viernes, 21 de abril de 2017

Benedicto XVI: “Contra el ateísmo y el radicalismo integralista sirve una concepción de Estado que convenza”.


“La contraposición entre las concepciones de un Estado rádicalmente ateo y el surgir de un Estado rádicalmente religioso en los movimientos islamistas, conduce en nuestro tiempo a una situación explosiva, cuyas consecuencias sentimos cada día”. Cuatro años han pasado de la renuncia de Benedicto XVI al pontificado, pero su lúcida visión sigue iluminando.
Con estas palabras el papa emérito se ha expresado en una carta enviada a los participantes a un simposio en su honor, que se realizó ayer 19 de abril, en Varsovia, con el título: “El concepto del Estado en la perspectiva de la enseñanza del cardenal Joseph Ratzinger”. El encuentro ha sido organizado por los obispos polacos y tiene el patrocinio del presidente de Polonia, Andrzej Duda.
Benedicto XVI indicó que sintió conmoción, gratitud y felicidad por este reconocimiento. Y en su carta al hablar de “situación explosiva” a propósito del enfrentamiento entre ateísmo y fundamentalismo islámico hace un llamado a los cristianos: “Estos radicalismos exigen urgentemente que nosotros desarrollemos una concepción de Estado que convenza, que soporte el enfrentarse con estos desafíos y pueda superarlos”.
A quien hoy gobierna las naciones y las instituciones cristianas la tarea es recoger el testimonio de Rátzinger mirando a dos grandes figuras que “Polonia ha dado a la humanidad”: el cardenal Stefan Wyszyński y san Juan Pablo II.
El su mensaje, Benedicto XVI subraya que estos dos hombre de la Iglesia “no solamente han reflexionado sobre tal tema, sino que han cargado sobre sí el sufrimiento y la experiencia viva, y por lo tanto siguen a indicar el camino hacia el futuro”.
Por su parte el papa Francisco apreció el simposio en honor de Benedicto XVI, patrocinado por la Fundación Ratzinger y por la agencia católica polaca Kai, y envió un mensaje firmado por el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, en el que subraya la “benemérita obra de su querido predecesor”. El deseo del papa Bergoglio es que este evento despierte “un renovado empeño por un diálogo respetuoso y fecundo entre Estado e Iglesia, teniendo en vista la construcción de la civilización del amor”.
Los trabajos en Varsovia, de los cuales ha tomado parte entre otros el cardenal Gerhard Müller, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, fueron abiertos con una relación del padre Federico Lombardi, director emérito de la Oficina de prensa de la Santa Sede y actual presidente de la Fundación Ratzinger. Lombardi indicó que el simposio quiere rendir homenaje a Benedicto XVI y agradecerle por su servicio a la Iglesia, y “mantener viva la herencia de su pensamiento y de su inspiración espiritual”.
Recordó su advertencia en septiembre de 2011 al Parlamento alemán, “sobre las terribles consecuencias” de un ejercicio del poder desvinculado de la conciencia de su naturaleza relativa, y que por lo tanto no se reconoce más responsable de “un orden moral objetivo” o sujeto “a un fundamento superior al poder”.
Benedicto XVI -recuerda aún el ex portavoz vaticano- ha enfrentado estos temas con coraje, señalando como “la negación de Dios o su olvido, la marginación de la religión de la vida pública y de toda perspectiva trascendente de la cultura, son en realidad causas de un proceso muy negativo y de graves riesgos para la vida de la sociedad y la defensa de la dignidad de cada persona humana”.
El papa alemán, lo subrayó varias veces, a costo de no recibir aplausos sino “fuertes oposiciones”, pero “con la convicción de que decir eso era su precisa responsabilidad hacia la actual evolución cultural de la sociedad europea y del rol de Europa ante la historia del mundo”.
Entonces -recuerda nuevamente el padre Lombardi a propósito del pensamiento de Ratzinger- que el Estado y la Iglesia tienen que compartir “el empeño” para llegar a la verdad a través de “la razón humana”. Por lo tanto esta última “no tiene que cerrarse en el límite del positivismo sino, justamente para poder encontrar y hacer justicia y lograr la paz en este mundo, tiene que quedarse con confianza y coraje, abierta a los grandes horizontes de lo humano, de su sentido y de sus fundamentos”. Se trata de una positiva colaboración entre la fe y la razón. “En esto -concluye Lombardi- la fe ofrece a la razón su ayuda, y la razón a su vez tutela a la religión del grave riesgo de los integralismos”.
ZENIT

Historia del cuadro de Jesús Misericordioso, pintado bajo la dirección de santa Faustina


 Este 23 de abril la Iglesia festeja el Domingo de la Divina Misericordia, fecha fijada por san Juan Pablo II recordando la mística polaca santa Faustina Kowalska.
En una de las apariciones Jesús le dijo a sor Faustina: “Pinta una imagen según el modelo que ves,  y firma: Jesús, en Ti confío”. Mientras la religiosa permaneció en Vilna, Lituania, el padre Sopoćko encargó la imagen de Jesús Misericordioso a principios de 1934 al pintor Eugenio Kazimirowski.
La vidente durante unos seis meses fue dos veces por semana al estudio del pintor para darle indicaciones y los detalles que debía tener la imagen y el padre Sopoćko se encargó personalmente de que el cuadro fuera pintado exactamente según sus instrucciones.
Cuando sor Faustina vio el cuadro terminado lloró: ‘no eres tan bello como te veo’, le decía a Jesús. Y el Señor le indicó ‘lo que importa es que gracias a este cuadro todos podrán venir y recibir mi misericordia.
Sor Faustina señaló que el Señor quería que el cuadro sea expuesto en la Iglesia de San Miguel, en Vilna. El 4 de abril de 1937, con el permiso del obispo metropolitano de la ciudad, el arzobispo Romualdo Jalbrzykowski, el cuadro con la imagen del Salvador Misericordioso fue colocado junto al altar principal.
En 1948 cuando el gobierno comunista cerró la Iglesia de San Miguel, el lienzo sin el marco ni la placa con la inscripción fue adquirido secretamente, gracias al empleado lituano que liquidaba las pertenencias del templo. Dos devotas de la Divina Misericordia (una polaca y una lituana) conscientes del peligro y de las consecuencias que habría habido en caso de que se enterasen las autoridades soviéticas, trasladaron la imagen enrollada a un desván donde iba a esperar hasta que pasase el peligro. Más tarde, ellas llevaron el cuadro a la Iglesia del Espíritu Santo, donde quedó depositado todo el mobiliario de la iglesia liquidada.
En 1956, un amigo del p. Sopoćko, el p. Józef Grasewicz volvió a Vilna después de haber sido en­carcelado unos años en un campo de trabajo soviético decidió buscar el cuadro y antes de ir para su trabajo pastoral en Nowa Ruda,  pidió al párroco de la Iglesia del Espíritu Santo que le regalase el cuadro para su parroquia y allí lo colgó en la iglesia donde permaneció unos 30 años,  manteniendo el secreto de sus orígenes.
En 1970 las autoridades locales comunistas de Nowa Ruda decidieron convertir la iglesia en un almacén y el cuadro colgado en la parte superior, permaneció allí por falta de una escalera de longitud suficiente para quitarlo de la pared.
Para que las autoridades comunistas no se alarmasen por los orígenes extraordinarios del cuadro, en una noche de noviembre de 1986, sin que se enterasen los habitantes de Nowa Ruda (que durante muchos años se reunían en la iglesia abandonada para rezar), substituyeron el cuadro original por una copia preparada anteriormente. Con la ayuda de las hermanas de la Madre de la Misericordiosa (de la Puerta de la Aurora) sabedoras del asunto, el lienzo fue quitado del bastidor, enrollado y, esa misma noche, llevado a Grodno primero, y después a la Iglesia de Espíritu Santo de Vilna, donde fue expuesto.
En la Iglesia del Santo Espíritu el cuadro fue restaurado y partes dañadas fueron repintadas. Como resultado, el aspecto del rostro del Señor Jesús cambió notablemente. Al cuadro se añadió una frase en rojo: “Jesús en Ti confio” y se realizaron otras modificaciones.
En julio de 2001 la Congregación de las Hermanas de Jesús Misericordioso expuso su iglesia esta imagen de Jesús Misericordioso y tras una restauración profunda, el cuadro volvió a ser colocado en la Iglesia de Espíritu Santo, que es la parroquia de los polacos que viven en la capital de Lituania. Desde septiembre de 2005 la imagen de Jesús Misericordioso es venerada en el Santuario de la Divina Misericordia en Vilna.

21 de abril: san Anselmo, arzobispo de Canterbury, doctor de la Iglesia


El borgoñés de hoy es considerado como el mejor teólogo del siglo XI. Tiene el mérito de haber dado un giro a la teología, aportando, como sustrato e instrumento, la filosofía –la razón, la metafísica– al quehacer de los teólogos. Frase suya es «Quiero comprender algo de la verdad que mi corazón cree y ama; no quiero comprender para creer; quiero creer para poder comprender». Así preparó el camino a la síntesis entre razón y fe que habría de hacer otro santo, Tomás de Aquino, casi dos siglos más tarde.
La aportación de Anselmo al saber teológico es notable. Monologio y Proslogio para tratar de Dios y de la Trinidad, apareciendo aquí el famoso argumento ontológico, siempre ligado a su nombre, en el intento de demostrar la existencia divina; libro dialéctico, De Grammatico; De Veritate, De libero arbitrio, Casu Diaboli, De Incarnatione Verbi, De Procesiones Spiritus Sancti, De Concordia Praescientiae, Praedestinationis et Gratiae cum Libero Arbitrio, sobre diversos y variados temas. Los autores están de acuerdo en señalar como su principal obra Cur Deus Homo, en donde intenta acumular razones para pronunciarse acerca de la necesidad de la Encarnación; también presenta originalidades en De Conceptu Virginali et Originali Peccato, donde implícitamente incluye su creencia en la Inmaculada Concepción de la Virgen María. Además, se conservan de él abundantes MeditacionesOraciones y numerosas Cartas. Esta producción literaria le ha valido el título de Doctor de la Iglesia.
Pero no queda la nota hagiográfica de Anselmo reducida a su sabiduría. El biógrafo Eadmero hace de él un prototipo de defensor de la libertad y derechos de la Iglesia en aquel complicado siglo XI.
Había nacido en el 1034, en Aosta, lugar toscano. Su padre es Gondulfo, rico, altivo, condescendiente con los criterios mundanos y con bastante mal genio; la madre, Emerbenga, compensa con sus virtudes y buen talante para lograr la paz familiar. Anselmo quiso en su juventud entrar en el noviciado benedictino, pero el padre se opuso y con su consabida furia cerró las puertas del convento como perspectiva de futuro para su hijo. Emerbenga murió prematuramente, y a raíz de su sepultura, Anselmo abandonó la casa paterna con su dureza, encaminándose a Francia. Comenzó una vida nada ejemplar ni aconsejable. Se hizo religioso benedictino a los veintisiete años en Normandía, en la abadía de Bec; lo nombraron prior de San Esteban de Caen, y luego abad de Bec. Para negociar asuntos de su comunidad en Inglaterra pasó el mar y allí se quedó porque lo nombraron arzobispo de Cantorbery en 1093.
Con los reyes tuvo su principal punto de fricción. Primero chocó con Guillermo el Rojo. Era la época en la que los reyes se preocupaban de nombrar obispos de su gusto para pagar antiguos favores y llenaban sus arcas vacías con la aportación agradecida de los prelados, que a su vez cobraban los beneficios que otorgaban a sus amigos. Ello era el gravísimo pecado de simonía, agravado por la pérdida de independencia para que el obispo cumpliera con su misión evangelizadora. El piadosísimo monje, humilde y lleno de bondad, se mostrará de hierro en la enconada pugna con el rey que le mandaría al destierro. El nuevo rey y peor que el anterior, Enrique Beauclerc, le exigió que le rindiera homenaje y que consagrase a los obispos nombrados por él; ante la firme resistencia de Anselmo, el rey inglés fue excomulgado por Roma debido a su pertinacia. El sabio arzobispo, a pesar de que no era su punto fuerte la negociación política, supo encontrar la fórmula para evitar el definitivo rompimiento con Roma.
Murió en Canterbury, en la penitencial pobreza de un lecho de cenizas, el 21 de abril de 1109. Fue canonizado en 1163 y declarado doctor de la Iglesia en 1720.
Entre oraciones, escritos, predicaciones y buen gobierno pasó este humilde y bondadosísimo hombre su vida, sirviendo a la Iglesia en una época oscura y dura. Apasionante, ¿verdad?
Archimadrid.org

La belleza de morir por Jesús



La exposición La belleza del martirio arranca este fin de semana en el EncuentroMadrid y recorrerá después distintas ciudades de España
Todos tenemos grabadas en la retina las imágenes de 2015 de 21 coptos vestidos de naranja degollados en una playa de Libia. Fue obra de Daesh, que grabó el asesinato en vídeo y le dio difusión mundial. Las últimas palabras que susurraron antes de morir fueron: «Oh, mi Señor Jesús» (Ya Rabbi Yasou). Sus madres y viudas se sintieron orgullosas por su valentía. «Al principio me dolía mucho verlo, pero luego empecé a dar gracias a Dios por el hecho de que muriera en nombre de Jesús», dijo la esposa de uno de ellos.
Cristine tiene 23 años y es de Kenia. Sobrevivió al atentado en la Universidad de Garissa en abril de 2015. Los terroristas islámicos gritaron entre las aulas: «Cristianos a la izquierda y musulmanes a la derecha», luego acribillaron a balas a los seguidores de Jesús. «Estuve escondida horas en un armario. Tuve un miedo horroroso. Tras el atentado he aprendido que los cristianos tenemos que permanecer fieles a Cristo incluso ante la muerte. Este es el tiempo de la persecución y nuestra fe debe permanecer más fuerte».
Murió por salvar a 200 cristianos
Bashir y Nazbano son los padres de Akash. Su hijo, un joven normal y corriente de Lahore (Pakistán), se ofreció como voluntario para proteger su parroquia ante las amenazas de los yihadistas. Un domingo frenó a un terrorista cargado con explosivos que quería entrar en la iglesia. Había en su interior 200 personas. «Moriré pero no vas a entrar», dijo. Y así fue. Entregó su vida para salvar a los demás. Sus padres han perdonado y rezan «por todos los que nos persiguen y están en contra de nosotros, para que ellos encuentren el camino recto de Dios».
Todas estas historias de hombres, mujeres, hombres, jóvenes normales y corrientes, con nombre y apellidos, de carne y hueso, aparecen en la nueva exposición que presenta Ayuda a la Iglesia Necesitada este fin de semana en el EncuentroMadrid 2017 y que lleva por título La belleza del martirio. Desde África, China, Oriente Medio, Pakistán o Francia, con el asesinato del sacerdote Jacques Hamel, se recogen en un espacio de unos 200 metros cuadrados testimonios de cristianos que aun en la persecución y el martirio han afirmado que su fe es más valiosa que la propia vida. Durante el recorrido, el visitante verá recreados los lugares donde estos cristianos contemporáneos han entregado su vida como la Universidad de Garissa, la playa de Libia, una cárcel china o la pequeña iglesia de Normandía (Francia) donde fue asesinado por la yihad el primer sacerdote en suelo europeo en el siglo XXI.
«La persecución es algo necesario en la Iglesia. ¿Sabes por qué? Porque la verdad es siempre perseguida». Esta cita del beato monseñor Óscar Romero, mártir salvadoreño, abre la pregunta al espectador que contempla esta muestra.
Raquel Martín
Responsable de prensa de ACN-España

COMENTARIO AL EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN (21,1-14) POR SAN PEDRO CRISÓLOGO, DOCTOR DE LA IGLESIA



«Después de su Pasión, donde la confusión invadió a la tierra, impresionado el cielo, sorprendido los siglos, desolado el infierno, el Señor viene a la orilla del mar y ve a 
sus seguidores vagando en la noche, en las olas oscuras. El sol se ha ido, ni el resplandor de la luna ni las estrellas podrán calmar la angustia de esta noche...

El mundo entero fue arrojado a la confusión y no duda que la muerte del Creador le ha hundido en el abismo y en el caos (Gen 1.2). Pero de repente, a la luz de su resurrección, el Señor trae el día y devuelve al mundo su rostro familiar.

Resucita con Él y en su gloria a todos aquellos que ha visto tristemente abatidos..."Cuando amaneció, Jesús apareció en la orilla". En primer lugar para llevar a su Iglesia... a la firmeza de la fe.

Encontró a sus discípulos faltos de fe, desposeídos de la fuerza del hombre... Estaba Pedro, quien le negó, Tomás que dudó, Juan que huyó; por eso no les habla como a valientes soldados sino como a niños asustados...: "Muchachos, ¿tenéis algo que comer?". Así su humanidad les devuelve a la gracia, el pan a la confianza, el alimento a la fe.

Ellos no creían, en efecto, que había resucitado con su cuerpo a no ser que le vieran sometido a las necesidades de la vida y la comida. Es por esto por lo que el Señor, que es la abundancia de todos los bienes pide alimentarse. Come pan porque tiene hambre, no de alimentos, sino del amor de los suyos: "Muchachos, ¿tenéis algo que comer?". "Ellos le responden: no". ¿Qué poseían, ellos que no tenían a Cristo —aunque estaba entre ellos— y no veían todavía al Señor, aunque se les apareció delante?. "Les dijo: Tirad la red a la derecha de la barca y encontrareis".

"El discípulo que Jesús amaba le dijo a Pedro: ¡Es el Señor!" Aquel que es amado será el primero en ver; el amor provee una visión más aguda de todas las cosas; aquel que ama siempre sentirá de modo más vivaz...

¿Qué dificultad convierte el espíritu de Pedro en un espíritu tardo, y le impide ser el primero en reconocer a Jesús, como antes lo había hecho? ¿Dónde está ese singular testimonio que le hacía gritar: "Tú eres Cristo, el hijo de Dios vivo"? (Mt 16,16) ¿Dónde está? Pedro estaba en casa de Caifás, el gran sacerdote, donde había escuchado sin pena el cuchicheo de una sirvienta, pero tardó en reconocer a su Señor.

"Cuando él escucho que era el Señor, se puso su túnica, porque no tenía nada puesto". ¡Lo cual es muy extraño, hermanos!... Pedro entra sin vestimenta a la barca, ¡y se lanza vestido al mar!... Como Adán, hoy Pedro desea cubrir su desnudez por su fallo; ambos, antes de pecar, no estaban vestidos más que con una desnudez santa.

"Él se pone su túnica y se lanza al mar". Esperaba que el mar lavara esa sórdida vestimenta que era la traición. Él se lanzó al mar porque quería ser el primero en regresar; él, a quien las más grandes responsabilidades habían sido confiadas (Mt 16,18s). Se ciñó su túnica porque debía ceñirse al combate del martirio, según las palabras del Señor: "Alguien más te ceñirá y te llevará adonde tú no quieras" (Jn 21,18)...

Los otros vinieron con la barca, arrastrando su red llena de pescado. Con gran esfuerzo entre ellos llevan una Iglesia que fue arrojada a los vientos del mundo. La misma Iglesia que estos hombres llevan en la red del Evangelio con dirección a la luz del cielo, y a la que arrancaron de los abismos para conducirla más cerca del Señor».

EVANGELIO DE HOY: ¡ES EL SEÑOR!





Lectura del santo evangelio según san Juan (21,1-14):

En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció de esta manera: 

Estaban juntos Simón Pedro, Tomás apodado el Mellizo, Natanael el de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos discípulos suyos. 

Simón Pedro les dice: «Me voy a pescar.» Ellos contestan: «Vamos también nosotros contigo.» Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. 

Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús. Jesús les dice: «Muchachos, ¿tenéis pescado?» Ellos contestaron: «No.» Él les dice: «Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis.» 

La echaron, y no tenían fuerzas para sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro: «Es el Señor.»

Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos cien metros, remolcando la red con los peces. 

Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan. Jesús les dice: «Traed de los peces que acabáis de coger.»

Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red.

Jesús les dice: «Vamos, almorzad.» Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor. 

Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado. Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos, después de resucitar de entre los muertos.

Palabra del Señor

Los pastorcitos Francisco y Jacinta serán canonizados el 13 de mayo

El Papa canonizará a Francisco y Jacinta Marto el 13 de mayo en Fátima, el día del centenario de las apariciones de la Virgen María, durante su Viaje Apostólico.
Lo anunció hoy el Papa Francisco en el Consistorio Ordinario Público convocado también para la canonización de otros 35 beatos, añadiendo que
el 15 de octubre será canonizados:
Andrés de SoveralAmbrosio Francisco Ferro, sacerdotes diocesanos, Mateo Moreira, laico, y 27 Compañeros mártires, de Brasil
Cristóbal, Antonio y Juan, adolescentes mártires, de México
Faustino Míguez, sacerdote escolapio, fundador del Instituto Calasancio de las Hijas de la Divina Pastora, español
Ángel de Acri, sacerdote profeso, de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, italiano
(CdM – RV)
(from Vatican Radio)