El santo padre Francisco respondiendo a las preguntas que le hicieron en su visita a Villa Nazareth este domingo 19 de junio, señaló que en su vida tuvo crisis de fe, también siendo Papa, y que la tentación es un riesgo que debe transformarse en una oportunidad. Significa que no se está anclado en la orilla sino que se parte mar adentro.
Tras esta pregunta que le hicieron, una de las siete del encuentro, el Papa dijo: «Tú has hecho una pregunta muy personal, ¿he? Y yo tengo que elegir si respondo la verdad o si hago una telenovela che sea bella y basta», señaló.
Y tras responder la primera parte de la pregunta sobre el martirio de las comunidades cristianas en Oriente Medio, y del martirio diario de quien quiere ser fiel a su vocación, entró en esta parte de la respuesta.
Sonriendo y con tono de broma el Santo Padre dijo: «¡Es una pregunta desfachatada!», y repitió la pregunta: «¿Se ha encontrado alguna vez en crisis con su fe? ¡Esta es una pregunta que le hacen al Papa!, tienen coraje ¿eh? repitió. ¿Dónde y cómo encontró el coraje de retomar, de no cansarse y de proseguir en su mandato de laico antes y de consagrado hoy?».
«Tantas veces –confió Francisco– me encuentro en crisis con la fe. Algunas veces incluso tuve la desfachatez de reprender a Jesús: ‘¿pero por qué permites esto?’. Y también de dudar». Además de la tentación: «¿Pero, esto será la verdad o será un sueño?», tentación que se vuelve a proponer siendo «muchacho, seminarista, sacerdote, obispo y papa», dijo.
«¿Pero cómo el mundo sigue así, si tú has dado tu vida? ¿No será una ilusión, un pretexto para contentarse?» es la insidia que se repite y el Santo Padre explica que «a un cristiano que no ha sentido esto alguna vez, o que la fe no haya entrado en crisis, le falta algo, es un cristiano que se contenta con un poco de mundanidad y así va adelante en la vida».
«Me han dicho, porque yo no conozco el idioma chino, con los idiomas tengo tanta dificultad como pueden ver... Me dijeron que la palabra ‘crisis’ en chino se hace con dos ideogramas: uno es el de riesgo y el otro el de oportunidad».
«Es verdad uno entra en crisis, como cuando Jesús le dijo a Pedro que el diablo lo pondría en crisis como se hace con el grano. Y tantas veces el diablo, la vida, el prójimo, nos ponen a saltar como el grano. Existe un peligro en el sentido malo, pero es una oportunidad», dijo.
«El cristiano –señaló el pontífice– y esto lo he aprendido, no tienen que tener miedo de entrar en crisis, es un signo de que va adelante, que no se está anclado en la orilla del río o del mar, que se emboca el mar abierto y se va adelante».
Añadió además que están «las incoherencias y la crisis del propio pecado que nos avergüenza tanto». Y planteó cómo hacer para no cansarse: «Es una gracia y hay que pedirla al Señor: ¡Señor que no me canse. Dadme la gracia de la paciencia, de ir adelante, de esperar que venga la paz!».