lunes, 13 de julio de 2015

Estas son algunas de la frases más impactantes de Francisco en Latinoamérica:

LA ECONOMÍA
En Ecuador: "Un pobre que muere de frío y de hambre hoy no es noticia, pero si las bolsas de las principales capitales del mundo bajan dos o tres puntos se arma el gran escándalo mundial".
En Bolivia: "Digámoslo sin miedo: queremos un cambio real, un cambio de estructuras", una "economía al servicio de los pueblos", dijo, y condenó "el actual sistema" imperante, "que ya no lo aguantan los campesinos, los trabajadores, las comunidades y los pueblos".
En Paraguay: "Un desarrollo económico que no tiene en cuenta a los más débiles y desafortunados, no es verdadero desarrollo. La medida del modelo económico ha de ser la dignidad integral del ser humano, especialmente el más vulnerable e indefenso".
A empresarios, políticos, economistas, les pidió "no ceder al modelo económico idólatra que necesita sacrificar vidas humanas en el altar del dinero y la rentabilidad".
LOS JÓVENES
En Paraguay, durante un encentro ante cientos de miles de jóvenes reunidos en Asunción al cierre de su gira, dijo: "Necesitamos jóvenes con esperanza y fuertes de espíritu, no jóvenes debiluchos, que ni sí ni no (indecisos). No queremos jóvenes que se cansen rápido, y que estén con cara de aburridos".
"Hagan lío, pero organícenlo bien".
LA COLONIZACIÓN
En Santa Cruz, Bolivia, pidió "humildemente perdón, no sólo por las ofensas de la propia Iglesia sino por los crímenes contra los pueblos originarios durante la llamada conquista de América".
"Se han cometido muchos y graves pecados contra los pueblos originarios de América, en nombre de Dios".
GENOCIDIO


En Bolivia: "Hoy vemos con espanto como en Medio Oriente y otros lugares del mundo se persigue, se tortura, se asesina a muchos hermanos nuestros por su fe en Jesús. Eso también debemos denunciarlo: dentro de esta tercera guerra mundial en cuotas que vivimos, hay una especie de genocidio en marcha que debe cesar".
LAS IDEOLOGÍAS
En Paraguay: "Las ideologías terminan mal, no sirven, no asumen al pueblo. Por eso, fíjense, en el siglo pasado en qué terminaron las ideologías: en dictaduras siempre".
LA CORRUPCIÓN
En Paraguay, Francisco denunció la corrupción como "la gangrena del pueblo".
"Otro método que no da libertad es el chantaje y eso es siempre corrupción", agregó y recalcó que es un fenómeno que se repite "en todos los pueblos del mundo".
LAZOS IGLESIA-POBLACIÓN
En Bolivia, pidió a la Iglesia que no caiga en el "Alzheimer espiritual" y olvide sus orígenes modestos y se comporte como "casta" desconectada de los más pobres.
Llamó también a lanzar "una revolución" para evangelizar América, "un grito" para "sanar las heridas" y "construir puentes".
MEDIO AMBIENTE
En Ecuador: "Hay algo que es claro, no podemos seguir dándole la espalda a nuestra realidad, a nuestros hermanos, a nuestra madre Tierra".
"La explotación de los recursos naturales, tan abundantes en el Ecuador, no debe buscar beneficio inmediato. Ser administradores de esta riqueza, que hemos recibido, nos compromete con la sociedad en su conjunto y con las futuras generaciones, a las que no podremos legar este patrimonio sin un adecuado cuidado del medio ambiente".
LAS MUJERES
En Paraguay: "Quiero reconocer con emoción y admiración el papel jugado por la mujer paraguaya durante los momentos dramáticos de la Historia" de su país. "Han llevado el paso más grande, han sabido sacar adelante a sus familias y a su país", expresó en referencia a la Guerra de la Triple Alianza que enfrentó a Argentina, Brasil y Uruguay entre 1864 y 1870 y diezmó la población paraguaya.
LA CÁRCEL
En Bolivia, al dirigirse a los presos se presentó como "un hombre perdonado", "salvado de sus numerosos pecados".
 Fuente: Religión digital


"Solidaridad hermanos, para defender la fe", el Papa a los habitantes de Bañado Norte

 Este domingo 12 de julio el Papa Francisco se dirigió muy temprano a Bañado Norte, uno de los asentamientos más pobres de la capital, una zona pantanosa a causa de las periódicas inundaciones que sufre por el desbordamiento del cercano río Paraguay.
Allí, en el campo de deportes, ante la capilla de San Juan Bautista, el Sucesor de Pedro dirigió sus palabras a los miles de habitantes que esperaban su llegada con el corazón desbordante de alegría y la mirada llena de esperanza.
Con su pensamiento en la Sagrada Familia de Belén, el Papa se detuvo primero en las figuras de María y José, quienes tuvieron que dejar su lugar para ir a una tierra donde no conocían a nadie, sin casa ni familia, a merced de las inclemencias del tiempo, en donde tuvieron a Jesús. 
Cuando los pastores, “personas igual que ellas” supieron del nacimiento del niño, señaló el Papa, “se acercaron”, se hicieron “prójimos” “vecinos”, volviéndose también ellos “la familia de Jesús”.
Eso es lo que sucede “cuando Jesús aparece en nuestra vida” indicó el Santo Padre, es lo que “despierta la fe”, que, a su vez, despierta “el compromiso” y “la solidaridad”. 
“La fe que despierta Jesús es una fe con capacidad de soñar futuro y de luchar por eso en el presente”.
Sigan “siendo misioneros”, alentó finalmente el Vicario de Cristo, “contagiando con su fe esas calles y pasillos, haciéndose próximos en especial de “los más jóvenes y ancianos”, siendo “soporte de las familias” y de “todos aquellos que estén pasando por momentos de dificultad”. 

Jesús dame un corazón libre, solidaridad entre hermanos, esperanza y fortaleza, aliento del Papa a la juventud

Entusiasmo, alegría, diálogo, fe y oración compartida con el alma, en el encuentro del Papa Francisco en la fiesta multitudinaria con los jóvenes, broche de oro de su Viaje, en la Bahía del Río Paraguay, en la Costanera, que bordea la Ciudad de Asunción.

Empezó con cantos y bailes, luego el testimonio de dos jóvenes, Manuel y Liz, y el pedido de otro joven, Orlando, compartiendo con el Obispo de Roma sus anhelos y sus sueños, sus frustraciones y preocupaciones. Y, con las las suyas, las de todos los jóvenes. Todo adornado con la espontaneidad juvenil y con la espontaneidad llena de cariño paternal del Papa. Dejando de lado el discurso preparado les habló, dialogando con ellos y rezando con ellos.

Empezó con lo que le pidió Orlando, después de haber leído el Evangelio: «Te pido que reces por la libertad de cada uno de nosotros». «Es la bendición que pedimos ahora todos juntos: la libertad», dijo el Papa invitando a unirse a su ruego:

«Repitan conmigo: Señor Jesús, dame un corazón libre. Que no sea esclavo de todas las trampas del mundo. Que no sea esclavo de la comunidad, del engaño. Que no sea esclavo de la buena vida. Que no sea esclavo de los vicios. Que no sea esclavo de una falsa libertad, que es hacer lo que me gusta en cada momento”. Gracias, Orlando por hacernos caer en la cuenta de que tenemos que pedir un corazón libre. ¡Pídanlo todos los días!»

Luego, el Papa destacó el testimonio de Liz, que cuida a su mamá y a su abuela que están enfermas y dependen totalmente de ella, que las atiende con amor:
«Liz cumple el cuarto Mandamiento: “Honrarás a tu padre y a tu madre”. Liz muestra su vida, ¡la quema!, en el servicio a su madre. Es un grado altísimo de solidaridad, es un grado altísimo de amor. Un testimonio. -“Padre, ¿entonces se puede amar?”. Ahí tienen a alguien que nos enseña a amar
Y el testimonio de Manuel, que a pesar de haber sufrido explotación, maltrato y soledad, en vez de salir a vengarse de la vida, robando o haciendo maldades, miró adelante. El Santo Padre invitó a los jóvenes más afortunados a dar gracias al Señor y rezar por los chicos y chicas que sufren. Sálvalos Señor:
«Todos juntos, los que tienen eso, digan: “¡Gracias Señor!”. “¡Gracias!”. Porque acá tuvimos un testimonio de un muchacho que desde chico supo lo que era el dolor, la tristeza, que fue explotado, maltratado, que no tenía qué comer y que estaba solo. ¡Señor, salvá a esos chicos y chicas que están en esa situación! Y para nosotros, ¡Señor, gracias! ¡Gracias, Señor! Todos: ¡Gracias!»

«¡Hagan lío! Pero también ayuden a arreglar y a organizar el lío que hacen», que sea un lío que nace después de conocer a Jesús, que tiene un plan para nosotros, un plan contracorriente, que nos dice ‘Felices los que tiene alma de pobre, los que son capaces de acercarse y comprender a los que sufren, les pidió también el Papa Francisco a los jóvenes:

«Cada uno desde su corazón, en voz baja, repita las palabras: Señor Jesús, te doy gracias por estar aquí. Te doy gracias porque me diste hermanos como Liz, Manuel y Orlando. Te doy gracias porque nos diste muchos hermanos que son como ellos. Que te encontraron, Jesús. Que te conocen, Jesús. Que saben que Vos, su Dios, sos su fortaleza. Jesús, te pido por los chicos y chicas que no saben que Vos sos su fortaleza y que tienen miedo de vivir, miedo de ser felices, tienen miedo de soñar. Jesús, enséñanos a soñar, a soñar cosas grandes, cosas lindas, cosas que aunque parezcan cotidianas, son cosas que engrandecen el corazón. Señor Jesús, danos fortaleza, danos un corazón libre, danos esperanza, danos amor y enséñanos a servir. Amén
Ahora les voy a dar la bendición y les pido, por favor, que recen por mí y que recen por tantos chicos y chicas que no tienen la gracia que tienen ustedes de haber conocido a Jesús, que les da esperanza, les da un corazón libre y los hace fuertes».(CdM – RV)


EL QUE PIERDA SU VIDA POR MÍ LA ENCONTRARÁ


Evangelio según San Mateo 10,34-42.11,1.

Jesús dijo a sus apóstoles:

"No piensen que he venido a traer la paz sobre la tierra. No vine a traer la paz, sino la espada.

Porque he venido a enfrentar al hijo con su padre, a la hija con su madre y a la nuera con su suegra; y así, el hombre tendrá como enemigos a los de su propia casa.

El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; y el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí.

El que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí.

El que encuentre su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la encontrará.

El que los recibe a ustedes, me recibe a mí; y el que me recibe, recibe a Aquél que me envió.

El que recibe a un profeta por ser profeta, tendrá la recompensa de un profeta; y el que recibe a un justo por ser justo, tendrá la recompensa de un justo.

Les aseguro que cualquiera que dé de beber, aunque sólo sea un vaso de agua fresca, a uno de estos pequeños por ser mi discípulo, no quedará sin recompensa".

Cuando Jesús terminó de dar estas instrucciones a sus doce discípulos, partió de allí, para enseñar y predicar en las ciudades de la región.