lunes, 4 de abril de 2016

¿Cómo afectó a los ángeles la resurrección de Cristo?



La presencia de los Ángeles en toda la vida de Nuestro Señor es algo que la Sagrada Escritura pone de manifiesto: desde la Encarnación a la Ascensión, la vida del Verbo encarnado está rodeada de la adoración y del servicio de los Ángeles (cfr. Catecismo de la Iglesia Católica, 333)
En este sentido los Evangelios nos enseñan la presencia de los Santos Ángeles en el evento que es el corazón de nuestra fe: la muerte y la resurrección de Nuestro Señor.
Los Ángeles preguntan a las santas mujeres que han ido a buscar el cuerpo de Jesús en el sepulcro: “¿Por qué buscar entre los muertos al que vive? No está aquí, ha resucitado” (Lc 24, 5-6).
Este anuncio que hacen los Ángeles de este evento fundamental para nuestra fe debe ser comprendido dentro del papel que éstos ocupan en el misterio de la salvación.
Recordemos los grandes anuncios que se refieren de manera expresa y directa a la persona de Jesús: el primero de ellos es el anuncio que le hace San Gabriel Arcángel a Nuestra Señora: “Alégrate llena de gracia, el Señor está contigo” (Lc. 1,26-28); “No temas recibir en tu casa a Maria, tú esposa, pues lo concebido en Ella es obra del Espíritu Santo” (Mt. 1,20-24), le dice el Ángel a San José.
A este santo varón también el mensajero de Dios le advierte en sueños: “Levántate, toma al niño y a su Madre y huye a Egipto” (Mt. 2,13); a las mujeres que de madrugada van a visitar el sepulcro de Jesús los Ángeles les preguntan: “¿Porqué buscáis entre los muertos al que vive? No está aqui, ha resucitado” (Lc. 24, 1-10); y al momento de la Ascensión anuncian que “El mismo Jesús que os ha dejado para subir al cielo volverá como le habéis visto marcharse” (Hch. 1,11).
De los mensajes anteriormente citados se desprende no sólo la presencia de los Ángeles como meros testigos pasivos de eventos, sino su papel protagónico en los misterios centrales de nuestra fe y, por ende, de la historia de la salvación.
Los Ángeles son protagonistas en la historia de la salvación, por ello ¿cómo dejarlos de lado?.
Si bien es cierto que el mensaje de la salvación se dirige a los hombres, esto no implica que los Ángeles no sean tenidos en cuenta. Ellos nos anuncian las grandes verdades centrales de nuestra fe.
Y este aspecto es necesario resaltar: Dios, en su plan salvífico, ha deseado que quienes nos transmitan los misterios de nuestra salvación sean los Santos Ángeles. Por ello San Juan Pablo II afirmaba, en la Audiencia General del 6 de Agosto de 1986, que la Iglesia presta un gran servicio al hombre al proponer con franqueza la verdad sobre los Ángeles.
Este papel de los Ángeles se enmarca dentro de una idea presente que G.K Chesterton afirma: “la base del cristianismo es que el hombre es sagrado”. Por ello, lo Ángeles están al servicio del hombre.
En este evento, en que el Ángel anuncia la resurrección de Nuestro Señor, se anuncia una nueva creación. Como lo ha dicho el Papa Benedicto XVI el 25 de Abril de 2011: “La Resurrección del Señor implica una renovación de nuestra condición humana”. Esta renovación implica, de acuerdo a Nuestro Señor, el “ser como ángeles son hijos de Dios, siendo hijos de la resurrección” (Lc. 20, 36).
De esta manera la presencia del Ángel en la resurrección nos pone de presentes el que seremos como ángeles y nos ayuda a entender lo qué es la resurrección.
En efecto, los Santos Ángeles son aquellos que ven constantemente el rostro de Dios que está en los cielos (cfr. Mt. 18, 10), seres llenos de luz, así los vieron las mujeres que van al sepulcro, y esa luz viene del amor de Dios.
Ese amor que no se apaga, que brilla y resplandece siempre es lo que nos da la resurrección. Como afirmó el Papa Benedicto XVI al celebrar la Vigilia Pascual de 2006: “La mera indestructibilidad del alma, por sí sola, no podría dar un sentido a una vida eterna, no podría hacerla una vida verdadera. La vida nos llega del ser amados por Aquél que es la Vida; nos viene del vivir con Él y del amar con Él”.
Es este amor el que nos transmiten los Santos Ángeles y nos dicen en nuestras noches oscuras: No está en el sepulcro, ese Amor vive, se encuentra vivo. No lo busquemos entre los muertos sino que está vivo.
La resurrección entonces es un acontecimiento que abarca a Ángeles y hombres.

Unámonos a nuestros ángeles para participar de este amor trasformado, unámonos a ellos para ver que Jesús está vivo y para junto con ellos, celebrar el triunfo de Jesús sobre la muerte.
PADRE ANTONIO MARÍA CÁRDENAS ORC

CARTA ENCÍCLICA «DIVES IN MISERICORDIA» DE JUAN PABLO II SOBRE LA MISERICORDIA DIVINA, 1980

La Iglesia debe profesar y proclamar la misericordia divina en toda su verdad, cual nos ha sido transmitida por la revelación. [...]

En la vida cotidiana de la Iglesia la verdad acerca de la misericordia de Dios, expresada en la Biblia, resuena cual eco perenne a través de numerosas lecturas de la Sagrada Liturgia. La percibe el auténtico sentido de la fe del Pueblo de Dios, como atestiguan varias expresiones de la piedad personal y comunitaria. Sería ciertamente difícil enumerarlas y resumirlas todas, ya que la mayor parte de ellas están vivamente inscritas en lo íntimo de los corazones y de las conciencias humanas. Si algunos teólogos afirman que la misericordia es el más grande entre los atributos y las perfecciones de Dios, la Biblia, la Tradición y toda la vida de fe del Pueblo de Dios dan testimonios exhaustivos de ello. No se trata aquí de la perfección de la inescrutable esencia de Dios dentro del misterio de la misma divinidad, sino de la perfección y del atributo con que el hombre, en la verdad intima de su existencia, se encuentra particularmente cerca y no raras veces con el Dios vivo. Conforme a las palabras dirigidas por Cristo a Felipe, « la visión del Padre »—visión de Dios mediante la fe—halla precisamente en el encuentro con su misericordia un momento singular de sencillez interior y de verdad, semejante a la que encontramos en la parábola del hijo pródigo.

« Quien me ha visto a mí, ha visto al Padre ». La Iglesia profesa la misericordia de Dios, la Iglesia vive de ella en su amplia experiencia de fe y también en sus enseñanzas, contemplando constantemente a Cristo, concentrándose en EL, en su vida y en su evangelio, en su cruz y en su resurrección, en su misterio entero. Todo esto que forma la « visión » de Cristo en la fe viva y en la enseñanza de la Iglesia nos acerca a la « visión del Padre » en la santidad de su misericordia.

PPC lanza la web www.pastoralescolar.com. Una propuesta educativa y pastoral integral

La web se integra en el proyecto ‘Jesús contigo'
La editorial PPC y SM ponen en marcha la web www.pastoralescolar.com, un nuevo espacio digital para los educadores y agentes de pastoral de la Escuela Católica que buscan recursos para acompañar a niños y jóvenes en su crecimiento en la fe y quieren formarse en esta tarea.
La web se integra en el proyecto ‘Jesús contigo', una propuesta educativa y pastoral integral. Esta oferta está dirigida a alumnos, educadores y familias de Infantil, Primaria y Secundaria. Es una propuesta abierta a todas las dimensiones de la persona e innovadora, en tanto que aúna las tecnologías y las nuevas metodologías aplicadas a la pastoral escolar.
El objetivo de este espacio web es dar a conocer el proyecto de PPC y SM a los educadores y responsables de pastoral de los colegios religiosos y laicos. En él encontrarán formación y capacitación específica, así como una asesoría pastoral que ayuda en todos los aspectos de la Pastoral Escolar que necesitan las instituciones educativas.
Para conocer en profundidad el proyecto ‘Jesús contigo', para solicitar el servicio de asesoría o de formación, para saber más sobre los materiales digitales de pastoralescolar o para descubrir la oferta específica de PPC, la web es la herramienta perfecta.
Los interesados pueden ponerse en contacto con la editorial a través de un breve formulario, y recibirán de regalo ‘21 ideas creativas de pastoral' y un número especial de la revista ‘Imágenes de la fe' dedicado de manera monográfica a la pastoral escolar y a presentar las claves de este proyecto.
Os esperamos a todos en este nuevo espacio pastoral.


(PPC Editorial).-

Homilía del Papa: los cristianos deben ser hombres y mujeres del "sí"

 Preguntémonos si somos hombres del sí o si dirigimos la miramos la mirada hacia otra parte para no responder. Es uno de los pasajes de la homilía matutina del Papa Francisco celebrada en la capilla de la Casa de la Santa Marta, tras la pausa por las festividades pascuales. Inspirándose en la Solemnidad de la Anunciación, el Santo Padre subrayó que es precisamente el “sí” de María, el que abre la puerta al “sí” de Jesús.  


Abraham obedece a Dios, diciendo “sí” a su llamada y parte de su tierra sin saber adónde debía llegar. El Pontífice centró su homilía sobre la “cadena de los sí” que inicia con Abraham. Y partiendo de la Solemnidad de la Anunciación, Francisco recordó a esa “humanidad de hombres y mujeres” que aun siendo “ancianos”, como Abraham y Moisés, “dijeron sí a la esperanza del Señor”. A la vez que invitó a pensar en Isaías,  quien responde que sus labios son impuros, cuando Dios le pide que vaya a decir las cosas al pueblo.

El sí de María abre la puerta al sí de Jesús

El Papa también afirmó que el Señor “purifica los labios de Isaías, ¡e Isaías dice sí!”. Y añadió que esto mismo vale para Jeremías, quien consideraba que no sabía hablar, pero después también dice “sí” al Señor.
“Y hoy el Evangelio nos habla del final de esta cadena de los 'sí', pero que es el inicio de otro 'sí', que comienza  a crecer: el sí de María. Y este 'sí' hace que Dios, no sólo mire al hombre, no sólo camine con su pueblo, sino que se haga uno de nosotros y tome nuestra carne. El ‘sí’ de María que abre la puerta al 'sí' de Jesús: ‘Yo vengo para hacer Tu voluntad’, este ‘sí’ que va con Jesús durante toda su vida, hasta la Cruz”.
El Papa Bergoglio se detuvo de este modo sobre el “sí” de Jesús si bien le pide al Padre que aleje de él el cáliz. Y teniendo en cuenta que le respondió que “se haga Tu voluntad”, Francisco añadió que ahí vemos el “sí” de Dios”. Es más, “Él es el sí”.

En el “sí” de María está el “sí” de toda la historia de la Salvación

El Obispo de Roma dijo que éste es “un hermoso día para dar gracias al Señor por habernos enseñado este camino del “sí”, y también para pensar en nuestra vida”. Un pensamiento que elPapa dirigió de manera especial a algunos sacerdotes presentes en esta Misa, que celebran su 50º aniversario de ordenación:
“Todos nosotros, cada día, debemos decir ‘sí’ o ‘no’, y pensar si siempre decimos ‘sí’, o tantas veces nos escondemos, con la cabeza gacha, como Adán y Eva, para no decir ‘no’, sino para hacer un poco como que no se entiende… el que no entiende lo que Dios pide. Hoy es la fiesta del ‘sí’. En el ‘sí’ de María está el ‘sí’ de toda la historia de la Salvación, y comienza allí el último ‘sí’ del hombre y de Dios”.

Preguntémonos si somos hombres y mujeres del “sí”

Allí – añadió el Papa – Dios recrea con un “sí” como cuando al inicio hizo al mundo y al hombre. Y ahora, con este “sí” “recrea el mundo maravillosamente, nos recrea a todos nosotros”. Es “el ‘sí’ de Dios  – dijo – el que nos santifica, el que nos hace ir adelante enJesucristo”:
“Es una jornada para dar gracias al Señor y para preguntarnos: ¿Yo soy un hombre o una mujer del ‘sí’ o soy un hombre o una mujer del ‘no’, o soy un hombre o una mujer que mira un poco hacia otra parte, para no responder? Que el Señor nos de la gracias de entrar en este camino de hombres y mujeres que han sabido decir ‘sí’”.
Al término de la homilía, las religiosas vicentinas que prestan su servicio en la Casa de Santa Marta renovaron sus votos. “Lo hacen cada año  – dijo el Papa – porque San Vicente era inteligente y sabía que la misión que les encomendaba era muy difícil y por eso quiso que cada año renovaran los votos”.
(María Fernanda Bernasconi - RV).
(from Vatican Radio)

HÁGASE EN MÍ SEGÚN TU PALABRA

Lectura del santo evangelio según san Lucas (1,26-38):

A los seis meses, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María.

El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.»

Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél.

El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia 
ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.»

Y María dijo al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?»

El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.»

María contestó: «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.»

Y la dejó el ángel.