miércoles, 7 de diciembre de 2016

10 tips de los sacerdotes para una confesión mejor



Ojalá pudiera escuchar las confesiones de otras personas.
No te preocupes, no voy a poner escuchas en los confesionarios del convento. Simplemente creo que podría aprender algo escuchando cómo se enfrentan los demás a la confesión.

Hace varios años ya que tomo parte en el sacramento de la Penitencia, pero aún tengo la impresión de no saber exactamente qué estoy haciendo. A veces salgo del confesionario con dudas: “¿Lo he hecho bien? ¿Debería haber sido más específica? ¿He sido suficientemente sincera?”.

El otro día, al salir de confesarme, pensé: “¡Ya sé! Voy a pedir consejo a los hombres que  se dedican a escuchar las confesiones de la gente”.

Ojalá pudiera escuchar las confesiones de otras personas.

No te preocupes, no voy a poner escuchas en los confesionarios del convento. Simplemente creo que podría aprender algo escuchando cómo se enfrentan los demás a la confesión.Hace varios años ya que tomo parte en el sacramento de la Penitencia, pero aún tengo la impresión de no saber exactamente qué estoy haciendo. A veces salgo del confesionario con dudas: “¿Lo he hecho bien? ¿Debería haber sido más específica? ¿He sido suficientemente sincera?”.

El otro día, al salir de confesarme, pensé: “¡Ya sé! Voy a pedir consejo a los hombres que  se dedican a escuchar las confesiones de la gente”.
Y esto es lo que me dijeron:

1.       Padre Bryan Brooks, Tulsa, Oklahoma:
Al hacer un examen de conciencia nos enfrentamos con nuestros pecados, pero cuando vamos a confesión, nos enfrentamos al amor, la misericordia y el perdón de Dios.

2.       Padre Sean Donovan, Pawhuska, Oklahoma:
Después de contar cuánto hace más o menos de tu última confesión, háblale al cura brevemente de ti mismo (¿Estás soltero, tienes pareja, casado por segunda vez, eres una hermana religiosa?). Conocer tu situación nos ayuda a aconsejarte mejor.

3.       Padre Gabriel Mosher, OP, Portland, Oregón:
Los pecados son malas elecciones, no emociones desagradables; así que confiesa tus pecados, no tus estados emocionales.

4.       Padre Damian Ference, Wickliffe, Ohio:
Los pecados cometidos son una ofensa a Dios, pero los pecados confesados son un cántico a Dios. Así que, cuando confiesas tus pecados a un sacerdote en el sacramento de la Reconciliación, debes saber que también estás cantando una alabanza a Dios por su gran misericordia.

5.       Padre Matthew Gossett, Steubenville, Ohio:
¡La confesión frecuente es edificante para tu sacerdote y buena para tu alma! Los pecados, en especial los habituales o arraigados, requieren paciencia y perseverancia. Nunca te rindas, no importa cuántas veces hayas cometido el mismo pecado (…). La confesión es un sacramento de curación y, como con las heridas físicas, las heridas espirituales pueden necesitar algún tiempo para sanar por completo.

6.       Padre James Martin, SJ, Ciudad de Nueva York, Nueva York:
La confesión no trata tanto de lo malo que eres sino de lo bueno que es Dios.

7.       Padre Anthony Gerber, Cottleville, Misuri:
El sacerdote es como un médico: cuando vas al médico, le dices qué es lo que te ha estado doliendo con más o menos detalle, para que sepa cómo tratarte de la mejor forma. Y recuerda: ya ha visto a muchos pacientes con los mismos síntomas. ¡Confía en él, escucha su consejo y mejorarás pronto!

8.       Padre Joshua Whitfield, Dallas, Texas:
Dios obra mejor con una confesión sencilla y humilde de los pecados. Dios no necesita una novela. Ya la ha leído. El orgullo y la impenitencia a veces se esconden bajo nuestra verborrea. Hablen con sencillez y claridad, mencionando sus pecados: es como despojarse camino de la Cruz, para la muerte de nuestros pecados y la resurrección del perdón.

9.       Padre Jeffrey Mickler, SSP, Youngstown, Ohio:
Habla sin miedo, no te preocupes por nada. El amor de Dios es más fuerte que nuestros pecados.

10.    Padre Matthew Schneider, LC, Washington DC:
Para muchas personas, la mayor mejoría en la confesión sería cambiar la percepción de que es una lista obligatoria y abstracta de pecados, en vez de considerarlo una renovación de la relación con Dios.

¡Y un extra!
11.    Padre Mark Menegatti, O.S.A.:
La confesión no es sólo una eliminación del pecado, es un encuentro con Cristo.

¿Te han resultado útiles estos consejos?
El consejo número 3 me hizo replantearme mi forma de hacer el examen de conciencia y me di cuenta de que probablemente debería ser más específica a la hora de enumerar mis pecados (no porque le haga falta a Dios, sino porque me ayudaría a mí). Y todos estos consejos han renovado mi amor hacia el sacramento de la Penitencia y hacia todos los sacerdotes que entregan sus vidas para servir a Dios y a su pueblo.
Si algún otro consejo les pareció especialmente útil, ¡no duden en compartir sus impresiones con los demás lectores en los comentarios!

Aleteia

Venid a mí todos los que estáis cansados

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 11,28-30

En aquel tiempo, Jesús tomó la palabra y dijo:
- «Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré.
Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso. para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».
Palabra del Señor

El Papa denuncia la "doble vida de muchos cristianos, también de muchos que son sacerdotes u obispos"



 Quien no conoce la ternura de Dios no conoce la doctrina cristiana, dijo el papa Francisco en la homilía de la misa matutina celebrada este martes en la Casa Santa Marta del Vaticano, dedicada en gran parte a la figura de Judas.
En el centro de la homilía del Papa estuvo el Evangelio de la oveja perdida y la alegría por el consuelo del Señor que no deja nunca de buscarla. "Él viene como juez, explicó el Papa, pero como un juez que acaricia, un juez que está lleno de ternura, hace de todo para salvarnos". No viene "a condenar sino a salvar". Nos busca a cada uno de nosotros, nos ama personalmente, "no ama a la masa indistinta", sino que nos "ama con nombre, nos ama como somos".
La oveja perdida, comentó el Papa, "no se ha perdido porque no tenía una brújula en la mano. Conocía bien el camino". "Se ha perdido porque tenía el corazón enfermo",cegado por una "disociación interior" y huye "para alejarse del Señor, para saciar esa oscuridad interior que lo llevaba a la doble vida": estar en el rebaño pero a la vez escapar hacia la oscuridad.
"El Señor conoce estas cosas" y por eso va a buscarla. "La figura que más que hace entender la actitud del Señor con la oveja perdida, confesó el Papa, es la actitud del Señor con Judas".
"La oveja perdida más perfecta del Evangelio es Judas: un hombre que siempre, siempre tenía algo de amargura en el corazón, algo que criticar a los demás, siempre distanciado. No conocía la dulzura de la gratuidad de vivir con los demás. Y siempre, (aunque esta oveja no estaba insatisfecha, Judas no era un hombre insatisfecho), escapaba".
"Escapaba porque era ladrón, siempre por ese lado. Otros son lujuriosos, otros... Pero siempre escapan porque tienen esa oscuridad en el corazón que los separa del rebaño. Es la doble vida, esa doble vida de muchos cristianos, también, con dolor lo digo: de muchos que son sacerdotes, obispos...", dijo Francisco.
"Judas era obispo, uno de los primeros ¿eh? La oveja perdida ¡Pobre! Pobre el hermano Judas como lo llamaba Mazzolari en ese sermón tan bello: ‘Hermano Judas ¿qué le pasa a tu corazón?'. Tenemos que entender a las ovejas perdidas. Todos tenemos algo, aunque sea pequeño (a veces no tanto) de oveja perdida".
 Esto que hace la oveja perdida, destacó el Papa, no es tanto un error como una enfermedad, algo que está en el corazón y que el diablo aprovecha. Así Judas con el "corazón dividido, disociado", es la imagen de la oveja perdida a la que el pastor va a buscar.

Pero Judas no entiende y "al final cuando ha visto la doble vida que ha hecho en la comunidad, el mal que ha sembrado, con su oscuridad interior, que lo llevaba a escapar siempre, buscando luces que no son la luz del Señor, sino que son como adornos navideños, "luces artificiales", se desesperó.
El Papa comentó: "Hay una palabra en la Biblia, el Señor es bueno, también para estas ovejas, no deja nunca de buscarlas. Hay una lectura que cuenta que Judas se ahorcó, se ahorcó ‘arrepentido'. Creo que el Señor tomará esa palabra (‘arrepentido') y la llevará consigo, no lo sé, puede suceder, pero esa palabra nos hace dudar".
"¿Qué significa? Que hasta el final el amor de Dios trabajaba en ese alma, hasta el momento de la desesperación. Esta es la actitud del buen pastor con las ovejas perdidas", reflexionó el Papa.
"Este es el anuncio, la Buena Noticia que nos lleva a Navidad y que nos pide esta sincera exultación que cambia el corazón, que nos lleva a dejarnos consolar por el Señor y no por los consuelos que vamos buscando para desfogarnos, para huir de la realidad, huir de la tortura interior y de la división interior".
Jesús, cuando encuentra a la oveja perdida no la insulta, aunque haya hecho mucho mal. En el Huerto de los olivos llama a Judas "amigo". Son las caricias de Dios.
"¡Quien no conoce las caricias del Señor no conoce la doctrina cristiana! -exclamó el Papa-. Quien no se deja acariciar por el Señor ¡está perdido! Y esta es la Buena Noticia, este es el consuelo que buscamos, que venga el Señor con su poder, recibir sus caricias, que nos encuentre, que nos salve y que, como a la oveja perdida, nos lleve al rebaño que es su Iglesia".
"Que el Señor nos dé esta gracia de esperar la Navidad con nuestras heridas, con nuestros pecados, reconocidos con sinceridad, de esperar el poder de este Dios que viene a consolarnos, que viene con poder pero este poder que es ternura, las caricias que nacen de su corazón -concluyó-, un corazón tan bueno que ha dado la vida por nosotros".