sábado, 11 de julio de 2015

"Contemplando la vida de la Virgen nos sentimos comprendidos", dijo el Papa en la Misa en Caacupé

“Estamos hoy como el Pueblo de Dios, a los pies de nuestra Madre a darle nuestro amor y fe”. Luego de visitar el Hospital pediátrico “Niños de Acosta Ñú” de Asunción, el Santo Padre se dirigió hacia la Explanada del Santuario mariano de Caacupé, donde miles de fieles esperaban deseosos y alegres la llegada del Padre y Pastor de la Iglesia Universal, y en donde el intendente de Caacupé entregó al Pontífice las llaves de la ciudad.
Posteriormente el Papa se dirigió al interior de la Basílica donde presidió la Santa Misa votiva de la Inmaculada Concepción de los Milagros.
“Estar aquí con ustedes es sentirme en casa, a los pies de nuestra Madre la Virgen de los Milagros de Caacupé” fueron las primeras palabras que el Sucesor de Pedro dirigió al pueblo paraguayo en su homilía; “en un  santuario los hijos nos encontramos con nuestra Madre y entre nosotros recordamos que somos hermanos”.
La reflexión del Obispo de Roma, que partió del episodio de la Anunciación, se centró en el «sí» de María. Aquel «sí» al sueño, al proyecto y a la voluntad de Dios. Un «sí» que “no fue fácil”, señaló el Pontífice, con la memoria presente en el nacimiento de Jesús, cuando «no había lugar para ellos», en la huida a Egipto, en la muerte en la cruz. El Vicario de Cristo explicó que “contemplando la vida de la Virgen nos sentimos comprendidos” y “podemos identificarnos en muchas situaciones de su vida”, porque con María, dijo, la primera discípula de Jesucristo, “que ha estado y está” en nuestros hospitales, en nuestras escuelas, en nuestras casas, trabajos y caminos, “en la formación de la Patria”, “sabemos que no vamos solos”, remarcó el Papa.
Dirigiéndose a las madres paraguayas el Santo Padre reconoció que también ellas, como María, “han vivido situaciones muy difíciles”, y que con su ejemplo supieron “levantar un País derrotado, hundido, sumergido por la guerra”. “Dios bendiga a la mujer paraguaya, la más gloriosa de América”, reiteró el Pontífice.
Aquel anuncio del Ángel, «Alégrate, el Señor está contigo» es “un llamado”, explicó el Papa, “a no perder la memoria, las raíces y los muchos testimonios que han recibido de pueblo creyente y jugado por sus luchas”. Y exhortando al pueblo paraguayo a “primerear en el amor” tal como lo hacía Jesús, a ser “portadores de esta fe” y “forjadores de este hoy y mañana paraguayo”, el pontífice finalmente los invitó a repetir todos juntos ante la imagen de María: «en tu Edén de Caacupé, es tu pueblo Virgen pura que te da su amor y fe». 

(GM - RV)