás a desarrollar los suyos”.

Fuente: News.va

Tatary pide "no meter en el mismo saco" a musulmanes y yihadistas. Pide no caer en un brote de islamofobia

Un 40% de los 1,8 millones de musulmanes del país son españoles
El presidente de la Comisión Islámica de España (CIE), Riay Tatary, ha pedido "nometer en el mismo saco" a los musulmanes y a los yihadistas que cometieron los atentados de París porque el Islam "es una religión de paz", no de "derramar sangre", y ha apelado a la conciencia del pueblo español para no caer en un brote de islamofobia.
"Hace falta cambiar el discurso. Los musulmanes formamos parte integrada totalmente en la sociedad. No pertenecemos a una religión que mata y derrama sangre, el Islam es una religión de paz, armonía y convivencia", ha precisado Tatary en declaraciones a Europa Press, para pedir a los ciudadanos que "no caigan en la trampa de meter a todos en el mismo saco".
Sobre un posible brote de islamofobia tras los atentados de París, Tatary ha apelado a "la conciencia del pueblo español" y ha recordado que en España ya son generaciones de musulmanes nacidos en el país. Según el último Estudio Demográfico de la Población Musulmana elaborado por la Unión de Comunidades Islámicas de España (UCIDE) y el Observatorio Andalusí, en España viven 1,8 millones de musulmanes, de los que casi un 40% son españoles.
"Tal y como dije en 2004 -tras los atentados en Madrid-, ustedes nos conocen, nosotros no pertenecemos a ninguna formación de esta índole y condenamos enérgicamente lo que se ha hecho en nombre del Islam", ha subrayado, al tiempo que ha lamentado que "cualquiera" puede utilizar el nombre de Dios.
"En su momento, formaciones terroristas invocaron la democracia, invocaron la independencia y, sin embargo, nadie les dio la razón porque ellos lo que pretendían simplemente era demostrar que ellos tenían la razón y no la tenían", ha apuntado.
En cualquier caso, Tatary confía en los españoles y en que no habrá un repunte de la islamofobia, y cree que si se produce algún acto contra los musulmanes -como lo que ocurrió esta semana en el pueblo de Don Benito, en Extremadura, donde quemaron la puerta de la mezquita-, vendrá de grupos islamófobos que intentan "hacer daño". "Pero nosotros estamos trabajando también para demostrar nuestra convivencia sana y pacífica con los demás", ha añadido.
Además, el presidente de la CIE, que ha asegurado que en la mezquita central de Madrid ha reinado estos días un ambiente "normal al 100%", ha apostado por "la educación y la formación" de los jóvenes para combatir el terrorismo. "No tenemos otra -ha precisado-. No se trata de quitar libertad a los niños pero al mismo tiempo hay que ayudarles a orientarse adecuadamente".

(RD/Ep)

Al despertar, Señor, me saciaré de tu semblante.

Sal 16, 1. 5-6. 8 y 15 

Al despertar, Señor, me saciaré de tu semblante.
Señor, escucha mi apelación, 
atiende a mis clamores, 
presta oído a mi súplica, 
que en mis labios no hay engaño.
Al despertar, Señor, me saciaré de tu semblante.
Mis pies estuvieron firmes en tus caminos, 
y no vacilaron mis pasos. 
Yo te invoco porque tú me respondes, Dios mío; 
inclina el oído y escucha mis palabras.
Al despertar, Señor, me saciaré de tu semblante.
Guárdame como a las niñas de tus ojos, 
a la sombra de tus alas escóndeme. 
Pero yo con mi apelación vengo a tu presencia, 
y al despertar me saciaré de tu semblante.
Al despertar, Señor, me saciaré de tu semblante.

HAGAN PRODUCIR SUS TALENTOS HASTA QUE YO REGRESE


Lectura del santo evangelio según san Lucas 19, 11-28
En aquel tiempo, dijo Jesús una parábola; el motivo era que estaba cerca de Jerusalén, y se pensaban que el reino de Dios iba a despuntar de un momento a otro.
Dijo, pues:
-«Un hombre noble se marchó a un país lejano para conseguirse el título de rey, y volver después.
Llamó a diez empleados suyos y les repartió diez onzas de oro, diciéndoles:
"Negociad mientras vuelvo."
Sus conciudadanos, que lo aborrecían, enviaron tras él una embajada para informar:
"No queremos que él sea nuestro rey."
Cuando volvió con el título real, mandó llamar a los empleados a quienes había dado el dinero, para enterarse de lo que había ganado cada uno.
El primero se presentó y dijo:
"Señor, tu onza ha producido diez."
Él le contestó:
"Muy bien, eres un empleado cumplidor; como has sido fiel en una minucia, tendrás autoridad sobre diez ciudades."
El segundo llegó y dijo:
"Tu onza, señor, ha producido cinco."
A ése le dijo también:
"Pues toma tú el mando de cinco ciudades."
El otro llegó y dijo:
"Señor, aquí está tu onza; la he tenido guardada en el pañuelo; te tenía miedo, porque eres hombre exigente, que reclamas lo que no prestas y siegas lo que no siembras."
Él le contestó:
"Por tu boca te condeno, empleado holgazán.
¿Conque sabías que soy exigente, que reclamo lo que no presto y siego lo que no siembro?
Pues, ¿por qué no pusiste mi dinero en el banco?
Al volver yo, lo habría cobrado con los intereses."
Entonces dijo a los presentes:
"Quitadle a éste la onza y dádsela al que tiene diez."
Le replicaron:
"Señor, si ya tiene diez onzas."
"Os digo: 'Al que tiene se le dará, pero al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene.'
Y a esos enemigos míos, que no me querían por rey, traedlos acá y degolladlos en mi presencia."»
Dicho esto, echó a andar delante de ellos, subiendo hacia Jerusalén.
Palabra del Señor