Queridos hermanos y hermanas:
Como saben, fui como peregrino a Tierra
Santa. Doy gracias a Dios y a cuantos lo han hecho posible. Esta peregrinación
tenía tres propósitos: El primero, conmemorar el encuentro del Papa Pablo VI y
del Patriarca Atenágoras, hace 50 años, un gesto profético en el arduo pero
esperanzador camino hacia la unidad de los cristianos. Con tal motivo, junto al
actual Patriarca de Constantinopla, Su Santidad Bartolomé, hemos rezado
pidiendo al Buen Pastor la fuerza necesaria para proseguir con tesón hacia la
plena comunión.
El segundo propósito ha sido animar el proceso de paz en Oriente Medio. He querido llevar a todos en el corazón, exhortándolos a ser artesanos de la paz y agradeciendo a las autoridades los esfuerzos en favor de los refugiados y su compromiso por apaciguar los conflictos. Además, he invitado a los presidentes de Israel y de Palestina a venir al Vaticano, para rezar juntos por la paz.
El tercer propósito ha sido confirmar en la fe a las comunidades cristianas, que sufren tanto, y expresarles la gratitud de la Iglesia por su valiente presencia en Oriente Medio y su impagable testimonio de esperanza y caridad.
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España, México, Argentina y otros países latinoamericanos. Invito a todos a pedir al Señor por nuestros hermanos de Tierra Santa, por la paz en Oriente Medio y por la unidad de los cristianos. Muchas gracias.«¡Qué bueno y agradable es que los hermanos vivan unidos!»También en sus saludos a los miles de peregrinos de todo el mundo que participaron en su audiencia general de este miércoles, el Papa Francisco hizo resonar su constante invitación a rezar y a trabajar por la paz en Tierra Santa y en todo Oriente Medio. Alentando asimismo a que la oración sostenga a todos en el camino hacia la unidad plena de la Iglesia.
Tras reiterar que su Viaje Apostólico a Tierra Santa ha sido una gracia para él y para toda la Iglesia, destacó que pudo alentar asimismo a tantas personas que sufren por conflictos, discriminaciones y por causa de su fe en Cristo. «¡Qué bueno y agradable es que los hermanos vivan unidos!», destacó el Obispo de Roma, con el salmo 133, dirigiéndose a los hermanos y hermanas de lengua árabe, en particular, a los provenientes de Jordania y de Tierra Santa. Y les agradeció por su generosa y afectuosa acogida, asegurándoles - una vez más - que los lleva siempre en su corazón y en sus oraciones, pidiendo al Señor para ellos un bien abundante, una prosperidad continua y una paz duradera.
El Papa Francisco agradeció a los peregrinos polacos y a cuantos con su oración lo han sostenido espiritualmente en los días de su Peregrinación a Tierra Santa y pidió que sigan rezando por todos los que residen en la tierra de Jesús y en todo Oriente Medio: ¡que esta región del mundo pueda gozar la paz y la fraternidad que nuestro Señor Jesucristo nos ha donado a todos!
En vísperas ya de concluir el mes mariano de mayo, dirigiéndose a los jóvenes, enfermos y recién casados, el Santo Padre deseó a los queridos jóvenes «que la Madre de Dios sean su refugio en los momentos más difíciles». A los queridos enfermos, «que los sostenga, para que afronten con valentía su cruz cotidiana». Y, a los queridos recién casados «que sea su referencia, para que sus familias sean hogares de oración y comprensión recíproca».
(CdM - RV)