domingo, 26 de junio de 2016

La vocación

Hoy es fácil encontrar el hilo conductor en las lecturas que nos propone la Liturgia. Se trata, sin duda, de la personalización de la llamada al seguimiento evangélico.
En la primera lectura, vemos que Elías elige a Eliseo, según le indica Dios: “El Señor dijo a Elías: -«Unge profeta sucesor tuyo a Eliseo, hijo de Safat, de Prado Bailén.» Entonces Eliseo, dejando los bueyes, corrió tras Elías y le pidió: -«Déjame decir adiós a mis padres; luego vuelvo y te sigo.» Elías le dijo: -«Ve y vuelve; ¿quién te lo impide?» (1Re).
Observamos una diferencia importante entre la tolerancia de Elías, que deja ir a Eliseo a despedirse de su padre, y la radicalidad de Jesús, que contesta con palabras al parecer incomprensibles al que le pide permiso para ir a enterrar a su padre: -«Sígueme.» É1 respondió: -«Déjame primero ir a enterrar a mi padre.» Le contestó: -«Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios.» (Lc)
Este contraste, sin duda, no es para afirmar que Jesús es insensible, sino para decir que el seguimiento de Elías es diferente del seguimiento del Maestro de Nazaret. Seguir a Jesús es vocación divina ante la que cabe exclamar: “El Señor es el lote de mi heredad y mi copa; mi suerte está en tu mano” (Sal).
La llamada de Jesús es identificativa y configuradora, crea unos vínculos mayores que la carne y la sangre; seguirlo a Él es el primer mandamiento, por lo que no se conculca el precepto de piedad de enterrar a los muertos, como no se quiebra el mandamiento de piedad con los padres cuando se abandona el hogar para formar una nueva familia.
La Palabra de Dios nos revela la prioridad que da el seguimiento a la opción de no anteponer nada al amor de Cristo. Y cuando se hace esta opción, el mismo Evangelio afirma que quien deja casa, familia, padres, bienes, recibirá cien veces más.
San Pablo acierta a definir lo que significa haber sido llamados por el Señor: “Hermanos, vuestra vocación es la libertad: no una libertad para que se aproveche la carne; al contrario, sed esclavos unos de otros por amor”. (Gál)
Solo Jesús, por su identidad divina, tiene autoridad para exigir la radicalidad de seguirlo, sin mirar a los lados.
Ángel Moreno de Buenafuente

Sin instalarse ni mirar atrás. José Antonio Pagola

Seguir a Jesús es el corazón de la vida cristiana. Lo esencial. Nada hay más importante o decisivo. Precisamente por eso, Lucas describe tres pequeñas escenas para que las comunidades que lean su evangelio, tomen conciencia de que, a los ojos de Jesús, nada puede haber más urgente e inaplazable.
Jesús emplea imágenes duras y escandalosas. Se ve que quiere sacudir las conciencias. No busca más seguidores, sino seguidores más comprometidos, que le sigan sin reservas, renunciando a falsas seguridades y asumiendo las rupturas necesarias. Sus palabras plantean en el fondo una sola cuestión:
¿Qué relación queremos establecer con él quienes nos decimos seguidores suyos?
Primera escena
Uno de los que le acompañan se siente tan atraído por Jesús que, antes de que lo llame, él mismo toma la iniciativa: «Te seguiré adonde vayas». Jesús le hace tomar conciencia de lo que está diciendo: «Las zorras tienen madrigueras, y los pájaros nido», pero él «no tiene dónde reclinar su cabeza».

Seguir a Jesús es toda una aventura. Él no ofrece a los suyos seguridad o bienestar. No ayuda a ganar dinero o adquirir poder. Seguir a Jesús es «vivir de camino», sin instalarnos en el bienestar y sin buscar un falso refugio en la religión. Una Iglesia menos poderosa y más vulnerable no es una desgracia. Es lo mejor que nos puede suceder para purificar nuestra fe y confiar más en Jesús.
Segunda escena
Otro está dispuesto a seguirle, pero le pide cumplir primero con la obligación sagrada de «enterrar a su padre». A ningún judío puede extrañar, pues se trata de una de las obligaciones religiosas más importantes. La respuesta de Jesús es desconcertante: «Deja que los muertos entierren a sus muertos: tú vete a anunciar el reino de Dios».

Abrir caminos al reino de Dios trabajando por una vida más humana es siempre la tarea más urgente. Nada ha de retrasar nuestra decisión. Nadie nos ha de retener o frenar. Los «muertos», que no viven al servicio del reino de la vida, ya se dedicarán a otras obligaciones religiosas menos apremiantes que el reino de Dios y su justicia.
Tercera escena
A un tercero que quiere despedir a su familia antes de seguirlo, Jesús le dice: «El que echa mano al arado y sigue mirando atrás no vale para el reino de Dios». No es posible seguir a Jesús mirando hacia atrás. No es posible abrir caminos al reino de Dios quedándonos en el pasado. Trabajar en el proyecto del Padre pide dedicación total, confianza en el futuro de Dios y audacia para caminar tras los pasos de Jesús.

¡Te seguiré adonde vayas!


Evangelio según San Lucas 9,51-62. 

Cuando estaba por cumplirse el tiempo de su elevación al cielo, Jesús se encaminó decididamente hacia Jerusalén 

y envió mensajeros delante de él. Ellos partieron y entraron en un pueblo de Samaría para prepararle alojamiento. 
Pero no lo recibieron porque se dirigía a Jerusalén. 
Cuando sus discípulos Santiago y Juan vieron esto, le dijeron: "Señor, ¿quieres que mandemos caer fuego del cielo para consumirlos?". 
Pero él se dio vuelta y los reprendió. 
Y se fueron a otro pueblo. 
Mientras iban caminando, alguien le dijo a Jesús: "¡Te seguiré adonde vayas!". 
Jesús le respondió: "Los zorros tienen sus cuevas y las aves del cielo sus nidos, pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza". 
Y dijo a otro: "Sígueme". El respondió: "Permíteme que vaya primero a enterrar a mi padre". 
Pero Jesús le respondió: "Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú ve a anunciar el Reino de Dios". 
Otro le dijo: "Te seguiré, Señor, pero permíteme antes despedirme de los míos". 
Jesús le respondió: "El que ha puesto la mano en el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios". 

Turquía acusa al Papa de tener "la mentalidad de los cruzados" por volver a denunciar el genocidio armenio


Turquía esperó más de 24 horas en reaccionar ante las palabras del Papa, este viernes, volviendo a recordar el "genocidio armenio", lo que indica que no quería que las palabras de Francisco generaran un nuevo conflicto diplomático. El año pasado, Ankara retiró a su embajador en el Vaticano y lo mantuvo alejado de sus funciones durante 10 meses.
"Por supuesto que la declaración del Papa es muy desafortunada", dijo a periodistas el viceprimer ministro turco, Nurettin Canikli. "Por desgracia, es posible ver todas las reflexiones y las huellas de la mentalidad de los Cruzados en las acciones del papado y del Papa".
Turquía acepta que muchos cristianos armenios que vivían en el Imperio Otomano murieron en los enfrentamientos con las fuerzas otomanas durante la Primera Guerra Mundial, pero discrepa en las cifras y niega que las muertes hayan sido orquestadas sistemáticamente y que constituyan un genocidio.
El viceprimer ministro turco llega incluso a decir que «la declaración del Papa no es objetiva y no es consistente con la realidad. Todos lo sabemos, el mundo entero lo sabe. Y los armenios también lo saben».
Según Canikli, tanto el reconocimiento del genocidio llevado a cabo el pasado 2 de junio por el Bundestag alemán como las referencias de Francisco el viernes y sábado en Armenia no se corresponden con los hechos históricos sino que «son declaraciones políticas, basadas en factores religiosos».
Por su parte, el portavoz vaticano, Federico Lombardi, recordó en la noche del viernes a los periodistas que acompañan la delegación vaticana que "el Papa usó la palabra genocidio para recordar la herida y sanarla, no para reabrirla y renovarla; es una memoria para construir reconciliación y paz en el futuro".
Francisco culminará hoy su viaje a Armenia con una oración en el Monasterio de Khor Virap, en la  frontera con Turquía, cerrada desde hace años. Allí tiene previsto soltar dos palomas de la paz.

Francisco: "Estamos llamados a construir y reconstruir, sin desfallecer, caminos de comunión"


 "Estamos llamados ante todo a construir y reconstruir, sin desfallecer, caminos de comunión, a construir puentes de unión y superar las barreras que separan". El Papa Francisco hizo esta mañana un llamamiento a apoyarse en tres bases para construir una vida cristiana auténtica: "Memoria, fe y misericordia".
La primera nación en declararse cristiana no es mayoritariamente católica. Apenas un 9,6% de la población -unos 280.000- forman parte de la Iglesia católica armenia, muy inferior a la dirigida por el patriarca armenio Karekin II, que intervino al comienzo de la Eucaristía. Un auténtico ejemplo de ecumenismo, como se encargó de predicar el propio Karekin en una histórica intervención ante decenas de miles de católicos. Y es que la unidad entre los seguidores de Jesús es, hoy, más posible que nunca. Con gestos, palabras y actos como el de esta mañana en la plaza Vartanants de Gyumri, la principal ciudad católica del país.
En su homilía, pronunciada en italiana y traducida al armenio, Francisco hizo suyas las palabras del profeta Isaías sobre la reconstrucción tras la devastación, y preguntó "¿Qué es lo que el Señor quiere que construyamos hoy en la vida?, y ante todo: ¿Sobre qué cimiento quiere que construyamos nuestras vidas?".
Para ello, el Papa propuso tres bases. "La primera base es la memoria. Una gracia que tenemos que pedir es la de saber recuperar la memoria, la memoria de lo que el Señor ha hecho en nosotros y por nosotros: recordar que, como dice el Evangelio de hoy, él no nos ha olvidado, sino que se «acuerda» (cf. Lc 1,72) de nosotros: nos ha elegido, amado, llamado y perdonado".
Una memoria personal, pero también una memoria colectiva, "la memoria del pueblo. Los pueblos, en efecto, tienen una memoria, como las personas. Y la memoria de vuestro pueblo es muy antigua y valiosa. En vuestras voces resuenan la de los santos sabios del pasado; en vuestras palabras se oye el eco del que ha creado vuestro alfabeto con el fin de anunciar la Palabra de Dios; en vuestros cantos se mezclan los llantos y las alegrías de vuestra historia".
"Pensando en todo esto, podéis reconocer sin duda la presencia de Dios: él no os ha dejado solos. Incluso en medio de tremendas dificultades, podríamos decir con el Evangelio de hoy que el Señor ha visitado a su pueblo", dijo el Papa, "dando testimonio, aun a costa de la sangre, de que el amor de Dios vale más que la vida".

Junto a la memoria, "la fe es también la esperanza para vuestro futuro, la luz en el camino de la vida". Ante ello, Francisco advirtió del peligro de "considerarla como algo del pasado, como algo importante, pero perteneciente a otra época, como si la fe fuera un libro miniado para conservar en un museo".
Sin embargo, "si se la relega a los anales de la historia, la fe pierde su fuerza transformadora, su intensa belleza, su apertura positiva a todos". Frente a ello, el Papa propuso "revivir todos los días este encuentro vivo con el Señor", a través de la oración y el encuentro que nos lleva a la alegría, "una alegría más fuerte que la tristeza, una alegría que resiste incluso ante el dolor, transformándose en paz".
La tercera base, después de la memoria y de la fe, "es el amor misericordioso", sobre la que "el rostro de la Iglesia se rejuvenece y se vuelve atractivo viviendo la caridad". Para el Papa Francisco, "el amor concreto es la tarjeta de visita del cristiano: otras formas de presentarse son engañosas e incluso inútiles, porque todos conocerán que somos sus discípulos si nos amamos unos a otros". Por ello, el Papa recalcó que "estamos llamados ante todo a construir y reconstruir, sin desfallecer, caminos de comunión, a construir puentes de unión y superar las barreras que separan".
Especialmente entre los creyentes, que tienen que dar ejemplo"colaborando entre ellos con respeto mutuo y con diálogo, a sabiendas de que «la única competición posible entre los discípulos del Señor es buscar quién es capaz de ofrecer el amor más grande»".
"Dios habita en el corazón del que ama; Dios habita donde se ama, especialmente donde se atiende, con fuerza y compasión, a los débiles y a los pobres. Hay mucha necesidad de esto: se necesitan cristianos que no se dejen abatir por el cansancio y no se desanimen ante la adversidad, sino que estén disponibles y abiertos, dispuestos a servir; se necesitan hombres de buena voluntad, que con hechos y no sólo con palabras ayuden a los hermanos y hermanas en dificultad; se necesitan sociedades más justas, en las que cada uno tenga una vida digna y ante todo un trabajo justamente retribuido", culminó el Papa, quien comprendió que muchos se pregunten "¿Cómo se puede ser misericordiosos con todos los defectos y miserias que cada uno ve dentro de sí y a su alrededor?".
Como respuesta, puso el ejemplo de san Gregorio de Narek, "palabra y voz de Armenia", un "maestro de vida, porque nos enseña que lo más importante es reconocerse necesitados de misericordia y después, frente a la miseria y las heridas que vemos, no encerrarnos en nosotros mismos, sino abrirnos con sinceridad y confianza al Señor".
Jesús Bastante

Regalan al Papa su retrato en una pieza de ámbar de un milímetro. Del microescultor Eduard Ter-Ghazaryan

El papa Francisco recibió este sábado durante su visita a Armenia un regalo singular, suretrato en ámbar en una pieza que su autor, el microescultor Eduard Ter-Ghazaryan, asegura que es el más pequeño del mundo hecho del pontífice.
El Papa argentino recibió la pieza de manos del católicos armenio Karekin II y en presencia de Ter-Ghazaryan en un acto que se celebró en la sede de la Iglesia Apostólica Armenia de Etchmiadzin.
"Al estudiar el regalo con ayuda de una lupa, el Papa se rió con espontaneidad y agradeció el obsequio", dijo a Efe Ter-Ghazaryan tras la entrega.
La obra, que le llevó tres meses de trabajo, mide tan solo un milímetro y está incluida en el interior de una lupa de mano para poder apreciar su detalle.
El artista explicó que se sintió inspirado por el viaje del papa Francisco a Armenia y tuvo la idea de agasajarle con algo hecho con sus propias manos.
"Lo hablé también con los jerarcas de la Iglesia Apostólica Armenia", precisó el microescultor.
En cuanto al material del retrato, el ámbar, Ter-Ghazaryan dijo que lo eligió por el color amarillo porque "coincide con el color de la bandera del Vaticano y también simboliza el sol".
El microescultor armenio es nieto de Eduard Ter-Ghazaryan padre, un renombrado artista quien introdujo el arte de la miniatura en la antigua Unión Soviética.
(RD/Agencias)

Francisco reconoce que "el martirio ha sido un elemento constante en la historia de vuestro pueblo"

No pronunció la palabra "genocidio". Al menos, por el momento. Pero Francisco sí reconoció que el "martirio" es elemento constitutivo del pueblo armenio, desde sus inicios al momento presente. Desde el siglo III, cuando se convirtió en el primer pueblo que abrazó la fe en Jesús cuando Roma todavía perseguía cristianos, a la actualidad, "el martirio ha sido un elemento constante en la historia de vuestro pueblo".
Armenia es considerado el primer país en declararse cristiano del mundo. Por ello, no fue casualidad que el primer destino del Papa fuera la visita a la catedral apostólica de Erevan, donde le esperaban miles de fieles, que organizaron un improvisado pasillo a la comitiva papal. En un rezo conjunto con el Patriarca supremo de la Iglesia apostólica armenia, Karekin II, en la primera catedral construida de la que se tiene constancia (algunos de los edificios del complejo datan del siglo IV).
Junto a Karenin, Francisco comenzó declarando su "emoción" por cruzar el umbral de la ctedral, "testigo de la historia de vuestro pueblo". "Considero un don precioso de Dios el poder acercarme al santo altar desde el cual se difunde la luz de Cristo en Armenia", inicó Francisco, agradeciendo al Cathólicos "haberme acogido en su casa; este elocuente signo de amor dice, mucho más que las palabras, lo que significan la amistad y la caridad fraterna".
Su primer discuros en tierras armenias fue de agradecimiento a un pueblo que tiene en la fe "su identidad peculiar". "Cristo es vuestra gloria, vuestra luz, el sol que os ha iluminado y dado una nueva vida, que os ha acompañado y sostenido, especialmente en los momentos de mayor prueba", apuntó el Papa, recordando cómo desde el año 301, Armenia fue la primera nación "en acoger el cristianismo como su religión, en un tiempo en el que todavía arreciaban las persecuciones en el Imperio Romano".
"La fe en Cristo no ha sido para Armenia como un vestido que se puede poner o quitar en función de las circunstancias o conveniencias, sino una realidad constitutiva de su propia identidad, un don de gran valor que se debe recibir con alegría, y custodiar con atención y fortaleza, a precio de la misma vida", subrayó el Pontífice. "Que el Señor os bendiga por este testimonio luminoso de fe, que muestra de manera ejemplar la poderosa eficacia y fecundidad del bautismo recibido hace más de mil setecientos años con el signo elocuente y santo del martirio, que ha sido un elemento constante en la historia de vuestro pueblo".
Al tiempo, agradeció el camino emprendido por católicos y apostólicos armenios, "a través de un diálogo sincero y fraterno, con el fin de llegar a compartir plenamente la mesa eucarística. Que el Espíritu Santo nos ayude a realizar esa unidad por la cual pidió Nuestro Señor, para que sus discípulos sean uno y el mundo crea".
"El mundo, desgraciadamente, está marcado por las divisiones y los conflictos, así como por formas graves de pobreza material y espiritual, incluida la explotación de las personas, incluso de niños y ancianos, y espera de los cristianos un testimonio de mutua estima y cooperación fraterna, que haga brillar ante toda conciencia el poder y la verdad de la resurrección de Cristo", apuntó Bergoglio, quien animó a un "compromiso paciente y renovado hacia la plena unidad", vivida "en la caridad y en la mutua comprensión".
En este punto, animó a que el espíritu ecuménico impida "la instrumentalización y la manipulación de la fe, porque obliga a redescubrir las genuinas raíces, a comunicar, defender y propagar la verdad en el respeto de la dignidad de todo ser humano y con modos que trasparenten la presencia de ese amor y de aquella salvación, que se quiere difundir". Todo ello para ofrecer "un convincente testimonio de que Cristo está vivo y operante, capaz de abrir siempre nuevas vías de reconciliación entre las naciones, las civilizaciones y las religiones. Se confirma y se hace creíble que Dios es amor y misericordia".
Jesús Bastante

El Papa clama en silencio ante el horror del genocidio armenio en el memorial de Tzitzernakaberd. "Aquí rezo, con el dolor en el corazón, para que nunca más haya tragedias como ésta"


El memorial de Tzitzernakaberd es un lugar silencioso, pulcro, que invita al recogimiento. Una gran aguja preside un monumento circular, abierto, que recuerda a Yad Vashem, en Israel, o a Stonehenge. Un homenaje a los muertos, sobrecogedor, al que llegó el Papa Francisco, acompañado por el Cathólicos y el presidente de Armenia. Al lado, algunos de los descendientes de los supervivientes del, ayer volvió a decirlo, "genocidio armenio", que ahora hace un siglo masacró a 1,5 millones de personas.
Francisco se detuvo a orar, en silencio, pese a que el maestro de ceremonias se empeñó en hacer sonar el himno vaticano, frente a una corona de flores con los colores de la Santa Sede. Una oración durante la que todo lo que había alrededor desapareció. Tuvo que venir un funcionario a tocarle el brazo para indicarle que, desde hacía un rato, sus interlocutores estaban esperando para ayudarle a bajar unos empinados escalones, hasta el fuego circular, donde tuvo lugar una emotiva oración ecuménica por los fallecidos.
Karekin y Francisco, como iguales, dirigieron una ofrenda adornada con bellísimos cantos armenios y un profundo respeto. Se advertíatristeza y emoción en los presentes, que depositaron junto al fuego varias flores. Católicos y armenios unidos contra la muerte y el horror que hoy, un siglo después, sigue amenazando las puertas del mundo ya mal llamado civilizado. Al frente, el monte Ararat, donde según la Biblia atracó el arca de Noé tras el diluvio. Un monte sagrado en Armenia que, cosas de la vida, se encuentra en la vecina Turquía.
Después del acto, Francisco se trasladó en los ya habituales carritos de golf blancos hasta un pequeño "bosque de los justos", en el que plantó un árbol en memoria de los muertos por la injusticia y la sinrazón. Ayer, en Armenia. Hoy, en las playas y las fronteras de la misma Europa que cada vez se reconoce menos en el espejo de lo que quiso llegar a ser. Tras esto, firmó en el libro de condolencias del memorial.
"Aquí rezo, con el dolor en el corazón, para que nunca más haya tragedias como ésta", comenzaba el texto preparado por la Santa Sede, que el Papa llevaba escrito de su puño y letra y al que añadió alguna frase.
"Que la humanidad no olvide y sepa vencer con el bien el mal (...). La memoria no se diluye ni olvida; memoria es fuente de paz y de futuro", fueron algunas de las frases escritas por Bergoglio, quien posteriormente compartió recuerdos con una decena de los hijos y nietos de quienes, en su tiempo, tuvieron que huir, y fueron acogidos por Benedicto XV y Pío XI en Castel Gandolfo.
Tras esta primera parada de la mañana, Francisco se desplazará a Gyumri, donde reside lagran parte de los católicos de Armenia, que son una minoría del 9,6 % de la población frente a la religión oficial, los cristianos de la Iglesia Gregoriana Apostólica, liderada por el patriarca Karekin II.
En esta ciudad septentrional oficiará la única misa de estos tres días de viaje a Armenia y será además al aire libre, una novedad en los rituales de este país. Tendrá lugar en la plaza Vartanans y después acudirá al convento de las Hermanas armenias de la Inmaculada Concepción, que gestionan un orfanato en la ciudad.
También visitará la catedral apostólica de las Siete Plagas y la católica de los Santos Mártires para después dirigirse al aeropuerto y regresar a la capital, Ereván, donde tendrá lugar un encuentro ecuménico de oración por la paz.
Jesús Bastante