AMOR
1. Tanto amó Dios
al mundo que le envió a su Hijo único, para que todo el que crea en Él no se
pierda, sino tenga vida eterna (Jn 3,16).
2. Dios es amor (1Jn 4,8).
3. A Dios nadie lo ha visto jamás; pero si nos
amamos unos a otros, Dios está entre nosotros (1Jn 4,12).
4. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con
toda tu alma y con toda tu mente. Este es el primero y más grande mandamiento.
El segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Toda la
Ley y los Profetas se fundamentan en estos dos mandamientos (Mt 22,37-40).
SALVACIÓN EN CRISTO JESÚS
5. Si decimos que no tenemos pecado, nos estamos
engañando a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros (1Jn 1,8).
6. Ante el nombre de Jesús toda rodilla se doble,
en el cielo, en la tierra y en el abismo. Y que toda lengua proclame que Jesús
es el Señor para gloria de Dios Padre (Filip 2,11).
7. Quien quiera salvar su vida, la perderá; pero
quien pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará (Mc 8,35).
8. ¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, si pierde su vida? (Mc 8,36).
9. Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame (Mc 8,34).
10. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene
vida eterna, y yo le resucitaré el último día (Jn 6,54).
MARÍA
12. Dijo María: «Yo soy la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» (Lc 1,38).
13. Jesús, al ver a su madre y junto a ella al discípulo a quien más amaba, dijo a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo.» Luego dijo al discípulo: «Ahí tienes a tu madre.» Y desde aquella hora el discípulo se la llevó a su casa (Jn 19,25-27).
PALABRA DE DIOS
14. Tu Palabra es lámpara para mis pasos y luz en mi sendero (Sal 119,105).
15. Proclama la Palabra, insiste a tiempo y a
destiempo, reprende, amenaza, exhorta con toda paciencia y doctrina (2Tim 4,2).
16. Cuando me llegaban palabras tuyas, yo las
devoraba. Ellas eran para mí el gozo y la alegría de mi corazón (Jer 15,16).
17. Me has seducido, Señor, y me dejé seducir por ti (Jer 20,7).
MISIÓN
18. La cosecha es abundante, pero los obreros son
pocos. Rueguen, pues, al Dueño de la cosecha que envíe obreros a su cosecha (Lc
10,2).
19. Vayan por todo el mundo y prediquen mi
Evangelio a toda creatura (Mc 16,15).
Fuente: Católicos Firmes en la Fe. Autor: Familia Misionera Apóstoles de la Palabra