Recordar
la primera vez que sentimos a Jesús a nuestro lado y ver en los Evangelios cómo
Jesús encuentra a la gente. Reiterando que Jesús nunca olvida el día en que nos
encontró por primera vez, alentó a pedir a Dios ‘la gracia de la memoria’ para
recordar siempre, precisamente, nuestro encuentro con Jesús, que es único para
cada uno, es el primer amor.
En su homilía de la Misa matutina en la Capilla de la Casa de
Santa Marta, el Santo Padre hizo hincapié en que Jesús elige un encuentro, como
forma de cambiar la vida de los demás. Juan y Andrés, que pasan con el Maestro
toda la velada. Simón que se vuelve la ‘piedra’ de la nueva comunidad. La
Samaritana, el leproso, que regresa para agradecer por haber sido sanado, la
mujer que queda sanada al tocar la túnica de Cristo.
El primer encuentro
Evocando, con la liturgia del día, el encuentro, cerca de
Damasco, de Jesús con Saulo, que de persecutor anticristiano se vuelve Apóstol,
el Papa se refirió a los encuentros con el Señor. Encuentros decisivos que
deben llevar al cristiano a no olvidar nunca el primer momento en que
percibimos la cercanía de Jesús a nuestro lado:
«Él nunca olvida, pero nosotros olvidamos nuestro encuentro con
Jesús. Y ésta sería una bella tarea para hacer en casa: pensar en cuándo sentí
al Señor cerca de mí, de verdad. ¿Cuándo sentí que debía cambiar de vida, o ser
mejor, o perdonar a una persona? ¿Cuándo sentí al Señor que me pedía algo?
¿Cuándo encontré al Señor? Porque nuestra fe es un encuentro con Jesús. Éste es
el fundamento de nuestra fe: he encontrado a Jesús como Saulo hoy».
La memoria de cada día
Preguntémonos sinceramente, aconsejó una vez más el Obispo de
Roma: ¿cuándo Señor me dijiste algo que cambió mi vida o me invitaste a dar ese
paso en mi vida?:
«Ésta es una bella oración y les recomiendo que la recen cada
día. Y cuando te acuerdas, te alegras con eso, con ese recuerdo que es un
recuerdo de amor. Otra bella tarea es la de leer los Evangelios y ver tantas
historias. Ver cómo Jesús encuentra a la gente, cómo elige a los apóstoles,
cómo hay tantos encuentros con Jesús allí. Quizá alguno se parezca al mío. Cada
uno tiene el suyo».
No olvidemos nunca el primer
amor
Para Cristo su relación con nosotros es de predilección, es una
relación de amor, una relación de ‘tú y yo’, volvió a subrayar el Papa:
«Rezar para pedir la gracia de la memoria: Señor ¿cuándo fue ese
primer encuentro, ese primer amor? Para no escuchar ese reproche que dirige el
Señor, en el Apocalipsis: debo reprocharte que hayas olvidado el primer amor»
(CdM – RV)