martes, 7 de marzo de 2017

The New York Times elogia al Papa como "constructor de puentes en una época de construcción de muros"


Un constructor de puentes en una época de construcción de muros". Así es como ha definido The New York Times al Papa Francisco en un artículo, en el que se hace una pregunta inesperada: "¿Es el Papa Francisco el anti-Trump?", y en el que elogia al Pontífice por sus "afirmaciones fuertes de la humanidad universal, respaldas por acciones" en la difícil encrucijada socio-política y económica actual.
"Uno surgió de un cónclave de crisis, el otro fue elegido después de la campaña más extraña en la historia norteamericana reciente". Si bien en el artículo del célebre rotativo neoyorquino empieza poniendo de relieve algunas coincidencias entre los dos líderes, rápidamente se centra en lo que diferencia a "los populistas más famosos del mundo".
El Papa y el presidente, escribe Austen Ivereigh -autor del artículo y de un libro acerca del Papa- se parecen en su capacidad para conectar con la gente por fuera de los métodos tradicionales, en su desafío constante a las convenciones -hasta el extremo de la iconoclasia- y en sus enfrentamientos con las élites a favor del pueblo llano. Son especialmente parecidos cuando demuestran su rechazo a la globalismo, y se muestran, cada uno a su manera, nacionalistas.
Los políticos populistas como Trump han sido definidos a la perfección por el pontífice en numerosísimas ocasiones, como en su entrevista con El País o su mensaje al reciente Encuentro de Movimientos Populares en Modesto, California. Son líderes que prometen, dice el Papa, devolvernos nuestra identidad y defendernos "con muros, con alambres, con lo que sea".
Líderes que se apoyan en "la manipulación del miedo, la inseguridad, la bronca, incluso la justa indignación de la gente, transfiriendo la responsabilidad de todos los males a un "no prójimo". Pero a diferencia de los populistas, sostiene Ivereigh, "el populismo del Papa no va destinado a la popularidad -un fenómeno pasajero, y de todas formas, la suya está muy por encima de la de cualquier político- sino a la proximidad. Éste es un Papa al que le gusta acercarse".
Ivereigh toma como referencia un hecho que describe de pies a cabeza a Francisco: el ayudar a refugiados musulmanes a llevar nuevas vidas en Italia, y destaca el caso de dos familias que viven dentro del Vaticano y de 12 refugiados que volvieron con él desde un campo de refugiados en Lesbos. En una oportunidad, Bergoglio dijo imponentes palabras sobre la islamofobia: "No hay peligro en la inmigración cuando existe una bienvenida, acompañamiento e integración. Una cultura es recibida y otra es ofrecida. Esa es mi respuesta al miedo".
Su posición con respecto a la inmigración es su contraste más grande, pero el periodista no duda en marcar otras diferencias de índole más personal: "Uno es un líder espiritual de una madureza extraordinaria, el otro es un narcisista petulante y susceptible. Uno es un célibe que vive de manera simple y austera, y se rodea de discapacitados y enfermos; el otro es un 'germófobo' casado tres veces que vivía en una llamativa torre dorada y se burla de los débiles".
El artículo continúa exponiendo la grieta más grande entre Trump y Francisco: sus respectivas recetas por un mundo aquejado de los males de la economía neoliberal. "En el futuro pos-liberal de Francisco", defiende Ivereigh, "los pobres del mundo actúan con la Iglesia y la organizaciones de la sociedad civil para crear una economía al servicio del bienestar humano, a la vez que llama a los Estados a recibir a los inmigrantes en solidaridad".

En cambio, en la propuesta que defiende Trump, "los ex-ejecutivos empresariales, los directores multimillonarios de fondos de inversión y los magnates inmobiliarios desmantelan al Estado para hacer el capitalismo aún más líquido, mientras que utilizan al Estado para fortalecer las fronteras". No cabe ninguna duda de la postura que prefiere Ivereigh, ya que el autor y periodista alaba el pensamiento "valiente" del Papa, "fruto de una mente que ha reflexionado durante décadas sobre estas cuestiones".
El artículo termina subrayando otra diferencia más entre los dos líderes, sobre si "Occidente" está ocupado actualmente en un "choque de civilizaciones" con el islam. El jefe de estrategia de Trump, Steve Bannon -y por ende el propio Trump-, considera a Francisco como un problema dentro del catolicismo, debido que este no desea que la Iglesia se enfrente con la religión de Mahoma. Francisco, remarca Ivereigh, considera a todas las religiones como universales, y no cree en que la religión verdadera pueda ser causa de terrorismo.
Volviendo al primer ejemplo, cuenta que cuando le preguntaron por qué había privilegiado a refugiados musulmanes y no cristianos, el Papa respondió que "tenían los papeles en orden". "Había dos familias cristianas que no los tenían. Esto no es un privilegio. Son todos hijos de Dios. Ser hijo de Dios es un privilegio", respondió.
(C. Doody/MDZ)

Osoro, sobre la transexualidad: "La Iglesia respeta todas las posiciones"

El arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, ha asegurado este lunes que la Iglesia respeta «todas las posiciones», al ser preguntado por la transexualidad, y ha añadido que, las personas, independientemente de su identidad sexual, deben ser respetadas y hay que evitar la «discriminación injusta».
Preguntado en una entrevista en Antena 3 sobre la polémica con el autobús de Hazte Oír, Osoro ha reiterado, en la dirección del pasado viernes, que no entra «en autobuses» y que lo único que pregunta es «qué nos pasa para no saber qué nos pasa». «Esta es la gran cuestión de España y del mundo», ha opinado.
Osoro ha indicado que la Iglesia «respeta absolutamente todas estas posiciones» e, interpelado sobre qué le diría a los padres que se encuentran con un hijo en esta situación, ha explicado que el primer consejo que les daría es que tienen que «respetarles», estar «muy cerca de ellos, escucharles mucho».
«Esa es la posición de la iglesia siempre, nunca se ha metido con nadie por la dirección que tenga su vida, al contrario, la respetamos», ha defendido Osoro, quien ha criticado que se quiera «imponer una manera de entender la vida». «Toda la imposición es una dictadura, y las dictaduras no vienen bien a nadie», ha apostillado.
Por eso, ha insistido en que la Iglesia respeta «siempre» y ha apelado al catequismo de la Iglesia Católica para detallar su posición sobre este tema: «Toda persona independientemente de su identidad sexual ha de ser respetada en su dignidad y acogida con respeto, procurar evitar todo signo de discriminación injusta».
Por otro lado, Osoro ha señalado que «nunca uno es demasiado dialogante» y que él va «con todas las personas que quieran acercarse» a él, lo cual no quiere decir que tenga su opinión. «Dios se acercó a esta tierra y a todos los hombres, quienes predicamos esto y anunciamos a Jesucristo, o hacemos esto o (estamos haciendo algo distinto)», entiende.
(Rd/Ep)

7 de marzo: santas Perpetua y Felicidad, mártires



El martirio de estas dos mártires y sus compañeros describe un glorioso episodio de la historia de la Iglesia. Una página bellísima que sí tiene todos los trazos de autenticidad; una parte fue escrita por la misma mártir Perpetua, mientras estuvo en prisión, en un diario minuciosamente detallado; otra –la que refiere los martirios– la escribió un contemporáneo, y la recopilación definitiva de la Passio parece ser que la escribió Tertuliano.
Cartago es la ciudad de los hechos, en el norte de África, cerca del actual Túnez, donde tempranamente se desarrolló una floreciente comunidad cristiana. Septimio Severo fue el responsable de aquella persecución con su edicto. El tiempo, los comienzos del siglo III el año 203. El anfiteatro es el lugar.
Apresaron a un grupo de catecúmenos cristianos; se preparaban al bautismo con el diácono Saturo, su maestro. Revocato y Felícitas eran esclavos; también fueron apresados Saturio y Secúndulo; Vibia Perpetua era una joven matrona romana que pertenecía a la casta más alta de la sociedad, a la clase patricia, tenía veintidós años.
En las casas particulares donde estuvieron retenidos en un primer momento pudieron recibir el bautismo. Luego los llevaron a la cárcel, insoportable por la oscuridad, la estrechez y el hacinamiento; en comparación con esto, lo del olor nauseabundo era solo un accidente. Consiguieron que pudieran ser trasladados al piso alto desde donde podían ver el mar y hasta permitieron las autoridades que llevaran con su madre al bebé que todavía estaba criando Perpetua, para que pudiera darle de mamar; con esto, ella se sintió ya como una reina o princesa en su trono. Felicidad estaba embarazada de ocho meses y temía no terminar martirizada. Por aquellos días tuvo Perpetua dos visiones de las que dedujo su próximo martirio.
Así fue. Se iban a celebrar las fiestas del César Geta y la condena era cierta si no se producía en el grupo cristiano la renuncia a la fe.
La lectura del diario de Perpetua está descrita con una gran sencillez donde aparece la mezcla de firmeza en la decisión de fidelidad a Jesucristo con el patetismo lógico del momento por su situación de joven madre y por la presión esperada de su padre. Este se revela como un hombre culto, bueno, lleno de humanidad, responsable, aunque pagano; recurre al honor, a la dignidad, a la piedad con su hija; toca las fibras sensibles de Perpetua cuando le hace ver la infamia en que caerá toda la familia, o cuando le pide compasión para sus canas. Comenta a Perpetua la desgracia y deshonra que inevitablemente recaerá sobre ellos por no renegar de Cristo o al menos hacer el paripé. ¡Qué difícil se lo puso al besarle las manos o postrarse a sus pies con lágrimas! Ella no sabía hacer más que, con el corazón roto, darle ánimos, intentar infundirle valor y pedirle perdón por los males seguros que le sobrevendrían. Hasta tuvo que presenciar cómo Hilariano, el procurador, hastiado y airado al ver que la conversación del padre no conseguía cambiar la disposición de la hija, mandó arrojarlo de su presencia mientras la juzgaban y hacerlo apalear con varas.
Felicitas dio a luz a una niña tres días antes de la fecha señalada para el martirio.
Al escuchar el carcelero los quejidos del parto, comentó: «¿Qué harás cuando te expongan delante de las fieras si ahora lloras así?». Felicitas solo le dijo: «Hoy soy yo quien sufre; mañana, Cristo sufrirá por mí ya que yo sufriré por Él». A su hija la cuidaría y educaría su hermana cristiana.
Perpetua lideraba el grupo. Al acercarse la fiesta, advirtió que se les reducía la comida. Habló al jefe de la prisión y con su coquetería femenina le hizo ver que ellas deberían estar lustrosas para las fiestas del César.
Dejaron que fueran a visitarles algunas personas importantes con la esperanza de que las hicieran claudicar; pero salieron con el corazón encogido por la inocencia y juventud de las madres y llegó a contarse alguna conversión.
El día previsto van contentas al martirio. Perpetua ha tenido la alegría de que «mi hijo no me pidiera más el pecho, y que yo no me sintiera incómoda con la leche». En el anfiteatro, los hombres fueron echados a las fieras. A Perpetua y Felicidad las ataron a unas cuerdas y les soltaron un toro que las corneó y revolcó ante la malhumorada concurrencia de espectadores aburridos ante aquella crueldad, máxime cuando han visto que Perpetua, después del primer revolcón, se ha detenido a cubrir su sangrante muslo desnudo con el vestido rasgado antes que correr para defenderse de la embestida siguiente, y, en un alarde de buen humor, se ha colocado bien la horquilla del pelo –debía estar presentable, dice la Passio, el día importante de comparecer ante Jesús– para no morir desgreñada, que eso es símbolo de tristeza. No murieron ante la vaca; aún pudieron las dos mujeres despedirse con el ósculo de la paz antes de recibir el golpe de gracia del verdugo cuya mano tuvo que dirigir la misma Perpetua hacia su cuello, al advertir el nerviosismo e inexperiencia del asustado novato, que con su primer golpe solo consiguió herirla en un hombro.
La fiesta estaba presente en el calendario filocaliano de Roma en tiempos del papa Dámaso, pero el culto se perdió; como las excavaciones en Túnez descubrieron una basílica paleocristiana con el epitafio de los mártires, se restauró. Hicieron muy bien, porque este entrañable e impresionante hecho de la historia de la santidad no solo muestra la crueldad de las persecuciones romanas, sino la verdad de que ni siquiera el amor filial o paterno están antes que Dios.
Archimadrid.org

Con su nuevo automóvil el Papa da una lección a los líderes del mundo


La Ciudad del Vaticano busca convertirse en uno de los primeros Estados del mundo en consumir únicamente energías renovables.
Como parte de este proyecto, aún en fase experimental, la Santa Sede acaba de recibir de la empresa Nissan y sin costo, un auto eléctrico, cuyo funcionamiento permitirá estudiar la incidencia real de esta medida destinada a lograr una movilidad libre de emisiones.
El objetivo es conseguir que el Vaticano cumpla con los objetivos señalados en la encíclica Laudato Si’ sobre el medioambiente y la sostenibilidad.
Jochen Wermuth, jefe de la oficina de inversión de Wermuth Asset Management, la empresa que se encarga de asesorar al Vaticano en la implementación de estas medidas, aseguró que «el hecho de que el Papa comience a utilizar un auto 100% eléctrico es una gran noticia para el mundo».
Esto, dijo Wermuth, «supone un ejemplo para otros jefes de Estado y para todos en el mundo futuro. En la actualidad no sólo se trata de una decisión moralmente correcta, sino que incluso es más barato tener un coche eléctrico en vez de uno de combustión».
Wermuth fue quien ofreció al Santo Padre la posibilidad de tener el auto eléctrico de la firma Nissan, para lo cual le dio al Pontífice la oportunidad de escoger entre un Tesla Model S y un Leaf. El Papa optó por el segundo, declaró al medio alemán Spiegel y Wermuth mismo lo llevó al Vaticano.
La actualización del parque automovilístico vaticano con coches eléctricos no es la única medida de la Santa Sede destinada a lograr una movilidad ecológicamente sostenible.
En las calles del pequeño Estado Vaticano ya circulan bicicletas eléctricas donadas por la empresa florentina NWG, especializada en las energías renovables.
El Papa Francisco ha mostrado en numerosas ocasiones su preocupación por el medio ambiente y su compromiso con el desarrollo sostenible. En su encíclica Laudato si’, del 24 de mayo de 2015, el Pontífice reflexiona sobre la creación y llama a cuidar el medio ambiente y el planeta, la casa común.
En este sentido, la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales organizó en el Vaticano una conferencia con el tema Extinción biológica. Cómo salvar el medioambiente natural del cual dependemos.
En las conclusiones a las que llegaron los diferentes expertos que participaron en la conferencia, se destaca la necesidad de «buscar nuevos modos de trabajar juntos para construir un mundo sostenible, estable y sustentado en la justicia social».
«En el pasado, la raza humana ha experimentado graves amenazas locales, pero las amenazas ahora son a nivel global. Para resolver nuestro dilema común, debemos aprender a apreciarnos los unos a los otros, a colaborar y a construir puentes en todo el mundo a niveles hasta ahora inimaginables», indicaron.
ACI/Miguel Pérez Pichel

COMENTARIO AL EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO (6,7-15) POR SAN AGUSTÍN




Así como es propio de los hipócritas manifestarse para que los vean en la oración, cuyo fin no es otro que agradar a los hombres, así también los gentiles (esto es, los paganos) creen que cuando hablan mucho podrán ser oídos. Y por esto añade Jesús: “Y cuando oréis no habléis mucho”.

Y en verdad toda conversación larga proviene de los gentiles, que cuidan más bien de ejercitar la lengua que de cambiar de vida cambiando de modo de pensar, y esta clase de preocupación intentan llevarla hasta a la oración.

Si es verdad que la multitud de palabras no tiene otro motivo que la ignorancia de aquel a quien se habla, ¿qué necesidad hay de esto con relación al que conoce todas las cosas? Por lo que añade: “Sabe vuestro Padre lo que habéis menester, antes que lo pidáis”.

Y en verdad que no debemos hacer nada con las palabras en presencia de Dios para alcanzar lo que nos proponemos, sino con las cosas que hacemos con buen fin, recta intención, puro amor y sencillo afecto.

Pero debe muchas veces buscarse si es más conveniente orar con las acciones o con las palabras. Es así que la oración siempre es necesaria, aun cuando Dios ya conoce lo que necesitamos, porque el mismo fin de la oración tranquiliza y purifica nuestra alma, nos hace más capaces de recibir los divinos beneficios que muchas veces se nos conceden de una manera espiritual. 

No nos oye el Señor por las muchas oraciones, aun cuando siempre está preparado a dispensarnos sus luces, pero nosotros no siempre estamos preparados para recibirlas, cuando nos inclinamos a otras cosas. 

En la oración se verifica la conversión del alma hacia Dios y la purificación del ojo interior. Puesto que se excluyen de él las cosas temporales que se deseaban, a fin de que la fuerza de un corazón puro pueda soportar una luz pura y permanecer en ella con el mismo gozo que se disfruta en la eterna vida.

(De sermone Domini)

JESÚS NOS ENSEÑA A REZAR



Lectura del santo evangelio según san Mateo (6,7-15):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: 

«Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes de que lo pidáis. 

Vosotros rezad así: "Padre nuestro del cielo, santificado sea tu nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, danos hoy el pan nuestro de cada día, perdónanos nuestras ofensas, pues nosotros hemos perdonado a los que nos han ofendido, no nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del Maligno." 

Porque si perdonáis a los demás sus culpas, también vuestro Padre del cielo os perdonará a vosotros. Pero si no perdonáis a los demás, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras culpas.»

Palabra del Señor